Relaciones entre fútbol, política y economía
Una vez más, la convocatoria de un campeonato de fútbol internacional ha suscitado emociones, que en algún sector de intereses se identifican con devociones nacionalistas, y, como efecto lateral no menos importante, consigue paralizar parte de la actividad de los países en liga y centralizar la mayoría de las conversaciones de cortesía.
La clasificación, en esta Eurocopa 2012, en la fase semifinal, de casi todos los equipos representando países graves dificultades financieras -Portugal, España, Italia-, podía servir de elemento de reflexión para creer que opera una suerte de principio de compensación por la que el orgullo de los que se ven obligados a agachar la cerviz ante los intereses de mercado y las altas primas de riesgo, pueden tratarse de tú a tú con formaciones provenientes de esos colosos de la economía europea, como Francia, Alemania o ese verso libre que solo rima con sus propios intereses llamado Inglaterra (derrotada in articulo mortis por Italia, en una proeza justiciera).
Hay que analizar, sin temor, las vinculaciones entre fútbol, política y economía, porque son sustanciales para entender qué es lo que nos mueve, y porqué. Cuando veo a los políticos y mandatarios de mayor nivel apretarse en los palcos de los estadios para no perderse un acontecimiento de claros reflejos infantiles, romper su hiératica posición, abrazándose como no lo harían con su padre, alzando los puños con orgullo incontenible, tal si hubieran logrado generar un millón de puestos de trabajo en la tacada, o saltando, presos sobre sus asientos cuando el equipo de sus sueños de grandeza mete un gol y no digamos si ha vencido al oponente, dejándose besar -ellos y ellas- por tipos en calzoncillos que les centuplican los salarios oficiales, obtengo una deducción que quiero compartir.
Vivimos en una farsa múltiple, en la que mentimos respecto a lo que interesa, incluso desde la inercia. En un momento de crisis gravísima, en la que las clases medias de media Europa están sufriendo la volatilización de sus ahorros, la pérdida de valor de sus propiedades, la eliminación de perspectivas de lo que se les habí presentado como futuro, trasladando sobre sus espaldas la corrección de los errores de la mala planificación, aderezada con la especulación y la avaricia de quienes no creen en ética ni en dioses, se nos vuelca hacia el consuelo del fútbol. No del deporte, porque no hace deporte el que luce una camiseta de colorines o coloc una banderola en la ventana. Del negocio del fútbol.
Por supuesto, quiero que el equipo español gane y me sentaré ante una televisión para ver las evoluciones de los Iniesta y compañía. Pero no dejaré de verlos como deportistas de élite que no tienen porqué marcarnos ni los valores morales de nuestra sociedad, ni los gustos, ni tiene sentido alguno que se nos obligue a recordar sus nombres, sus gustos, sus opiniones sobre los temas más obstrusos como más triviales. Ni Del Bosque es un ejemplo mundial de comportamiento de un gestor (y el tipo me merece la máxima simpatía como persona, aunque nunca crucé con él media palabra), ni Casillas es el modelo para la juventud que se pretende (y me parece un tipo sano y serio, aunque no siempre sea capaz de decir, en lugar de "ahora, vamos a emborracharnos", algo más acorde con el prototipo ideal de "vamos a divertirnos"...
Necesitamos un programa que ayude a generar en los niños el amor por la investigación, el saber, el estudio; bien está que hagan deporte (no solo que lo vean hacer), pero como complemento, no como fin. El día en que los niños, cuando se les pregunte qué quieren ser, contesten que "catedrático", "investigador", o, mejor aún "Margarita Salas" o "Pedro Luque" o "Pedro Alonso" o "Juan Luis Arsuaga" o ..., habremos puesto las cosas en su sitio y a españa, de veras, en el mapa económico. Entretanto, a ganar la Eurocopa y a ver cómo el dinero le cuesta al Estado español cinco veces más que a Alemania. (1)
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(1) Este Comentario no pretende ofrecer más que elementos generales para reflexión. Si se quiere conocer una clasificación de los científicos y estudiosos españoles, puede consultarse: http://indice-h.webcindario.com/
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