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Al Socaire de El blog de Angel Arias

Pasiones por intuiciones, resistencias contra medidas, austeridad sin soluciones

El peor de los escenarios posibles para un país occidental es seguramente éste: un Estado endeudado frente a acreedores impacientes y desconfiados; una estructura económica disforme en la que varios sectores sustanciales para su sostenimiento han entrado en crisis irreversible; un número insoportable de ciudadanos sin trabajo y, por tanto, sin ingresos, entre los que se encuentra la mitad de la juventud, desalentada; unos sindicatos con poder mediático y credibilidad popular, encaramados en un mensaje sintético, reclamando que se proteja a quienes tienen empleo sin reparar en gastos; un Gobierno con mayoría para gobernar en solitario, ejerciendo de primero de la clase, sin reparar en que cada vez se encuentra más distante de contar con el apoyo de la calle...y al que aplauden las clases y países con mejor posición económica.

Los optimistas hace tiempo que dejaron de tener razones y los pesimistas, que se encuentran con un saco repleto para justificar el harakiri, no se molestan en presentar ideas para alentar el futuro, complacidos en echar la culpa de lo que está pasando a las alegrías del pasado, como si nos hubiera llegado la hora de la Pasión.

Me gustaría que quienes tienen opciones y sartenes por el mango, se concentraran en prepararnos cuanto antes la hora de la Resurrección, poniendo el énfasis en el diálogo y concertación respecto a lo que es imprescindible para alimentar el futuro inmediato, manejando conjuntamente la piqueta restauradora alli donde haga falta, pero teniendo muy en cuenta que no se nos debe caer encima todo el edificio.

Tenemos sitios en los que hemos puesto -o se nos ha colado dentro - a la zorra para cuidar del gallinero. Entiendo que el Gobierno quiera sanear la economía, pero no al precio de reducir aún más la actividad; entiendo que los sindicatos deseen defender los puestos de trabajo existentes, pero no a costa de mantener la ineficiencia y el descaro; entiendo que los acreedores estén impacientes por recuperar su dinero, pero no a costa de ahogar a quienes les debemos;...

Vale, necesitamos ser más austeros. Pero aún más, necesitamos encontrar soluciones para generar actividad y puestos de trabajo. Porque, por mucho que nos apretemos el cinturón, sino plantamos semillas para comer en el futuro, nos van a sobrar todos los agujeros para enganchar la hebilla.

 

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