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Al Socaire de El blog de Angel Arias

Sobre los ingenieros del agua

La directora de Aguas del Ministerio, la ingeniera de caminos Marta Morén, llegaba tarde (lo hizo con más de una hora) para impartir una conferencia en el Instituto de Ingeniería de España el 3 de diciembre de 2009. El salón de actos del IIE disfrutaba de una magnífica entrada y, a diferencia de lo que suele ser normal en este tipo de actos, ella era la única conferenciante, por lo que no había más opción que esperar.

Pero los ingenieros de caminos tienen amplios recursos. En lugar de anular el acto, concedernos un recreo o proponer que nos lanzáramos directamente sobre el buffet, Pedro Escudero pidió a Luis Berga Casafort que improvisara unas ideas sobre el tema sobre el qué debería ya estar hablando la directora: El agua, retos y oportunidades.

Tuvimos así los asistentes la oportunidad irrepetible de escuchar reflexiones y propuestas sobre la política del agua en España por parte del propio Berga y otros intervinientes en el debate al que se invitó a los asistentes, mientras Morén seguía en el atasco, y contrastarlas posteriormente con las preocupaciones de la Administración pública.

Bien es cierto que como algunos de los presentes habían tenido ocasión de oir a la Directora en el Colegio de Ingenieros Industriales de Madrid disertar sobre el mismo tema, solo dos días antes, se podrían haber presentadosus ideas en su ausencia, pero nadie osó pisarle el terreno a la joven, serena (y guapa) directora.

En resumen, la estupenda disertación de telonero improvisado que hizo Berga, apuntó dos problemas para el agua en España:

1. Incógnita sobre la financiación de los 35.000 millones de euros (19.000 solo en calidad) que supne la Directiva Marco antes de 2015.

2. Dificultades crecientes para coordinar las competencias entre las cuencas hidrográficas, debido a la clara apropiación de su gestión por los Estatutos autónómicos, lo que implica graves problemas de gobernanza para la política común del agua.

La problemática de gobernanza ligada a la creciente escasez del recurso deberá llevar a la modificación de la Ley de Aguas, ya profundamente afectada por las Leyes autonómicas y anteriores afecciones a su articulado en muchos puntos.

Berga, sin dejar de mirar el reloj y con información actualizada respecto a la situación del taxi en el que avanzaba la Directora, presentó unas pinceladas -así las llamó- sobre las oportunidades que, según afirmó, todo nuevo marco trae consigo. Oportunidades profesionales, por lo que habría que enseñar a los jóvenes a adaptarse a los nuevos esquemas, y la necesidad de remodelar las Confederaciones Hidrográficas para facilitar la cooperación entre Estado y Comunidades.

Ya al borde de tirar la toalla improvisada, el catedrático caminero se refirió  a la necesidad de plasmar un Plan Hidrológico que reconozca la inviabilidad de los trasvases en la actualidad y rompa el dilema a favor de las desaladoras y el ahorro del recurso.

La Directora seguía en el atasco, y Pedro Escudero, que presidía el acto, invitó al público a intervenir. Berga provocó a hacerlo a Angel Cajigas, que pasaba por allí (y que, por cierto, se encontraba también entre los que ya habían oído a Marta Morén en el Colegio de Industriales). Cajigas fue escéptico respecto a conseguir la planificación a que obligaba la Directiva Marco. El panorama no podía ser más complejo: problemas de escasez, Comunidades autónomas blindadas, y un 20% menos de agua en la cuenca mediterránea.

Juan Carlos Bravo echó de menos la referencia a la crisis económica y se preguntó si el agua era, o no, una priroridad política, dando pie a que Berga nos ilustrara con algunas cifras -¿inventadas?- respecto a la escasa influencia de la crisis en la demanda: un 15% en Cataluña, que venía de una sequía y un 4% en Madrid.

Se habló también de la "ventaja del agua: la tarifa" (?) y la infatigable ingeniera de Montes Teresa Villarino introdujo una cuestión de peso: el abandono de la agricultura y del monte, preguntándose si se podría hacer "algo más" por repoblar.

Había más ingenieros del agua en la Sala, pues el pretendido monopolio de los ingenieros de caminos sobre ella está ya plagado de agujeros. Podían haber hablado los mineros del agua subterránea, de los acuíferos y de las aguas minerales (o de la desalación, entendido el mar como recurso explotable). O los agrónomos, sobre el mejor control del agua para riego y el precio para los regantes ajustado al rendimiento. O los industriales, sobre la eficiencia del agua para refrigeración o de los consumos de agua en los procesos.

Pero llegó la Directora y todos se dispusieron muy formales a oirle repetir lo que ya sabían.

 

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