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Al Socaire de El blog de Angel Arias

Antes de abdicar

Los niños de la postguerra (que, hasta ahora, siempre ha sido un ante de la siguiente) sabían de memoria, incluso sin haber sido ilustrados sobre otros pormenores de la vida, el comienzo de La vida es sueño, de Calderón de la Barca, en la que Segismundo se lamentaba de su suerte, aunque reconociendo que "el delito mayor del hombre es haber nacido".

Haber nacido para ser Rey (con matices), y haber llegado a serlo, en una época en la que se han destruído prácticamente todos los iconos (salvo los que cantan mientras bailan, se despelotan en las películas con quienes se encaman en la vida real o juegan al fútbol por muchos dineros), tiene que ser un delito digno de cadena perpetua y permanente amenaza de ser expuesto en la picota.

S.M. Don Juan Carlos, Rey de España -al menos, hasta el 20 de abril de 2012 en que esto escribo- presionado por un clamor insaciable ha expresado, a la salida del Hospital en que le han colocado una prótesis de cadera, que: "Lo siento. Me he equivocado. No volverá a pasar".

Estas declaraciones se han producido, después de que, por una caída fatal (la que le rompió el fémur) se haya descubierto que, abandonando su Palacio y, se supone, para relajarse algo de sus tensiones familiares y los tremendos varapalos que están recibiendo nuestros fervores patrióticos, se encontraba de caza del elefante por el Africa profunda.

El periodismo de investigación se ha cebado en la noticia y, en pocos días, se han ido acumulando precisiones, junto a especulaciones, sobre quiénes acompañaban al Rey y por qué. Pero, sobre todo, el periodismo de oportunidad y los que lo alimentan y jalean, se han puesto las botas criticando la frivolidad, la falta de sensibilidad, el despilfarro y acumulando no sé cuántos improperios más, sobre la figura más venerada de nuestra decadente democracia.

Tengo el presentimiento de que las palabras del Rey son el preludio de su próxima abdicación. Es, sin duda, la natural reacción en quien está dolido porque se ha visto obligado a disculparse por algo que le gusta hacer, y que es consciente de que su imagen no se recuperará. De ser aglutinante central de la pluralidad irreconciliable de propuestas hispanas para vivir en democracia, este pueblo crítico y en crisis, ha pasado a verlo como un desnortado cazador de elefantes, con problemas insolubles en su matrimonio y con negocios y amigos misteriosos.

Pero, además de las razones personales de D. Juan Carlos, la abdicación del Rey posiblemente más admirado hasta ahora en vida de la Historia de España se ha querido convertir en una necesidad general, "institucional". Y para evitar que el miedo al vacío de la ciudadanía se exagere, se desvía la atención de la pieza real acosada, -enferma y vieja-, para centrarla en el heredero, dejando a los depredadores con su víctima, como sucede en las sabanas africanas que tanto gustan al Rey culpado.

Lo que se está preparando, pues, en esa revisión anunciada para dotar de mayor transparencia a la Casa Real, es el protocolo de retirada y honores otorgados para un Rey que ya no lo será y el traspaso del cetro, la corona y las pejigueras de representar a todos los poderes inmateriales sin tener ninguno cogido de la mano, por esa obligación latosa de tener que aparentar ser un reducto de la mitología, siendo de carne y hueso, como todos.

Desde este Cuaderno, llevado por esa presunción, soy el primero en dar la cordial bienvenida al escenario de vanidades y oropeles a S.M. D. Felipe VI. Dios lo coja confesado, porque este pueblo no perdona y siempre tiene la escopeta a punto para disparar contra lo que se mueve.

2 comentarios

Angel Arias -

No hago censura de los Comentarios que se insertan en este blog, salvo que contengan insultos, descalificaciones sin fundamento o, como es desgraciadamente muy frecuente, mensajes con troyanos o apariencia de contener virus de variada especie, estando vacíos de contenido inteligible. El comentario de José Luis Regojo remite a un artículo de Rosa Montero que considero desafortunado, pero como firma la remisión con su propio nombre y aunque puede interpretarse que aprovehca mi blog para hacer propaganda del suyo, no me duelen prendas en mantenerlo aquí. Queda dicho que estoy en desacuerdo con Montero y las razones, muy detalladas, las encontrará el lector curioso -y no apresurado, como, por sus palabras, deduzco que lo ha sido José Luis- en los múltiples artículos que he publicado en este blog, sobre este tema y conexos.

jose luis -

Estos días se está escribiendo mucho sobre la Casa Real: Urdangarín, Froilán, el Rey, los elefantes.
Ya veis, para no ser menos que la Casa Real Británica, los Borbones también quieren tener su annus horribilis. Y lo han conseguido, se han metido ellos solitos, sin ayuda de nadie.
Pues bien, de todo lo escrito y leído me quedo con un artículo de Rosa Montero que, como dice el refrán, lo breve si bueno, dos veces bueno. Aquí lo tenéis: No este Rey.
http://joseluisregojo.blogspot.com.es/2012/04/juan-carlos-rey-de-espana-vete-ya.html