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Al Socaire de El blog de Angel Arias

Energía

Sobre las cuestiones candentes del derecho de la energía

Con una vertiginosa incursión por los problemas europeos que se acumulan en la cartera energética, el Consejero de Estado Enrique Alonso cerró las Jornadas sobre Derecho de la Energía organizadas por la CNE.

No podemos hacer una reseña formal de la conferencia, ya que, el Consejero es una máquina de expresar ideas y palabras y resulta muy difícil tomarle notas coherentes a vuelapluma. Nos limitamos, por ello, habida cuenta además del reducido espacio de este Comentario, a intentar un resumen, en nuestras propias palabras, de sus reflexiones, buscando su presentación sistemática -lo haremos en varios artículos-.

1. Marco energético global.-

Europa no puede sacar adelante sus propias medidas energéticas sin un marco global, en el que la evolución del Acuerdo entre Estados Unidos y China señala la referencia.

El programa energético electoral del presidente Obama era inaplicable ("una locura", expresó Alonso) y el pragmatismo se impuso. En febrero de 2009, se aprobó el American Recovery and Reinvestment Act, que destinaba 787.000 millones de dólares a la recuperación económica. Las medidas adoptadas después de la reunión de Copenhague suponen la continuación con la política del ex-presidente Bush en este campo.

El mercado de compra-venta de derechos de emisión norteamericanos se alimenta, realmente, solo la contaminación del aire, y es California el que, con una atmósfera que ya no admite más contaminación, el Estado que precisa las más urgentes medidas o la compra masiva de derechos. Por eso, la administración de Obama, buscando un efecto demostración, permitió la apertura de nuevos pozos en el Golfo. El derrame de Louisiana ha venido ha puesto en solfa esta estrategia.

Pero la plasmación de un modelo energético estable y con una base de autonomía satisfactoria es la preocupación persistente en los EEUU.  Las medidas regulatorias no pierden de vista los efectos económicos. En la página del Departamento de Energía norteamericano puede obtenerse una información amplia, actualizada, sobre muy diversos aspectos, políticos, legislativos y técnicos.

2. Plasmación de un mix energético coherente.

Obama apoya la energía eólica, pero hay que tener en cuenta que las posibilidades de aumentar su proporción en EEUU en este campo son reales, en tanto que en España, parecen agotadas. Las posibles ubicaciones terrestes en nuestro país para aerogeneradores ya se han utilizado, y quedaría analizar las posibilidades en la plataforma marina, pero el mapa eólico off-shore coincide con el de las zonas sensibles biológicas.

En cuanto a la energía nuclear, la tecnología del reactor de hidrógeno sería, en opinión de Alonso, la única perspectiva que justifica la apertura del programa en USA. La Oficina de Energía Nuclear (NE) pretende que eln 2017 esté disponible a escala comercial la producción de hidrógeno a partir de esta fuente energética. (Los Reactores llamados de IV generación serían capaces de proporcionar el calor a bajo costo).

En octubre de 2009, la EPA publicó la reglamentación, como Programa de Prevención de Deterioros Significativos (PSD), que obliga a las nuevas fuentes de contaminación o a las existentes que modifiquen sus características, a demostrar el uso de las mejores técnicas disponibles para minimizar los gases con efecto invernadero, a partir de la emisión de 25.000 t/año de CO2 equivalente.

En la actualidad, unas 14.000 fuentes contaminantes necesitan estos permisos, y unas 3.000 deberán revisar los actuales para comprobar el cumplimiento del Clean Air Act. La EPA estima que, cada año, unas 400 nuevas fuentes deberán someterse al Programa -en su mayoría, vertederos municipales-). 

(continúa en otro Comentario)

Sobre las energías renovables del Tribunal Supremo

Las Jornadas Pedro María Meroño que organizó la CNE sobre "cuestiones actuales del derecho de la energía", proporcionaron una base de información importante para los esepcialistas. Aunque el tono general de estos Comentarios procura alejarse de los específico, dedicaremos algunos a recoger y, en la medida de que nos sea posible, glosar, alguna de las intervenciones.

Todas estuvieron a gran altura. Coincidieron, además, en la seriedad y cordialidad dialética de las propuestas y reflexiones. La conferencia de clausura, pronunciada por el Consejero de Estado permanente Enrique Alonso, fue una explosión de sinceridad y conocimientos, respecto a "las cuestiones candentes" sobre el tema central de la Jornada. Y al escuchar al insigne ponente, vaya si queman.

Manuel Campos Sánchez-Bordona, magistrado de la Sala de lo Contencioso del TS sistematizó la jurisprodencia del TS al respecto de las energías renovables.  Comenzó, como no podría ser de otro modo, advirtiendo que no se referiría a nada que estuviera sub iudice, e incluso se disculpó a sí mismo, expresando su duda de que "en las actuales circunstancias hubiera aceptado" dar la conferencia.

Numerosas demandas desenfocan el fundamento jurídico llevando al orden procesal cuestiones que corresponderían a otros órdenes. La litigiosidad en materia de energía le parece, por ello, al magistrado, excesiva. En los últimos 6 años, especialmente, se han llevado al TS un cierto número de controversias, que permite, en opinión de Campos, su sistematización en 4 bloques:

El primero afecta a la función social de la propiedad. El TS ha tenido ocasión de pronunciarse, por ejemplo, en relación con las reclamaciones de titulares de terrenos en donde se ubicaron parques eólicos, precisando los límites a las facultades dominicales.

El segundo bloque supuso que el TS se vió obligado a terciar en el debate de los límites recíprocos respecto a la doble intervención, al respecto de la obligación de que la localización de instalaciones contaminantes minimice sus impactos negativos, atemperada con la protección de especies y aves en áreas sensibles.

El tercer bloque al que se refirió Campos incidió en la situación competencial estatal o autonómica, bien porque las instalaciones estuvieran a caballo entre dos comunidades autónomas o se tratara de nuevas líneas de evacuacion de energía que discurrieran por un territorio autonómico.

Finalmente, el cuarto bloque, y el culpable de la duda generada en el magistrado respecto de aceptar el encargo de la conferencia, incidía sobre la seguridad jurídica y los límites a las actuaciones reglamentarias, cuando provocan cambios en la normativa aplicable.

 

Sobre el futuro de la CNE

A veces la casualidad convierte en magnífica oportunidad una Convocatoria que tenía -quizás-un objetivo más modesto. Las II Jornadas Pedro María Meroño sobre cuestiones actuales del Derecho de la Energía, que organizó, por segundo año consecutivo la Comisión Nacional de la Energía adquirieron un carácter de máximo interés y relevancia, pues justamente se está en un momento clave para el propio organismo.

La Presidenta, María Teresa Costa Campí, se perdió la inauguración y el primer día de Conferencias, justamente porque debía encontrarse en Bruselas para la constitución de la primera línea de mando del nuevo regulador comunitario en materia de Energía, ACER -Agencia de Cooperación de los Reguladores de la Energía, o séa, ACRE-, previsto en las Directivas comunitarias 72 y 73/2009, que suponen el nuevo paquete legislatico en relación con la energía y la sostenibilidad, y que supondrán profundos cambios en la responsabilidad y cometidos de los actuales organos reguladores internos de los países miembros de la UE en la materia.

Elisenda Malaret, catedrática de Derecho Administrativo en la UB, resaltó en su intervención que se producía una inflexión en cuanto a los cometidos de ls agencias europeas. Hasta ahora, estas entidades gozaban de una cierta autonomía, pero únicamente por su saber científico, no por su status jurídico. La ACER tiene un poder más significativo y directo sobre los operadores del mercado, y en ello se asemeja a la estructura del Banco Central Europeo en relación con los Bancos Centrales, propiciando la interconexión entre los agentes reguladores estatales, añadiendo la exigencia de prohibición de recibir o impartir instrucciones de las Administraciones estatales.

Una peculiaridad específica de la ACER es que, a diferencia del BCE, cuya base jurídica es el Tratado de la UE (con su fuerza o naturaleza constitucional), en este caso, su fundamento proviende del derecho derivado.

La creación de la Red Europea de gestores de redes surge de la necesidad de avanzar en la desregulación del mercado interior de la energía. La Agencia de Reguladores tendrá obligación de intervenir en ciertos supuestos, obligatoriamente, con poderes de decisión propios y tasados. Aunque sus cometidos y reglamentación técnica se basa -como soft law- en Directivas Marco no vinculantes, las posibilidades de sanción por incumplimiento de sus directrices vienen garantizadas por otras vías.

Los poderes de decisión de la Agencia son técnicos, resaltó Malaret, pero la Comisión se reserva, a partir de los datos factuales la capacidad de enmarcar las actuaciones en el interés general comunitario, en lo que afecta a la regulación propiamente dicha (acceso a las redes y seguridad de suministro).

El Informe Anual de la Agencia se conforma como el poder de actuación clave. La mayoría de las agencias tradicionales solo tienen el cometido de informar. En este caso, la rendición de cuentas ante el Parlamento y la Comisión Europeas, con propuesta de medidas correctoras, y el carácter público del informe y de las propuestas de medidas, la caracteriza como un instrumento clave de la política energética europea.

La compleja estructura de la ACER la configura como un "Estado en miniatura". El Consejo de Administración, sin cometidos sobre los operadores, se forma con 9 miembros -5 nombrados por el Consejo, y 2 por cada una de las Instituciones Parlamento y Comisión: es un gestor de los medios. El Consejo de Reguladores es el organo consultivo y decisorio, órgano colegiado que actúa con total independencia. El director del órgano regulador, elegido por el principio de mérito por la Comisión Parlamentaria, examinará a 3 candidatos resultantes de la convocatoria pública (proceso en el que se está actualmente).

Sobre el triángulo virtuoso de la energía geotérmica

El Presidente del IIE (Instituto de Ingeniería de España), Manuel Acero,  pronunció las palabras de inauguración de una Jornada sobre Los acuíferos y las energías alternativas" que organizó TIASA (esforzadamente dirigida por Vicente Lara). Tuvo que marcharse rápidamente porque, expresó, estaba escribiendo una carta al Presidente del Gobierno (Rodríguez Zapatero), anunciando el propósito de convocar una manifestación masiva de la ingeniería, si se persistía en no hacer caso -es decir, hacer caso omiso, como quedó patente en la plasmación de ese monstruo jurídico que es la Ley Omnibus-, a las justas reivindicaciones de los Colegios profesionales en relación con el mantenimiento obligatoria de la colegiación y del visado.

Todo encaja, en realidad, en el desconcierto progresivo all que la falta de verdadera democracia parcipativa ha llevado a este país. En otros comentarios, ya nos hemos referido al escaso encaje que tienen las posiciones técnicas en los planteamientos coyuntarilistas que hacen los políticos, preocupados por los votos y el qué dirán, en lugar de concentrarse en hacer las cosas bien, pensar en el futuro, escuchar a los que más saben y anteponer la ética al carpe diem.

Viene esto a cuento porque, en el interesante debate sobre la promoción de las llamadas energías alternativas, se entremezclan, sin que tengan igual peso, tres elementos sustanciales: el marco geográfico, las disponibilidades técnicas y financieras de las empresas y la adecuada selección de los lugares idóneos para, con el menor coste colectivo, conseguir el aprovechamiento de las fuentes energéticas.

El caso de la energía geotérmica es paradigmático. Disponible en cualquier lugar (la temperatura de la Tierra sube 3ºC cada cien metros que se profundice, cualquiera que sea el lugar que se considere), existen tecnologías suficientes en este momento para aprovechar, empleando de forma eficiente los ciclos de Rankine y de Carnot, para implantar un modelo que combine necesidades de frío o calentamiento, con una bomba de calor y un circuito de circulación para el medio que actúe de transporte y que, como el agua, pueda someterse a cambios controlados de fase líquido-vapor.

Ah, pero el problema no es ése. La técnica tiene soluciones para casi todo, si se le dota de medios suficientes para la investigación, se permite que los especialistas trabajen en la perfección de los métodos, y se les proporciona del apoyo financiero suficiente. El problema central es el de la eficiencia en el empleo de los recursos y el establecimiento de un marco que proporcione la adecuada seguridad jurídica a las inversiones.

Como las energías alternativas necesitan ser subvencionadas a los precios actuales de mercado, el empleo de los recursos de todos -ambientales y económicos-, obliga a una transparencia múltiple: en la indicación de los lugares más adecuados, el compromiso de eficiencia de las empresas que estén trabajando en el sector, y el control público y la perfección del marco legislativo en el que se han de mover los proyectos.

Existen los rudimentos para poner en pie ese triángulo virtuoso, pero las inseguridades e indeterminaciones dominan el campo. Como siempre que no se ha dado la importancia adecuada a todos los elementos, se está beneficiando -o se corre el riesgo de hacerlo- a la aparición de desajustes importantes en la tema de decisiones que, vendidas como logros políticos, se convertirán (o se pueden convertir) en servidumbres para el fufuro.

En el caso concreto del aprovechamiento de la energía geotérmica profunda, en sistemas de los llamados abiertos, la problemática cobra todo su vigor. Existen, como es sabido, zonas de mayor deterioro geológico -fallas, por ejemplo- en las que existe mayor temperatura. Para la explotación industrial, son especialmente apetecibles, si se combinan con la existencia cercana de un acuífero. Problema: en los sistemas abiertos, se produce la contaminación térmica y cualitativa, además de la pérdida por evaporación del líquido.

Es necesario clarificar, desde la posición de la Administración, los perímetros de protección (distinguiendo entre loas zonas para las que debería impedir cualquier aprovechamiento del acuífero para apoyar el uso de los recursos geotérmicos, porque el agua debe ser reservada para su uso como recurso de boca, para ingesta humana, de las que, en un marco de concesión clara y control permanente, pueden ser utilizadas para usos energéticos e industriales o agrícolas, y, en fin, aquellos de utilización libre, porque no afectan ni afectarán a acuíferos susceptibles de otros usos, o ya irreversiblemente contaminados).

Un marco jurídico claro, elaborado con profundidad y claridad, ha de permitir a las empresas tecnológicamente capaces, elegir las ubicaciones idóneas para sus instalaciones. Y a nosotros, los ciudadanos, conocer dónde se va el dinero, qué se hace con él, y para qué; porque, no lo olvidemos, las energías alternativas están subvencionadas (y así seguirán), y aunque todos somos ecologistas (no solo los que cobran por estar En Acción), algunos somos, además, técnicos, y, ya puestos a presumir, sabemos algo de economía y derecho.

Sobre la utilizacion del calor de la mina

Las minas de carbón asturiana tienen futuro, aunque es posible que ya muy pocas sirvan para proporcionar carbón. El producto que se extraerá de ellas será el calor. No con esta contundencia, por supuesto, pero así pudo ser entendido por quienes escucharon a dos profesores de la Escuela de Ingenieros de Minas de Oviedo, Belarmina Díaz Aguado y Rafael Rodríguez Díez, en la conferencia inaugural del segundo día de sesiones del II Congreso de Energía Geotérmica, el día 11 de febrero de 2010.

El asunto central está en tener en cuenta que en la minería subterránea, particularmente la que ha tenido lugar para la explotación de capas verticales o subverticales de carbón, se han alcanzado profundidades importantes y allí se está más cerca del calor. En las minas de carbón asturianas se han tenido que realizar pozos de extracción y ventilación de más de 600 m, en muchos casos.

Hay que mirar hacia abajo, y no solo pensar en la energía que nos viene del sol. El caso analizado por estos ingenieros fue el de una mina de la cuenca central asturiana, con galerías entre 300 y 650 m, y que estaba a punto de cerrarse (lo que fue caracterizado por ellos como "una gran suerte" ya que les permitió estudiar las cocnsecuencias de cegar o mantener abiertas algunas zonas, y anegar las instalaciones progresivamente para estudiar las variaciones de temperatura en el agua que se extraía en cada nivel y con cada opción real).

El grupo de investigación de la ETSIMO, en el que figura el catedrático Celestino González Nicieza, es experto en modelización y simulaciones estructurales y dinámicas. Por lo que contaron, se lanzaron a hacer cálculos, suposiciones y modelos con el ordenador antes de ponerse manos a la obra sobre el concreto mundo de la mina.

Los datos reales estarían confirmando esas previsiones. Con una temperatura media del macizo de 28 a 30 ºC ("la habitual a las profundidades medias de las minas asturianas"), se consiguee una temperatura a la entrada a la caldera de al menos 12ºC (con 7º en el exterior), y, para un caudal de 10m3/h, se pueden obtener 65 wh por cada 1000 m de galería (de diámetros entre 10 y 15 m2), suficiente para calentar, en el caso estudiado, en el húmedo invierno asturiano, 170 viviendas. Unos 300 habitantes ...porque, no en vano, las cuencas se han ido despoblando.

El trabajo que presentó, por su lado, la también ingeniero de minas Belén Garzón, en las mismas Jornadas, se refirió, en este caso, a la experiencia de aprovechamiento del calor de las aguas extraídas del Pozo Barredo (1,167 m3/s), abandonado ya, en dos instalaciones utilizadas por la Universidad ovetense. Fue otra de las demostraciones prácticas del esfuerzo de la voluntad y la técnica para usar la energía geotérmica aprovechando las estructuras de las explotaciones de la hulla.

Enhorabuena, colegas. Vuestra participación en esta brillante Jornada, junto a la de otros compañeros a los que tendremos ocasión de referirnos en otros Comentarios, sirvió para dejar claro que el buen conocimiento de los recursos terrestres, en sus variadas formas u manifestaciones, mantiene en los ingenieros de minas toda su vigencia.

Sobre la energía geotermica

Si hay que juzgar el momento de la energía geotérmica en España por el número de asistentes (más de 700) a las Jornadas Técnicas sobre el tema que organizó en Madrid, los días 10 y 11 de marzo de 2010, la muy activa Dirección de Industria, Energía y Minas de la CAM que lidera el Dr. Ing. de Minas Carlos López Jimeno, habría que decir que se está viviendo una situación de gran expectativa y reveladora de concretas perspectivas de negocio inmediato.

El aprovechamiento de la energía del subsuelo no es una tecnología novedosa, no ya en su concepto teórico, sino en sus experiencias reales, en el extranjero como en España. Los técnicos y físicos hemos estudiado en Termodinámica el prometedor ciclo de Rankine para obtener energía aprovechando el cambio de fase líquido a vapor del agua, aumentando la presión sobre el líquido a volumen constante, para luego, aportando calor, transformarlo en gas y enfriarlo en condiciones adiabáticas, es decir, sin pérdida de calor-.

El calor lo aporta la Tierra, más caliente cuanto más se ahonde, de forma natural y gratuita. Los ingenieros de la Tierra, geólogos e hidrogeólogos, sabemos bien cómo realizar sondeos, bombear líquidos y aprovechar las menores diferencias de temperatura para producir energía. No se necesita una maquinaria sofisticada, aunque, por tratarse de una intervención en el subsuelo que implica cierto riesgo -para personas y para el medio-, es imprescindible la dirección facultativa de un ingeniero de minas.

El coste de un sondeo para realizar una instalación que aproveche la energía geotémica somera (profundidades inferiores, a 130 m, y, en general, en el intervalo de los 60 a los 120 m) no es muy alto. Se puede calcular un coste medio de 100 €/metro lineal, para una cifra promedio del sondeo de unos 10.000 euros, dependiendo la cifra exacta, por supuesto, de las dificultades del terreno.

La colocación de los tubos para circulación del medio que aproveche la diferencia térmica, incluído su coste, y, en su caso, si se quiere reforzar la instalación con bomba de calor, elevan la instalación total a unos 20.000 euros, amortizable entre 6 y 10 años. En el caso de que se pretenda aseguraqr las prestaciones de calefacción en invierno, con temperaturas inferiores a 2ºC, el sistema debe ser reforzado con una caldera o con una resistencia eléctrica para evitar la congelación de los colectores, como apuntó Antonio Baron Pladevall, en una documentada ponencia.

La aportación tecnológica, en la que se concentran los trabajos de investigación, implica obtener la máxima rentabilidad a la inversión, garantizando un aprovechamiento óptimo de la energía disponible. Es aquí donde se deben introducir los conocimientos respecto a la ubicación del sondeo, su profundidad adecuada, la optimización de los materiales, la mejora de las características dieléctricas, el monitereo adecuado de la instalación, etc.

Las ponencias estuvieron, todas, a gran altura, ofreciendo experiencias concretas. La Directiva 2009/28/EC, establece el marco común para el fomento de todas las fuentes renovables, entre las que figura la geotérmica. Es una satisfacción, como asturianos, recoger que el Dpto. de Ciencias de los Materiales e Ingeniería Metalúrgica de la Universidad de Oviedo y la empresa Georenova SL, ubicada en Asturias, se encuentran en el pelotón de cabeza de los expertos en nuestro país en el uso práctico del calor que alberga la subsuperficie terrestre.

No hay todavía una gran experiencia práctica en el uso de la energía geotérmica para dedicarla a la calefacción y refrigeración de las viviendas y, como se resaltó en las Jornadas, es necesario eliminar trabas burocráticas y precisar la cuantía de las subvenciones, haciéndolas también de concesión más rápida, para reducir las indeterminaciones.

El caso de las prospecciones para aprovechamiento de la energía geotérmica profunda, una fuente primaria renovable -en el sentido de respetuosa ambientalmente y, por su naturaleza, inagotable- merece una reflexión matizada, a la que dedicaremos otro comentario.

Hoy, en este Comentario, solo cabe felicitar a la DG de Industria y Minería por la iniciativa de este segundo Congreso sobre el tema. El interés de la compañía australiana Petratherm (actualmente, con un 7% de capital español), de la que Peter W. Reid presentó su experiencia en el Proyecto Paralana (entre el Lago Frome  el Monte Pinter Inlier, aprovechando la anomálía geotérmica de la zona, evidencia la creencia en las posibilidades de una parte del territorio español, hoy solo inicialmente exploradas.

Sobre Políticas energéticas

Políticas energéticas es el título de un "pequeño libro" -así lo adjetiva su prologuista, Carlos Martínez Gorriarán, vipresidente de la Fundación Progreso y Democracia (UPyD)- que fue presentado en sociedad (la matritense), el 25 de febrero de 2010. Lo fue en el salón de Actos de Unesa, ante un público de unas 50 personas.

No lo calificaríamos de "librito", sino de una propuesta energética para España, con un horizonte de largo plazo (contempla el período 2010-2045), que supone, aunque no haya tenido en ese acto el apoyo expreso de la cúpula visible del partido (Rosa Díez), una toma de postura concreta acerca del mix energético que debe ser del gusto de la emergente fuerza política, con vocación de ser charnela entre los grandes, que es UPyD.

Los ejes de la propuesta son muy claros: apoyo a la energía nuclear de fisión y a la energía eólica, con abandono acelerado de la producción de carbón nacional. Las centrales de ciclo combinado, que se mantienen, se alimentarían con carbón de importación, y se confía limitadamente en las opciones de producción hidroeléctrica, a pesar de que 2010 haya comenzado con tanto brío lluvioso.

Las líneas maestras de la propuesta energética presentadas están, en realidad, como se hizo notar en el coloquio, limitadas a la producción de energía primaria con destino a la generación de electricidad. Alfonso Sopeña, director de la Comisión de Medioambiente y Energía del partido político así lo admitió, remitiendo al título del primer capítulo del libro, que precisa el alcance del análisis.

A nosotros nos parece muy aceptable la propuesta como primera reflexión para intentar centrar técnicamente la complejidad del debate y  deshacer algunas de las falsedades o errores que se han introducido en el mismo. En ese sentido, nos remitimos a un comentario posterior en el que destacaremos algunas de las ideas que compartimos especialmente.

Sin embargo, la publicación nos pareció prematura e insuficiente como modelo de "política energética". Desde luego, resulta sorprendente que el primer documento de propuesta estratégica de UPyD haya obtenido un apoyo tan frío del partido y de su cúpula. (Ha habido una publicación anterior, sobre las Jornadas que se tuvieron en Llanes, bajo el epígrafe de "Un modelo de organización para España",cuyo muñidor suponemos sería Fracisco "Paco" Sosa Wagner).

El planteamiento realizado resulta también algo desigual, sesgado hacia detalles del tema nuclear o con capítulos a los que no se trata con la profundidad esperada (caso de la energía eólica marina). Se puede adivinar que esto es consecuencia de que, entre quienes lo desarrollaron, se contó con el mayor peso técnico de Jesús Gómez de Santa María, experto nuclear, presente en la mesa. También impuso sus criterios, por supuesto, el propio Sopeña, geólogo, escéptico respecto a la captación y almacenaje del CO2 e ilusionado con las perspectivas de desarrollo de la energía eólica marina. Esta debe ser la razón por la que pusieron más carne en el asador de lo que conocían o creían conocer mejor.

Con el libro, que ayer se vendía a 12 euros, el debate pierde, lamentablemente, una oportunidad para UPyD, por la importancia pública que se da a la letra impresa. Es la oportunidad de tratar y trasladar ya analizadas, al hilo de la propuesta de mix energético,  lo que más interesa a los votantes: los efectos sobre el empleo y la economía real.

Apoyado todo ello, como pretende UPyD en su propaganda, con cifras, datos y análisis técnicos. Por eso hay que extremar el cuidado de evitar documentos que puedan ser confundidos con ejercicios académicos de fin de semestre.

 

 

Sobre lo nuclear de la energía

El Presidente Obama, confirmando las conjeturas acerca del relanzamiento de la producción de energía con base en los reactores de fisión en Estados Unidos, anunció el 16 de febrero de 2010 la concesión de un préstamo de 8.300 millones de dólares para construir la primera planta nuclear en tres décadas, con el fin de conseguir el apoyo de un sector de los senadores republicanos para desbloquear la situación que está impidiendo el apoyo norteamericano a un nuevo tratado post-Kioto.

La concesión formaría parte de un paquete de ayudas para construir entre 9 y 12 centrales nucleares, que se añadirían a las 106 ya existentes en el país, y que actualmente son responsables del 20% de la generación energía primaria, y, dentro de ella, de más del 70% de la producción limpia de efecto contaminante por el CO2.

Barack Obama defiende la actuación con varios argumentos, que han quedado expresados por él mismo o sus colaboradores directos, y que constituyen un ejemplo de lógica técno-económica.  

Desde la necesidad de actuar de inmediato contra el cambio climático, que supone aprovechar esta energía disponible no productora de gases con efecto invernadero, hasta la imposibilidad de atender a las necesidades energéticas del país con solo las restantes fuentes, el mantenimiento de la competitividad de la industria norteamericana y, en fin, la convicción de que el bienestar de las poblaciones ha de lograrse sin crear cargas económicas innecesarias para las generaciones futuras. Esto último, lo ha concretado de esta forma brillante:

"Just as it would be a terrible mistake to borrow against our children’s future to pay our way today, it would be equally wrong to neglect their future by failing to invest in areas that will determine our economic success in this new century." 

Nos podemos imaginar la cara de tontos que se les habrá puesto al grupo de asesores del presidente Zapatero -ese pequeño país que se cree próximo al ombligo del mundo-, que tal vez habían creído que las ideas y los objetivos de ambos presidentes -representantes, respectivamente, del rico Epulón y el pobre Lázaro- estaban en completa sintonía.

La situación sirve para poner de manifiesto, por añadidura, la diferencia entre lo que se considera "ser un Quijote" en España y en los países anglosajones. Aquí, cuando expresamos que "alguien es un Quijote" o que actúa quijotescamente, le damos un tono de virtud, incluso de superioridad ética, propio de quien defiende sus ideales a despecho de los que opinan lo contrario, convencido de que son nobles y certeros.

En los Estados Unidos y en el Reino Unido, los Quijotes son iluminados que no son capaces de entender que están equivocados, a pesar de las claras señales que reciben, y se empeñan, hasta su destrucción y la de los suyos, en seguir el camino erróneo.

Cada vez nos sentimos más Quijotes, pero en el sentido anglosajón. En lugar de ir a lo nuclear, y poner nuestros pies en la tierra, nos vamos por las ramas, actuando de saltimbanquis sin entretenamiento para el espectáculo, por lo que lo único que cabe esperar es que nos demos un batacazo.

Sobre la energía nuclear para el siglo XXI

"Energía nuclear para el siglo XXI" es el título de un Librito de 144 páginas que ha editado la Universidad de Comillas, junto al Instituto para la Ingeniería de España y el Foro Nuclear. Ni qué decir tiene que defiende la utilización de la energía nuclear como una de las formas de producción de energía primaria.

Obviamente, esa posición técnica competente de quienes se cuentan entre los que más conocen en España de esa modalidad de energía, está en contraposición con el programa del partido que se encuentra ejerciendo el poder de Gobierno en nuestro país, del que el Presidente Rodríguez Zapatero se ha manifestado en varias ocasiones como el "más antinuclear" del equipo ministerial.

Hemos ya comentado en otras ocasiones sobre el evidente riesgo de declararse antinuclear y mantener en funcionamiento varias centrales nucleares. El gran público entendería el elemental símil (ya que nos movemos a niveles muy primarios) de abrir un restaurante vegetariano pero anunciar que "seguiremos vendiendo carne hasta que se agoten las existencias.

Pero no siquiera es actualmente éste el motivo de preocupación. El miniacuerdo de Copenhague, en el que el Presidente norteamericano Obama no ha tenido ningún empacho en afirmar el éxito de la cumbre, a espaldas de la Unión Europea, por haber alcanzado un punto de unión entre los objetivos de China, Brasi e India y los propios de Estados Unidos, debiera servir (pero no tendrá efectos) de reflexión sobre el papel de la vieja Europa en el contexto mundial y, muy específicamente, de España.

Nuestro país carece de objetivos, de credibilidad internacional, de peso en la esfera política. Somos, sin duda, tenidos por buena gente como compañeros para una juerga folclórica, pero ingenuos, inconsistentes y, a salvo de algunas individualidades, mediocres.

Nos lo hemos merecido. Nos lo seguimos mereciendo. Cuando alguien destaca, le cortamos la cabeza. Preferimos poner en primer línea a los menos conflictivos, a las medianías. Sonreímos con las manos en los bolsillos y la cabeza vacía.

Si tenemos un conflicto relativamente serio, o llamamos a Alemania, Francia o Europa paa que nos lo resuelvan, o nos ahogamos con la sensación, además, de habernos ahogado en vasos de agua. Si tenemos especialistas en un tema (Unión Europea, mercados internacionales, China, energía nuclear, etc.) no tardaremos enmenospreciar su opinión, dando mayor cancha a los que llegan a última hora, o juegan a la contra o, aún peor, a los que tienen intereses bastardos.

Hay que encontrar la vía de una tercera España. Las dos Españas que conocemos nos han helado el corazón (remedando a un hombre sabio que sufrió mucho, y que hoy, cuando no hace daño a nadie, porque murió en el destierro hace décados, veneramos como a un dios: Antonio Machado).

El Foro Nuclear, por cierto, ha elegido mal el nombre. Tenía que habese llamado, pero ya es tade, Foro por la Estrategia energética, y, en lugar de contar con la opinión de ingenieros, químicos y físicos nucleares debiera haber concitado el interés de las amas de casa (con todo respeto), los jóvenes antisistema (con algo menos de ídem) y un par de comunicadores de masas.

Obviamente, el librito "Energía nuclear para el siglo XXI" no tiene deperdicio. Lo tendrá, por quienes deberían leerlo de rodillas.

Sobre potencia instantánea, frío polar y apagones

Estamos a punto de entrar en el invierno y hemos sufrido unos días de frío polar. Mal asunto para la potencia instantánea.

La tendencia de la potencia instantánea -consumo máximo de energía en un momento dado- en España es creciente de forma consistente. Ha tenido, en los inviernos de 2005 y 2007, dos momentos de techo máximo y es posible que en este invierno se alcancen los 46.500 MW.

Porque, aunque la crisis económica ha disminuído el consumo medio, en las fechas de Navidad y Año Nuevo todos querremos tener la calefacción a tope, las luces encendidas, los hornos y las vitrocerámicas a pleno rendimiento, y los electrodomésticos enchufados.

La garantía de suministro a corto plazo está tensionada, porque aunque tenemos exceso de potencia instalada, el porcentaje que se cubre con energías de menos fiabilidad es muy alto. La disponibilidad de la potencia de régimen renovable, de los que del orden de 15.000 MW provienen de la instalación para generación eólica, no depende de la voluntad del ser humano, sino de los vientos celestes o celestiales.

Con más de 84.000 MW de potencia instalada, podemos cubrir, teóricamente, 51/52.000 MW de disponibilidad. Para una necesidad de potencia instantánea de 46/48.000 MW tenemos un índice de cobertura de 1,10 (en torno al 10%). Mejor que en este invierno no hagamos muchas olas, señores, no vaya a ser que tengamos que celebrar el Fin de Año bajo las velas.

Sobre EDF y las buenas relaciones empresariales

Para entender algo del complejo mundo de la economía, no hace falta tanto haber estudiado en Harvard, sino saber leer el Hola entre líneas.

Se aprende mucho más de las relaciones de poder real mirando las fotos de los invitados a bodas, cacerías y guateques y calibrando la intensidad de sus sonrisas y apretones de manos, que elucubrando sobre las curvas de oferta y la demanda o las teorías de los oligopolios complejos. 

Hace unos días (principios de noviembre de 2009) la EDF (Electricité de France, en nombre desglosado) comunicaba que había acogido a un excelente profesional, ya madurito, como consejero delegado de su nueva andadura. Se trataba del laurado ingeniero civil Henry Proglio, azote en su momento de Jean Marie Mesnier (hoy perdido para la causa de un cine francés universal) y que ocuparon las dos primeras posiciones de control en el grupo Vivendi (antes Compagnie General des Eaux).

Qué tiempos aquellos. Proglio, discreto, tímido, serio, inteligente, genial, había entablado una amistad duradera con Esther Koplowitz, educada en Francia, la dama de oro de FCC, la empresa española que tenía un fondo de armario lleno de dinero para invertir en expansión internacional. Se firmaron acuerdos de amor entre las dos empresas, y se establecieron vínculos para la actuación en varios frentes que deberían garantizar un sólido futuro.

Algo debió oler raro en la cocina en donde se gestaba la gran fusión y, cuando el ávido gigante francés parecía que iba a hacerse con la bolsa de FCC, se pudo salvar del fuego la mayor parte del dinero. Messier se retiró a Nueva York para salvar el pellejo, y Proglio siguió manteniendo una relación sincera con Koplowitz.

Una relación que sabrá aprovechar Baldomero Falcones, hoy Presidente de FCC, experto en el negocio de vender a tiempo, sacando rentabilidades, que fue fundador de Magnum Industrial Partners, el mayor fondo de capital riesgo de España, y antiguo socio de Ángel Corcóstegui, amigo personal de Botín, capitán del Grupo Banco de Santander.

El sector energético es una expansión de actividad que siempre atrajo al grupo FCC, y es muy posible que Esther Koplowitz quiera devolver a Proglio el favor de haberle soplado que Messier se ponía para dormir, además del pijama, el gorro de Napoleón.

Con ello, encajarían mejor los sutiles hilos que han permitido a FCC comprar a EDF una de las empresas " no estratégicas" de la empresa pública francesa de electricidad: ASA (en Austria) y se explicaría con brillantez las razones por las que EDF ha mantenido un complejo chiringuito que va desde las energías renovables a la distribución de electricidad en el descoyuntado mercado energético español, falto de un plan estratégico desde que nos hemos especializado en distinguir a los galgos de los podencos.

 

Sobre los riesgos de no apoyar la energía nuclear

En la interesante exposición de argumentos que los días 28 y 29 de octubre de 2009, por la que muy cualificados conferenciantes respondieron a la convocatoria del Consejo Superior de Ingenieros de Minas de España para debatir sobre Estrategia energética, aparecieron muchos de los contrasentidos que se han introducido en este momento en el debate energético. Algunos afectan, y directamente, a la posición respecto a la energía nuclear.

No es un Comentario rápido en un cuaderno digital el lugar adecuado para concentrar todas las teorías, paradigmas, verdades y falsedades en torno al tema.

La intervención de los políticos con la que se cerraron las Jornadas (que concluyeron, desde luego, con la clausura oficial y el resumen -animado con notas propias- del ingeniero de minas Pedro Larrea, que actuó de relator) demostró que la posición de nuestros representantes populares está emponzoñada en un doble sentido: la intoxicación informativa, en un tema en el que no se han dejado aconsejar por los expertos, y la alineación, en terrible error ideológico, de las posiciones teóricamente de izquierdas con el rechazo a la energía nuclear y la defensa de las energías verdes como la apuesta única que habrá de salvarnos el futuro.

La tremenda paradoja, el descomunal despropósito de abominar desde la izquierda española de la energía nuclear , lo expuso, en pregunta-reflexión a los parlamentarios que intervinieron al final de las Jornadas técnicas, un ingeniero de minas de excepción, que se declaró socialista de carné con solera, admirado desde todos los sectores, y que será nombrado ingeniero del año por el Colegio de Ingenieros de Minas de Centro: Juan Manuel Kindelán.

Kindelán deshace, desde el conocimiento de la cuestión, las dos falacias respecto a la energía nuclear: son seguras y el tratamiento de los residuos tiene solución, y la tendrá, plena, en muy pocos años, si se sigue avanzando en el buen sendero de las investigaciones ya muy desarrolladas.

Y no tiene sentido económico ni social, apostar por un modelo energético sesgado hacia las energías llamadas verdes, que, hoy por hoy, no pueden abastecer autónomamente nuestras necesidades, a las que se está beneficiando con subvenciones que apoyan la producción -4.000 millones de euros anuales- y no la investigación (caso de las eólicas, tecnología madura), despreciando la importante posición de prestigio y saber hacer, reconocido internacionalmente, de nuestros expertos nucleares y de las empresas que suministran energía de base nuclear.

 Juan Manuel Kindelán calificó de "grotesca" la posición asumida desde los partidos de izquierdas españoles, IU y PSOE. Muy poco antes, el representante del PSOE en la mesa de debate, Jesús Arique, había manifestado -sin sonrojarse ante la protesta masiva de los expertos presentes en la sala- que, a diferencia de las centrales nucleares francesas, las españolas no tenían flexibilidad productiva y debían funcionar de forma permanente.

Gaspar Llamazares, en un discurso serio, desde luego, pero políticamente sesgado, recordó que en Garoña, entre los ciudadanos de los municipios que se oponían al cierre de Garoña, estaban también los que habían manifestado su protesta porque se instalara en uno de ellos el depósito de residuos nucleares.

Lo que se olvidó de indicar, como también omitió Arique, es que la ciudadanía responsable se pregunta también por las compensaciones que se prevean para los sacrificios que pueda exigir la solidaridad. No se puede pretender que en un debate lleno de confusión, unas poblaciones asuman los perjuicios sin obtener, a cambio, satisfacciones en lo que importa: seguridad de futuro, trabajo y garantías.

Los riesgos de no apoyar la energía nuclear, anatematizándola, son los de atrasar la recuperación de España, dificultar, por el encarecimiento de la tarifa eléctrica, la competitividad de las empresas, y generar falsas expectativas de actividad y empleo, creyendo obcecadamente que se puede adquirir una posición relevante en el mercado de las energías alternativas, sin advertir que las empresas eléctricas no tienen corazón social, y que se adaptarán a la ideología política imperante.

Lo expresó muy bien, contrariamente a las medias palabras de los representantes parlamentarios -sobre la posibilidad de incluir en el Pacto de Estado por la Energía la producción nuclear-, otro ingeniero de minas, José Luis G. del Valle, ex- presidente de Scottish Power y consejero delegado actualmente de Iberdrola (con otra dicción, pero esta idea): Las empresas no tienen preferencias respecto a una fuente de energía; están preparadas para adaptarse a la filosofía política imperante en cada momento, y no pueden descuidar ninguna, porque cada país es diferente, y toma sus decisiones de forma oportunista, como le conviene.

 

Sobre el cosmos contemplado por un idiota (o al revés)

No hace falta ser un lince (figurado) para deducir que no conocemos de la misa la media de lo que pasa en el cosmos.

No conocemos nada, en verdad.Tenemos algunas teorías para justificar ciertos aspectos físicos, pero su capacidad de convicción es limitada. Desde la física, parece que, mientras no veamos más allá del segundo principio de la termodinámica, el desorden es cada vez mayor: vamos, para no volver, hacia el caos.

Desde ese otro aspecto no menos inquietante que se alinea en el campo de la biología, y que evoluciona, al parecer, hacia la selección de los más dotados para sobrevivir, el hombre constituye una singularidad pensante, empeñada en poner algo de orden -o en cambiar el existente-, incluso, en los momentos más felices, empeñado en descifrarlo.

Nos parecemos al niño del ejemplo de San Agustín, dedicado a meter el agua del mar en un agujero realizado en la playa.

Por eso, resulta convinvente la conclusión de Ken Wilber: el cosmos es ajeno, innaccesible e inabarcable.

Somos unos idiotas contemplándolo. Cada aproximación a su conocimiento, abre nuevos agujeros negros.

¿Y desde el punto de vista de la biología? ¿Encontraremos algún día la llave? ¿Se unirán los dos campos, el de la física y el de la biología, en alguna conclusión coherente, una fórmula única?

Qué pena no estar ya aquí para vivir ese momento, si se produjera. Harían falta unos cuantos miles de años más, otros cientos de genios, la casualidad de descubrir algunas claves...

Sobre sustentabilidad, energía nuclear y ecología

El 18 de junio de 2009, se presentó un supuesto debate sobre energía y sostenibilidad en el marco del Foro Permanente de la Sostenibilidad (FPS).

En este país dominado por quijotes, jetas e iletrados no hay debate, ni podrá haberlo jamás mientras falte a espuertas la educación. Y esta falta de educación no es por carencia de cultura -que, por supuesto, domina a casi todos los que hablan-, o por defecto de información -que, naturalmente, está en el fondo de muchos argumentos-.

Falta educación como sinónimo de atención al otro,  para escuchar sus argumentos y, por tanto, bien poder tomar una decisión consensuada basada en la información, la oportunidad, y los valores -desde la técnica a la economía- que cualifican una opinión; bien, poner los pros y contras de un tema con claridad en conocimiento de los que decidan.

El debate nuclear ni se ha abierto, ni se abrirá. Por que en España, los jóvenes socialistas deseosos de protagonismo, junto con los viejos militantes de la ecología y la ecolojeta, se han aliado con las amas de casa metidas a barulleras, las asociaciones de consumidores malinformados y los nostálgicos de las cavernas, para concluir a priori que la energía nuclear es mala. Malísima.

En cambio, el sol y el aire son muy buenos, baratos, perpetuos, y si no pueden estar siempre disponibles, ya se arreglarán los técnicos; y si son caras, ya bajarán el precio y, entre tanto, que se las subvencione.

No conocemos la vida privada de quienes defienden las llamadas energías limpias machaconamente como la única opción: no sabemos si tienen un aerogenerador junto a su ventana, una huerta solar en su pueblo; ignoramos si van a su segunda residencia en la costa en autobús o en 4x4, si tienen piscina en su comunidad o van a las aguas públicas (o no van), si les gusta el chorizo o prefieren las verduras regadas con aguas fecales. Ni siquiera sabemos si han retirado el aire acondicionado de sus casas y oficinas y se calientan con briquetas de carbón vegetal en el invierno, cubiertos con mantas toledanas. Podría ser interesante investigar la coherencia de sus vidas con su argumentario vehemente.

La reunión de ayer se puede resumir en cuatro pinceladas: Javier García Breva, director general de Solynova Energía, defendió lo suyo, e hizo bien, que para eso le pagan. Carmen Becerril, joven experta ya en casi todo, defendió lo suyo, que es lo bien que lo hace Acciona, que se ha desprendido de sus participaciones en la caca de la vaca de lo nuclear, y hace bien, que para eso le pagan.

Joaquín Nieto, que ahora habla como Presidente de Honor de Sustainlabour, se complació en presentarse como defensor del nuevo paradigma desconocido del desarrollo sostenible, creador de empleo sano y limpio. Su voz tronante convierte cualquier argumento en irrefutable.

Carlos Mulas-Granados, joven economista director general de la Fundación ideas para el Progreso, defendió la capacidad de esa tierna agrupación de intelectuales para predecir el futuro a cuarenta años vista, y, por tanto, saltándose historia y lógica, vender la moto de que en el 2050, además de todos calvos -Jiménez Beltrán, el moderador, seguro que sí, pues ya lo está-, tendremos un mundo alimentado energéticamente con energías alternativas al carbón, gas, petróleo y nuclear.

Dejo para el final a Pedro Rivero, presidente de Unesa y a Enrique Jiménez Larrea. El primero estuvo serio, digno, claro. Es catedrático de economía financiera en la UPM y defendió la necesidad de mantener todas las fuentes de energía, pues, al menos de momento, no podíamos prescindir de la nuclear.

Jiménez Larrea no estuvo en su mejor día y se perdió por los cerros de Ubeda y los de su propia incongruencia. Se intuía que quería defender igualmente que, al menos en el período de transición, la energía nuclear era imprescindible y que, además, las energías alternativas no estaban ni tan maduras ni eran tan perfectas como se decía.

Los ponentes se alargaron mucho y no hubo tiempo para muchas preguntas, que fueron monopolizadas por los que no tienen nada que decir. El ama de casa de turno afirmó tajante que "Garoña se cierra". Pero su frase mayestática podía haber sido repetida por unos cuantos de los eruditos que se sentaban en la mesa.

Somos un país de imbéciles. Somos pobres y nos comportamos como nuevos ricos. Somos ignorantes y dogmatizamos y apologizamos sobre lo que desconocemos.

Estamos en crisis grave, con millones de parados, una dependencia energética escalofriante, y queremos cerrar las centrales nucleares que tenemos, a despecho de lo que opinan los técnicos, la Comisión de Seguridad Nuclear, el CSIC, el Instituto de Ingeniería de España, el gobierno de Obama, los países más avanzados del mundo, porque algunas amas de casa (?) y ciertos ecolojetas intuitivos han convencido hace tiempo al actual jefe del ejecutivo que la energía nuclear es mala, que no sabemos qué hacer con los residuos radioactivos y que el riesgo de una explosión nuclear en real e incontrolable.

Lo sentimos por el Foro Nuclear, pero el asunto de la prórroga de Garoña tiene mala pinta. En las cavernas de la Moncloa han hecho una simulación respecto al futuro, y ha salido que las próximas elecciones -que se celebrarán dentro, más o menos un año- tienen más opciones de no perderse si Zapatero mantiene su palabra de cerrar las nucleares al terminar su vida útil.

Término confuso ese de la vida útil, que podría ser explicado a las amas de casa (1) como la eutanasia forzada a los sesenta años. Ya han vivido bastante esos ancianos.

(1) ama de casa en este Comentario es un ser imaginario que carece de estudios salvo los elementales, pero tiene mucho tiempo libre, porque sus hijos se han emancipado y andan por el mundo con destino desconocido. Generalmente del sexo o género femenino, tiene altas probabilidades de encontrarse en estado de separada o divorciada. Otros detalles pertenecen a la intimidad de su vida más bien aburrida hasta que descubrieron su vocación política.

Sobre el coste de oportunidad del cierre de la central nuclear de Garoña

El día 5 de junio de 2009 al Gobierno de Rodríguez Zapatero le pasarán, en teoría, la patata caliente  de tener que decidirse sobre la prolongación o no de la vida útil de la central de Santa María de Garoña, que cumplirá sus cuarenta años dentro de un par, allá en 2011.

Difícil papeleta, para un equipo cuyo presidente se ha definido, y aún no lo ha corregido, como el más antinuclear de su Gobierno.

Como los malabaristas siempre prefieren forzar lo más difícil,  la Fundación Ideas (a la que algunos apostillan con adjetivos de los que sirven para descalificar), dirigida por el fiel Jesús Caldera,  ha apoyado la fantasía de que España podrá cubrir en unos años todas sus necesidades energéticas con el 100% de las energías verdes, creando además multitud de puestos de trabajo.

Nada ha cambiado para el núcleo duro del actual Gobierno socialista, que confundiendo la estrategia energética con la opción política, se mantiene anclado en los ochenta, en donde los entonces jóvenes cachorros socialisitas, capitaneados por Enrique Barón, empujaron a la derecha a Miguel Boyer, convenciendo a González de que si apoyaba la energía nuclear perdería votos. Eran tiempos, además, en que ETA, que aún no era ecologista, asesinaba ingenieros solo por su saber hacer.

Y si el 7 de junio aún no dan por perdidas desde el PSOE las elecciones europeas, estarán aconsejando en La Moncloa y en Ferraz que adelantar el cierre de la central de Garoña y olvidarse de lo que aconseja el CSN y el sentido común, puede incluso traducirse en un rédito político.

Porque esta vez, salvo exóticas y sentimentales opiniones, todos los técnicos están de acuerdo en que España debe seguir manteniendo sus centrales atómicas, prolongándoles la vida últil hasta los 60 años (como ya se está haciendo Estados Unidos con las instalaciones gemelas que tienen allá). La decisión, además, está ligada a la necesidad de mantener un mix energético en el que la energía nuclear cubra el 20-25% de las necesidades españolas.

Las razones técnicas se unen a las económicas, o al revés, en este caso. La dependencia energética de España supone un riesgo de desabastecimiento y una incertidumbre permanente respecto al coste que deberemos pagar por las materias primas. Si se hace descansar la producción de energía eléctrica solo en las energías naturales, no tendríamos garantía de continuidad, el coste sería mucho más alto y, además, no nos liberaríamos de las imprescindibles importaciones de petróleo para mover tanto vehículo.

Racionales e intuitivos enfrentados otra vez. Los cerebros crédulos de una parte de la población están intoxicados con las ideas de "riesgo de desastre nuclear" (Chernobil, terrorismo, hecatombre), "residuos eternamente contaminantes" (radiaciones que se mantendrán millones de años activas, riesgos incontrolables para la salud, deformidades), a las que se han añadido defensas, con el encarnizamiento que dan los intereses, sobre la "indiscutible belleza de los parques eólicos y solares", "el beneficio natural de los altos períodos de insolación que tiene España", "dificultades a largo plazo de abastecimiento de mineral de uranio y su alto coste", etc.

Por eso, hay que alabar la oportunidad que ofreció la cátedra Rafael Mariño, de la Universidad Pontificia de Comillas, en Madrid, para que se expresara, técnicamente, la situación de la producción de energía nuclear de fisión en España. Una exposición de alto valor técnico y de claro mensaje político, a la que tendremos ocasión de referirnos con más detalle en los próximos comentarios.

Una cuestión diferente es decidir qué se puede hacer con los beneficios que genere la prolongación de la vida de las centrales nucleares españolas que vayan terminando su vida útil. La ingente deuda acumulada por el déficit de las tarifas del sector invita a que las rentas adicionales de estas centrales se dediquen, en buena parte, a compensar esa partida.

De eso no se está hablando. Sin embargo, forma parte de los costes de oportunidad que debemos poner en el caldero, quienes defendemos la energía nuclear como una opción necesaria, aunque de carácter transitorio, mientras hacemos viables otras formas alternativas. Y, como queremos tener las manos libres para opinar, no estamos dispuestos a chupamos el dedo.

Sobre el futuro de las centrales de ciclo combinado

En los países en los que la presión ecologista (mal entendida) y la falta de decisión política (insuficientemente justificada) no permite analizar las opciones de la energía nuclear, se ha abierto la brecha por la que entran las centrales de ciclo combinado.

Una central de ciclo combinado es un perfecto invento tecnológico para apostar a pelo y a pluma en materia energética. Si, además, la central se quiere mantener junto a las preexistentes centrales de carbón, se está en disposición, como proveedor de energía, de cubrir un amplio expectro: por ejemplo, gas natural, gasoil y carbón.

Estas instalaciones son costosas y, por ello, para garantizar que se amorticen con cuotas asimilables por los paganinis, se consideran períodos de vida útil de 20, 25 o incluso 50 años. En este tiempo, la mejor tecnología disponible podrá cambiar muchas veces, pero las administraciones públicas, los proveedores de energía y las poblaciones colindantes, seguirán prisioneras de una inversión que habrá que amortizar.

El futuro de las centrales de ciclo combinado, pues, como el de todas las instalaciones que exigen gran inversión, está condicionado al sostenimiento de la situación que las hizo viables, al mantenimiento de la legislación y reglamentación a la que se sometieron en el momento de la autorización ambiental y, en fin, y como más grave, a los precios de las materias primas vigentes cuando se hicieron los cálculos de rentabildad.

No hace falta ser un lince para vaticinar que nada ni nadie puede garantizar que las condiciones se mantendrán durante 25 años. Cuando cambien, ¿quién será responsable de pagar las cuotas restantes? ¿Los usuarios, quizá? ¿Quién compensará a los vecinos del entorno en donde se ubiquen estas centrales por sufrir unas condiciones ambientales duras en beneficio del "interés general"?

Debería analizarse con seriedad, en beneficio de todos y no solo de unos cuantos, el programa energético para los próximos 2o, 25 o 30 años. Si las compañías eléctricas y las administraciones que conceden las autorizaciones ambientales pueden arriesgarse a hacerlo, no vemos porqué no hay que asumir el estudio global de a dónde queremos ir, y por qué.

Sobre la transmutación de los residuos nucleares y la falta de implicación

La trasmutación de los residuos nucleares puede sonar al lego a algo así como la transustanciación de las especies.

Pero, a salvo de términos tecnológicos puntuales, la desdramatización de lo nuclear en España no es un problema de información al público, sino de implicación de los gobernantes.

El 22% de los españoles, según la encuesta del Eurobarómetro 2007, no sabe que en su país hay centrales nucleares. Los españoles, junto con los portugueses, son los menos documentados de toda Europa sobre la cuestión nuclear.

Se comprende en el caso de Portugal, que carece de instalaciones con energía atómica; pero...resulta incomprensible que el español, que mayoritariamente está en contra de lo nuclear, por la percepción social que pueda hacerse del tema, no tenga mucha idea de lo que habla.

El 21 de abril de 2009, con el salón de actos lleno de público, el IIE y la Cátedra Rafael Mariño, magníficamente dirigida por Yolanda Moratilla, auspiciaron dos conferencias de alto nivel sobre el tema "Residuos Nucleares: Gestión y Transmutación", las de Juan Antonio Rubio, Dr. en Físicas, Director General del CIEMAT, y José Ramón Armada, Dr. Ingeniero Industrial, hasta hace muy poco Director de ENRESA.

Las conferencias tuvieron un interés científico-técnico indudable, pues ambos intervinientes tienen información y conocimientos del tema como pocos. Pero ya habrá ocasión para referirnos a las cuestiones técnicas. En este Comentario, queremos enfatizar sobre dos cuestiones de divulgación:

-En relación con la información sobre la energía nuclear y los residuos, coincidimos con José Ramón Armada en que falta implicación. El no lo dijo expresamente, porque su comunicación fue políticamente correcta, aunque resulta muy evidente que, puesto que la opinión técnica mayoritaria y, en círculos privados los mismos Secretarios de Estado y Directores Generales de Industria, se dicen a favor de mantener el nivel de participación de la energía nuclear en el mix energético, el opositor singular es el Presidente de Gobierno español, Rodríguez Zapatero.

No lo hace por falta de conocimiento, ni siquiera por convicción personal. La razón verdadera de esta oposición hay que buscarla en que estar a favor de la energía nuclear, hoy por hoy, resta votos, y hace perder las elecciones. El presidente del IIE, el Dr. Ingeniero Industrial Manuel Acero, experto él mismo en temas nucleares, tuvo una frase especialmente afortunada en el cierre del acto, comparando la situación con el tratamiento visceral respecto a Bolonia: "Los que estamos a favor de la energía nuclear hemos cometido el error de detenernos en contrarestar los argumentos críticos, en lugar de haber presentado argumentos positivos", es decir, estamos jugando en el terreno de los detractores.

-En relación con la transmutación, los trabajos de investigación para disminuir la cantidad de residuos nucleares de alta radiación y alta vida, han ido avazando en logros que no pueden ser ignorados cuando se aborda el tema. Rubio expresó que el tema de los residuos nucleares no es una cuestión cuantitativa. El 6 Plan General de Residuos cifra en 189.100 m2, con el Parque actual, la producción de residuos nucleares hasta 2070. Una cantidad ridícula frente a los 20 millones de t/año de residuos urbanos o las 400.000 t/año de residuos industriales.

La transmutación de los residuos nucleares (por fisión, o por captura neutrónica por hidrometalurgia o pirometalurgia) se dirige a disminuir de forma significativa la cantidad de actínidos (1,5% en peso) y  transuránidos de los mismos (menos de 1% y solo seis isótopos).  Las 300.000 t de residuos nucleares del mundo, contienen unas 3.000 t de residuos de alta vida media (entre 10.000 y 10 millones de años).

Si se redujera a un 10% la fracción longeva, se obtendrían 300 t en el mundo de estos residuos. En España, sería necesario disponer de almacenaje para 30 t de los mismos, que, a densidad 10, equivalen a 300 l (es decir, unas pocas botellas), y se solucionaría de raiz la tensión de tener que buscar almacenaje para las 30.000 t de residuos nucleares españoles.

La cuestión que resulta más preocupante en relación con el ruido nuclear que desde hace ya dos décadas venimos soportando en España es que hemos perdido experiencia de alta cualificación, y que la mayoría de los defensores de la energía nuclear son técnicos y científicos que están jubilados o al borde de la jubilación.

El debate sin orientación ni implicación nos ha dejado bastante mermados en la continuidad tecnológica, faltos cada vez más de científicos y de medios. Pero la implantación de centrales nucleares en el mundo no ha parado. Y, como dijo Juan Antonio Rubio: "En los países de la Unión Europea, y en Estados Unidos, estoy seguro de que la probabilidad de fallo es remota; pero en manos de otros países (citó Senegal), no".

Sobre física, poesía y cosmogonía

En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz” (Genesis 1:1-3).

Muy posiblemente la dificultad mayor con la que se encontró el Dios de la Biblia, en esa Semana Santa frenética de la Creación universal, fue separar la luz de las tinieblas. Bien porque la labor fuera ingrata o su conclusión inncesaria, han quedado parcelas muy oscuras en esa referencia conceptual del Todo que es, justamente, el Universo. 

Los físicos se han esmerado desde que recogieron algunas ideas aprovechables de los filósofos y estos, a su vez, de los poetas, en reconstruir lo sucedido en esa Semana singular. De momento, una mayoría cualificada parece haber entendido que no hubo siete o seis días simbólicos de divina tarea, sino un solo instante de magia, a partir del cual, mediante procesos químico-físicos de naturaleza y condición aún ampliamente desconocidas, se ha llegado hasta aquí.

No hay problema con incorporar al modelo el tiempo que haga falta , porque el concepto abstracto de eternidad nos brinda los millones de años que necesitemos. Tampoco lo hay para la concatenación lógica, en el terreno de la física teórica, pues los conceptos de espacio enedimensional y energía nos sirven para darle vueltas ad infinitum a las consecuencias de relacionar masa, velocidad de la luz y energía.

Podemos, por ello, aceptar sin mayores reparos que una combinación bien aplicada de fórmulas matemáticas, concatenadas gracias a trabados teoremas y con la eventual incorporación, viciosa pero controlada, de solamente algunos postulados, o sea, principios sin demostración, es la explicación que lleva desde el big bang hasta este despliegue fenomenal que nos rodea, cada vez más inmenso.

Podemos aceptar que el guía del proceso en esa evolución selectiva es la negación de lo absurdo, y que así se han generado galaxias, agujeros negros, planetas, rocas, agua, plantas, animales irracionales, y hasta seres humanos con capacidad para entender algo de todo esto y, en fin, seguramente, alienígenas, con capacidad de entender incluso mucho más de lo mismo.

La física téorica explicará algún día, sin duda, lo básico de la cosmogonía que nos dará respuesta suficientemente satisfactoria de lo que nos ha traído hasta aquí. Entenderemos entonces sin mayores fisuras la razón íntima de lo que nos acompaña.

Pero nos seguirá faltando la explicación de lo que nos hace especialels a nosotros, es decir, nos permite actuar en ese cosmos como seres racionales, no determinados, creativos. Porque esa es una verdad incontrovertible. En esa masa de material ajeno, creamos. No creemos crear, creamos.

Hoy por hoy, con un avance notorio respecto al momento en que se creía que el Hombre y la Tierra eran el centro del mundo, el núcleo duro de los físicos teóricos se mueve utilizando cada vez menos postulados, y ellos como materia prima central, fabrican un magnífico producto, fundamentalmente judeo-norteamericano, que es laureado sistemáticamente en el hipermercado sueco de premios Nobel de Fisica y consumido con fruición en todo el mundo.

Si los físicos tienen razones para estar convencidos de entender más del mundo visible, gracias al principio de indeterminación de Heisenberg, al principio de equivalencia de Einstein y a unas cuantas partículas imaginarias y algunas constantes particulares. Aunque los demás humanos sigamos encontrando nuestros motivos de satisfacción en los brillantes trabajos anteriores de los termodinámicos, mecánicos, y químicos.

Pero los metafísicos lo siguen teniendo crudo.

Una cosa es admitir como conclusión experimental que la luz deriva hacia el rojo al alejarse del observador (efecto Doppler) y, por tanto, que el Universo se expande, y otra explicar qué hace a algunos entes físicos capaces de generar interrelaciones con el material abstracto que conforma el mundo de las ideas. ¿Qué partículas son esas? ¿Qué verdades universales, además de los que Aristóteles o Kant pusieron sobre la mesa, ordenan el territorio de la metafísica? ¿Necesitamos un principio de indeterminación para los conceptos abstractos?

Es imprencindible, parece, aún, mucha poesía para acercarnos al entendimiento global del Universo.

Sobre cogeneración energética: ¿vale la pena?

La cogeneración es una de las formas de ahorro energético que obtienen menor atención pública entre las tecnologías del sector. Incorporada a casi 900 instalaciones, con 6.200 MW de potencia instalada y 30.000 Gwh producidos (de los que las 2/3 partes han sido entregados a la red), supone más del 9% de la producción total en España. Son datos aportados por Javier Rodríguez, director general de ACOGEN, en el artículo "Cogeneración en España", publicado en la revista Tecnoambiente (número 192).

Conocida desde el siglo XVIII, la cogeneración se basa en el acoplamiento de dos ciclos termodinámicos, de los que uno usa como input los residuos térmicos del otro. Normalmente, se acopla un motor de combustión interna que impulsa un generador eléctrico, con un equipo de refrigeración que funciona con los desechos del primero. (ver, por ejemplo, el artículo de Luis Adolfo Belli)

La cogeneración en España, desde sus comienzos, ha estado envuelta en innecesarios misterios, que crearon malentendidos. Se llamaron instalaciones de cogeneración a todas aquellas que servían para producir una parte de la energía necesaria en el proceso industrial global de la empresa, y que se acogieron tempranamente a las subvenciones públicas para incentivar el ahorro en el consumo eléctrico, que comprometía la adquisición de la electricidad entregada a la red a precios muy interesantes y que ayudaban a mejorar la rentabilidad del proceso principal.

Las instalaciones de cogeneración relacionadas con los digestores de la depuración de aguas residuales fueron algunos de los procesos donde encontraron aplicación estas medidas. Se reforzaba el poder calorífico del biogas con gas natural.

Los procesos de cogeneración se han perfeccionado y difundido mucho y actualmente, en España, más del 2% del consumo de gas natural -y no del 20% como se indica, por error tipográfico en el artículo mencionado- se realiza en estas instalaciones., habiéndose calculado que ahorra emisiones por más de 7 Mill. de t/año de CO2.

La problemática que aborda Javier Rodríguez, en su decidida defensa por esta forma de ahorro energético, propone la inmediata aplicación del nuevo Plan Renove  para alcanzar los objetivos del Plan de Acción 2008-2012, permitiendo la actualización de 1/6 de las plantas con una inversión pública de apenas 13 millones de euros.

La aplicación del RD 661/2007 (art. 4) abrirá nuevas opciones a la cogeneración para otras instalaciones, en especial en las medianas empresas en incluso miniempresas (hoteles, pequeñas depuradoras, por ejemplo) y la realización de auditorías energéticas con 3,2 Mill euros en el total de los cuatro años indicados..

Sobre lo que puede hacer Gas Natural con Unión Fenosa

La venta de las acciones de ACS en Unión Fenosa ha supuesto el cambio de estrategia que había venido plasmando este grupo eléctrico, y al concretarse la fusión por absorción de Unión Fenosa en Gas Natural, que está previsto se culmine a finales de abril de 2009, mandarán las directrices de la, hasta entonces, primera empresa gasística española, a la que seguía, pisándole los talones y algún callo, Unión Fenosa.

Se ha terminado así el sueño de potenciación de Unión Fenosa en el panorama energético español, apareciendo ahora como ideólogo de lo que nos queda del sector eléctrico, el presidente de Gas Natural, Salvador Gabarró.

Y, si se quiere poner rostro a los perdedores en su estrategia, habrá que nombrar, además de Florentino Pérez -que había designado al ahora cesado presidente de Fenosa, Pedro López Jiménez- , a Honorato López Isla, aún vipresidente, pero con sus días contados en el puesto.

Hace ya varios meses (agosto de 2008) escribíamos que, con la compra de la participación de ACS en Unión Fenosa, Gas Natural iniciaría un camino de desinversiones, para liberarse del lastre que representaba aguantar los compromisos regionales de la empresa que tanto tuvo que ver en el desarrollo reciente de Galicia,  para desplazar el centro de decisiones y los intereses hacia Barcelona.  La desinversión en la proveedora de internet y telefonia por cable, "R" y la venta de las acciones en Indra, eran las más significativas, y aunque Caixa Galiza tome provisionalmente las riendas de esa encomienda con pretensiones autónomicas, el camino no parece expedito, y menos con Nüñez-Feijoo en la Presidencia de la Xunta.

La distribución de gas en España pasa ahora  una situación de monopolio, y hay ocasión para Gas Natural de resolver varias redundancias que hacían daño como competidores pero que ahora no tiene sentido como propietario. Se deberá revisar la ubicación de las plantas de regasificación y de ciclo combinado proyectadas, cubriendo algunas zonas de demanda llevando las instalaciones a su máxima producción potencial.