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Al Socaire de El blog de Angel Arias

Calidad del servicio y cualificación del empleo

Los recortes presupuestarios están afectando a la calidad de los servicios asistenciales. Peor sanidad y enseñanza públicas, peores coberturas a parados, ancianos, minusválidos, desfavorecidos.

Menos puestos de trabajo para empleados de estos sectores, de los que una parte serán despedidos. Porque la reducción de gasto más directa pasa por eliminar parte del personal adscrito a una actividad. Los que toman la decisión pueden valorar exactamente el ahorro de reducir la plantilla y, una vez superado el mal trago de tener que comunicárselo a los despedidos -y, en el caso de los servicios públicos, aguantar con estoicismo, las huelgas y movilizaciones-, la vida seguirá.

La situación en la que se encuentran, antes de los recortes (reformas?) la sanidad y la enseñanza pública es muy distinta. La mayoría de los que enjuiciaban, desde el conocimiento y los hechos comparativos, la enseñanza en España, reclamaban la necesidad de una reforma sustancial, puesto que el nivel se había deterioriado; no se valoraba el nivel de la enseñanza, en general, sino de los discentes, de los enseñados.

En el campo de la sanidad, había un consenso amplio de que el nivel actual es aalto. No se demandaban reformas de fondo, sino, en su caso, modificaciones puntuales, que permitieran avanzar en un proceso que podía ser considerado de los mejores del mundo.

Me gustaría señalar en este Comentario que, aún admitiendo lo imperativo de reducir costes en los servicios públicos -y hay que ser extremadamente estrictos para disminuirlos lo mínimo, dada su excepcional repercusión sobre el estado social y de derecho-, hay que ser muy juiciosos, muy serenos, consensuarlo bien con la mayoría y, en especial, con los que más saben del tema, antes de hacer una reforma que afecte solo a la cantidad del empleo.

En la enseñanza, el problema más urgente parece estar detectado en la calidad del servicio. Destinar el esfuerzo a reducir personal o hacer una apurada modificación de algunos aspectos del íter lectivo sin haber analizado en profundidad cuál es el objetivo a cumplir, es un error de visión.

En la sanidad, por el contrario, no hay problema de calidad, sino, en su caso, de reducción del coste. Enfocar esta reducción pensando en privatizar el servicio es una engañifla teórica en la que bastantes tendríamos algo que decir.

 

 

 

 

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