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Al Socaire de El blog de Angel Arias

Heute zu merken: Angela in Madrid

El Prólogo del libro "Nuevo Método Práctico de Lengua Alemana", escrito por Domingo Sánchez Hernández (1), catedrático de Salamanca, publicado en 1942, Félix Diez Mateo, destacado esperantista, políglota  y filólogo, profesor en Deusto a la sazón, comenzaba con estas palabras:

"Soñábamos... que un día desplazase el idioma alemán al inglés en nuestros Institutos. Preferido el español en Alemania, es justo corresponda nuestra Patria a tan delicada prueba de afecto".

En momentos como los actuales, en los que la canciller alemana Angela Merkel visita Madrid en viaje de negocios (supongo) es de lamentar que aquel deseo no haya sido plenamente cumplido y sean pocos, verdaderamente, los españoles que -incluso admitiéndoles fallos gramaticales- puedan expresarse en esa lengua.

Es imposible resistirse a recoger también el inicio del párrafo siguiente, que deja ya algo más claró el espíritu dominador del momento:

"En la época de formación intelectal, urge para el estudiante la posesión de una lengua germánica, precisamente la que ocupa el ranngo más elevado en el orden filológico, tan semejante al griego; la que requiere gimnasia educativa de als tiernas inteligencias; (...) la lengua del pueblo que fue sumido en la esclavitud odiosa impuesta por el tratado de Versalles, esclavitud de la que ha sabido redimiirse, dando lecciones de caballerosidad a los mismos que lo esclavizaron; la lengua del pueblo que con Italia nos ayudó en nuestra guerra contra el marxismo (pues, a no ser por esas bueans amistades, se habría rodo en muchos pedazos nuestra España y habría dejado de ser católica"

La Dra. Merkel no se encontrará hoy (6 de septiembre de 2012) con españoles que sean capaces de vitorearla, agasajarla, requebrarla, pedirle, suplicarle en alemán...ni siquiera, ay!, en inglés.

Pero sí encontrará interlocutores, a buen seguro, que intentarán trasladarle -vía los intérpretes seleccionados escrupulosamente- el afecto del pueblo español hacia todo lo alemán, que será correspondido, naturalmente, con parecidas palabras de la canciller, reconociendo que los alemanes también nos quieren mucho, y valoran nuestra forma distendida de ver las cosas, y nuestro carácter sufrido.

¿En qué consiste el juego de la alta política? Lo ignoro, y doy por supuesto que no lo sabré nunca. Quizá, como sucede con -casi- todas las cosas importantes que manejan unos pocos, en cubrir las apariencias. Y alimentar lugares comunes.

Puede citarse también en esa reunión de cortesía, la opinión de un austríaco que consiguió conquistar, por unos cuantos años, el corazón de los alemanes y de algunos españoles, en su momento:

"Considerados como tropa, los españoles son una banda de andrajosos. Para ellos el fusil es un instrumento que no debe limpiarse bajo ningún pretexto. Entre los españoles, los centinelas no existen más que en teoría. No ocupan sus puestos, pero si los ocupan es durmiendo. Cuando llegan los rusos, son los indígenas quienes tienen que despertarlos. Pero los españoles no han cedido nunca una pulgada de terreno. No tengo idea de seres más impávidos. Apenas se protegen. Desafían a la muerte. Lo que sé es que los nuestros están siempre contentos de tener a los españoles como vecinos de sector." (2)

Y, si hago abstracción de lo abyecto del personaje que expresó aquella opinión sobre los españoles que conocía, me queda el regusto de sospechar que así nos siguen viendo los alemanes y, lo que es más raro, que así queremos que nos sigan viendo los españoles.

Es lebe die Gemutlichkkeit, Angela! (3)

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(1) El método propuesto en el libro para aprender alemán es, en mi opinión, bueno y didáctico. La época en que fue publicado, la necesidad de comer y otras razones que desconozco, aconsejaron al autor --director durante la guerra civil del Departamento de Censura Internacional- a escribir estos ripios, que ruego al lector me disculpe de traducir: "Heil Franco!/ Ich liebe mit ganzer Seele/mein spanisches Vaterland,/das nun durch general Franco/ den Weg zur Freiheit fand.//Viel Bitt´res musst es leiden/man nahm ihm Zucht und Ehr/Viel tausend Spanier darbten,/die Zaite war sorgenschwer.//Doch dann kam General Franco/gab ihnen Arbeit, Brot;/Am Freiheitshimmel strahlte/ein neues Morgenrot.//Mein Vaterland kam wieder/su Anseh´n und zu Macht,/Heil, unserm grossen retter,/der diese Tat vollbracht! (D.S.H.)"

(2) Existen varias versiones (en español) de esta opinión sobre los españoles, soportada por el comportamiento que observó en quienes formaban la División Azul, y que se atribuye a Hitler.

Tengo, por mi parte, devoción, fundada en hechos que vivieron personas de mi familia, a la valentía de aquellos expedicionarios que se batieron heroicamente en la batalla de Krasny Bor. En ella (1943), el primo de mi madre, Joaquín Fernández G. Madera, perdió una pierna, falleciendo en 1946.

(3) "Te llamas Angela, como yo/ y tú/ y me llamaría clavel/de ser tu rosa" -principio de un poema dedicado a ese nombre de mujer, que escribí cuando se tiene edad para poemas de amor enardecido. Se lo brindo a Mariano Rajoy, libre de derechos.

Por cierto, requebrar, en una acepción olvidada del vocablo, recogida por supuesto por la RAE, es "lisonjear, piropear a una mujer, alabando sus virtudes": en este caso, capacidad de trabajo, inteligencia emocional, pragmatismo, solvencia, actitud negociadora, firmeza, defensa acérrima de los intereses propios, etc.

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