Blogia
Al Socaire de El blog de Angel Arias

Tecnología

Sobre la optimización de la elección de coche por inexpertos

La crisis ha golpeado a los fabricantes y concesionarios de automóviles, que se esfuerzan por captar compradores con ofertas tentadoras.

Si ha pensado en cambiar de coche, porque ya tiene amortizado el suyo, el momento parece propicio. Sin embargo, no conviene actuar a tontas y a locas, y se debe preguntar a varios concesionarios, antes de tomar la decisión final. Es buena práctica pedir el último precio a uno de ellos y dirigirse con éste a otro concesionario, preguntando si lo puede mejorar.

Pero la cuestión principal es saber qué modelo se desea y cuánto dinero está dispuesto a gastarse. Una decisión de compra de entre 20.000 y 35.000 euros (escribimos para gente que necesita el coche, no para quienes lo usan con fines de representación o presunción de estatus), es algo que merece un análisis cuidadoso. Máxime cuando al día siguiente de haber hecho la compra, su vehículo valdrá unos 6.000 euros menos.

Si, como es normal, va a realizar unos 20.000 km al año, calculando que el vehículo esté amortizado en 5, un automóvil que le haya costado 30.000 euros le supondrá, sin contar con la financiación, 3 euros/10 km de amortización y, para un consumo de 8 l/100 km, además, al precio actual del combustible, 0,8 euros más/10 km. Tendrá que calcular, por otra parte, 3 euros por hora de aparcamiento. En total, unos 14 a 17 euros cada vez que saque el coche para un viajecito corto.

Incluso con la desproporcionada subida del bono metro-bus con la que nos ha felicitado el año el Ayuntamiento de Madrid (9 euros los 10 viajes), con 1,8 euros cubrirá el mismo viaje, y no perderá ni un minuto, pues puede leer el periódico o un libro durante el trayecto. Un ahorro de varios euros al día que puede dedicar a ayudar a un necesitado.

Los coches alemanes, dentro de una misma gama de prestaciones son más caros, pues se paga el prestigio de la marca. Los coreanos (Hyandai) son más baratos que los japoneses (Nissan). Hay quien opina que entre ellos se da la misma relación de calidad y prestigio que entre los coches franceses (Citroen o Renault) y los alemanes (BMW, Mercedes o Audi).

Si Vd. no pretende presumir de marca, sino simplemente tener un buen coche al precio más bajo, resulta aconsejable que considere seriamente la opción de los vehículos coreanos.

Aunque se indica por los usuarios de estos coches que los costes de mantenimiento son más altos, se trata, aunque exista una leyenda en contra, de coches robustos -como todos los que ahora se ofrecen en el mercado-. Convendrá, de todas maneras, que, antes de llevar el coche a un taller, se entere de cuál será el coste de la operación que desea que realicen en su coche; en muchos casos, le permitirán aportar el aceite por Vd. mismo, lo que abaratará considerablemente el gasto de la revisión obligatoria.

Vigile también, por favor, además del precio, el consumo de combustible acreditado y las emisiones de CO2 equivalente a la atmósfera que causará su vehículo.

Y, para desplazarse por el interior de las ciudades, utilice el transporte público. No perderá tiempo buscando donde aparcar, contaminará menos y resultará más barato: a Vd. y a todos.

 

Sobre la televisión pública y sus retos

No eran malos los anuncios de TVE. La nostálgica despedida de algunos anunciantes, en un macroanuncio de final de época -queremos suponer que pagado a precio de oro por ellos- abre una época de incertidumbre, pero no para las casas publicitarias, sino para el ente público.

Si alguien sentenció que la publicidad es mala, aparte de la sospecha fundada de que pueda tratarse de un majadero, no entiende de la misa la media. Los buenos anuncios proporcionan información al espectador, incluso sirven de divertimento. Algunos eslógan publicitarios han pasado al acervo lingüistico o gramatical del televidente. Por supuesto, los anuncios son un medio de ingreso que, en el caso de un medio público, habrán de ser compensados por mayores subvenciones y apoyos de las arcas que alimentamos con impuestos todos los contribuyentes.

A nosotros nos parecía, además, estupendo, que se anunciara, en la interrupción publicitaria, el tiempo que tardarían en reanudarse la película, el folletín o el debate que estábamos siguiendo. Daba tiempo para programarse, y preparar un café, ir al baño o estirar las piernas.

El infumable bodrio con el que se obsequió a los aburridos bien intencionados desde TVE1 como espectáculo de final de año, suscita algunos comentarios nada elogiosos. La sucesión ininterrumpida de recortes de canciones, gags y bailoteos -por no decir aún con mayores gritos la opición de la sucesión de semidesnudos de glorias del destape que deben andar ahora criando nietos con que se intentó premiar a los masoquistas que aguantaron la programación hasta las 3 y media de la madrugada del día 1 de enero de 2010- fue una demostración de la falta de imaginación con la que jamás se habrá de suplir la falta de medios y el desinterés.

Mal empieza el año el equipo del nuevo Presidente Albert Oliart, cuya relación con el mundo de la farándula, por otra parte, podría restringirse a las conversaciones mantenidas con su ex-yerno Joaquín Sabina, admirado showman, cantante y poeta. Cuando contemplábamos, atónitos, entre copa y copa, el despliegue de despropósitos con el que se pretendía, seguramente, hacer una retrosprectiva de otros años de celebraciones de final de año, nos imaginábamos al venerable ex-abogado del Estado, respetable multi-ministro de la transición, ayudando a la selección de los trocitos de variedades que sirvieron, en otras coyunturas, para alegrar algo las noches más largas del año.

Aquí un poco de Julio Iglesias, allá unas gotas de Betín Osborne y los Manzanero, no me olvidéis a Mari Trini ni a los Tres Sudamericanos; sí, sí, también a Juan Pardo, a Luis Aguilé, a Mari Trini y a Rocío Jurado y, por supuesto, a Marisol, al Dúo Dinámico, a Bosé, los Triunfitos, y a Escobar y Peret. Para alegrar algo más los recuerdos, unos recortes de Tip y Coll, de los primeros Martes y Trece, de Angel de Andrés, Gila, Toni Leblanc y de... ¿cómo se llamaba el de Saben aquel que díu?... eso, Eugenio.

Aquello parecía una versión de Trivial para envejecientes. No se identificaba a los artistas, ni a sus versiones, que se sucedía con una cadencia tan vertiginosa como deslabazada, atropellando, nos tememos, derechos de imagen, de autor, de respeto a la interpretación artística original y preludiando posibles reclamaciones judiciales. 

Cuando apagábamos el televisor para lavar los platos de la cena familiar, revivimos la imagen de la que fue magnífica vedette del espectáculo de variedades, la carnal Rosa Valenty, con quien nos habíamos cruzado al mediodía en el metro, salida Avenida de América. Más estirada de piel, con la mirada algo perdida de los que, por haber sido famosos, se preguntan si serán todavía reconocidos, hermosa todavía, pero ya pasados de arroz. Su desnudo, que levantó pasiones, posiblemente solo animaría hoy -lamentablemente- a quienes, apagada la luz, necesitarían una dosis de Viagra para encontrar esa parte de cuerpo que les dió momentos inolvidables de placer.

Oliart, el mundo ha cambiado mucho desde aquella transición. En esta otra, hay que dejar las hemerotecas para los nostálgicos y ceder la toma de decisiones a quienes conviven con otras formas de pasar el rato. El reto de la RTVE pública es encontrar un nuevo camino, no hollar en los destrozos de lo que el tiempo ha consumido.

 

Sobre los ingenieros del agua

La directora de Aguas del Ministerio, la ingeniera de caminos Marta Morén, llegaba tarde (lo hizo con más de una hora) para impartir una conferencia en el Instituto de Ingeniería de España el 3 de diciembre de 2009. El salón de actos del IIE disfrutaba de una magnífica entrada y, a diferencia de lo que suele ser normal en este tipo de actos, ella era la única conferenciante, por lo que no había más opción que esperar.

Pero los ingenieros de caminos tienen amplios recursos. En lugar de anular el acto, concedernos un recreo o proponer que nos lanzáramos directamente sobre el buffet, Pedro Escudero pidió a Luis Berga Casafort que improvisara unas ideas sobre el tema sobre el qué debería ya estar hablando la directora: El agua, retos y oportunidades.

Tuvimos así los asistentes la oportunidad irrepetible de escuchar reflexiones y propuestas sobre la política del agua en España por parte del propio Berga y otros intervinientes en el debate al que se invitó a los asistentes, mientras Morén seguía en el atasco, y contrastarlas posteriormente con las preocupaciones de la Administración pública.

Bien es cierto que como algunos de los presentes habían tenido ocasión de oir a la Directora en el Colegio de Ingenieros Industriales de Madrid disertar sobre el mismo tema, solo dos días antes, se podrían haber presentadosus ideas en su ausencia, pero nadie osó pisarle el terreno a la joven, serena (y guapa) directora.

En resumen, la estupenda disertación de telonero improvisado que hizo Berga, apuntó dos problemas para el agua en España:

1. Incógnita sobre la financiación de los 35.000 millones de euros (19.000 solo en calidad) que supne la Directiva Marco antes de 2015.

2. Dificultades crecientes para coordinar las competencias entre las cuencas hidrográficas, debido a la clara apropiación de su gestión por los Estatutos autónómicos, lo que implica graves problemas de gobernanza para la política común del agua.

La problemática de gobernanza ligada a la creciente escasez del recurso deberá llevar a la modificación de la Ley de Aguas, ya profundamente afectada por las Leyes autonómicas y anteriores afecciones a su articulado en muchos puntos.

Berga, sin dejar de mirar el reloj y con información actualizada respecto a la situación del taxi en el que avanzaba la Directora, presentó unas pinceladas -así las llamó- sobre las oportunidades que, según afirmó, todo nuevo marco trae consigo. Oportunidades profesionales, por lo que habría que enseñar a los jóvenes a adaptarse a los nuevos esquemas, y la necesidad de remodelar las Confederaciones Hidrográficas para facilitar la cooperación entre Estado y Comunidades.

Ya al borde de tirar la toalla improvisada, el catedrático caminero se refirió  a la necesidad de plasmar un Plan Hidrológico que reconozca la inviabilidad de los trasvases en la actualidad y rompa el dilema a favor de las desaladoras y el ahorro del recurso.

La Directora seguía en el atasco, y Pedro Escudero, que presidía el acto, invitó al público a intervenir. Berga provocó a hacerlo a Angel Cajigas, que pasaba por allí (y que, por cierto, se encontraba también entre los que ya habían oído a Marta Morén en el Colegio de Industriales). Cajigas fue escéptico respecto a conseguir la planificación a que obligaba la Directiva Marco. El panorama no podía ser más complejo: problemas de escasez, Comunidades autónomas blindadas, y un 20% menos de agua en la cuenca mediterránea.

Juan Carlos Bravo echó de menos la referencia a la crisis económica y se preguntó si el agua era, o no, una priroridad política, dando pie a que Berga nos ilustrara con algunas cifras -¿inventadas?- respecto a la escasa influencia de la crisis en la demanda: un 15% en Cataluña, que venía de una sequía y un 4% en Madrid.

Se habló también de la "ventaja del agua: la tarifa" (?) y la infatigable ingeniera de Montes Teresa Villarino introdujo una cuestión de peso: el abandono de la agricultura y del monte, preguntándose si se podría hacer "algo más" por repoblar.

Había más ingenieros del agua en la Sala, pues el pretendido monopolio de los ingenieros de caminos sobre ella está ya plagado de agujeros. Podían haber hablado los mineros del agua subterránea, de los acuíferos y de las aguas minerales (o de la desalación, entendido el mar como recurso explotable). O los agrónomos, sobre el mejor control del agua para riego y el precio para los regantes ajustado al rendimiento. O los industriales, sobre la eficiencia del agua para refrigeración o de los consumos de agua en los procesos.

Pero llegó la Directora y todos se dispusieron muy formales a oirle repetir lo que ya sabían.

 

Sobre la reforma de los colegios profesionales

La obligación de incorporar la Directiva europea 2006/123/CE "de Servicios" al derecho aplicable español antes de finales de 2009 está provocando virulentas reacciones, entre otros sectores, en los Colegios profesionales. El 23 de noviembre de 2009 ha sido promulgada la Ley 17/2009 ("Ley Paraguas"), adaptando la Directiva, y antes de que finalice 2009 se prevé una continuación del "culebrón legislativo", por el que se alumbre al panorama legislativo la reforma de más de 40 leyes de un solo golpe, en lo que se ha convenido en llamar "Ley Omnibus". 

Los Colegios profesionales estaban necesitando una reforma. Lla Ley que los rige proviene de 1974 y es una de las pocas reminiscencias preconstitucionales de nuestra legislación. Ha sufrido de varias adaptaciones, pero es precisa una reforma integral, para dotarla de plena coherencia y ajustarla a las nuevas necesidades de la sociedad.

No va a hacese así. El legislador ha creído, una vez más, conveniente, aplicar un parche en el ojo antes que reflexionar seriamente sobre lo que hacía falta. Como resultado de ese desencuentro, los Colegios -y, en especial, los Colegios técnicos- han presentado una dura resistencia (sin gran éxito hasta ahora, hay que decirlo).

Solo que lo más importante no es que los Colegios no hayan sido escuchados por los legisladores, sino que, en nuestra opinión, se está perdiendo una oportunidad más para poner orden, con tino y con inteligencia, en unas instituciones imprescindibles para el funcionamiento de la sociedad, de la democracia y la economía, como son los Colegios profesionales.

Sobre los faltantes alambritos

Sobre los faltantes alambritos

La opulencia que hemos vivido hasta que la crisis nos enseñó sus orejas de lobo, ha situado en primera línea la importancia de los "faltantes alambritos". Y la inercia sigue dándoles cancha, porque se han convertido en un alibi, una excusa socorrida para justificar la incapacidad de los supuestos expertos para arreglar con ingenio el pequeño fallo de un cacharro estropeado y elevar el problema a una categoría muy superior y, por supuesto, mucho más cara.

La teoría del faltante alambrito que obliga a cambiar toda la pieza en donde el pequeño elemento de acero cumple una función de sujeción se encuentra en la vida diaria a montones. ¿Qué el faro de su automóvil ha quedado descorregido en su posición por culpa de un faltante alambrito? El concesionario de la marca le informará que tiene que sustituir todo el bloque, porque los alambritos de marras no se entregan por separado. Por supuesto, ni se le ocurre plantear que ha dado instrucciones a su mecánico de que fije la pieza con un alambrito construído ex profeso por él para el caso.

Lo que podría solucionarse en un par de minutos y sin coste se convierte en una espera de semanas por el bloque, una operación de montaje de varias horas y un gasto -para Vd.- de quinientos euros. Vamos, lo que vale el coche.

Faltantes alambritos surgen por doquier: son la marca de la casa de los países ricos y de la incompetencia y falta de saber de la mayoría de los habitantes. Se han instalado tanto en el plano físico como en el metafísico. En el sector del automóvil, de los electrodomésticos, de la telefonía, de los ordenadores. "Es necesario sustituir el módulo entero". "Ya no se fabrican de ese tipo, hay que cambiarlo todo" "Le aconsejo que cambie el aparato, desde hace dos años no hay asistencia porque la casa ha cerrado".

En estos casos, uno mira hacia países como Cuba, en los que se ve a gentes con matrícula de honor en ingenio y reparación casera, poniendo los faltantes alambritos. Parece que la cosa funciona, además. Tienen la fuerza de sonreir enseñando los dientes al mundo desarrollado.

Ah, sí. Casi se nos olvidaba remarcarlo. En el mundo de las ideas también se nos han colado las teorías de los faltantes alambritos. ¿Hay que reducir costes? ¿Hay que adaptar la Directiva de Servicios para permitir la libre contratación de profesionales en la Unión Europea? ¿Hay que liberar a los marineros del Alakrana? ¿Hayqué?

(Explicación de la fotografía: Corresponde al alambre de sujeción de una de las bombillas de un faro delantero de un Rover 75. En la concesionaria Kia, de Madrid, indican al propietario que no es posible reglar correctamente el faro porque se ha roto o perdido este adminículo. Será necesario reponer todo el módulo del faro, que hay que pedir "a la casa", y que tardará un par de semanas en ser servido; el coste rondará por los 400 o 500 euros. El propietario del vehículo acudió a un taller de Madrid, regentado por un diligente peruano, que recogió varios de estos alambres en un taller de desguace y lo colocó sin ningún problema en un par de horas (hubo que sacar el parachoques para colocar correctamente la piececita), a cambio de "la voluntad": 25 euros. No harán falta más palabras)

Sobre lo que hay que tener

No, lector, no voy por ahí. Lo que hay que tener no son agallas (o sus sinónimos más populares), sino, simplemente, trabajo. Trabajo remunerado, además. Si no se tiene trabajo remunerado, es probable que para los demás, no existas. Borrarán en la listas de direcciones tu nombre, olvidarán el número de móvil, retirarán tu tarjeta del tarjetero o escribirán encima "no válida". 

Solamente hay unos pocos que, teniendo remuneración (y alta), no tienen trabajo. Son los privilegiados: reciben rentas por no hacer absolutamente nada. Puede que con ella se les estén pagando pasados servicios de fidelidad o choriceo, o que sus antepasados se hayan dejado la piel o actuado con habilidad suficiente para arañar de sus coetáneos la fortuna de la que viven ahora sus descendientes.

Volviendo al principio. El avance tecnológico provoca que el trabajo se desplace como una serpiente, desde los viejos sectores a los nuevos. Lo que se llama cualificación para trabajar, también se muda: se hace más liviana, casi etérea. Abandona el mono de trabajo y se viste de cuello blanco y traje gris; dejó también el mandil de ama de casa y se puso zapatos de tacón y pantalón azul.

Nadie pareció advertir que iba a haber menos trabajo al mismo tiempo que se lanzaba más gente a buscarlo. Creció, dicen, la población activa, pero las remuneraciones medias bajaron. No se divulgan esas cifras, porque harían daño a los que se sientan en la complacencia de los números peinados a propia conveniencia.

Mientras millones de jóvenes buscan su primer trabajo para existir como ciudadano independiente, y millones de desempleados en edad de producir todavía mucho más se retiran a los cuarteles de las exigüas pensiones, desde las calderas profundas de la economía de mercado, se sigue convenciendo que el trabajo dignifica, que es necesario para ser feliz, que hay que cualificarse para entrar en el mundo laboral, y ser útil a la sociedad.

El trabajo hace libres, hemos creído leer en muchos frontispicios de nuestra sociedad egoista. Nos recuerda...¿qué nos recuerda?

 

Sobre la responsabilidad de los ingenieros

Los ingenieros son carne de cuchillo para las reclamaciones por responsabilidad. Han sido educados para trabajar con fórmulas, superar pruebas en las que existe por lo general una única solución y -salvo cuando se encuentran a solas con la almohada- tienen razón o razones.

No vamos a hacer una apología de los ingenieros, sino una ligera crítica: en las demandas por responsabilidad civil, son el elemento preferido por los abogados de la parte reclamante de indemnización para estrechar en torno a ellos el cerco.

Hacen proyectos sobre los más variados asuntos, calculan estructuras, máquinas y artefactos que desafían el azar, y su facilidad para rebelarse contra las presiones de los arabescos jurídicos, añadida  su presunta dificultad para movese en el campo de la palabra, facilitan el que se les vea razonablemente como culpables de algo. De todo, en realidad. Su solvencia económica, igualmente presunta, les convierte en muy apetitosos.

AMIC (la Mutua de la Ingeniería) convocó el 22 de octubre de 2009 una reunión entre ingenieros y expertos en seguros, en la que tuvo la perspicacia de invitar a dos excepcionales ponentes de la judicatura: Angel Illescas y Mariano Zaforteza, magistrados (el primero en ejercicio en la AP de Madrid, el segundo en excedencia). Les acompañaron -o al revés, que todos estuvieron a la misma altura- Luis García del Río (abogado) y Francisco Héctor Bouzo (ingeniero del ICAI).

Dirigió con sabiduría el coloquio, José Ramón Recalde, consejero delegado de AMIC.

Fue una Jornada intensa, en la que se pusieron de manifiesto muchas cosas. Desde luego, lo que saltó a la vista, el interés de este tipo de coloquios, y la necesidad de acercar dos mundos, aparentemente disjuntos, el de la abogacía y el de la ingeniería. La jornada pudo seguirse por internet, y, según los organizadores, más de 300 personas estuvieron conectadas a la red. En la sala, un lleno prácticamente absoluto.

Volveremos sobre el tema. Lo merece.

Sobre la guerra de nervios digitales

Reconocemos que, para titular este Comentario, nos hemos sentido atraídos por el juego de palabras. No en vano queremos hacer referencia a la tensión entre las sociedades Mediapro y Prisa, ambas con propietarios vinculados al partido actualmente en el Gobierno en España.

La opinión pública informada por radio macuto ha conformado la idea de que el grupo Prisa está en situación de crisis previa a la quiebra, y que los hijos de D. Jesús de Polanco, q.e.p.d. ni tienen la misma influencia en los aledaños del PSOE ni están tan a gusto con sostener un invento mediático que no les reporta beneficios tangibles.

Por otra parte, es bien conocido que el holding empresarial inglés WPP (Ogilvy, Sofres, Burson Masteller) que es socio de Imagina -fusión de Mediapro (en donde reina Jaume Roures) y  la cadena alimentaria El Arbol (Emilio Aragón)- y de Torreal (Juan Avelló), controlan la cadena La Sexta y el periódico Público.

Menos conocido quizá es que el consejero delegado para España de la empresa Young &Rubican, de WPP, es Miguel Barroso, -esposo de Carme Chacón, la superministra de Defensa- e íntimo amigo de José Miguel Contreras, director de La Sexta.

El consejero delegado de Prisa, el influyente Juan Luis Cebrián, ha sacado de su caja de los truenos varios rayos y centellas, acusando al Gobierno de partidista, inoportuno, despilfarrador e incompetente (con otras palabras, pero por ahí van los tiros) por haber propuesto La Ley de la Televisión Digital Terreste, que, dicho sea de paso, coloca las cosas aún más difíciles para la supervivencia de Prisa (Canal Plus) y ha dado alas a Mediapro, sobre todo, que habría tenido -al parecer y dadas las relaciones con el Gobierno- información privilegiada.

No tenemos ni idea de lo que se cuece entre bastidores de la política. Hace tiempo que venimos sospechando que los políticos de todo signo comen, cenan, se divierten y juegan demasiadas veces juntos y, claro, se acaban haciendo amigos y, puede que hasta cómplices. Nos suenan muy mal todos estos cruces de nombres e intereses.

Pero no hace falta que nos expliquen las cosas, por favor. Ya tenemos la cabeza demasiado caliente como para incorporar nuevas justificaciones, excusas, argumentos. Que nos dejen a solas con nuestros razonamientos, porque lo más sencillo tiene más posibilidades de ser lo verdadero, y la intuición primera, la buena.

Sobre la belleza de las piedras

Sobre la belleza de las piedras

En los libros dedicados a minerales y rocas, se presentan fotografías de escogidos ejemplares, que tienen en común el estar bellamente cristalizados o cuidadosamente pulidos (según los casos), reforzadas con comentarios poco inteligibles para profanos respecto al cumplimiento de determinadas reglas de simetría y otras características de su composición y metalogenia, junto con datos de los índices de refracción, dureza o friabilidad (por ejemplo), con indicación somera del lugar de hallazgo del ejemplar y, cuando procede, añadiendo el nombre del poseedor, se supone que afortunado, de tal anomalía de la naturaleza.

Porque se trata de anomalías. Existen para ellas, como para la disposición a apropincuarse de casi todas las anormalidades naturales, coleccionistas ávidos, -de cuya total capacidad mental podrían incluso, por los sintomas, dudar algunos, por supuesto, no coleccionistas-, que son capaces de recorrer el mundo de cabo a rabo para adquirir, sustraer o verse regalados con esas piedras tan especiales, que añadirán empaque a su preciado montón de rarezas mineralógicas y deleites indescifrables por la contemplación solitaria o en comandita de sus imaginarios tesoros.

Allá cada cual con la responsabilidad de emplear su tiempo y su dinero como le peta. No van por ahí nuestros tiros. La cuestión que queremos suscitar aquí es otra: pocas enseñanzas prácticas pueden derivarse de esas bellas piedras que adornan las colecciones públicas y privadas, salvo la constatación de su singularidad y su eventual valor estético. Poco podrán aprender los alumnos de mineralogía o geología por contemplar hasta la saciedad esos fenómenos, al menos con enseñanzas que puedan ayudarles en el campo para identificar de visu lo que se ponga ante sus narices.

Quienes se dedican a la minería, saben que el valor práctico de las piedras que se extraen de la naturaleza -salvo en las tenidas por piedras preciosas o semipreciosas- no consiste en sus bellos maclados, sus estructuras cristalinas casi perfectas, o la ausencia de máculas o la combinación de colores entre la roca madre y las inncrustaciones metalogénicas.

Nada digamos de la dificultad de identificar, a pelo, una variedad mineralógica, salvo que se sepa de antemano por dónde se anda y lo que se ha cocido en tales predios.

Propondríamos que las Escuelas y Facultades de Minería y Geología y, en general, todos aquellos centros que se dedican a la divulgación y enseñanza de la importancia de las piedras y pretendan ayudar a su identificación, junto a los bellos ejemplares de sus colecciones preciadas, dispongan de otros, mucho más representativos de lo que se extrae de verdad de la buena de la naturaleza, y aprendan aquello que tiene valor para el técnico, el ingeniero, el empresario minero y la sociedad: que solo los análisis químicos o espectrográficos dan las claves de la mayoría de los hallazgos y que la belleza de lo natural se mide por otros cánones que por una piedra singular y, por lo tanto, anómala.

Ayudaríamos así a que los jóvenes educandos sepan identificar mejor las piedras tal como se las van a encontrar cuando salgan de paseo y, de rebote, a que la sociedad consumista apreciara, junto a la belleza, la practicidad de lo que resulta verdaderamente útil para mejorar nuestra calidad de vida. Datos que tienen que ver con cantidades, concentraciones, profundidades, procesos de extracción selección, lixiviación, cribado, hidrólisis, fundición, etc.

(Nota para curiosos: La fotografía que ilustra este comentario es un magnífico ejemplar de scheelita, en su soporte cuarcítico y con sus destelleantes ribetes micáceos, tal como se presentaba en la  mítica mina de Penouta, en Boal, en la que sucesivos inversores y en variadas épocas, perdieron hasta la camisa)

Sobre las vacaciones como usuarios de blogia

Blogia, el soporte informático sobre el que construímos este Cuaderno, nos ha abandonado durante 3 días (del 24 al 27 de julio de 2009). Cuando intentábamos escribir el Comentario del día 24, nos encontramos en que se nos pedía, además de la clave de acceso, la confirmación de que aceptábamos por un año las condiciones del Contrato de servicios.

No sonaba a extraño, a pesar de que ya hacía tiempo que habíamos suscrito ese Contrato. Lo que activaba las alarmas es que, al señalar las casillas correspondientes y pulsar la tecla correspondiente para enviar el mensaje, la pantalla indicaba que el nombre del blog no estaba alojado en Blogia.

Nada supimos durante dos largos días, en las que nos apresuramos a recuperar todos los Comentarios que aún no teníamos archivados a buen recaudo. Podía hacerse, porque activando desde Google la búsqueda de las antiguas entradas, una a una, aparecían impolutas.

Así que las archivamos todas, y nos tomamos unas cortas vacaciones. Hasta que Roberto (el Administrador de Blogia) nos avisó que, si nuestro blog era uno de los afectados por un ataque de spam, podríamos recuperar -hasta cierto punto- la imagen que tenía antes del bombardeo.

En nuestro caso, no fue del todo posible. No perdimos ninguno de los Comentarios (más de sescientas entradas, una Enciclopedia), pero tuvimos que cambiar la imagen del blog.

Por cierto, si alguien está interesado en recibir el archivo en pdf con todos los Comentarios, no tiene más que pedírnoslo.

Sobre la nueva edad de las cavernas: el estudio de los ecosistemas

Sobre la nueva edad de las cavernas: el estudio de los ecosistemas

El profesor Paolo Forti, del Istituto italiano di Speleologia es un crack. Derrocha simpatía y buen humor, lo sabe todo sobre los karst y los espeleotemas, y casi todo sobre casi todo. Animó con sus intervenciones las Jornadas sobre Espeleología científica celebradas en El Soplao, en Cantabria, dirigidas por el profesor Fernández Rubio, otro crack.

Habló Forti sobre el estudio de los ecosistemas en la conferencia oficial y sobre un montón de otras cosas en los descansos entre conferencias, en las excursiones -para analizar un ejemplo de karst costero y para girar una rápida visita a la cueva- que se organizaron en torno a las jornadas, y lució en las sobremesas.

Se tuvo que ir antes de la visita detallada a la Cueva -preparada para "turismo de aventura"- que se realizó el domingo, 5 de julio de 2009, porque no quiso privarse de asistir al cumpleaños de uno de sus nietos, en Bolonia.

Paolo Forti explicó las razones por las que los depósitos químicos en las cuevas son un instrumento precioso para estudiar el cuaternario. Son, dijo "trampas naturales de acumulaciones, en donde se pueden observar sedimentos físicos, biológicos, químicos y...basura".

Las formas de los espeleotemas hablan de su espeleogenética. En las grutas, la tectónica está menos enmascarada, ha permanecido más protegida. Casi todas las concreciones son de carbonato cálcico, aunque también se pueden estudiar procesos realizados a baja entalpía (termatitas).

Analizando los espelelotemas puede estudiarse el clima, el ambiente, la existencia de terremotos y otros accidentes del terreno, acaecidos en el cuaternario, y datarlos con exactitud gracias a las trazas de algunos elementos (carbono 14, la transformación natural Thorio 230/ Uranio 234, fundamentalmente), además de encontrarse atrapados insectos y detectarse microorganismos...

La datación más frecuente se realiza analizando la transformación del Uranio en Thorio, que es, sin embargo, contaminada por la reapertura de las grutas. Las técnicas de luminiscencia, que detectan la presencia de materia orgánica -húmicos o fúlvicos- pueden obtener precisiones "de días". Se pueden describir períodos de 1.400 años, con precisiones de 1 año.

Los espeleotemas en las costas son especialmente interesantes, debido a que las glaciaciones han afectado a los niveles del mar. Estalactitas profundas en el Mediterráneo (incluso a 78 m) guardan huellas de los animales que vivieron en él.

La forma de las estalactitas ilustra sobre el proceso formativo. Por ejemplo, se encuentran estalactitas telescópicas (en el interior, silt y en el exterior, capas de calcita). Durante el período glaciar, se cortaba la aportación de agua y, al terminar éste, las cuevas quedaban inundadas, formándose el silt; al restaurarse el clima, se continuaban formando depósitos de calcita.

En cuanto a las roturas, se pueden investigar las causas, distinguiendo entre las producidas por glaciaciones o por terremotos o colapsos.

El estudio de los espeleotemas se amplió recientemente. Hace 30 años se analizaban únicamente las concreciones de calcita y aragonita, como indicadores paleoambientales (la aragonita se forma siempre con climas más cálidos). Hace apenas 7 años (sobre 2000) se incorporaron al análisis otros elementos químicos: relación calcita/yeso, dolomía, inclusiones sólidas o líquidas, polen, etc.

En la llamada Cueva de las Velas (Naica) sobre la base calcítica se han depositado minerales muy diversos: celestina, hematites, goetita, compuestos de plomo y manganeso, con anterioridad al yeso. La detección de los compuestos con azufre es importante, porque, como se detectó en la Grutta de Cala Fetente (Italia), el azufre se forma siempre sobre el yeso, no sobre el carbonato, al oxidarse el sulfhídrico a sulfúrico.

Los impactos humanos son también objeto de análisis. Así, la aparición de mellita Al2 C6 (COO)6 .18H2O, en puntos en donde nuestros ancestros cocinaban con carbón. El turismo puede causar daños a los concreciones. En la Grutta de Castalana, se creaban fuertes corrientes ascensionales debido al faro de 1 kw que se había instalado para iluminación, generando "velas" de aragonito.

Pero el peligro mayor para las cuevas son -afirmó el profesor Forti- los cientíticos. Antes, los que entraban en ellas, eran espeleólogos: se contentaban con disfrutar de las cuevas. Hoy, los paleoambientalistas, convertidos al "lover sampling", toman 25 muestras de cada espeleotema, y esta destrucción creciente de huellas, obligaría a regular de forma estricta las intervenciones sobre ese legado precioso que son las cavernas.

(La fotografía que incluyo con el Comentario, tomada en la cueva de El Soplao el 5 de julio de 2009, recoge una cómica "formación kárstica inventada" que algún intruso espeleólogo de los de antes del boom dejó en la caverna como manifestación singular de su reivindicación satírica para que se sustraiga a las cuevas kársticas de la fiebre turística)

Sobre la estabilidad en terrenos kársticos

En las conferencias pronunciadas con ocasión del III Congreso de Espeleología Científica celebrado en Cantabria, en las dependencias del complejo de la cueva El Soplao, se trataron diversos aspectos de las formaciones kársticas.

Se trató de un brillante compendio de intervenciones, realizadas por especialistas reconocidos en el campo de la espeleología y la interpretación de los fenómenos kársticos. Las Jornadas estuvieron organizadas por el profesor Rafael Fernández Rubio, Premio Jaime I a la Conservación del Medio Ambiente, aceptado por los científicos españoles presentes como el "padre de la espeleología científica" en nuestro país.

El ingeniero de minas Julio Verdejo se refirió en su ponencia a las intervenciones de ingeniería civil sobre los terrenos kársticos. Definió las características del medio kárstico, desde esa perspectiva, como dotado de un coeficiente de infiltración elevado, con alta permeabilidad y sometido a régimen no lineal. En el caso especial de grandes cuencas, las redes de flujo irregulares, al crear vías preferentes de drenaje, son capaces de transmitir agua a grandes distancias, con efecto drenante excepcional.

Por eso, el refuerzo de las campañas de investigación del terreno, con todos los medios al alcance, es fundamental, antes de comenzar la obra civil. La observación directa del terreno es inexcusable, detectando, en especial las dolinas y otros accidentes del terreno que revelen colapsos del mismo, grietas y cavidades por donde el agua se pueda filtrar. La realización de galerías piloto, que pueden servir posteriormente como galerías de drenaje es una de las opciones.

La modelización del terreno es otro de los elementos de estudio. Debe tenerse en cuenta que alas tuneladoras son muy sensibles a los cambios del terreno, y que una tuneladora atrapada supone un coste enorme, al realizarse galerías de derivación para rescatarla y mantenerse la obra parada quizá durante varios meses, tal vez un año.

Para la contención del efecto del agua, se utiliza generalmente el tratamiento de impermeabilización en avance, creando un escudo previo. La interceptación del conducto kárstico puede obligar, dependiendo de su ubicación, por encima o por debajo del túnel, a crear una losa de hormigón proyectado bajo la que poder pasar la máquina de forma segura, o a rellenar el hueco y generar la losa de apoyo para la máquina.

Verdejo presentó varios ejemplos de superación de las dificultades kársticas en obras civiles emblemáticas. En concreto: el túnel de Daerang, en Corea, el de Fuessen, en el valle de Faulenbach, entre Alemania y Austria y el de Smart-Tunnel en Kuala Lumpur.

Sobre karst y espeleotemas

En la cueva de El Soplao, en Cantabria, entre los días 2 a 5 de julio de 2009, se celebraron las terceras jornadas de Espeleología científica. Una iniciativa conjunta del Gobierno de Cantabria (Consejeria de Cultura), la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas de Madrid, la Universidad de Cantabria y la entidad público-privada que tiene la gestión de la cueva.

El escenario de El Soplao es impresionante. La cueva (en realidad, varias interconexionadas, por efecto de a actividad de la naturaleza y algunas intencionadas intervenciones) tiene más de 20 km de longitud y está reconocida como una de las más singulares y complejas oquedades kársticas europeas.

En el exterior, se ha preparado un complejo arquitectónico y de servicios, con la intención de atraer un número alto y diverso de visitantes. Un público variado, desde niños que van a pasar el día, acompañados de padres o maestros, a profesores universitarios y espeléologos, que estudian aspectos de la morfología y génesis de  los espeleotemas.

En solo tres años que la cueva está abierta al turismo, se ha alcanzado ya la cifra de los 300.000 visitantes anuales. El paisaje, magnífico, domina varios valles de la zona; a lo lejos, en días despejados, se ve el mar y alguno de los picos más representativos de la Cordillera Cantábrica.

La cueva fue descubierta a principios del siglo XX, como consecuencia de la explotación de las minas de La Florida, que extraían la blenda y la galena del macizo.

Al abandonarse la extracción minera, la preparación de la cueva para la visita pública, compatible con los trabajos de investigación y control, puede considerarse un ejemplo de rentabilización ordenada de un patrimonio natural.

La degradación kárstica de las rocas calizas en El Soplao, dada la abundancia de agua y las variadas mineralizaciones ha generado, durante cientos de siglos, singulares espeleotemas.

La construcción de los pasos, barandillas, plataformas y otros apoyos en el interior de la cueva ha motivado inevitablemente la destrucción definitiva de algunas, muy pocas, de las formaciones calcáreas.

La preparación de los itinerarios visitables (en dos modalidades, con tren minero "apañado" que incluso permite llevar al interior a personas con minusvalía, o "de aventura", con un mayor, aunque mínimo, esfuerzo físico) ha sido hecha con cuidado hacia la escenografía; en una zona, se ha aportado agua "fósil" para crear un minilago.

Estas intervenciones, suponemos, no gustarán a los conservacionistas puros. Tampoco satisfacen a ciertos espeleólogos de la zona, para los que las cavidades deberían haberse mantenido sustraídas de la comercialización.  En el trayecto por el interior, se pueden observar algunos "signos" de estos furtivos puristas, que se resisten a pasar por caja y ofrecen señales de que siguen entrando como y cuando les place por algunos de los huecos naturales que no han sido sellados.

El valor referencial de los espeleotemas, incluso como vectores para calcular la edad de episodios básicos de la Tierra, es muy importante, y aún queda mucho por investigar. Las cuevas constituyen, al menos hasta época reciente, ambientes intocados por la mano del hombre, y sus elementos físicos, han sido testigos y sufridores de terremotos, corrimientos, subsidencias, colapsos, sedimentaciones, escorrentías, glaciaciones, flujos de agua, etc.

Intepretar los espeleotemas correctamente ofrece mucha información. Por ejemplo, la duración de los períodos de glaciación, los ritmos de entrada del agua en las cuevas, la pureza de la atmósfera, la procedencia de los detritus y  elementos de disolución, o sobre las temperaturas y atmósferas a lo largo de los miles de años en que se formaron.

Las cavidades de El Soplao tienen para los especialistas y estudiosos del karst, singularidades que la sitúan en el primer nivel. Compatibilizar los intereses científicos con los mercantiles es la apuesta de la gestión interesada -fórmula jurídico-adminsitrativa- de El Soplao y el gobierno de Cantabria. Que se mantenga por mucho tiempo.

Sobre las ingenieras de minas

Parece que las ingenieras de minas eran en el 2008, el 20% del total de esta profesión.

Esa fue una de las conclusiones que se presentaron ayer, en la Jornada dedicada por el Instituto de la Ingeniería a presentar la diversidad social de este vetusto oficio, que comenzó siendo equipo de zapadores para la defensa de las plazas fuertes.

No se quedó ahí ese cuerpo técnico. En estos últimos 300 años,  siguió haciendo agujeros para extraer carbón de las entrañas de la tierra, los hizo humo en la siderurgia, encontró la forma de sacar petróleo de debajo de las piedras (qué bien dicho), lo hizo humo, electricidad y combustible para transporte, estudió materiales cada vez más ligeros, o más resistentes o con mayor o menor conductividad, etc. etc.

Si es cierto que de los aproximadamente 5000 ingenieros de minas españoles ("superiores", es decir, los estudiados en Madrid, Oviedo y Vigo) hay unas 1000 mujeres egresadas, la ingeniería española está de enhorabuena. No debe ser así, sin embargo, porque el estudio de referencia solo recoge unas 800 respuestas por internet, y lo único que cabe deducir es que de los 800 ingenieros que, teniendo internet, contestaron a la encuesta, 160 son mujeres.

Como las ingenieras son regalo intelectual relativamente reciente, podría deducirse que los otros 4.200 ingenieros de minas que no tienen ganas de contestar a las encuestas o no tienen internet (con todas las reservas sobre el tema) son, en su inmensa mayoría, varones. Algunos de ellos -¿doscientos?- prejubilados de los fragores de las crisis del carbón y del acero, y otros -¿cuatrocientos?- jubilados.

Lo que nadie podrá criticar es que de los ocho ingenieros de minas que hablaron ayer sobre la versatilidad de esta profesión, la mitad eran mujeres. Bellas mujeres, además. Lo de inteligentes, nadie lo puso ni pondrá en duda.

Sobre los ingenieros

Después de Dios, el ingeniero.

Esa estúpida petición de principio (en algunos casos, con la precisión corporativista de "ingeniero de caminos", "minas", etc.) ha servido para mantener, durante muchos años, alto el espíritu de cuerpo. No era, salvo escasas excepciones nada plausibles, pronunciada por los propios ingenieros, sino que les era atribuída por terceros.

El efecto fue determinante, con todo: sirvió para distanciar a los ingenieros de la sociedad, y, superando el conocimiento que proporcionaban los ejemplos concretos, consiguió que se les catalogara colectivamente, junto con otros elementos de juicio igualmente gratuitos, como "gentes del sistema", retrógados o interesados defensores del mantenimiento del estado de cosas, que les favorecía.

Hoy en día, los ingenieros, cualesquiera que sea su especialidad, han pasado a ser prácticamente transparentes.

Lejanos ya los años en que los cuerpos de ingenieros del Estado (caminos, minas, montes) formaban una élite de funcionarios cuasimilitarilizados, hoy los puestos de relevancia de la Administración pública son cubiertos por licenciados en derecho, economistas e incluso gentes que pasaban por ahí con algún carné en la boca. Nada que objetar contra las cualificaciones citadas, por cierto. Simplemente, pretendemos constatar un hecho.

Sorprendentemente, los ingenieros son, en realidad, más necesarios que nunca.

La tecnología ha alcanzado los más altos niveles desde que el mundo es mundo. La escasa proyección social (reflejo del interés desde la cosa pública) del ingeniero tiene sus raíces modernas en la ignorancia de lo que hace, el desprecio genérico hacia todo lo que no se entiende, y la valoración mediática que ensalza valores que la ingeniería nunca ha considerado importantes: la elocuencia, la capacidad de comunicación, o, incluso, ha abominado, como la posibilidad de elucubrar pretendiendo ser convincente de lo que se ignora.

Así nos luce el pelo. A los ingenieros y a los demás.

Sobre el paso del tiempo

"Cómo pasa el tiempo". "Qué rápido se ha ido este momento". "No tenemos tiempo"... solemos decir.

Pero el tiempo no pasaría, ni sería veloz ni lento, ni sería, si no existieran otros entes a los que referirlo, que nos comunicaran, con sus imágenes tridimensionales,  la idea de cambio. Y tenemos un reloj ineludible, propio, inocultable, que está en cada uno de nosotros: nuestro cuerpo.

Por él sabemos que envejecemos, a partir de un cierto punto de la secuencia de cuerpos, cuando comparamos la imagen que nos refleja el espejo en el hoy con la que recordamos de algún otro ayer.

Hoy y ayer son solamente un antes y un después por culpa de esa consciencia de cambio, que se opera en cada uno de nosotros, y que hubiéramos podido percibir con otro orden, si nuestra mente hubiera decidido tomar como referencia otro modo de medir la variación de las distancias entre los cuerpos, desplegándolas de diferente manera.

Por ese reloj inventado supimos que madurábamos, a partir de la consciencia de que existíamos, hacia una deseada plenitud del yo; nuestro reloj siguió acumulando imágenes, implacable, porque apenas nos vimos pletóricos, empezamos a divisarnos ya envejecientes, más débiles, caducos. Y las imágenes se fueron ordenando ahora desde más fuerte, más hermoso, más capaz, a más débil, más feo, más inútil. Hasta que el tiempo, nuestro tiempo, nos abandonará...para siempre, porque le faltó la referencia directa de ese cuerpo convertido en polvo.

El paso del tiempo tiene, por ello, sentido para nosotros pero no para los seres irracionales. Esta cuarta dimensión añadida al espacio euclídeo es una invención útil para apoyar con ella ciertas conclusiones sobre algunas observaciones de lo que nos rodea. El veloz Aquiles nunca alcanzará la tortuga, mientras se encuentre empeñado en resolver el espacio en trozos cada vez más pequeños.

Nosotros nunca alcanzaremos la eternidad, mientras no seamos capaces de encontrar una referencia más allá de ese concepto de infinito que nos sirve para imaginar un crecimiento sin límites de nuestro Universo. Si fuéramos capaces de resolver el enigma desde el otro lado, como Aquiles y los que lo observan lo resuelven, superando la búsqueda de referencias físicas en el espacio unidimensional, podríamos saltar al otro lado de la eternidad, tan campantes.

Cuando los cuerpos aumentan su distancia entre sí, esa separación física mensurable, perceptible empíricamente, podrá ser referida a situaciones anteriores o posteriores y añadirse a ella otros números, como velocidad, aceleración, o pérdida de masa (por ejemplo), utilizando siempre como base la observación de los sucesivos estados de nuestro envejecimiento, ese reloj que llevamos dentro y que nos sirve para ordenar nuestra destrucción física.

Los relojes no "miden el tiempo", sino que lo generan, produciendo una secuencia de sucesos idénticos, a partir de un mecanismo generador, que puede provocar los pasos sucesivos de una aguja por un mismo lugar del espacio. No habría forma de ordenar esos pasos sucesivos si nuestro cerebro no entendiera lo que es antes y después.

Podíamos utilizar como secuencia para establecer el orden de los sucesos y el número de los idénticos, cualesquiera otros repetitivos, como la producción por un individuo de nuestra tribu de una madreña, el número de veces que la luna llena aparece en nuestro horizonte visual, o la cantidad de cosas que podemos hacer antes de la siguiente menstruación de una concreta mujer fértil.

No nos hemos vuelto locos -al menos, no somos conscientes de ello-. El comentario que acabamos de exponer,  puede ser compartido, al menos parcialmente,  por muchos de los contrarios a las explicaciones extraídas de la teoría de la relatividad que, entre otras cuestiones de peso, considera el tiempo la cuarta dimensión, al mismo nivel que las tres coordenadas del espacio euclídeo, a las que referimos las dimensiones de los objetos (largo, ancho, alto).

El problema, en realidad, no está tanto en la comprensión de la limitación del tiempo, sino en la destrucción física del concepto de su infinitud. La eternidad, como el infinito físico de las dimensiones de los objetos, es un concepto abstracto, un absoluto. Podemos entenderlo como final teórico de una secuencia razonable, pero no existe más que como producto interesado de nuestra imaginación, pura poesía.

 

Sobre la ecuación del Universo

La idea de que un gran estallido dió comienzo al mundo, tiene un atractivo indudable. El principio de economía mínima para un ser omnisciente arrastra la consecuencia de que, siendo capaz, un solo impulso energético movilizara el despliegue de todo lo que ahora entendemos como Universo, tanto el conocido como el desconocido o apenas atisbado (inmenso, infinitamente más amplio).

Si encontráramos esa lógica, ese postulado fundamental por el que, ecuación tras ecuación, una deducción tras otra, llegásemos a la fórmula que nos define a cada uno de nosotros, no cabe duda de que habríamos llegado a la cima de la sabiduría. Seríamos iguales, en verdad, al que concibió nuestra existencia cuando nuestros antepasados genéticos más remotos no eran ni siquiera un proyecto de ameba.

Capacitados para el razonamiento lógico, nuestra mente se mueve con más comodidad en lo razonable que en el absurdo, que rechazamos. Tarde o temprano, porque vamos, como en un tactismo, hacia la lógica, que es nuestra luz. Un camino lento y plagado de obstáculos.

No siempre la Humanidad (en todo o en parte) ha acertado a la primera en la detección de lo absurdo. Se ha creído que la Tierra era el centro del mundo y plana, que la vida podía generarse en un tubo de ensayo cerrado herméticamente, que los seres vivos no guardaban un equilibrio innestable entre sí, que el diablo se encarnaba en algunas criaturas, que existía una religión verdadera, que la raza aria era la más cualificada, que los indios y negros no eran seres humanos, etc.

Hay un camino sinuoso de relación entre la creación científica y la generación poética. Ambos se mueven en lo inexplorado. Ambos exigen el estímulo libre de la creatividad. En ambos, juega un papel la influencia de la suerte, es decir, del azar, como ayuda inestimable para descubrir lo sorprendente, lo nuevo, lo insólito.

El día 12 de junio de 2009, en el Ateneo de Madrid, Angel Arias dará una conferencia, en la que proyectará dibujos y leerá algunas de sus poesías, sobre el tema: "El ser humano ante lo desconocido: Investigación y poesía". ¿Estamos más cerca, o más lejos de encontrar la ecuación del Universo?

Sobre la estafa de la portabilidad

En un país que presume de estar a la cabeza en las comunicaciones, con una compañía pionera en el mundo, han sido muchos los españoles que se han visto envueltos en una gran estafa, que han soportado con más o menos maldiciones e inconveniencias, aunque sin saber exactamente qué hacer.

La palabra clave para entender el desaguisado es: portabilidad. En el altar de esa diosa, que permite mantener el número telefónico aunque se cambie de compañía, son miles los ciudadanos que, atraídos por la publicidad -en general, engañosa- de otros operadores, se decidieron a dejar a la vieja Telefónica, para ponerse en las manos de los Uni2, Wanadoo, etc.

Cuando se dieron cuenta de que las ventajas prometidas no eran tales y que el funcionamiento era igual o incluso peor que el de origen, recurrieron nuevamente a la portabilidad, para deshacer lo andado y pretender volver al redil de la antigua compañía estatal. Tururú, corneta. Que si quieres arroz, Catalina.

Las variaciones en las vicisitudes con que se encontraron fueron amplísimas: meses sin ningún teléfono ni correo electrónico; pérdida de las antiguas direcciones de correo para siempre; doble facturación; imposibilidad de darse de alta en Telefónica porque la otra compañía se hacía la remolona; vuelta a pertenecer a los Wanadoo u Orange o loquesea, porque se les reclamaba nuevamente desde allí, con base en supuestas confirmaciones telefónicas que no habían existido, o que habían tenido otros objetivos...

La Audiencia provincial de Madrid ha condenado a France Télécom a pagar 6.100 euros al matrimonio González-Bello, por los daños morales y materiales que se les han provocado porque Wanadoo (hoy FT) les dió de alta sin su consentimiento, secuestrando la línea que tenían con Telefónica, gracias a la portabilidad, pero que no les fue devuelta cuando lo solicitaron, interrumpiéndoles el servicio de ADSL durante meses.

Enhorabuena a los González-Bello. Han constituído un precedente, aunque nos tememos que la aventura les habrá costado bastante más de lo que ahora les compensan.

Lo que seguimos sin entender es porqué Telefónica de España ha adoptado, en este y en todos los casos que conocemos, la actitud de víctima, de nopodemoshacernada, de reclamenquenosotrosdeseamosquelasituacioncambietantocomoustedes. ¿No debería ser tema para una actuación de oficio de los organismos reguladores?

Sobre la poesía, la creatividad y la técnica

Resulta atractivo imaginar que la creación poética y la invención técnica tienen puntos en común. No significa ésto desdoro de la cualificación necesaria para investigar, sino el reconocimiento de que los grandes genios han tenido el apoyo de una herramienta singular: el azar, o, dicho de forma más respetuosa, la suerte.

También es cierto que la suerte es un elemento muy versátil y admite amplias interpretaciones. Quien ha tenido la suerte de nacer en el seno de una familia judía, con medios económicos suficientes para proporcionarle una carrera de física o química en una de las más prestigiosas universidades norteamericanas tiene mayores posibilidades que cualquier otro mortal de llegar a ser premio Nobel.

En fin, para no complicar mucho el comentario: es tanto lo que el ser humano ignora, incluso siendo muy sabio, que se debe admitir que el descubrimiento de una fórmula mágica, el hallazgo de una clave en una investigación, el encuentro con un cierre categorial de alguna de las miriadas de verdades o aproximaciones que aún desconocemos, es fruto de la elección del azar. Por mucho sudor y mucho estudio que haya dejado el sabio o el genio en el camino, si no hubiera un empujón de la casualidad, seguramente los que veneramos como líderes del saber humano hubieran abandonado este mundo por la misma puerta que los demás: el olvido.

El atractivo de la poesía está, justamente, en que los poetas hozan, con la cesta de los sentimientos, buscando ideas aprovechables, en esa tierra llena de escombros y desechos que es el mar infinito de las posibilidades de combinar las palabras en frases. A veces, muy pocas, el azar pone al alcance de sus manos una idea.

Sobre inversiones en infraestructuras y reactivación económica

El profesor Gregorio Izquierdo Llanes, que sustituyó a Juan Iranzo, Director General de Estructuras Económicas del Ministerio, en una mesa redonda sobre Infrastructuras que se celebró el 28 de enero de 2009 en el Instituto de Ingeniería de España, lo afirmó dogmáticamente: "Para reactivar la economía en época de crisis, hay que bajar los impuestos, liberalizar, e invertir en infraestructuras selectivamente, priorizando objetivos".

Fue la primera de las intervenciones y se convirtió en un argumento de autoridad que gravitó por la sala, a pesar de que lquienes hablaron a continuación -en una magnífica y oportuna convocatoria realizada por José Angel Blanco, un "caminero" presidente del Comité de Infraestructuras del IIE-, eran, ni más ni menos, que los portavoces del Comité de Infraestructuras del Congreso de los diputados del PSOE (Salvador de la Encina) , PP (Andrés Ayala) y CiU (Pere Macías).

Los políticos de los dos partidos mayoritarios presentaron muchas cifras, con las que discrepaban de su contrario y amigo, pero anduvieron más cortos de razones técnicas (ambos son abogados), por lo que la mayor parte de los ingenieros presentes en la sala -ya se sabe: muchas canas en la cabeza y culos pelaos de experiencia apenas utilizada actualmente- comentaron en el cóctel posterior que a este país le urge abrir la sociedad a los debates técnicos y, by the way, necesita que los representantes del pueblo se pongan de acuerdo en lo principal, y mantengan el rumbo en lo decidido.

No parece tan difícil, si escuchan las opiniones de los que saben, porque esas no suelen cambiar ni estar imbuídas de ideología o preocupadas por mejorar los resultados electorales de los que votan en relación con el verbo fácil, la simpatía mediática o sus personales intereses inmediatos.

El tema nos resulta tan importante que aconsejamos a los interesados revisar las anotaciones de la reunión que figuran en el blog de Angel Arias.