Sobre la influencia de los blogueros
Para quienes dedicamos parte de nuestro esfuerzo a escribir en un blog, y procuramos hacerlo lo mejor que sabemos y podemos, combinando seriedad, independencia y, desde luego, toda la atención literaria de que somos capaces, cuidando gramática y estilo, sorprende encontrarnos todavía con personas, de reconocida solvencia intelectual y social, que desprecian esta forma de manifestación cultural.
Por supuesto que hay blogs y blogs, y que la facilidad que proporciona el medio para expresarse sin normas, modificando lo que se ha escrito a placer y, muchas veces, descuidando que lo que escribimos puede ser visto por cualquiera, ha dado lugar a múltiples aberraciones y a numerosos ejemplos de torpe quehacer creativo y descuido literario.
Pero esta crítica no es imputable en exclusiva a los blogs, sino que es válida para cualquier otra manifestación de la creatividad humana. No por encontrarse en letra impresa cabe por ello dotar ni de mayor credibilidad, ni elegancia intelectual, ni potencia transmisiva del pensamiento, a lo que puede leerse en un periódico, ni tampo en un libro.
Los blogueros tienen una gran capacidad de influencia que no puede ser ignorada. No debiera serlo por quienes se dedican a la política, pues lo que se escribe en un blog alcanza una gran difusión y puede aparecer dotado de una excepcional posibilidad para generar opinión, destruir una imagen o crear una tendencia.
Esta característica de los blogs, en especial, de aquellos que tienen contenidos serios y están respaldados por comentaristas conocedores de los temas que tratan, les confiere de un potencial excepcional. Y su poder no ha hecho sino comenzar. Precisamente la rapidez con la que se generan desarrollos tecnológicos, informaciones relevantes o curiosas, y la posibilidad de ponerlas a disposición inmediata de todo el mundo, sin trabas ni censuras, dota a los blogs de una fuerza de la que carece cualquier otro medio.
Atentos, pues, a la formación de blogs sindicados en los que personas especialistas, comentaristas serenos y capaces, difunden sus ideas. Un blog tiene mucha más potencia intrínseca que un libro o un artículo periodístico. Y, como forma moderna de comunicación, no lo dudemos, posee un excelente futuro.
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