El observatorio de la insostenibilidad
Pérez Arriaga reconoció haberlo dicho ya en 2005: La ausencia de una política energética reguladora en España es insostenible; el déficit tarifario sigue creciendo desde el año 2000, y contribuye a dar una señal errónea al consumo; la integración de la CNE en un organismo regulador de amplio espectro genera nuevas incertidumbres; los objetivos de algunos informes no oficiales (citó el de Green Peace, Energía 3.0) presentan objetivos más ambiciosos que los gubernamentales...
La situación del sector energético fue descrita como víctima de un "caos regulatorio" y la falta de una política de Estado y el desprecio hacia las indicaciones de las Comisiones reguladoras hizo al ponente añorar (Pérez Arriaga es, en este momento, Presidente de la Comisión Reguladora del sector energético de Irlanda) "tener un gobierno irlandés".
El momento resultaba muy apropiado, aunque los destinatarios del mensaje no eran los asistentes a la presentación del Quinto Informe del Observatorio de Energía y Sostenibilidad que la La Cátedra BP de Energía y Sostenibilidad de la U.P. Comillas presentó el 9 de marzo de 2012.
Tengo el Informe en mis manos -nos fue entregado al final del acto- y las cifras son concluyentes: "El sector energético español consumió en 2010 un total de 5,98 EJ (EJ=1018 J, léase: exajulios) de energía primaria, emitió 260 Mt de CO2 (un 92,5% del total español) y generó un valor añadido de 21.855 millones de €, correspondienete a un 2% del PIB".
"El nivel de dependencia energética de España respecto al exterior sigue siendo muy alto, superior al 82,5%, muy por encima de la media europea (...)"
"Los precios finales de la energía (...) en general, han subido, y en España los de la electricidad crecieron más que los europeos (...)"
"La cifra original de valor añadido se reduce en un 57% cuando se descuentan los costes externos debidos a la contaminación por CO2, SO2, NOx y partículas".
"La conclusión de este año 2011 es que desde las instituciones políticas y regulatorias españolas no se ha contribuído apenas a conseguir un modelo energético más sostenible, salvo algunos avances menors en eficiencia energética y biocombustibles".
Los responsables de la política energética española se leerán, por supuesto, el Informe (como hicieron los anteriores, sin duda). Se trata, únicamente, de que, además de tomar consciencia de los indicadores, se adopten decisiones que permitan, de manera valiente y definitiva, enderezar un camino que solo conduce a una conclusión: estamos observando fielmente la insostenibilidad de nuestro modelo (en lo social, en lo económico, en lo técnico, en lo jurídico) y no conseguimos hacer otra cosa que llevarnos las manos a la cabeza.
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