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Al Socaire de El blog de Angel Arias

Sobre las fuentes y sindicaciones web y las barbas del vecino

El problema, grave, de la proliferación indiscriminada de centros de información digital -páginas web, blogs, centros de servicio y documentación públicos y privados, generadores de spam y virus, junto a las redes de contactos (profesionales, de amigos, sexuales, de políticos, o, simplemente, de captadores de datos), etc.- viene exigiendo sistemas que pongan orden en el caos.

Los sindicadores son tenidos, a pesar de sus dificultades, como una manera de generar pirámides de eficiencia, veracidad y autoridad en la red. De entre ellos, los dos más usados, son, todavía, el Google Reader y Bloglines.

El anuncio de que Bloglines a partir de octubre de 2010 dejará de prestar su servicio es una mala noticia.

Los RSS (apócope de los RDF Site Summary o Rich Site Summary), utilizan el formato XML para realizar esta sindicación, palabro que significa el compartir contenidos en la web, y que pueden ser seleccionados por sus suscriptores de acuerdo con las preferencias del usuario, creando fuentes de contenidos que proporcionan información actualizada.

Mark Fletcher, el fundador de Bloglines, anuncia desde Ask.com la desaparición de Bloglines, sepultado por la fuerza de las redes sociales, tipo Twitter y Facebook.

Es una mala noticia, porque estas redes sociales en especial, se han convertido, más que en difusoras de información relevante, en intoxicadoras, por la proliferación de mensajes y enlaces (links) a blogs y centros de noticias con mensajes inanes, contenidos falsos, u opiniones interesados, adulterando el concepto imprescindible de separar lo útil de lo publicitario y de lo estéril y, particularmente, de lo erróneo.

Es imprescindible disponer de herramientas que, al margen de la posibilidad excelente de seleccionar el grupo de internautas (y centros de información) que interesan a nuestra actividad o negocio (o, simplemente, a nuestro placer intelectual de estar bien informados y por gentes de confianza), ofrezcan la opción de priorizar unas fuentes sobre otras.

Y en la red confluyen ya demasiados intereses, excesivos torpedos no identificables con seguridad que afectan a la seriedad, honestidad y eficacia de lo que se difunde.

Seguramente no es cuestión que pueda resolverse con legislación (el Ministerio de Cultura anda dándole vueltas a incorporar en esa Ley-engendro de la Economía Sostenible, disposiciones sobre la piratería y la defensa de los derechos de autor). Hay miedo por parte de algunos profesores universitarios, investigadores, técnicos cualificados y científicos, a exponer sus doctrinas, hallazgos e ideas en la red.

Pero lo necesitamos. Es urgente poner orden y cualificación en la red, con respeto a los derechos de autor (si el autor no hace cesión de ellos al publicar sus trabajos), o, en otro caso, con la generación de herramientas de sindicación que no estén abiertas a cualquiera, sino que supongan el pago de un peaje como usuarios y exijan una validación y permitan una remuneración a quienes hayan ofrecido sus valiosos conocimientos y desean que se les reconozca económica y científicamente su trabajo.

2 comentarios

Angel Arias -

¿Y? ¿Se puede interpretar diferente lo que tú defiendes respecto a lo que he escrito? Yo no lo veo así, porque yo sí estoy de acuerdo contigo.

Miguel -

No puedo estar de acuerdo contigo. Es verdad que hace falta poner orden y cualificación en la red, pero no depende de la existencia de servicios como bloglines. Los individuos necesitan herramientas para evitar la "infoxicación" de internet, y éstas pueden ser tan válidas como sea la capacidad de análisis de cada uno. Twitter puede ser una gran fuente de información y contenidos a tiempo real, Facebook puede permitirme compartir lo que interesa a mis amigos, etc. Pero no son los canales los que marcan la bondad de la información, son sólo medios. Cada uno deberá asimilar los datos que recibe, formarse sus opiniones y contrastar las fuentes. Eso era así antes de internet y lo seguirá siendo!.