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Al Socaire de El blog de Angel Arias

Tecnología

Sobre la identidad digital

En una frase afortunada, Luis Arroyo Galán, uno de las autoridades de la red que actúan desde España, expresaba con un pensamiento neocartesiano lo que está pasando: "Yo soy yo y mi identidad digital".

Esta constatación inteligente tiene idénticas raíces que la frase más agreste que circula por ahí, emitida incluso desde la boca de patanes tecnológicos: "Si no tienes un e-mail (o estás en Facebook, o en Twitter,o en algún otro lugar identificable del universo virtual) no eres nadie".

La fiebre por estar presente en el mundo de los bits y los herzios, comunicándose con otros cuantos seres, conocidos y desconocidos, con los que se acaban construyendo complejas interacciones, alcanza niveles patológicos, pero también cuenta con fervorosos defensores de esta forma de ampliar, en una dimensión a la que se conceden posibilidades ilimitadas, los amigos y los conocimientos y, por lo tanto, las oportunidades de hacer negocio, difundir lo que uno piensa, pescar en sentimientos ajenos, etc.

Varían los sujetos y son diferentes las formas y los objetivos por los que se ha accedido al escenario de lo virtual. Hay quienes están convencidos de que se trata de un espacio en el que se cuecen las habas y, por tanto, es el lugar en donde se han de ganar los garbanzos. Son los que acumulan amigos en las redes, en la esperanza de que se convertirán en clientes, prosélitos o comilitones de negocios.

Otros, se mueven por esas tierras del megaespacio buscando en ellas la plataforma para encontrar una mayor difusión a sus pensamientos e ideas; no faltan tampco quienes han sido introducidos allí por pigmaliones mucho más jóvenes, generalmente descendientes de su propio árbol genealógico, y alardean con sus colegas iletrados en este arte de escribir para las ondas que tienen una identidad digital para poder comunicarse con su nieto, que está haciendo un máster en Canadá o que así vigilan mejor los amigos de sus hijas quinceañeras.

Para algunos, la identidad digital ha pasado a ser la obsesión que hay que mantener viva. Para muchos de los que se cruzan con aquella en esa irreal existencia, es lo único que conocen del "amigo", del "colega" virtual. Ese "otro"  que, curiosa y dramáticamente, y aunque podamos obtener un registro completo de sus andanzas por la red, puede permanecer como perfecto desconocido cuando nos cruzamos con él en la calle de la realidad.

En estos casos, como hicimos notar, no somos "yo y nuestra identidad digital", sino solo (o, ni más ni menos), que esa "identidad digital", que nos ha usurpado el yo real y al que tenemos, a pesar de la demanda creciente de tiempo que nos exige el alter ego de las ondas, que mantener vivo cada día.

Porque corremos el riesgo de caer también nosotros confundidos por la dimensión que cobra nuestro espectro, sin percatarnos que ese engendro que paseamos por las ondas, no puede llegar a ser el objetivo principal, sino un elemento más, secundario aunque potente, de nuestra personalidad.

Sobre el ascenso a la fama del ingeniero Sougarret

Sobre el ascenso a la fama del ingeniero Sougarret

André Sougarret es el nombre del ingeniero de minas chileno que dirigió las operaciones de rescate de los 33 mineros atrapados en la mina San José, allá en el desierto de Atacama. Ha venido a España invitado por sus colegas de acá, para dar una conferencia sobre el asunto y le harán también colegiado de honor.

Este Sougarret es un hombre afable, tranquilo, que inmediatamente se hace próximo, aunque se le adivina capaz de controlar fuertes emociones.

Ha vivido los momentos más emotivos de su vida -reconoce que, solo comparables a los del nacimiento de sus tres hijas- en esas apenas 24 horas en que fue abrazando, uno a uno, a medida que iban saliendo al exterior, a los 33 sepultados, después de que durante 69 días, ellos, sus familias, todo Chile y la mitad del mundo hubieran estado pendientes del éxito de la operación de salvamento de la que él era el máximo responsable, y, por lo tanto, el único que habría sido considerado culpable de su fracaso.

Dice André Sougarret que desde el momento en que una de las sondas pudo contactar con los mineros y se supo que estaban vivos, él estuvo seguro de que los sacarían de allí, porque "ya se trataba solo de una cuestión técnica".  Persona creyente, no duda de que, además del equipo de 700 profesionales que pusieron a sus órdenes, pudo contar con intervención desde arriba -desde más arriba del presidente Piñera- para que nada se torciera.

No presenta el menor asomo el ingeniero Sougarret de que la fama se le haya subido a la cabeza, ni vaya a hacerlo, porque este éxito de la minería chilena a la que él ha dado nombre propio, no ha modificado más que en detalles poco sustanciales su vida.

Así que lo suyo sigue siendo la historia de un técnico especialista en minería subterránea, encargado de dirigir la extracción de piedras de cobre con leyes decrecientes, en la mayor mina del mundo, EL Teniente, para la empresa pública Codelco. Un reino terrenal, con polvo, rozadoras, pernos, galerías, techos, salbandas, aire comprimido, pegas, explosivos, en el que trabajan 7.000 mineros (19.000 en el conjunto de las explotaciones), a casi mil kilómetros de distancia de ese otro lugar en el que se produjo, un  5 de agosto de 2010, el derrumbe que dejó atrapados a 800 metros de profundidad a una treintena de otros escarbadores de las entrañas de la Tierra.

André Sougarret, 46 años,  ignoraba que en los salones gubernamentales se estaba hablando de él aquel fin de semana de agosto en que sonó el teléfono de su casa.  "Solo conocía La Moneda de haber pasado por allá, para hacerme unas fotos con mis hijas. Cuando me dijeron que el Presidente quería verme, no me lo podía creer".

No era ni mucho menos la fama lo que le estaban prometiendo desde los despachos del Gobierno, sino la carga de responsabilidad de sacar adelante una papeleta nada fácil. 

Por lo que se deduce por nuestra propia cuenta de lo que André no cuenta por la suya, seguramente, al principio, algunos de los que sugirieron su nombre (cuando se ignoraba casi todo: ni si los atrapados estaban vivos, ni dónde se hallaban exactamente sus cuerpos, ni la existencia de planos de labores adecuados, ni las razones del hundimiento en aquella explotación que tenía tufo a graves irregularidades, ni, por supuesto, la maquinaria y medios que harían falta para mover unos miles de toneladas de roca dura o friable, ni de dónde podrían venir, todo ello en un momento en el que Chile, convaleciente de un terremoto, parecía tocado por la mano de la mala suerte), querían colocarle un marrón.

Pero las circunstancias, fueran como fueran, se toparon con André Sougarret, un ingeniero seguro de lo que sabía, con conocimientos, serenidad e intuición para decidir lo que tenía que hacer y preguntar por lo que no sabía, acostumbrado a tomar decisiones sobre la marcha. Por eso, cuando se vió desplazado al desierto con una misión que a casi todo el mundo le hubiera venido grande, al volante de aquella responsabilidad que no le apeteció calificar de inmensa, solo pensó "si están vivos, los vamos a sacar; es cuestión de tiempo".

En esa soledad del corredor de fondo, tuvo momentos malos, reconoce. Especialmente cuando la sonda pinchó en una galería vacía, en donde no estaban los mineros, y algunos familiares, decepcionados, le increparon, gritando que todo era una farsa.

Pero no perdió la calma y, terco y seguro, modificó ligeramente la inclinación del sondeo, repitió suerte, y unos pocos días después se hizo la luz: llegó el tubo pintado de rojo por una mano que trabajaba desde el fondo de la tierra, y la bolsa con una carta de alguien atrapado en su angustia que estaba dirigida a una esposa y a cuatro hijos y, por fortuna para los que esperaban ansiosos desde arriba, una nota escueta pero atinada, escrita por alguien que pensó en todos ellos: "Estamos bien, todos los 33".

Había más cartas, pero el mandril de perforación las destruyó, y solo aparecieron más papeles rotos, ilegibles. La mano de André Sougarret tembló solo unos instantes, antes de oir su propia voz, que imaginamos gritando a pleno pulmón: "¡Vivos!¡Están vivos!¡Los hemos encontrado!".

Lo demás, contado por él si advierte que al interlocutor no le interesan los detalles, fue como coser y cantar..."Podía durar algo más o menos, pero los íbamos a sacar".

Pero si se quiere escuchar los pormenores de toda la historia, se comprenderá que ha habido un inmenso trabajo de organización, de coordinación, de asunción de riesgos, de confianza en el éxito final.

Señores y señoras, póngan estilos de Sougarret en sus vidas. Al tiro.

Sobre los argumentos de quienes pretenden ser imprescindibles

La crisis provocada por la irracional estampida de los controladores aéreos ha provocado reacciones de todo pelaje en el teatrillo de vanidades, tensiones políticas y buscones de protagonismo, con apariencia de Estado de Alarma persistente, en que se ha convertido España.

Debiera todo el mundo estar de acuerdo en que, independientemente de las razones que tuviera el colectivo de controladores antes de su huelga salvaje, han perdido credibilidad desde el momento en que decidieron romper la baraja. No importa qué cartas tuvieran en la mano antes de colocar a un millón de personas contra el paredón de sus intereses específicos. Han perdido la razón, y por tanto, han echado por la borda la capacidad de defensa de sus razones.

Pero sería injusto, y muy deplorable, detener el análisis en la culpabilización de los controladores por el mal que han causado. Su situación de malestar no ha quedado resuelta, y la base -justa e injusta, razonable o elucubrante- que los movió a sentirse, colectivamente, amenazados hasta el límite, subsiste. Y, como necesitamos controladores aéreos, hay que encontrar una solución.

La mayoría de quienes han expresado su opinión en estos días posteriores a la crisis, se manifiestan en contra de los controladores, apoyando su despido masivo, y su sustitución por otros especialistas, formados a la carrera o contratados en el extranjero.

Cualquier que tenga o haya tenido la curiosidad de saber cómo se llega a disfrutar de "una de las carreras más apasionantes y mejor remuneradas del planeta", y haya echado un vistazo sobre los requisitos para acceder a una profesión que, en cada país, se expresa con requisitos diferenciados, seguramente llegará a la misma conclusión que nosotros: No hay ninguna razón para que su remuneración inicial sea superior a la de cualquier carrera de grado medio, en la que, por supuesto, habrá que valorar, junto a la experiencia que se vaya adquiriendo, las cualidades personales y las variables específicas de nocturnidad o turnicidad, horas extras y, en su caso, disponibilidad para incorporación al servicio.

El núcleo de la cuestión de porqué los controladores de tráfico aéreo son imprescindibles reside en que, además de saber inglés, ver bien, no superar una cierta edad, aprobar un tanto misteriosos exámenes físicos y síquicos y acreditar una formación universitaria de nivel medio (e incluso inferior: basta en muchos casos el bachillerato), necesitan especializarse, no ya en el manejo de los instrumentos propios para ejercer su trabajo, sino en los de una determinada torre de control, pues deben adquirir la capacidad para adoptar decisiones en su ámbito de responsabilidad de forma prácticamente instantánea.

No se diferencian en esto de otras profesiones en las que se deben tomar decisiones en situaciones críticas: médicos, ingenieros, políticos, pilotos, manipuldores de aparatos de precisión o sistemas delicados o complejos -por decir solo algunas- se pueden encontrar en posiciones similares. Y, por supuesto, no viven la situación de tensión como la viviría un lego, pues han sufrido un aprendizaje para soportarla, además -y esto es lo importante- de disponer de los conocimientos y recursos para salir adelante del problema ocasional, con éxito.

Este es el punto al que queríamos llegar: los controladores aéreos se creen imprescindibles porque no aman su profesión, y -al parecer- solo han sido educados desde la perspectiva del profesional, no de la del bien que hacen a la sociedad.

Las declaraciones que hemos oido en estos días de gentes de ese colectivo que ha saltado a la palestra en donde los demás ponemos luz y taquígrafos, producen escalofríos: se ven superiores, únicos, se sienten perseguidos, se reconocen tensos, entienden que se les debe remunerar mucho más que a cualquier otro trabajador por la índole extraordinaria de su misión casi mesiánica; etc.

Hay que conseguir que se bajen de su pedestal y dejen de pensar en ellos mismos. Hay, solo en España, cuarenta y seis millones de personas que dependen de que hagan bien su trabajo, y que cobran, por hacer bien el suyo, mucho menos que ellos.

Y merecen el mismo respeto. Porque si no existiera esta sociedad y no se hubieran inventado los aviones, no habría torres de control, ni se necesitarían controladores aéreos.

Sobre las aplicaciones de las tecnologías sin zanja

La rehabilitación de las tuberías sin necesidad de realizar zanjas en el terreno, es una tecnología conocida desde hace décadas y que, sin embargo, en España, aún no se está utilizando de forma habitual, en aquellas ocasiones en las que las características de la conducción, asociada a las dificultades de acceso al terreno, aconsejarían su uso sistemático.

La Asociación Ibérica de Tecnologías Sin Zanja (IbSTT), dentro de la International Sociaty for Trenchless Technology, viene apoyando  desde 1995 esta técnica, organizando periódicamente Jornadas de divulgación, como la que se celebró en la Escuela de Minas de Madrid el pasado 24 de noviembre de 2010.

No pretendemos, sin embargo, enfocar este Comentario hacia los aspectos técnicos de esta forma de trabajo, bien conocidos, por lo demás, por los profesionales que nos dedicamos a la gestión de las infraestructuras de agua y alcantarillado.

La inspección de las tuberías, previa a la intervención correctora, se lleva a cabo mediante sondas robotizadas, provistas de cámaras que recogen, al moverse por la conducción, la secuencia de los perfiles que se van encontrando en el avance, lo que permite detectar aquellos puntos que necesitan atención.

Una vez localizados los sectores que deben ser reforzados o sustituídos se introduce una mabda de fibra de vidrio o poliester, de características adaptadas al fluído que debe ser transportado en el funcionamiento normal.

Las similitudes entre los sistemas de conducción de fluidos en los campos de la ingeniería y los que se encuentran en el cuerpo de los seres vivos para realizar distintas funciones vitales, abre todo un campo sugente de aplicación analógica de esta metodología, llevada a la microcirugía y a la consecución de intervenciones menos invasivas.

Nos parece que existe un amplio campo de investigación y experimentación aplicada, por ejemplo, no solo en la detección de estrechamientos en los diferentes conductos (digestivo, sanguíneo, linfático, urinario, etc.), en los que la robótica y la tecnomedicina han experimentado geniales avances en la última década, sino, también, en la aplicación de las tecnologías sin zanja para reforzar determinadas zonas, garantizando la total estanqueidad y, por supuesto, la neutralidad biológica de los materiales empleados para subsanar, por ejemplo, debilitamientos en las paredes estomacales, control y subsanación de de hemorragias internas, sustitución de partes del tracto intestinal o uretral, bypass y/o aislamiento de tumores no cancerígenos, etc.

Sobre lo que deberían saber los ingenieros

Hace ya tiempo que no se oye hablar -en los foros técnicos, se entiende- entre las diferencias y ventajas a favor o en contra de los ingenieros generalistas y especialistas.

La modificación de los planes de estudios en casi todas las ingenierías, que se venía reclamando por distintas voces, se ha realizado al abrigo de los acuerdos de Bolonia.

El objetivo de Bolonia es claro (e ingenuo), pues resulta tan loable como inalcanzable pretender que los profesionales de esa Europa que se está construyendo a zarpazos puedan encontrar acomodo en cualquier país, independientemente del lugar en donde hayan estudiado.

Sin embargo, y en particular, en el terreno de las ingenierías, la cuestión, al menos en España, hubiera necesitado un debate previo mucho más profundo.

No lo ha habido, ante todo, por la terrible desconexión que existe entre la Universidad -muy específicamente, las Politécnicas- y las empresas, y, además, por la ausencia de un modelo coherente, pactado y creíble de desarrollo para nuestro pequeño país.

Si no se tiene claro si queremos poner nuestra ventaja comparativa en naves espaciales, minería metálica profunda, construcción de rascacielos a prueba sísmica, sicosociología industrial o telemedicina del cerebro -por poner ejemplos que pueden parecer estrambóticos-, tampoco necesitamos, por supuesto, saber qué debemos enseñar a nuestros educandos.

Porque lo que debería reconocerse es que la tecnología ha avanzado en estos últimos cincuenta años de forma brutal, y que es imposible enseñar en la Universidad más que los rudimentos, la base, los conceptos, de varios de esos hallazgos, confiando en que el alumno, una vez egresado, sea capaz, por sí mismo, de completarlos y adaptarlos a lo que necesite en el mundo de la empresa.

Es decir, hay que formar al universitario que se pretende luzca la categoría profesional de "ingeniero", capacitándolo para resolver por sí mismo, en el terreno técnico, el desafío de todo intelectual: su formación continua, el no dejar, nunca, hasta la muerte, de educarse, aprendiendo sin descanso la manera de resolver mejor los problemas que la práctica le ponga en necesidad de abordar.

Para conseguir un objetivo tan complejo, hay que saber combinar la enseñanza teórica de calidad con ejemplos prácticos que permitan al alumno saber cómo aplicar los conceptos.

Coordinar esta dualidad exige que unos maestros sepan muy bien las bases de la ciencia que están obligados a transmitir -y lo hagan con ilusión y credibilidad- y otros (o los mismos), bien porque estén trabajando en empresas o en estrecha colaboración con ellas o se hallen capitaneando equipos investigadores que se hayan situado en algún tema a la vanguardia mundial, sean capaces de decir a sus alumnos: "Y esto que os han enseñado en los primeros semestres lectivos, sirve, por ejemplo, para resolver estos problemas de esta concreta manera. Vosotros deberíais resolver los que se os presenten, combinando lo que sabéis con lo que aprendáis, al salir de aquí, por vuestra cuenta".

Claro que si se trata de copiar -mejor o peor- lo que hacen otros, vender los equipos y soluciones que fabriquen las multinacionales o, en el más favorable de los casos,  confiar en que los mejores de cada promoción se preparen por su cuenta como Dios les de a entender, e incluso se vayan al extranjero si aquí no encuentran sitio para resolver sus inquietudes, la cuestión será siempre otra y sus soluciones, también.

Sobre la innovación en Europa

Sobre la innovación en Europa

Los días 27, 28 (y 29) de octubre de 2010 se celebró en Lieja (Valonia) un Congreso dedicado a la innovación, bajo el patrocinio de la Presidencia belga en la UE.

Lieja contiene uno de los generadores de clusters más interesantes de Europa, en el que se han depositado expectativas de que sirva para la recuperación de la deprimida región valona, profundamente afectada, como es sabido, por la caída definitiva de los mercados siderúrgicos.

Los tiempos de Usinor-Coquerill han pasado, aunque las huellas de aquella gloria han quedado en el paisaje -degradado, aunque, como es el caso de la también húmeda Asturias, el tiempo (atmosférico) parece dispuesto a curarlo todo-.

Mantiene Lieja un encanto sustancial, combinando unas espléndidas zonas verdes, en las que el agua y añosos árboles alternan con iglesias y otros monumentos de imponente factura. La moderna estación de tren, diseñada por Calatrava (Guillaumens), esta vez sí, se integra magníficamente con el espacio, proporcionando una puerta de entrada a la ciudad que no tiene rival en Europa.

Hemos podido visitar, entre otros, el espacio de investigación que Arcelor-Mittal tiene instalado en el Parque Tecnológico de Lieja -en realidad, se le denomina "Liége Science Park", un paraje idilico en al que aún no ha llegado el invierno-, y constatado las preocupaciones actuales de sus animosos investigadores. Arcelor tiene en Lieja 100 investigadores (50 ingenieros y doctores, y maneja un presupuesto de 17 millones de €, de los que 3 provienen de subvenciones públicas).

Instalaciones y trabajos, por cierto, los de Arcelor, celosamente guardados. No se nos permitió hacer fotos, a diferencia con lo que sucedió en el Centro de formación Technifitur, en el que los visitantes se entrenaron a plasmar hasta los rizos de los aprendices que se adiestraban allí en el manejo de fresas y otras máquinas programables.

Especialmente interesante fue la visita a Sirris, en donde se investiga en la creación de prototipos con formas complicadas a base de polvos poliméricos, sinterizados con laser, entre otros trabajos relacionados con moldes, piezas singulares e incluso ensayos de resistencia al choque. 

El gigante siderúrgico -5% de la producción de acero en el mundo, con 73 mill. de t/año, en 60 países-, al que la crisis ha obligado a una reducción de personal drástica, para quedarse con "sólo" 287.000 empleados, vió recortada su facturacion en 2009 a 65.000 mill. $. mitad. Bien porque se olió la crisis o porque la necesidad obliga, está orietando su producción hacia la alta calidad, desde luego, pero también hacia lo pequeño.

Así lo pone de manifiesto sus ocupaciones investigadoras: láminas de acero revestidas de películas con alta resistencia al impacto, o con características que la hacen fotosensibles, por ejemplo; producción de láminas extradelgadas; acuerdos para fabricar estructuras y viviendas llave en mano, en colaboración con empresas de construccion e instaladores;...

En España, el Centro de Labein, en el Pais Vasco, es puesto como ejemplo en Europa de la actividad en temas de inteligencia artificial; nada sabían (nada concreto) nuestros interlocutores sobre la investigación en Arcelor- Asturias, salvo una confusa referencia al reconocimiento de formas (que suponemos se realiza en colaboración con la Universidad ovetense).

Nos ha quedado claro el propósito del capital indio de convertir a Arcelor en una empresa global, que integre la producción de toda la cadena, desde la minería hasta los servicios, incluída la gestión del agua o de los residuos, propios y ajenos.

En la filosofía del "sálvese quien pueda", la familia Mittal, desde luego, sigue comprando cuantas papeletas llegan a su alcance. También se aventura un reparto de papeles. En ese marco competitivo global que maneja el gigante siderúrgico, la orientación no excluye la micro y hasta la nanotecnologia, en la que Europa tiene la batuta del liderazgo tecnológico del grupo.

Las previsibles consecuencias sobre la cantidad y calidad de los trabajos disponibles, partenecen a otra historia, que se contará, suponemos, por los eruditos investigadores de la India, -o, quizá de China o Brasil-, que se perfilan como vencedores de las próximas décadas .

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1) En la información pública que difunde Arcelor-Lieja, se indica que se ha conseguido añadir "funciones inéditas" al acero, tales como propiedades autolimpiantes, antibacterianas y agentes de purificación del aire y del agua. Entre los nuevos productos, están los revestimientos orgánicos y metálicos, que se pretende integrar en los aceros convencionales de construcción: coches con células fotovoltaicas y absorbedores térmicos.

Sobre el síndrome del rescate y la gloria del minero

Empezamos por el final: los 33 mineros atrapados a 700 m de profundidad en una mina de cobre en Atacama, Chile, han sido izados a la superficie, después de una operación de rescate que duró dos meses y medio (del 5 de agosto al 13 de octubre de 2010).

La historia está escrita con el guión de aquellas películas de suspense que llamamos "del Oeste" -cuando no sabíamos mucho de los signos cardinales- en la que la amenaza de la muerte gravitaba sobre los buenos, porque se les habían acabado las municiones y estaban rodeados de enemigos.

Si recordamos el cuento, por un lado estaban los incuestionables protagonistas, reconocibles por su rostro agradable, a los que se habían atribuído nombres y de los que conocíamos algo de su historia pasada, elementos todos ellos que despertaban nuestra simpatía, y con los que nos identificábamos, sintiendo, con ellos, angustia, compasión y dolor.

Por otro lado estaba la amenaza, que entendíamos como propia del espectador, que consistía en hordas de enemigos sin identidad individual, deshumanizados y de los que solo se resaltaba su crueldad. Todo parecía perdido hasta que llegaba el ejército de salvación, anunciado con cornetines y banderolas.

Los atrapados de entonces eran fundamentalmente mujeres y niños, refugiados detrás de un  precario parapeto que defendían cuatro esforzados, posiblemente heridos. La aparición de la agrupación mítica, el séptimo de caballería, suponía la liberación y el final de la película.

Muchos de estos elementos se encuentran en esta historia real, y por ello, es normal que se nos amenace con llevarla al cine, para que los rostros de los mineros y de sus salvadores sean de actores bellos y rudos, y no los ennegrecidos, desgreñados e incluso, por lo que se nos ha dicho, parcialmente desdentados, de los protagonistas reales.

Parece que será el actor de moda latino, Javier Angel Encinas Bardem, el que asumirá el liderazgo del nuevo relato corregido y solo cabe esperar que no sea Woody Allen el guionista que nos introduzca la moralina de la historia.

La mala de la historia será la madre Tierra, siempre dispuesta a fagocitar a sus hijos como Laocoonte y, por supuesto, los empresarios ávidos del dólar, indolentes y crueles.

Pero lo que no debe minusvalorarse en la historia real es la intervención del ejercito de salvación: el equipo de técnicos que hizo posible el rescate, y que este se llevara a termino sin riesgos para los mineros. Y, dentro de ese grupo, habrá que hacer distinción especial a los seis especialistas que descendieron al fondo del misterio, para acompañar a los rescatados, transquilizarlos, y probar el invento de la cápsula extractrora.

A esos ingenieros, geólogos, sicólogos, a todos esos técnicos prácticamente anónimos, dedicamos, con todo afecto, con toda admiración y respeto, este Comentario.

He aquí algunos de sus nombres: Gerardo Gofret, ingeniero de minas de Codelco, que supervisó las operaciones de rescate; André Sougarret, ingeniero de minas responsable del operativo de salvamento; Ovidio Rodríguez, que encabezó el equipo de rescate, junto a Miguel Fort, ambos ingenieros de minas de las brigadas; Jean Romagnoli, médico y preparador físico de los mineros; Alberto Iturra, sociólogo al frente del equipo médico; René Aguilar, coordinador de la perforación, y que dirigió también el operativo concreto de la jaula y los rescatistas (o rescatadores). Y lamentamos no conocer el nombre de los bomberos, sanitarios y resto de geólogos e ingenieros que participaron, jugándose el prestigio, trabajando día y noche, porque los 33 mineros salieran, como héroes por haber sobrevivido, sanos y salvos, a la superficie.

(Y permita el lector, también una nota personal del Administrador de este blog: el día 13 de octubre de 2010, en el programa de TV 24 horas, el ingeniero de minas español José Carrasco, catedrático de la Escuela de Minas de Madrid, explicó, con calor, devoción y conocimientos técnicos algunos aspectos del rescate, acertando a poner el énfasis en donde se encuentra la base del mérito y del éxito de la operación: la buena técnica minera)

Sobre aquellos polvos de los que vienen estos lodos

En Kolontar, Devecser y otras pequeñas localidades húngaras creyeron que se trataba de una riada del Torna, un mísero afluente del gran Danubio, y se limitaron a cortar la luz, recoger el ganado y esperar que la corriente amainara. 

Pero el 6 de octubre de 2010 las aguas rojas no eran como otras veces. Su pH correspondía al valor de 13, porque provenían de la rotura de la balsa en el que la empresa MAL contenía (de forma técnicamente no explicable y, en todo caso, está claro que de forma no suficientemente segura) los residuos corrosivos de la fabricación de aluminio.

La rotura brusca de la balsa de lodos húngara ha vuelto a traer a la memoria el accidente de Aznalcóllar (ocurrido el 25 de abril de 1998), y las crónicas dicen que se está tomando como modelo de referencia el protocolo de actuación que se siguió allí. En aquel caso, en la ensenada sevillana, no resultaron afectados seres humanos. En este, para que la desgracia sea completa, ha habido ocho muertos, varios desaparecidos (o sea, muertos) y 150 heridos, con quemaduras más o menos graves producidas por el líquido rojo.

En Aznalcóllar, la balsa de residuos, de 8 Hm3, perteneciente a Boliden-Aspirsa, al romper, liberó líquido de pH bajo (con alta acidez, por tanto). El Tribunal Supremo condenó a la empresa a pagar 45 millones de euros de indemnización por los daños, aunque el dinero público empleado en tratar de corregir la catástrofe ecológica es bastante superior.

Hay miles de balsas de residuos en el territorio europeo, con diferentes niveles de peligrosidad y estabilidad. Solamente en España, Greenpeace dice tener localizadas 743 balsas de residuos tóxicos, muchas de ellas abandonadas al cesar las explotaciones mineras que las generaron. La Unión Europea tramita las denuncias presentadas contra las minas de Las Cruces (Sevilla), Cerro Colorado y Aguzaderas (Río Tinto), y Aguas Blancas (Badajoz), estando también denunciadas las balsas de estériles que produjo la fiebre del oro de Belmonte (Asturias).

En la Unión Europea puede haber más de 5.000 balsas. Es imprescindible realizar un inventario completo de las mismas, que contenga la valoración de su estado, la determinación de los responsables de su mantenimiento y cuidado y, por supuesto, los protocolos de actuación para el caso, ya sabemos que improbable pero posible, de que puedan romperse.

Están en juego vidas humanas, sistemas ecológicos, entornos paisajísticos, acuíferos y terrenos. Pero también está en juego la credibilidad de la técnica y el juicio por el buen hacer y la responsabilidad ética de los profesionales que ejecutan los procedimientos. No se apele al azar sin necesidad, cuando lo que falta es la determinación empresarial, la eficiencia del controlador y la honestidad de quienes, sabiendo, no hacen bien las cosas porque cuesta más dinero.

Eso sí, que no se alarme a la población sin motivo, o difundiendo medias verdades o elucubraciones tremendistas. El accidente de Kolontar ha llamado la atención sobre la balsa que Alcoa mantiene en San Ciprián, con residuos de la producción de bauxita, a los que se cataloga como "no muy distintos de los que han causado el desastre en el país centroeuropeo" (EM, 10 de octubre de 2010, Rosa M. Tristán).

Sobre las minas de Rio Tinto en el futuro

El ingeniero Preston Chiaro, director de Tecnología e Investigación en el grupo australianobritánico Rio Tinto, pronunció el 22 de septiembre de 2010 en Madrid una conferencia con el sugerente título "Rio Tinto´s mine of the future".

Lo hizo en inglés.

Está demostrado el respeto reverencial que los españoles, en especial los técnicos, dispensaron históricamente a quienes les hablan en inglés, seguramente por el esfuerzo que representó y representa para la mayoría el fijar la atención en lo que les están diciendo, de manera que entenderles es ya un triunfo.

El Sr. Chiaro no defraudó a los asistentes. Su inglés americano es claro, los datos que maneja son precisos, y su enfoque resulta global, pragmático y ambientalista sin recovecos.

Por eso, lo que dijo en una hora, -en el auditorio de la Fundación Gómez Pardo, invitado por el Colegio de Ingenieros de Minas de Centro, ante una audiencia de unas treinta personas-, resultó, a la vez que revelador acerca de lo que piensa sobre la minería del futuro uno de los grupos mineros más importantes del mundo, básico para entender las claves de la minería del presente.

Lo definió el ingeniero Preston en cuatro pinceladas.

Estamos ante un crecimiento de la demanda de productos minerales sin precedentes, con la mayoría de las explotaciones maduras o agotadas en los países desarrollados, obligados a profundizar más y a transportar más lejos minerales con menores leyes, y/o a tratar mineralizaciones complejas, todo ello con el objetivo insoslayable de causar "daño cero" (zero harm) a personas y ambiente, y lidiando con restricciones crecientes en los recursos energéticos, tanto por la necesidad de controlar el cambio climático como por la inseguridad en los precios de las fuentes.

En este contexto, la minería mundial está esperando aún el gran salto cualitativo. Emplea equipos más grandes, más capaces, para extraer, tratar, lixiviar o fundir.  Es capaz de profundizar más hondo o mover en menos tiempo más material. Pero las mejoras se miden en incrementos de porcentaje, y es necesario "to improve the rates by factor 2 or 3".

El grupo Rio Tinto está en esa línea que solo puede seguir una compañía multinacional, con grandes recursos y visión global. En 2007 adquirió Alcan y se convirtió en la mayor productora de aluminio. Posee el 30% de Mina Escondida Ltda., en Chile, la mayor mina de cobre del mundo. Está, desde luego, detrás del fenomenal impulso tenido por la minería china (en 7 años un recorrido mayor que en los 35 precedentes).

El ingeniero Chiaro habló de que en los próximos 10 años, el grupo Rio Tinto necesitará contratar 150.000 nuevos empleados. No se cortó un pelo en definir el perfil: fundamentalmente ingenieros, mecánicos, eléctricos y electrónicos, programadores, informáticos, expertos en nuevas tecnologías, poseedores de habilidades y conocimientos avanzados, dispuestos a trabajar en Africa, Sudamérica, Estados Unidos o China, con conocimientos de lenguas extranjeras como el chino, el español, el hindú,...

Tenemos que mejorar nuestra "own ingenuity", dijo Chiaro. Estupendo ejemplo, por cierto, del riesgo de las traducciones mentales literales, porque no estaba apelando el ingeniero ambientalista a nuestra capacidad para rescatar al salvaje interior -nuestra "ingenuidad"-, sino en nuestra intensidad para aplicarnos en emplear la imaginación y la técnica a resolver los problemas y los desafíos con que estamos confrontados -nuestro "ingenio".

Sobre las fuentes y sindicaciones web y las barbas del vecino

El problema, grave, de la proliferación indiscriminada de centros de información digital -páginas web, blogs, centros de servicio y documentación públicos y privados, generadores de spam y virus, junto a las redes de contactos (profesionales, de amigos, sexuales, de políticos, o, simplemente, de captadores de datos), etc.- viene exigiendo sistemas que pongan orden en el caos.

Los sindicadores son tenidos, a pesar de sus dificultades, como una manera de generar pirámides de eficiencia, veracidad y autoridad en la red. De entre ellos, los dos más usados, son, todavía, el Google Reader y Bloglines.

El anuncio de que Bloglines a partir de octubre de 2010 dejará de prestar su servicio es una mala noticia.

Los RSS (apócope de los RDF Site Summary o Rich Site Summary), utilizan el formato XML para realizar esta sindicación, palabro que significa el compartir contenidos en la web, y que pueden ser seleccionados por sus suscriptores de acuerdo con las preferencias del usuario, creando fuentes de contenidos que proporcionan información actualizada.

Mark Fletcher, el fundador de Bloglines, anuncia desde Ask.com la desaparición de Bloglines, sepultado por la fuerza de las redes sociales, tipo Twitter y Facebook.

Es una mala noticia, porque estas redes sociales en especial, se han convertido, más que en difusoras de información relevante, en intoxicadoras, por la proliferación de mensajes y enlaces (links) a blogs y centros de noticias con mensajes inanes, contenidos falsos, u opiniones interesados, adulterando el concepto imprescindible de separar lo útil de lo publicitario y de lo estéril y, particularmente, de lo erróneo.

Es imprescindible disponer de herramientas que, al margen de la posibilidad excelente de seleccionar el grupo de internautas (y centros de información) que interesan a nuestra actividad o negocio (o, simplemente, a nuestro placer intelectual de estar bien informados y por gentes de confianza), ofrezcan la opción de priorizar unas fuentes sobre otras.

Y en la red confluyen ya demasiados intereses, excesivos torpedos no identificables con seguridad que afectan a la seriedad, honestidad y eficacia de lo que se difunde.

Seguramente no es cuestión que pueda resolverse con legislación (el Ministerio de Cultura anda dándole vueltas a incorporar en esa Ley-engendro de la Economía Sostenible, disposiciones sobre la piratería y la defensa de los derechos de autor). Hay miedo por parte de algunos profesores universitarios, investigadores, técnicos cualificados y científicos, a exponer sus doctrinas, hallazgos e ideas en la red.

Pero lo necesitamos. Es urgente poner orden y cualificación en la red, con respeto a los derechos de autor (si el autor no hace cesión de ellos al publicar sus trabajos), o, en otro caso, con la generación de herramientas de sindicación que no estén abiertas a cualquiera, sino que supongan el pago de un peaje como usuarios y exijan una validación y permitan una remuneración a quienes hayan ofrecido sus valiosos conocimientos y desean que se les reconozca económica y científicamente su trabajo.

Sobre el Gran Hermano minero de Chile

Desde el 5 de agosto de 2010, 33 mineros permanecen atrapados en una mina de cobre y oro situada en Atacama, al norte de Chile. Desde el 22 de agosto se sabe que están vivos, porque se pudieron recoger algunas de las señales que estaban emitiendo.

Desde el día 24, utilizando una sonda de 16 cm de diámetro que se hizo llegar hasta ellos, se les ha podido suministrar aire fresco, agua, alimentos y recibir de ellos información visual, acústica, escrita.

Su localización y contacto no supuso su rescate, porque para ello es necesario disponer de un agujero con, al menos, 65 cm de diámetro -superior al ancho medio de un hombro adulto- y arbitrar el procedimiento de izado, uno a uno, de los enclaustrados. Instalado con urgencia, una máquina perforadora -la Strata 950, prestada por la empresa Codelco-, se encargará de taladrar la roca los 700 m que separan de los mineros, a un ritmo probable de 10-12 m por día.

Serán, pues, precisos, todavía más de dos meses, quizá incluso dos meses y medio, para llevar a la superficie a los mineros atrapados.

Los especialistas en supervivencia y los aficionados a la especulación han emitido opiniones y sugerencias respecto a los riesgos, y las dificultades de soportar un encierro prolongado a las condiciones en que se encuentran estos hombres: probablemente, a 35ºC y con 98% de humedad.

Muy duras, pero no letales, si se proporciona al cuerpo 4 litros diarios de líquido, alimento, ejercicio metódico y, sobre todo, la fuerza del compañerismo, el afecto de los que están fuera, la seguridad de que todo saldrá bien, de que la aventura culminará con éxito.

Tenemos un Gran Hermano minero en Chile. En doble sentido. El de la solidaridad, desde luego, por afinidades profesionales y proximidad con ese pueblo. Y, por analogía con otros espectáculos televisivos, la opción de contemplar cómo un grupo de hombres, con edades, caractereres, peculiaridades diferentes, resisten una dura prueba.

El espectáculo mediático ha empezado.Glückauf, mineros. Suerte, porque la necesitáis para salir vivos y enteros de allí, pero contáis con el apoyo de los avances de la técnica minera, de la medicina y la sicología. Hasta se ha llamado a especialistas de la Nasa.

Aunque, sobre todo, necesitáis suerte porque han empezado a despedazar vuestras vidas los espíritus ávidos del folletón, y en eso, la técnicaya no puede ayudaros. Ahí, estáis solos; cada uno de vosotros, solo.

 

Sobre el matrimonio de conveniencia entre técnica y política

Las relaciones entre técnica y política son las propias de un matrimonio de conveniencia en la que quien lleva la voz cantante hacia el exterior es la segunda, pero quien realiza el trabajo de la casa es la primera.

Pocas veces ambas se presentan juntas en sociedad, y son discretas en hacer manifestaciones públicas la una de la otra, aunque cualquiera que las conozca un poco sabe que no pueden vivir separadas y que, si bien no se prodigan en relaciones íntimas, se entienden en la cama en donde se generan las condiciones de futuro.

Un catedrático de Filosofía, Daniel Innerarity, realiza un incursión (EP, el 23 de julio de 2010 pág. 27) sobre esta relación, para indicar,  desde la base argumental de que "además de las que han sido beneficiosas, estamos rodeados de técnicas que han fracasado", y que, gracias a estos fiascos, "la técnica ha reforzado el prestigio de la política", al convertirla en su reguladora, "frente a las inseguridades, peligros y accidentes que las modernas tecnologías plantean".

Como elemento para iniciar una discusión, el argumento (recogido aquí de forma resumida y, por tanto, imperfecta) es muy aceptable, pero los soportes desde los que trabaja el profesor Innerarity nos parecen muy poco consistentes.

Los métodos de trabajo de la política y la técnica son diferentes, aunque ambos tienen como propósito final el mejorar el bienestar de la sociedad. Para los primeros, el éxito consiste en ofrecer urgentemente realizaciones que sean vistosas, para rentabilizarlas en votos y apoyos populares; para los segundos, basta generalmente con mejorar algún aspecto que les aporte prestigio, y rentabilidad económica a sus empresas y equipos. 

Distintos son, por ello, los conocimientos requeridos, los métodos y los ritmos.La política gestiona -o debería gstionar- la mejor solución a los problemas colectivos con los mimbres disponibles, y la técnica le proporcionaría lo sustancial de aquellos elementos de actuación que mejoraría el bienestar de los que votan, pero manteniendo objetivos mucho más amplios. Así sucede desde que el hombre abandonó las cavernas.

La política, sin la técnica, perdería su razón de existir, porque no tendría opciones sobre las que elegir, habida cuenta que se elige siempre entre soluciones técnicas. La técnica, por el contrario, no necesita exactamente de la política para subsistir, aunque la aplicación práctica de sus hallazgos constituye uno de los mejores estímulos para perseguirlos, y dota a su trabajo de sentido frente a los demás seres humanos.

Se pueden inventar y crear aplicaciones técnicas brillantes sin contar con el apoyo político (y, desgraciadamente, España a veces parece seguir ese camino), aunque es muy aconsejable que se dispense a los técnicos -aquí, sinónimo de investigadores- la atención y cuidados necesarios, para que puedan trabajar cómodamente, orientando las prioridades que deben dar a sus estudios y ensayos, ya que el campo de lo que queda por descubrir es infinito.

Esta conveniencia de apoyar la técnica desde la política es mayor hoy, porque la técnica ha alcanzado muy altos niveles de dificultad y exigencia, y el trabajo individual resultaría poco productivo, o ineficaz; hacen falta sofisticados equipos y materiales, y realizar tareas multidisciplinares en todos los campos.

Acusar a la técnica de fracaso es una falacia interesada. Equivale a echar en cara del héroe que muere después de haber salvado a varias víctimas de haber provocado el accidente.

La técnica no tiene las soluciones en su chistera, echando mano de varitas mágicas. Las trata de encontrar, con esfuerzo, método y, sí, también, a veces (pocas) con algo de suerte. No crea los problemas y, cuando ofrece las soluciones, no siempre las entrega como certezas, sino con un margen de seguridad o incertidumbre, porque en la mayor parte de los casos no se pueden controlar todas las variables, solo las más importantes.

Por ello, sería muy aconsejable que, de vez en cuando, la política, es decir, los políticos, se bajaran de su pedestal de ilusionistas de la realidad tecnológica y se aclararan de una vez de que es ingenuo creer que "la técnica acude siempre"; lo intentará, desde luego; pero se le han de proporcionar medios, dineros, las capacidades intelectuales y, no en último lugar, algo que no se vende en ningún mercado: tiempo.

Y no se olvide que el desarrollo tecnológico, a los niveles actuales, implica riesgos; a veces, más altos. Si se aumentan los focos de decisión, los modos de aplicación, los puntos de control, las intenciones de los políticos, la probabilidad de fallo aumenta.

Trátese de conductos de petróleo, centrales nucleares de fisión, viajes en avión o en automóvil, encendido de aparatos electrodomésticos o subidas y bajadas en ascensor a la casa donde vivimos. Hay que mantener los equipos, seguir investigando mejoras, trabajando continuamente para que la técnica no se convierta en el buco emisario del fracaso de la política.

Sobre los ejercicios espirituales de Fray Varsavsky en Torrenova de Alaior

Martin Varsavsky es una figura de respeto en el mundo de las telecomunicaciones. Fundador, entre otras empresas de éxito, de Jazztel y de Ya.com, organiza desde hace cuatro años reuniones de networking muy especial en su finca de Torrenova de Alaior, en Menorca.

El fin de semana del 18 de junio de 2010 se celebró el cuarto Menorca TechTalk, que, como escribe el propio Varsavsky, en su microblog (los blogs ya son cosa que solo pueden alimentar los elefantes de este mundo virtual) "es un evento (...) al que invitamos amigos emprendedores de tecnología de todo el mundo". Allí han estado, en otras ocasiones, representantes de Silicon Valley, y del mundo de las start up´s que se reparten entre las tres casas de la fina y que, por razones de espacio, no pueden ser más de sesenta.

La invitación era, sin embargo, abierta (controlada por Matias Bergmann desde matias@fon.com.), y el interés despertado por este acontecimiento que suponía la congregación distendida de profesionales de estas nuevas tecnologías, justifica el que este año se sobrepasara la asistencia de años anteriores. Alí estuvo, según las crónicas locales -nosotros estábamos en Menorca, disfrutando de las mismas puestas de sol de Cal en Porter-, Zaryn Dentzel, de Tuenti, junto a Brent Hoberman, de Lasminute.com, Alejanro Estrada, de DineroMail, Reid Hoffman, de Linkedin, o Michael Jackson, de Mangrove Capital Partners.

Se contaba también con la asistencia de Andrew McLaughlin, el Deputy CTO del gobierno del presidente Obama y de un habitual, Janus Friis el co fundador de Skype y de Loic Le Meur, fundador de Seesmic y coinventor de este evento, que funciona desde 2007.

Allí estuvo también Arthur O. Sulzberger, presidente del New York Times, que habrá tomado nota de lo que significa para la prensa escrita la eclosión de la comunicación virtual.

Una magnífica idea, que sirve también para promocionar una isla esplendorosa, magníficamente defendida de los destructores de paisajes que -que solo han concretado muy escasas intervenciones, que destacan como agresiones infumables-.

Enhorabuena, Martin, por el proyecto, la calidad de los asistentes y el ejemplo que significa para otras iniciativas que impulsen ideas en un sector que aún parece dominado por cierta improvisación y la falta de método.

Sobre el testamento digital

Si llevamos una vida digital -en la que hasta podemos intercambiarnos presentes virtuales, comprar terrenos y erigir edificios con monedas que no tienen valor fuera de las fronteras de lo telemático (pero que debemos comprar, ay, como en todo Casino, en la caja, con dinero sonante)-, y le damos valor a lo que tenemos puesto en ella, puede parecernos pertinente hacer un testamento ad hoc.

Por supuesto, la mayor parte de lo que circula en la red no tiene precio, pero es el reflejo de lo que apreciamos: la amistad, el placer de comunicar y compartir, lo que nos gusta o disgusta, lo que preferimos hacer y, también, lo que hemos hecho y nos produjo satisfacción o disgusto. Es un elemento sustancial de nuestro currículum. Explica mucho de nosotros; puede que incluso más que lo que hemos hecho, que lo que algunos creen conocer de nuestro yo.

Esta idea tan simple fue lo que permitió a unos emprendedores de esos que encuentran oportunidades donde los demás solo vemos un papel en blanco,  constituir en California, que es el lugar del mundo donde hasta el más tonto hace relojes (obviamente, virtuales), una empresa que ofrece el servicio de recoger los bienes de un fallecido en la red y ofrecérselo a quienes haya dispuesto como sus herederos y legatarios.

El nombre de la empresa ha alcanzado ya inmensa publicidad y no vamos a repetirlo aquí. Se ha justificado su objeto social indicando que, en efecto, en el mundo virtual hemos ido depositando mensajes, fotos, escritos, datos, que tienen para nosotros un valor indudable y que nos interesaría -en general- que alguien recogiera, con debido respeto, reconociendo, sino su valor real, el valor sentimental, es decir, metafísico.

La fórmula del testamento digital es simple. No hace falta cumplir muchos requisitos, porque los normadores oficiales apenas si han asomado sus narices por el mundo que ya intuyó Platón, al que no podemos suponer ninguna idea acerca de lo que podrían hacer ni ordenadores ni telecomunicaciones. Basta indicar a quién/o quiénes dejamos cada uno de los elementos de nuestro espacio telemático, y la empresa se pondrá en contacto con ellos para que lo recojan con el debido respeto e, incluso, lo sitúen -si así lo admite el producto y hay dinero para ello- en el mundo real.

No sabemos quién avisará de la defunción del causante -¿bastará comprobar la inactividad de sus blogs, entradas en las redes sociales y correos durante un período, digamos, de uno o dos años? ¿deberá conectarse el registro civil con el registro de los servidores virtuales?-.

Es posible que haya que hacer la advertencia legal, ante cualquier fallecimiento, de que se investigue si el finado ha dejado algún tipo de herencia virtual, para evitar posteriores reclamaciones. No es tema baladí la cuestión de los derechos de autor de las producciones dejadas en la red, como copyleft, o como copyright con muy exóticas limitaciones o licencias.

Nosotros hemos ya hecho algo para facilitar el trago -¿amargo?- que supondría para nuestros seres más queridos recoger los trajes, tijeretazos, retales y recortes que hemos venido confeccionando, usando y destrozando en el mundo virtual. Hemos publicado nuestros Ensobrados en papel real. Cierto que no todos. Solo los de 2009.

Como venimos dándole caña a la escritura virtual desde 2006, habrá más de 1.000 Comentarios dando vueltas en busca de un momento de gloria: casi una Enciclopedia. En esos años hemos podido apreciar, no ya el valor de lo que nosotros hemos aportado (sería una petulancia estúpida), sino el inmenso valor de las creaciones virtuales de amigos e ilustrados desconocidos, descubrimiento que seguimos haciendo cada día. La red encierra un tesoro intelectual inmenso, creciente. Incalculable.

Habrá quien piense que, tirando de la misma línea, pueden imaginarse otros negocios -otros valores-, además del de recopilar testamentos para repartir direcciones de email, contactos de twitter, fotos digitales y conexiones a páginas web: por ejemplo, ofrecer una incineradora virtual, para borrar el rastro de nuestros escarceos por la red, eliminando hasta el menor vestigio -si posible fuera- de nuestro paso entre megas y kilobites.

Seguro que hay tipos listísimos que están haciendo la relación de posibles oportunidades en la red, poniendo precio al valor de nuestras ilusiones de comunicar, de comunicarnos.

Sobre lo que nos enseña Facebook

Por número de miembros, Facebook es ya el tercer país del mundo. Más de 400 millones de usuarios, de tipos de carne y hueso que se han dado de alta en esa aparente tierra de nadie iniciando una carrera sin final previsible que mezclará intimidades, aficiones, deseos y confesiones inanes, y que se habrá iniciado con solo aportar un par de datos personales.

Un país virtual, aunque muy bien enclavado en el mundo real. Ha creado ya una moneda propia y, como irónica pero seguramente con intuición precursora anunció Ana María Llopis, "el próximo paso será tener un gobierno".

¿Quién gobierna de momento en Facebook? ¿Se trata de una res nulius?. Pues no nos parece. No  creemos que Facebook, como las demás redes virtuales que tratan de poner sus banderas en el espacio de las comunicaciones, tenga ninguna intuición de gobernar, en el sentido de pretender unos objetivos generales a base de normativa y control. 

No estaba, desde luego,  la idea de control en el fundamento del invento feliz de Mar Elliot Zuckerber, que, mientras, con otros compañeros menos conocidos hoy,  se preparaba para entrar en Hardvard. Ellos solo pensaron que sería interesante poner en la red las fotos de sus colegas y amigos, para facilitar el trasvase de información inocente entre ellos y hacer circular en tiempo real los cotilleos que les pudieran interesar para pasarlo algo mejor en el campus universitario y en los pubs y residencias estudiantiles de los alrededores.

Facebook es un instrumento, no un fin. Y un instrumento de apariencia y usos simples, que tiene reune condiciones simultáneas para ser placebo, caballo de Troya o arma de conquista de efectos fulminantes. Desde su creación ha generado subconjuntos de relaciones a una velocidad que solo puede entenderse cuando el espacio -la distancia- ha perdido su valor de referencia, porque el tiempo (el denominandor) de las transacciones ha quedado reducido a una nadería.

Facebook ha conseguido trasladar a millones de personas la convicción de que el tiempo es un elemento de uso, que ha de ser incorporado a la vida propia como una utility más, un servicio del ser humano. La idea no surgió hace una década, no fue madurada en centros de investigación bien equipados, su efecto no se valoró por sesudos sociólogos expertos en sicología de masas. Fue puesta en el mercado hace solo un par de años, por unos jovencitos que sabían algo de programación y querían jugar a los amigos y a las familias con internet.

Creció rápido. En 2004 pusieron en marcha el proyecto, y en octubre de 2007, Facebook Inc vendió un 1,6% a Microsoft Corp por 240 Millones de dólares, prefiriendeo esta opción a la poderosa Google, lo que supuso, evaluando el cambio de manos en el mercado secundario, aceptar para Facebook un valor de mercado de 15 mil millones de dólares.

Lo que nos enseña Facebook es que, si se cambia él ángulo de visión de algo, lo podemos ver con posibilidades muy diferentes. Los más perspicaces, no están conquistando terreno en el espacio virtual. Que va. Están usando la información que hemos puesto a disposición de pasarlo bien con los amigos y conocidos para sacar un beneficio en el mundo real, desplazando a los intermediarios.

Eso también lo puso de manifiesto Ana Maria Llopis: "Asistimos a la ruptura de las intermediaciones sin valor añadido." Myspace, Gocompare, Moneyspare, etc. no buscan poner sus banderas en la red; quienes saben qué hacer con esos instrumentos, los emplean para colocar dosis de veneno letal en las relaciones mercantiles que detectan en el mundo real, y esperar el efecto del factor velocidad.

(Llopis citó a Tucídides, en la referencia que realizó éste a la democracia, a partir del Discurso fúnebre de Pericles (II,37) : "Nuestra política no copia las leyes de los países vecinos, sino que somos la imagen que otros imitan. Se llama democracia, porque no sólo unos pocos sino unos muchos pueden gobernar. Si observamos las leyes, aportan justicia por igual a todos en sus disputas privadas; por el nivel social, el avance en la vida pública depende de la reputación y la capacidad, no estando permitido que las consideraciones de clase interfieran con el mérito. Tampoco la pobreza interfiere, puesto que si un hombre puede servir al estado, no se le rechaza por la oscuridad de su condición."

No queremos ser impertinentes, pero la cita es extemporánea. Facebook no pretende una democracia. Instaura de forma natural una olocracia, permitiendo que algunos de los más avispados de sus usuarios-con móviles muy diversos, fundamentalmente crematísticos- incorporen sus artilugios a la rueda de la fortuna)

Sobre visados y penurias

El Gobierno socialista prosigue en su intención de hacer más difícil la vida de los Colegios profesionales, y ha preparado un anteproyecto de Real Decreto "sobre las obligaciones de visado colegial" que, en realidad, reduce de manera drástica los casos en los que es obligatorio visar los proyectos por los Colegios profesionales.

Como es sabido, el art. 36 de la aún vigente Constitución Española, expresaba un mandato al legislador: la regulación por ley del "régimen jurídico de los Colegios profesionales y el ejercicio de las profesiones tituladas". Sin embargo, -puesto que ni este Gobierno que ahora tenemos, ni los demás que hemos tenido, se han aplicado en "hacer bien los deberes"-, los Colegios se venían rigiendo por una Ley preconstitucional -que no es sinónimo de mala, y que, en este caso concreto, era/es magnífica-, la Ley 2/1974 de 13 de febrero.

Con inusitada premura, aprovechando que el Guadiana pasaba por allí -en realidad, a varios kilómetros y en otra dirección-, el Gobierno se ha metido en la desvergonzada tarea de aplicación de la pena capital a los Colegios.

Además de poner en evidencia la descarada animadversión oficial a todo lo que signifique crítica -los Colegios habían puesto en valor su libertad ideológica y su capacidad intelectual, expresando su oposición a algunas decisiones gubernamentales-, el Real Decreto que se ha sometido a objeción pública tiene todo el aspecto de ser una improvisación legislativa.

La improvisación que se detecta en el texto, no es sinónimo de incoherencia jurídica respecto al propósito que le guía: el sometimiento de los Colegios profesionales a la exposición pública de su hipotético carácter elitista y de su inutilidad como instrumento de control. El cuidado con el que se recogen citas y sentencias del Tribunal Supremo y del Constitucional, amén de presuntas consultas y análisis más o menos exhaustivos, revela la intención de dotar de corpus argumental al despropósito.

El momento es malo para los Colegios, que estaban, justamente, embarcados, al fin, en su modernización democrática, pasando a ser considerados por los profesionales como plataformas de opinión, formación, impulso y control a sus cometidos, totalmente inmersas en la sociedad civil, y no como organizaciones pacíficas, anodinas, dominadas por profesionales en edad de jubilación y faltas de sentido social o crítico.

El Decreto, contrariamente a lo que se expone en la Memoria de Análisis de su Impacto, no va a suponer un ahorro anual de más de 800 millones de euros (228 Millones como importe de la recaudación de los Colegios por los visados que se eliminan y, el resto, por la estimada reducción de gastos de cumplimiento de la obligación de visar).

No, el cálculo está mal hecho, porque lo que hay que calcular es el coste de los efectos de no-visar. Y va a resultar muy alto para el país, pues el control de calidad de los proyectos deberá hacerse ahora por entidades privadas y, si no se hace, los riesgos contra la seguridad de personas y bienes, se incrementarán en espiral. Habrá más gastos para la Administración destinataria, más inseguridad en las ejecuciones, más descontrol profesional, menores esfuerzos en formación técnica, más desconcierto ciudadano...

En su aspecto jurídico, el Real decreto implica, para los Colegios que agrupan profesiones técnicas, desligar de la Administración a estas Corporaciones, hasta ahora entidades de naturaleza público-privada. El tajo sobre el cordón umbilical es certero y dramático, al negarles las dos fuentes -prácticamente únicas- de ingresos, amparadas por la Ley 2/74, a cuyo abrigo habían crecido, como Reales decretos y Ordenes Ministeriales, los Estatutos Colegiales : las cuotas colegiales y las percepciones por visados.

Si la colegiación no va a ser obligatoria y los visados se van a ver restringidos a un par de casos de forma excluyente y exclusiva, la mayoría de estas instituciones profesionales deberán desaparecer y, las que sobrevivan, lo serán bajo otros supuestos distintos a la Ley 2/74: bien como entidades de derecho privado -asociaciones profesionales- o amparadas, en algunos pocos casos, por una Ley específica que proteja el ejercicio profesional, como es el caso de los médicos y los abogados.

Los Colegios técnicos, en especial, son los que se verán más afectados, pues -en general- del orden de un 50 a 70% de sus ingresos provienen del visado de proyectos.

La casi segura destrucción de la base colegial, viene en mal momento económico, y desperdicia, tirándolos a la basura legislativa, la posibilidad de utilizarlos como instrumento para la modernización de la Administración y de los propios Colegios.

La situación ha puesto de relieve la pérdida de poder político de los Colegios profesionales, que están sucumbiendo ante la corriente de liberalzación que está caracterizando el gobierno de Rodríguez Zapatero. El objetivo confesado es la reducción de gastos; el objetivo real, que cabe vaticinar conseguido, será un mayor descontrol, facilitando la competencia desleal, aladida a la de profesionales extranjeros con títulos inhomologables y forzando el incremento de la inseguridad, técnica y jurídica, para los autores de los proyectos, y para sus clientes y usuarios.

¿Tan torpes somos los españoles para organizar mejor nuestra sociedad civil? ¿No somos capaces de construir sobre lo que tenemos, dialogando, perfeccionando, en lugar de dar un empellón a lo que no nos gusta y silenciar lo que nos molesta?

¿Estaremos siempre ofreciendo preguntas, en lugar de buscar las respuestas?

 

Sobre la rentabilidad de las redes sociales

La plataforma Know Square, una muy interesante red de directivos y empresarios que ha montado de la nada Juan Fernández-Aceytuno, uno de esos ingenieros de minas que parecen no ejercer como tales, organizó el 15 de marzo de 2010 una Sesión sobre Redes sociales. Tuvo lugar en el excelente marco del Salón de Actos de la Escuela de Minas de Madrid, prestado para la ocasión, ya que actuaba también como co-organizador el Colegio de Ingenieros de Minas de Centro.

Una de las preguntas a resolver, según la convocatoria, era si las empresas deberían ver en ellas una oportunidad. Los conferenciantes, participantes de éxito en el sector objeto de la conferencia, en los mínimos 7 minutos per cápita que les concedió el organizador, se esforzaron en dar una pincelada de ese incipiente mundo, coincidiendo en exaltar sus virtudes.

Luego del baño de autocontemplación exultante, las intervenciones desde la sala resultaron, en general, más escépticas.

La primera, "para romper el hielo", fue propuesta por quien escribe estas líneas. "¿Qué debe hacer un empresario para rentabilizar una red social? ¿Se pueden obtener beneficios de una red que no consistan en organizar nuevas redes sociales?". Todos los integrantes de la mesa se vieron en la obligación de contestar a la provocación, negando la mayor.

En realidad, la cuestión suponía mover a una reflexión crítica de la que, desde los blogs que venimos ya alimentando desde hace varios años y por nuestra activa participación en redes sociales y otros inventos de la comunicación, conocemos la respuesta oficial al dedillo.

Las redes sociales son, por supuesto, un instrumento (como había destacado Luis Arroyo), aunque de alcance aún bastante impreciso.

Por lo fácil que resulta organizar y pertenecer a ellas, se está asistiendo a su proliferación desmesurada, sin que los objetivos de quienes las promueven estén en absoluto claros. Tal vez, ¿conseguir muchos seguidores de cualquier idea, por elucubrante que sea? ¿Generar una pirámide de falsa información o de alabanza a una supuesta autoridad que nada aporta ni puede aportar a la ciencia, a la cultura o al arte? ¿Divertirse fastidiando a otros?

El riesgo de que los pertenecientes a una red sean utilizados como instrumentos, y no como posibles beneficiarios es muy alto. Basta entrar, por ejemplo en Facebook y tomarse la molestia de investigar acerca de los miles de subgrupos que se han formado, que se están formando cada día. La pertenencia a la mayoría de esos subgrupos (¿son redes sociales?) proporciona información sobre los gustos, las filiaciones políticas, las orientaciones religiosas de sus miembros, pero es realmente opaco lo que éstos pueden obtener de aquéllos.

Las redes sociales pueden y deben ser un elemento muy útil, si se las utiliza bien. Por eso, hay que tener claro para qué (nos) sirven, qué podemos obtener de ellas y cómo sacarles rendimiento. Las redes sociales, instrumento neutral (como lo son todas las TICs y sus subproductos) están cayendo víctimas de envenenamientos muy graves, que arriesgan provocar, sino su muerte, probablemente, un período de convalecencia importante.

En ese sentido, fue una lástima, -ya que el auditorio, como era patente, se componía fundamentalmente de empresarios y no de alumnos-, que el esfuerzo de los conferenciantes no se haya enfocado a obtener zumo de las preguntas, y se concentrara en defender lo más obvio.

Porque por supuesto que hay aquí un "campo enorme" (Luis Arroyo), y que "las redes son medios para comunicarse y es más barato llegar al consumidor final" (Tino Pérez), y que "ol objetivo de las redes es más fidelizar que vender" y que, a la hora de difundir un contenido en la red "hay que tener cuidado con no provocar el efecto Streisand" (Ismael El-Qudsi), e incluso, es cierto, respecto a la privacidad, que "no te hagas fotos en pelotas y sobre todo, no se las des a tus amigos si no quieres que algún día aparezcan en la red" (Pablo Herreros).

Pero, también se puede decir, "no pertenezcas, en principio, a una red que no hayas creado tú mismo" (Angel Arias). Y. ya hablando sin tapujos: De verdad, ¿alguien cree que los buenos negocios se realizan a través de internet? ¿No es una ingenuidad pretender que ya no es necesario el conocimiento personal directo y hablar face to face para conseguir un buen contrato?

(Por cierto, Nicolás Alcalá e Ismael El-Qudsi alardearon de haber estado tuiteando en directo mientras intervenían en la conferencia... La capacidad de los más jóvenes para partir su cerebro en varias actividades empieza a ser, más que envidiable, preocupante. Algunos lo llamaríamos síndrome de esquizofrenia 2.0.

Muy ilustrativa, desde luego, la intervención de una espectadora que defendió a los expertos en publicidad, criticó algunas afirmaciones de la mesa, con datos reales, defendió la pertinencia de la pregunta que formulamos, y, en fin, explicó como case study que habían conseguido, gracias a la red, varios miles de clientes de un producto que no fabricaban ni pensaban fabricar...Cosechó una semisalva de aplausos, totalmente espontáneos, del respetable.)

Sobre twitter, el DNI digital y otras brechas tecnológicas

Sobre twitter, el DNI digital y otras brechas tecnológicas

Antonio Fumero llegó algo tarde y con cara de despistado al Salón de Actos del IIE (Instituto de Ingeniería de España), en donde él era uno de los ponentes en una mesa sobre el futuro de la sociedad de información.

Manuel Acero, el presidente de la respetable Institución que agrupa las Asociaciones de ingenierías "superiores" españolas, ya había realizado la presentación de la Jornada, y Enrique Gutiérrez Bueno andaba ofreciendo unos datos sobre los usuarios del internet en el país: p.ej. 24,3 millones en el primer trimestre de 2009, 10% más que la media europea.

Habían tenido que abrir las puertas correderas de la sala, habilitando el espacio extra, para dar cabida a más asistentes. La edad media del público superaba seguramente los sesenta años (vamos, de la m-generación). Sebastián Muriel, director general de Red.es, compi de Fumero en la Politécnica, teleco como él, y que también habría de intervenir, anda por la mitad de la treintena.

Fue una reunión divertida. Para empezar, resultó una agradable sorpresa advertir que Muriel y Fumero, al más puro estilo friky, no dudaron en mantener su comunicación vía twitter, escribiendo mensajes con las manos debajo de la mesa presidencial, dialogando entre sí y con otros seguidores (followers). Podría sonar a irreverencia, tal vez, de haber sido advertido por alguno de los asistentes senior, pero en un ambiente de nuevas tecnologías digitales, aquello habría resultado muy adecuado.

Claudio Feijoo presentó primero unas diapositivas en inglés sobre las ngn´s e Ignacio Camarero, segundo ponente, habló de lo bien que lo está haciendo y lo quiere hacer, y -esto ya es nuestro- lo seguirá haciendo a pesar de lo mal que lo está haciendo, Telefónica.

Cuando le llegó el turno a Sebas, el auditorio ya estaba entregado (en gran parte al sueño), aunque le dió un giro de 180º a las presentaciones, renunciando a los datos y ofreciendo hojas con fotografías de productos que podían sonar a ciencia ficción para algunos de los coleguis de las primeras filas (peligro: no a todos, porque allí había también gente que estaba muy al loro de lo que se cuece en este misterio).

El iconoclasta simpático que es Fumero, finalmente -risas-, anunció que a la pregunta que publicitaba la Jornada ("Sociedad de la Información, ¿dónde estamos?"), podría dar "una respuesta corta: "Sencillamente, no estamos", y otra algo más larga". Intentó la respuesta más larga y se metió en un berenjenal, en el que plantó la pantalla del experimento colectivo periodismo.ciudadano.com  , invento creado por Amra Tareen, en el que, cómo no, participa.

Por supuesto, Antoine apuntó ideas interesantes (necesidad de nuevo marco regulatorio, falsedad de las estadísticas al uso, mentiras informáticas y telemáticas, interés de los usuarios por disfrutar de aplicaciones concretas y no porque se le anuncien más Gigas o Kbits/s, etc.), pero pareció a veces que su mente estaba en otro sitio. Ignoramos si con los pies seguía twiteando, lo que no creemos imposible.

Quedó patente que había gentes a ambos lados de la brecha, y que la brecha era grande.

Cuando Acero, en su resumen para clausura, expresaba que lo había entendido casi todo (Sebastián Muriel había castigado el monólogo trágico-cómico de su compañero teleco denunciando que "había estado espeso y que no le había entendido nada"), aunque se permitía dudar de la cifra de 14 Millones de DNI electrónicos -uno de los proyectos de los que presumió Sebas- porque a él mismo, hacía apenas unas semanas, le habían vuelto a expedir el antiguo, los primeros cincuenta asistentes en salir de la sala ya se habían apropiado del juguete que daban gratuitamente antes del coctel: un lector de DNI electrónico.

Daba gusto ver luego a la audiencia disputarse ordenadamente las bandejas con los excelentes pinchos -exquisitos pero, para tal afluencia, escasitos en esta ocasión-, mientras comentaban lo bien que manejaban sus nietos los ordenadores, los móviles, las claves, los esemeses, las consolas de juegos. Fue ya, la repera.

 (Nota a las 13h30m. Veo en el blog de Antonio Fumero que ha hecho su reseña de la Conferencia. No se la pierdan).

Sobre la influencia de los blogueros

Para quienes dedicamos parte de nuestro esfuerzo a escribir en un blog, y procuramos hacerlo lo mejor que sabemos y podemos, combinando seriedad, independencia y, desde luego, toda la atención literaria de que somos capaces, cuidando gramática y estilo, sorprende encontrarnos todavía con personas, de reconocida solvencia intelectual y social, que desprecian esta forma de manifestación cultural.

Por supuesto que hay blogs y blogs, y que la facilidad que proporciona el medio para expresarse sin normas, modificando lo que se ha escrito a placer y, muchas veces, descuidando que lo que escribimos puede ser visto por cualquiera, ha dado lugar a múltiples aberraciones y a numerosos ejemplos de torpe quehacer creativo y descuido literario.

Pero esta crítica no es imputable en exclusiva a los blogs, sino que es válida para cualquier otra manifestación de la creatividad humana. No por encontrarse en letra impresa cabe por ello dotar ni de mayor credibilidad, ni elegancia intelectual, ni potencia transmisiva del pensamiento, a lo que puede leerse en un periódico, ni tampo en un libro.

Los blogueros tienen una gran capacidad de influencia que no puede ser ignorada. No debiera serlo por quienes se dedican a la política, pues lo que se escribe en un blog alcanza una gran difusión y puede aparecer dotado de una excepcional posibilidad para generar opinión, destruir una imagen o crear una tendencia.

Esta característica de los blogs, en especial, de aquellos que tienen contenidos serios y están respaldados por comentaristas conocedores de los temas que tratan, les confiere de un potencial excepcional. Y su poder no ha hecho sino comenzar. Precisamente la rapidez con la que se generan desarrollos tecnológicos, informaciones relevantes o curiosas, y la posibilidad de ponerlas a disposición inmediata de todo el mundo, sin trabas ni censuras, dota a los blogs de una fuerza de la que carece cualquier otro medio.

Atentos, pues, a la formación de blogs sindicados en los que personas especialistas, comentaristas serenos y capaces, difunden sus ideas. Un blog tiene mucha más potencia intrínseca que un libro o un artículo periodístico. Y, como forma moderna de comunicación, no lo dudemos, posee un excelente futuro.

Sobre el tráfico ilícito de materiales nucleares

Natividad Carpintero, secretaria general del Instituto de Fusión Nuclear, pronunció el 20 de enero de 2010, en el salón de Actos del Instituto de la Ingeniería de España,  una conferencia con el título "Tráfico ilícito de materiales nucleares".

La interviniente puso énfasis en que no se le grabara la conferencia, que fue brillante y muy atractiva, al menos, para quienes somos legos en estas materias, de compleja naturaleza, que se relacionan con la seguridad ciudadana y uno de sus opuestos, el terrorismo y la amenaza nuclear.

No entendemos exactamente la preocupación de Carpintero para que no se registrara su charla, pues no podía estar relacionada con la difusión de material confidencial -en lo que fue extremadamente prudente y cuidadosa-, ni mucho menos, con la menor reserva hacia la forma de su magnífica locución y exposición. Respetamos, sin embargo, su derecho de autora, que ha escrito mucho sobre este y otros temas relacionados con la seguridad, como el bioterrorismo -algunos disponibles en internet- por lo que nos limitamos a dar algunas pinceladas de un tema tan poco conocido.

Carpintero delimitó el objeto de su conferencia, de acuerdo con las definiciones de la OIEA, al caso particular de los materiales fisibles que pueden emplearse como explosivos para fabricar una bomba atómica (U236 y Pu 239). Después de enumerar las amenazas claves para la seguridad, según el concepto de la UE, entre los que figura el terrorismo provocado por la proliferación de armas de destrucción masiva, en una velocísima inmersión sistemática, se refirió a los 5 tipos de calificación de fuentes radioactivas de la OIEA, para encuadrar las dos especies de terrorismo nuclear:

a) bombas sucias, cuyo objetivo es causar pánico (Weapons of Mass Disruption), bien de explosión, que precisan al menso 20 kg de uranio altamente enriquecido (más del 90% de U235) o de implosión, que precisarían 35 kg al menos de U al 50% y Pu enriquecido como activador.

b) ataque convencional a instalaciones nucleares (ANFs), provocando la liberación de los elementos radioactivos.

Natividad Carpintero salpicó su intervención de algunas anécdotas y, sobre todo, la pobló de rigor y claridad. Especialmente interesante resultó, en nuestra opinión, la enumeración de los Acuerdos para Seguridad Nuclear (desde la Convención del 86, la CPPNM del 87, hasta las resoluciones de las NU 1540 (204) y 1673 (2006) y la CSN UN 1373 (2001), o las no vinculantes, como el Código de Conducta de 2003.


La disolución de la URSS, potencia nuclear que tenía un complejo desarrollo específico, generó la alarma mundial en relación con el destino de los materiales nucleares que quedaban sin el control imprescindible.

En las llamadas ciudades cerradas "ZATO", de las que se conocían 10, bajo la dirección del Minatom, vivían unas 100.000 pesonas, con diferentes grados de responsabilidad, conocimientos y valoración de las posibilidades y efectos de materiales y equipos con los que habían trabajado. Los casos de tráfico ilícito reportado fueron numerosos, siendo uno de los más significativos el descubrimiendo de 1972 kg de U enriquecido robado posiblemente de Elektrostal. La OIEA caracterizó en junio de 2002 las "fuentes huérfanas" nucleares, fundamentalmente, instalaciones de las ex-repúblicas soviéticas y, sobre todo, localizaciones en Georgia (gaanganta de Pankisi).

Entre las anécdotas, Natividad Carpintero se reifirió a la actuación del científico paquistaní (nacido en la India) Khan (Jan) Abdul Al-Quadir, padre de la bomba atómica de Pakistán y que fue acusado de haber vendido información a Maamer Al Guadafi (además de a Corea del Norte e Irán) para desarrollar un programa nuclear clandestino, y que ha sido recientemente liberado después de haber soportado un arresto domiciliario de varios años.

Pero la Conferencia no discurrió por el terreno de las anécdotas, sino de la información seria acerca de las formas que se están implementando o ya están instaladas para detectar el tráfico ilícito de materiales nucleares, desde la ITDB (Illicit Traffick Database), hasta los dispositivos de control y protocolos seguidos por la WCO (Organización Mundial de Aduanas), la Interpol, la Europol, la UPU (Unión Postal Universal), y las medidas marco, como la Iniciativa Global contra el terrorismo Nuclear (suscrita por los Presidentes Bush y Putin), la NSU (Nuclear Smuggling Outreach Initiative).

En muchos puntos fronterizos se han instalado detectores y monitores fijos o móviles, algunos capaces de detectar isótopos a menos de 100 m e incluso en vehículos con velocidades de hasta 50 km/h; y se están desarrollando detectores de neutrones.

No se podría concluir (la repsonsabilidad de esta reflexión es nuestra) que se pueda estar absolutamente tranquilos respecto al riesgo del terrorismo nuclear, pero la sensibilidad creciente de los mandatarios, presionada por la ciudadanía, ha colocado el tema de la seguridad nuclear y la detección del tráfico ilícito de los materiales nucleares como una de las máximas prioridades.

El CSN ha hecho de España el país de referencia para el protocolo mundial de detección en el sector del metal, con 250 pórticos activos; un español está desplazado a la OIA como experto. "El riesgo potencial se convierte en amenaza real según la situación"; en este momento, la reducción de las incertidumbres que demanda la ciudadanía pacífica, obliga a invertir más en detección de materiales y manipulaciones que puedan significar un riesgo.

¿Es excesiva esta preocupación? ¿El gasto merece la pena? ¿Se controla de forma suficiente? ¿Todas las rutas están sometidas a observación?. La ponente obtuvo un merecido aplauso, y el acto se cerró con un cóctel en el que algunos de los asistentes pudieron intercambiar más opiniones, advirtiéndose que en el público que llenó el salón había bastantes expertos en seguridad nuclear.