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Al Socaire de El blog de Angel Arias

Sobre el libre albedrío y la conciencia en lo que más de cerca nos atañe

Sobre el libre albedrío y la conciencia en lo que más de cerca nos atañe

Me gustaría poder dotar a un Comentario, con un título tan pretencioso, de un contenido brillante o, por lo menos, con la suficiente entidad sintética para que el lector pudiera tener una idea cabal del estado actual de una cuestión que, se reconozca o no, es la más importante que pueda objetivamente formular un cerebro: ¿"Somos o no somos"? 

O, con otras palabras: ¿Podemos estar seguros de existir como seres independientes?

Tengo, desde luego, aunque me desvíe algo de la intención del artículo, que referirme a que las religiones resuelven, en general, la cuestión positivamente, afirmando sin reservas la(s) existencia(s) de la propia conciencia, del libre albedrío y de un ser superior, en una concatenación de categorías que tienden a entrelazarse como cerezas en un cesto.

Una mayoría de entre los filósofos y científicos preocupados por encontrar las raíces de ese árbol de aspecto inquietante coincide en afirmar que, aunque nos serviría de gran consuelo, no tenemos ninguna evidencia de que la inmensidad que percibimos sea obra de seres superiores (algunos aventuran que es creación de la capacidad sensorial de que dispone este trozo de evolución de la materia que nos jactamos erróneamente en llamar "yo").

La cuestión se resuelve como azucarillo en el miasma mental si admitimos la hipótesis, igualmente indemostrable, de que no nos consta que esos incomprobables existentes dioses tengan alguna intención (buena o mala), o ninguna, sobre nosotros, porque si no podemos estar seguros de que lo que percibamos sea real ...ni siquiera podemos afirmar con la menor convicción que sabríamos el alcance objetivo que deberíamos dar a ese impreciso concepto del "nosotros". (1)

Perdone ahora el lector que baje a los peldaños de la zona visitable del edificio, que es nuestro día a día.

El 29 de marzo de 2012, en España, hemos vivido una jornada de huelga general. Los mismos bustos parlantes que nos expresaban razones, inconveniencias y males de estar a favor o en contra de la misma, reiteraron, con idéntica convicción, sus argumentos al día siguiente.

¿Y si lo estuviéramos soñando? ¿Si los Toxo, Méndez, Rossel, Saez de Santamaría, Montoro, etc. fueran solo parte de un sueño colectivo del querer o no querer?

He podido comprobar, por las declaraciones de los entrevistados y por mi propia constatación de campo, que una buena parte de los huelguistas lo eran por adhesión a las propuestas y consignas que les habían dado otras personas, a las que, naturalmente, concedían credibilidad, pero que no tenían interés en analizar.

También comprobé que, los que decían tener claras sus intenciones, no tenían otra idea alternativa para sustituir la decisión del Gobierno que decían combatir como insostenible, que volver a la situación anterior al Decreto Ley.  Si les preguntaba porqué, además de incomodarse porque inmediatamente entendían que yo era un insolidario y un facha, no conseguían fundamentar su decisión más que con tópicos, siendo el más usado que perjudicaba los derechos adquiridos de los trabajadores.

Y, de pronto, me pareció confirmar que estábamos viviendo un sueño, esto es, que formábamos parte de una pesadilla global, una recreación de la realidad, inventada desde percepciones limitadas, y, en sospechosa cantidad, no controladas por uno mismo.

Ni los que actuaban de una u otra forma -formaran parte del Gobierno como quienes creían hacerlo en su contra- lo hacían desde su libre albedrío, sino siguiendo las directrices de un órgano más amplio, cuyos móviles verdaderos todos desconocían, en realidad.

Y, lo que aún me parecía peor, no tenían conciencia de la fase del sueño en que se encontraban y, por tanto, sobre qué tipo de control podrían ejercer sobre él.

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(1) Si se quiere calentar motores intelectuales sobre estos temas, puede hacerse una incursión por lo que opinan al respecto algunos de los autores entrevistados por Susan Blackmore en su libro "Conversaciones sobre la conciencia" (Paídos, 2010)

 

1 comentario

Angel Arias -

He incorporado a este Comentario una foto estupenda, de autor/a desconocido, y que me viene como anillo al dedo para ilustrar que, al menos, este comerciante chino tiene claro que su negocio es resistente al libre albedrío. Su voluntad de tlabajal es incontloveltible.