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Al Socaire de El blog de Angel Arias

Contra algunas creencias interesadas, la técnica no es neutral

El reciente (noviembre de 2011) cambio de gobierno en España ha reavivado en algunos mentideros el debate acerca de si la ciertas medidas de contenido técnico, adoptadas ya en las primeras reuniones del Ejecutivo corresponden a posiciones de partido y, por tanto, serían reputadas como dimanadas de la ideología liberal.

La decisión de revisar las operaciones de desmantelamiento de la central nuclear de Garoña y prorrogar el funcionamiento, dentro de su vida útil, de otras centrales que tenían fecha de caducidad, decretada por el gobierno socialista, es un ejemplo que podría perfectamente encajarse en este aparente dilema, que los ignorantes de cómo se cuecen las acciones políticas, resolverían así: la energía nuclear es peligrosa y los residuos que producen son contaminantes, ergo cerrarlas es ecologista y de izquierdas (progresista), en tanto que apostar por esa forma de producción de energía primaria es de derechas.

Hay otros ejemplos de, en mi opinión, falsos debates ideológicos: la gestión de los servicios públicos no es mejor ni más barata -ni siquiera más honesta, lo que ya resulta aún más lamentable- cuando se encomienda a entidades públicas o se mantiene el ámbito de las competencias directas de los Municipios o Administraciones regionales que los tengan transferidas.

Desgraciadamente, el contrario tampoco es cierto: hay gestiones de empresas privadas en los servicios públicos que son caras, y técnicamente deficientes. Lo cual me lleva a afirmar, sin que me duelan prendas, que si un servicio municipal (por ejemplo) alcanza una cierta dimensión y tiene un técnico capaz en la gestión, movilizador del resto de personal y con ganas de utilizar las tecnologías que le pondrán al alcance las empresas suminsitradoras (con las que deberá negociar el mejor precio), no debiera pensar en la gestión privada, sino en controlar bien por donde se les van los dineros y emplear las tasas, precios o tarifas, en cubrir los costes del servicio y no en otras aventuras.

Otro ejemplo que hemos vivido y padecemos aún es el de la polémica no resuelta de desalación frente a los trasvases, o la increible proliferación de infraestructuras ínútiles, o infrautilizadas, que han venido a formar el esqueleto de despropósitos de los últimos años del gobierno socialista, obsesionado no con hacer lo óptimo, sino con contentar a los que más chillaban y faltando, por tanto, a la esencia de lo que es una política progresista, esto es, de progreso.

Finalizo por donde empecé: la técnica -bien empleada- no es neutral, porque estará siempre del lado del progreso.

Cuando se utiliza sensatamente, cuando las propuestas de los que más saben son analizadas con la tranquilidad de quien no tiene más compromisos que con la eficiencia, cumple su función plenamente, sea de izquierdas, centro o derecha el gobierno que la utiliza como soporte y las actuaciones que descansan en ella serán siempre progresistas.

Cuando se la malgasta, desprecia la opinión de los técnicos, y se alimentan debates con falsos destinos ideológicos (desalación versus trasvase; eólica frente a nuclear; gestión pública frente a privada; transporte por autovía frente a carreteras nacionales; ave frente a alvia; etc.) la técnica se convierte, adulterada, en un arma ideológica y sus detentadores pueden aparecer como retrógados.

Pero entonces ya no está actuando como técnica, sino como ignorancia, vestida de los plumajes de quienes se alimentan en los pesebres de la oportunidad.

1 comentario

Julio -

Siempre he tenido dudas, aunque tal vez solo sea un tema terminológico,si lo que es o no neutral es la tecnología o la forma de "usarla". En todo caso, el resultado es el mismo. Los que ostentan el poder hacen uso de la tecnología para bien o para mal. También creo que muchas decisiones deben ser políticas, deben tener el sentido de adonde queremos llegar y esto nunca lo puede decidir la técnica.Solo puede aportar datos y análisis, pero la decisión debe ser política y siempre entrañara riesgos y esperanzas, pero sobretodo mucho empeño en sacar adelante las propuestas.