Escaparate de Ideas. Showcase for workforce sustainability
(Nota: Este largo Comentario agrupa, en realidad, los cinco que he publicado entre el 23 y el 26 de marzo de 2013 en Alsocaire, blog personal de Angel Arias. Observo que este blog mantiene un alto número de entradas, lo que me anima a ofrecer aquí, excepcionalmente, esta recopilación, ordenada para su mejor lectura) e
Desde niño he tenido un sueño. Que todas las buenas ideas que pasen por la cabeza de los seres humanos se pongan en práctica.
Ahora tengo otro sueño más profundo, más intenso: que en ese pequeño país, llamado España, -mi patria-, se dedique total atención a cualquier idea que sirva para superar la preocupación mayor de, al menos, 6 millones de personas y de sus familias. Salir del paro. Escrito en positivo: crear empleo.
Conseguir que la estructura socioempresarial genere actividad para que todos quienes dependan de ella vean con tranquilidad su futuro inmediato o el de sus hijos y nietos, parecería un objetivo común, propio de la sociedad global, de un mundo repleto de interconexiones.
Pero como no lo es, y seguramente no lo será nunca, hay que pensar de manera serena, objetiva, fría, en cuáles son las fortalezas -y las debilidades- de la estructura que podemos controlar: desde la Administración del Estado; a partir de las iniciativas de los habitantes de ese Estado, que sean susceptibles de generar actividad en su territorio ;y, por supuesto, mediante la activación del compromiso de las empresas -multinacionales o no- con los ocupantes de ese espacio.
Los tres ejes de actuación -Administración, empresas e individuos- deben coordinarse e impulsarse para que el sistema funcione de manera óptima, aprovechando las oportunidades.
En esta serie de comentarios, a nivel exclusivamente personal, me propongo ofrecer algunas ideas de estímulo, un escaparate de ideas (showcase for ideas), dirigidas específicamente a la iniciativa privada.
Son, como se verá, preguntas surgidas de la reflexión encadenada siguiente:
1. ¿Necesitamos mejorar algo? ¿Podemos hacer mejor algo? ¿Tenemos algún recurso sin explotar?
2. ¿Sabemos cómo hacerlo? ¿Por qué no lo hacemos? ¿Qué barreras nos impiden ponerlo en práctica? ¿Cómo podríamos estimular su realización?
3. ¿Qué habría que hacer para ponerlo en práctica lo antes posible? ¿Qué recursos -técnicos, económicos, laborales y funcionales precisamos? ¿Los tenemos ya? ¿Dónde están, si no los tenemos aquí, y cómo podríamos conseguirlos?
He aquí algunas posibles respuestas.
Respecto a las Administraciones públicas
Propuestas de acción a las Administraciones públicas en relación con la generación de actividad y empleo se han escuchado algunas.
No han tenido reflejo, hasta ahora al menos, en disposiciones de impulso a la economía, sino que se ha creído (o admitido) por el Gobierno que era prioritario el “saneamiento presupuestario“, con el argumento repetido de que se había estado gastando por encima de nuestras posibilidades, lo que no ha podido ser probado de manera convincente.
La responsabilidad general atribuida a la burbuja inmobiliaria, que ha sido, en realidad, varias veces “descontada” (en la terminología bursátil al uso) por el sistema, no ha sido sino una forma técnicamente viciosa de derivar la atención de otras responsabilidades y asuntos, penalizando injustamente a inversores privados en el sector de la edificación.
Las medidas adoptadas se han orientado fundamentalmente a la reducción del gasto público -con decretos vergonzosos, como el R.D. 16/2012 y su cómplice el R.D. 1192/2012-, y se ha agudizado la presión recaudatoria (manifestado incluso en el incremento de denuncias por infracciones automovilísticas menores), con el argumento impuesto por la troika -lamento que no le guste la referencia a esa dictadura de mente centroeuropea a Javier Solana- de que había que ajustar a la baja el endeudamiento del Estado en su relación con el PIB.
Se ha propuesto, en diversos foros y momentos, avalados en el caso general con estudios de viabilidad y con previsiones de creación de puestos de trabajo y actividad arrastrada:
1) un programa nacional de rehabilitación de edificios, que mejore las condiciones de habitabilidad, disminuya el consumo energético y la accesibilidad general.
2) la continuación de las infraestructuras que han quedado suspendidas de forma brusca, y que correspondían a decisiones de contratación adoptadas apenas hace dos o tres años y que se habían avalado con previsiones de ventajas en las comunicaciones, mejora de los flujos de transporte o necesidades de interconectividad entre localidades y zonas.
3) un plan de ayudas a la generación autosuficiente de energía distribuída (con placas solares, utilización de energía geotermia somera, etc.)
4) la investigación de zonas con potencialidades para la explotación rentable de gas de esquisto.
5) la continuación de los programas de viajes de la tercera edad como forma de mantener la ocupación hotelera y facilitar el sostenimiento de puestos de trabajo en la hostelería y en algunos servicios.
6) potenciar la utilización de la infraestructura viaria para transporte de mercancías, completando y revisando, en su caso, la red existente.
7) impulsar planes locales de limpieza forestal, apoyando su aprovechamiento rentable
8) aprovechar el flujo turístico para impulsar las ventas pre-estacionales, con envío a los domicilios de los viajeros (de ropa, muebles, juguetes, calzados, etc.)
9) remodelar y reorganizar el sector de fabricación de muebles, dotándolo de elementos de modernidad y diseño más funcional, en combinación con la revisión de la población forestal.
10) ayudar a la modernización completa del sector hostelero (restauración), y en especial, en el cumplimiento de la normativa existente en materia de sanidad y trazabilidad, que no es en la mayoría de los casos, que un papel mojado y una amenaza discrecional de cierre permanente sobre no pocos locales.
11) impulsar la exportación de productos de fabricación nacional de alta densidad de empleo (juguetería, moda, calzado, mobiliario, piezas especiales, prótesis, etc.)
12) establecer planes coordinados entre las empresas de manufactura y las Administraciones, que sean previsores y no atiendan a la negociación a posterior, y forzosamente rápida e improvisada de problemas de viabilidad por caídas del mercado.
Respecto a los emprendimientos individuales
Una de las creaciones perversas de la economía de mercado es la elevación del emprendedor a ente con características mitológicas. Esta figura, desconocida como tal hasta hace un par de décadas, es ensalzada con pastosa veneración por las Administraciones y sus características defendidas con ardor -conscientes de las dificultades de supervivencia de la especie- por quienes están metidos en el fango por haberse creído llamados a representarla.
Las noticias que han venido de Norteamérica relativas a las excelencias de leche y miel de los terrenos de la inventiva, ha generado un impulso de imitación en estas tierras áridas que ha provocado no pocos descalabros. Se pretende estimular, como si se tratara de un reto personal de demostración de excelencia, a que el mayor número de ciudadanos asuman esa posición peligrosa, sin tener preparación y, lo que es aún peor, sin tener la idea.
Porque, en realidad, para ser emprendedor basta con tener una sola idea. Y para triunfar con ella como empresario, esa idea tiene que ser buena.
Siguiendo con el esquema de esta serie de Comentarios, enumero algunas de las ideas que, en mi opinión, y bajo mi exclusiva responsabilidad, pueden ser el vivero donde los futuros emprendedores recojan la suya.
Están agrupadas en tres líneas de acción que se pueden catalogar de evidentes, pues se refieren a los órdenes básicos de la vida. Suponen el objetivo de cubrir de forma óptima las necesidades corporales -alimentación, cobijo, sanidad, etc.-, las que podríamos calificar de espirituales -educación y formación, diversión y empleo del tiempo de ocio, lectura y manifestaciones artísticas y creativas en general, comunicación, etc.- , y las de sustitución de los recursos utilizados, potenciando alternativas -ambiente, sustentabilidad, infraestructuras, ayuda al desarrollo, etc.
Hago una reflexión previa. Las nuevas tecnologías de comunicación (tics) han abierto un peligroso espejismo, del que podríamos haber estado curados pues hemos vivido un adelanto con la aparición de la informática. Esto es así, porque la incorporación de una nueva tecnología a los procesos de producción existentes agota muy rápidamente las posibilidades de mejora: es el efecto elefante en la cacharrería, o mejor, del niño que se enfrenta a un escaparate de apetitosos pasteles; comerá un par de ellos y estropeará una buena parte de los restantes, antes de encontrarse saciado y molesto.
Las tics, por sí mismas, están generando desempleo; también lo generaron, en su ámbito, las mejoras de tratamiento de información que supusieron los ordenadores cada vez más potentes y con programas persistentemente más cómodos de usar y más eficientes; perdieron su puesto miles de perforistas, de encargados de mantenimiento de los aparatos, de programadores, de informáticos. Miles de personas aprendieron lenguajes y programaciones que quedaron inútiles en poco tiempo.
Por ello, y como ya he expuesto en otros trabajos, la necesidad de generar empleo a corto plazo no debe olvidarnos cumplir un objetivo a largo plazo: la cantidad de “trabajo humano” disponible disminuirá y hay que replantearse las formas de distribuir los beneficios de producción entre la población con jornadas menores y premiando la eficiencia con criterios de objetividad.
La enumeración de actividades generadoras de empleo que se sean promovidas por iniciativas individuales no puede ser, naturalmente, más que indicativa. Existen interesantes referencias enfocadas a proponer posibles emprendimientos que pueden servir de orientación.
Lo más importante, según mi criterio, es que, antes de decidirse a comenzar una actividad, el futuro emprendedor valore su disponibilidad, su capacitación personal, los recursos de que dispone y realice una primera valoración del mercado potencial y de la competencia, sobre todo, a nivel local. Debe responder con absoluta sinceridad y crudeza a esta cuestión principal: ¿Cuál es mi ventaja diferencial?
En fin, estas son algunas de las líneas de orientación en la que quien pretenda generar su autoempleo puede encontrar la idea para su proyecto. No debe desechar, en principio, que exista ya una implantación, incluso intensa, en su posible área de actividad, porque ha de definir si está en condiciones de ofrecer mejoras de calidad o si encuentra que su proyecto a va a significar un elemento añadido respecto a la oferta existente.
Relacionadas con la mejora de la calidad física del ser humano:
-ofertas de proximidad: restaurantes de comida rápida, bares de copas, tiendas de ultramarinos, ferreterías, lugares para reunión y ocio con ofertas de espectáculos variados, guarderías a tiempo parcial (también para animales de compañía), centros geriátricos de día, servicios informáticos a domicilio, oferta de formación específica y de corta duración, arreglos de ropa y reparación de mobiliario, confección de tapicería (también diseño de telas), talabartería, soldadura, tejidos de calidad, reparación de equipos y maquinaria doméstica, marquetería, fabricación de pequeñas piezas de adorno y uso general, entrega de mercancías a domicilio, cuidado domiciliario de niños y ancianos, gestiones de asistencia relacionadas con vehículos (itv, revisión, etc.), conducción ocasional de automóviles para terceros, realización de gestiones administrativas de todo tipo, jardinería para comunidades y particulares, etc.
-ofertas de calidad: restauración y recuperación de inmuebles y dependencias (especialmente en zonas rurales), remodelación y decoración de interiores, diseño de mobiliario moderno, mejora de diseño industrial de útiles y maquinaria, redacción de documentos, traducciones directas e inversas, revisión y corrección cualificada de informes, trabajos de consultoría técnica, económica o jurídica por internet, oferta de equipos cualificados para limpieza de bosques, análisis y control de rentabilidad de empresas (incluso agropecuarias), aprovechamiento de terrenos baldíos, confección de anuncios y catálogos, organización de redes comerciales, mejora de páginas web, gestión óptima de agua y residas (incluída la recuperación o regeneración), reparación de infraestructuras, análisis de mejoras y ahorros de consumo energético, ayudas a la comercialización (orientadas al mercado internacional, en especial), compra-venta por internet de productos y servicios, organización de viajes virtuales, actos culturales, itinerarios históricos o de interés técnico, aprovechamiento de recursos de proximidad (en el caso de la energía: proyectos de placas solares, instalaciones eólicas, prospecciones geotérmicas, etc.)
Relacionados con la mejora de la calidad del espíritu:
- organización de eventos, iniciativas de coaching, promoción de reuniones para impulsar relaciones y contactos comerciales ( o personales), recopilación ordenada de noticias y oportunidades agrupadas según temas de interés, propuestas a inversionistas (con análisis de rentabilidad y viabilidad técnica) para apoyo a proyectos, búsqueda de referencias técnicas, investigación genealógica y de pasados familiares, apoyo documental, diagnóstico médico a domicilio, consejero espiritual, valoración de obras artísticas, compra-venta de antigüedades, instalación de medidas de seguridad y protección a domicilios y locales (incluso con presencia física), diseño de equipamientos para parques infantiles, diseño de equipos para culturismo y educación física, programas informáticos para optimización de redes de transporte, distribución de mercancías, aprovechamiento del tiempo disponible, revisión de flujos de fabricación, oferta y coordinación en el empleo de recursos de personal senior (en especial, prejubilados y jubilados), gestión de bancos de datos de personal cualificado en diferentes especialidades y ramas de actividad, etc.
Respecto a las grandes y medianas empresas
Seguramente el aspecto en el que el sistema socioeconómico español necesita una profunda revisión crítica es en lo que respecta a la integración de los objetivos de los grandes grupos empresariales con sede en nuestro país con los del resto de la sociedad.
Es un asunto especialmente grave, porque las mayores entidades empresariales -incluyo, obviamente, las financieras-, disponen de la mejor visión tecno-económica del sector en el que actúan, y disponen de mayor capacidad y recursos (humanos, técnicos y financieros), en algunos casos, que las propias Administraciones públicas.
La respuesta oficial a esta crítica es, por supuesto, que “se ha avanzado mucho en los términos de fijar la Responsabilidad Social Corporativa” y, en efecto, casi todos los grandes grupos empresariales disponen de Memorias anuales en donde se desglosa (más bien, se glosa) su actividad en beneficio de la sociedad en la que se insertan, con argumentos que encierran un ánimo autolaudatorio y contienen poca relevancia práctica.
Hace falta mucho más, porque la sociedad es un sistema integrado, heterogéneo pero coherente, en el que el principio de que “quien más tiene más debe aportar” no puede soslayarse. Han periclitado los tiempos en los que se dogmatizaba enfáticamente que “el negocio del negocio es hacer negocio” o que “las empresas, al conseguir optimizar su beneficio, cumplen paralelamente su objetivo social”.
Las decisiones que los grandes grupos adopten, pensando exclusivamente en su propio beneficio, pueden resultar gravemente perjudiciales para el resto de la sociedad. El mercado dota a las macroempresas de un instrumental único del que no puede disponer ningún otro agente socioeconómico.
La Administración puede actuar, pero muy limitadamente, con la legislación y el control esencialmente fiscal (eventualmente sancionador). Los trabajadores no tienen más recurso que la negociación (término ambiguo por excelencia) y, en último término, la huelga, que se ha revelado como un arma de doble filo, pues perjudica a la clientela (esto es, a la viabilidad de la empresa) y supone un desgaste económico y síquico.
De entre las actuaciones empresariales que tienen efectos negativos sobre el mal llamado “mercado laboral”, especialmente sensibles en épocas de crisis, cito, por ejemplo, la internacionalización que supone, no pocas veces, un fuerte desplazamiento de las necesidades laborales a cubrir a países con mano de obra más barata o legislación más permisiva, el traslado de beneficios a paraísos fiscales mediante entramados de participadas que provocan, además, opacidad fiscal, ocultación de datos ambientales (pero no solo), y, por supuesto, la discriminación subliminal por grupos de poder, intereses extracorporativos, por sexos, etc. o la existencia -aún no suficientemente esclarecida, aunque algo más vamos sabiendo- de contubernios entre administración pública, partidos políticos y empresas o empresarios sin escrúpulos.
Son muy significativos los puntos de falta de sintonía de muchas -¿todas?- de las grandes empresas españolas con el tejido social. Salarios desproporcionados para sus ejecutivos, oscuridad en las opciones de crecimiento, sorpresa cuando se plantean regulaciones de empleo, falta de información sobre los objetivos, ….
No me parece descartable, al contrario, la integración de representantes de los trabajadores en los Consejos de Administración, en proporción que habría que discutir. Hay que tratar de vencer definitivamente la idea, aún vigente por desgracia, de que empresarios y sindicatos son conjuntos disjuntos: perjudica a ambos y, por tanto, nos perjudica, de reflejo, a todos.
Estas son, presentado el contexto, algunas ideas para movilizar la interacción entre las empresas y el sistema socioeconómico.
-Impulso a la Diversificación de las empresas existentes, obligándolas -la obligación puede ser social- a presentar públicamente sus vías de expansión natural, para que se analicen sus ventajas, necesidades, inconvenientes. Debe lograrse la integración de objetivos sociales con los empresariales.
-Calendario de reuniones de trabajo sistemáticas entre directores de desarrollo y producción de las grandes empresas, representantes sindicales cualificados y técnicos de la Administración en donde se analicen, discutan y propongan, medidas de actuación, diversificación, ampliación de actividades y propuestas de emprendimiento lanzadas al resto de la sociedad. Este “Banco de datos” (project pipe line) ha de servir de guía orientadora para seleccionar nuevos proyectos empresariales.
-Calendario de reuniones de trabajo entre representantes de los departamentos técnicos universitarios, centros públicos de investigación y de las empresas significadas, en las que se decida sobre proyectos y patentes viables y se oriente la investigación aplicada de interés para la diversificación. Por supuesto, la difusión de las actas de estas reuniones es parte del esquema de trabajo propuesto. No tengo especial confianza en que esta propuesta funcione al principio, por falta de método, costumbre y, si se me permite, capacidad potencial por parte de (¿muchos?) los intervinientes, pero hay que intentarlo. Lo necesitamos.
-Generación de cluster que promuevan la interacción entre empresas, universidad y egresados recientes, poniendo en marcha nuevos proyectos tecnológicos, en sectores preferentes (por ejemplo, biomedicina, ergonomía, materiales con características específicas, etc.).
Estas propuestas son, quizá por mi propia limitación, aunque también debo apelar a la complejidad y variedad de las opciones, genéricas. Pero no deben impedirnos reconocer un necesidad que hay que cubrir lo antes posible: nuestra sociedad necesita mucha más información, mejorar la capacitación general, detectar y promocionar a los mejores, eliminar el ruido de muchos intervinientes ignorantes en los debates, y poner en pie una estructura basada fundamentalmente en la ética, la transparencia, la honestidad, el conocimiento.
Ese es el reto: La sociedad del conocimiento tiene que basarse en la ética y la solidaridad, o se caerá sola, sepultándonos a todos con ella.