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Al Socaire de El blog de Angel Arias

La subsistencia de la izquierda nacionalista

Las elecciones del 25 de noviembre de 2012 al Parlamento catalán, en las que, llevado por su ofuscación, Artur Mas decidió su autoinmolación en el altar del espejismo separatista liberal, deben ser analizadas, por supuesto, en base ideológica.

Que los votos que ha perdido CiU hayan ido a parar, casi en bloque, a engrosar los del Partit Republicà Català (PRC) es la consecuencia de la constatación por la parte de ese electorado migrante de que la propuesta de Convergencia estaba anclada en tres pivotes que suponían una banqueta inestable: el neocapitalismo liberal, el sentimiento separatista, y, la consecuencia de este último, una forma de gobierno republicana para Catalunya.

Si había que elegir un asiento desde el que ver mejor la función de la descomposición española, la lógica invitaba a votar el independentismo republicano.

Sin embargo, donde quiero poner el foco del análisis, es en el fracaso del mensaje del PSC-PSOE. Los socialistas catalanes no consiguieron captar más votos que los que hubieran conseguido de haber ido bajo las siglas únicas del PSOE.

La necesidad de la reconstrucción de un mensaje sólido, creíble de la izquierda moderada, con ideas, constitucional y posibilista, es fundamental. También para Cataluña.

Ni Alfredo Rubalcaba ni Carme Chacón representan esta opción. Porque el primero es, -aunque se empeñe en ofrecer tablas de salvación (sin convicción y, además, inútilmente), donde solo se ven restos del naufragio-, testimonio de la inviable estrategia social del PSOE. Y la segunda es, para muchos, una oportunista, capaz de travestirse de catalanista o andalucista, según le soplen los vientos electorales; además de recordar, sospechosamente, los tejemanejes que propició, intra-partido, el segundo Zapatero, el de Leire Pajín y compañía, el que premió la fidelidad, no al proyecto, sino a la persona.

La izquierda nacionalista moderada tiene corto recorrido. Si el PSOE le negara sus siglas al PSC, y éste se hubiera presentado solo en Cataluña, no hubiera recogido ni para pipas. Porque, según el manual de la Historia española, no se puede ser socialista y nacionalista. Se puede ser tibio en la apreciación del izquierdismo, pero no en la forma del Estado. Los nacionalistas de izquierda son republicanos, aunque sea contra la Constitución vigente.

 

 

 

 

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