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Al Socaire de El blog de Angel Arias

Internacional

Sobre la viabilidad de Bolivia y Bélgica

Comparar la situación política entre Bélgica y Bolivia puede parecer temeraria, pero, al menos, se reconocerá que ambos países viven dificultades existenciales. Serias, en el caso de Bolivia, ya que el gobierno de Morales no puede controlar las regiones díscolas del sur, y la tensión tiene en sí misma gérmenes propios de guerra civil. Más convencionales y estéticas que potencialmente cruentas, tratándose de Bélgica.

Las razones de las tensiones que enconan los ánimos en ambos países, tan distantes geográficamente y en el PIB son, en apariencia, diferentes. Sin embargo, en el transfondo se descubren, moviendo los hilos, la presencia de minorías con intereses económicos, empeñados en profundizar en las diferencias culturales de las mayorías.

La historia de ambos países no es precisamente un ejemplo de tranquilidad, como no la es la de casi ningún estado moderno, producto de segregaciones, guerras y sojuzgamientos de unos por otros. Unas constituciones bien intencionadas, redactadas después de las correspondientes guerras cruentas, plasmaron las intenciones formales de superar las diferencias y trabajar por un futuro común.

El caso de Benelux, germen de la Unión Europea, suponía la intención de construir una unión económica por encima de las identidades culturales y las diferencias linguísticas. Un ejemplo a seguir, sin duda. El caso de la formación de Bolivia no carece de virtudes teologales.

Bélgica se separó de los Países Bajos (Holanda) en 1830, y mantuvo con la previsible dificultad dos grupos lingüisticos con pocas simpatías recíprocas. Un porcentaje alto, pero minoritario de flamencos siempre ha estado a favor de la independencia -se veían más ricos, más listos, más cultos-; la población valona no oculta, en un porcentaje significativo, su simpatía por Francia, a la que seguramente solicitaría ser admitida como región en caso de separación.

Bolivia, creada el 6 de agosto de 1825 por la asamblea de Chuquisaca, que independizó el Alto Perú para crear un nuevo estado con el nombre del Libertador, Bolívar, que la consideraba su "hija predilecta", siempre fue un país desestructurado, con una población poco integrada -criollos e indígenas- y graves dificultades de desplazamiento interiores.

La distancia entre La Paz y Santa Cruz solo puede cubrirse razonablemente en avión, limitando así drásticamente los contactos entre ambas zonas del país. La población indígena, pobre y con graves dificultades de ascenso en la escala social, aparece como una segunda clase, un proletariado permanente, que vive mejor en las regiones ricas de Santa Cruz, Beni, Tarija o Cochabamba, pero conserva una fuerte independencia cultural en las regiones áridas del norte.

Bélgica probó casi todas las formas de gobierno. Es un estado federal desde 1970, con forma de gobierno una monarquía constitucional con pocos poderes en la figura del teórico jefe es el rey Alberto II, tres regiones (Valonia, Flandes y Bruselas) y donde coexisten tres lenguas: francés, holandés y alemán.

La situación de crisis larvada en Bélgica estalló cuando se produjeron las elecciones de junio de 2008, con resultados que provocaron una vuelta de tuerca a los sentimientos separatistas de la minoría flamenca. En Flandes, los democristianos, CD&A, coaligados con los independentistas de N-VA (Nieuw Vlaams Alliantie), consiguieron derrotar a la coalición gobernante de liberales flamencos y socialdemócratas valones, que aparecía como una garantía de entendimiento entre dispares.

Bolivia iba camino de una imprescindible modernización, bajo la mano económicamente interesada de los últimos gobiernos pre-morales (qué pena de Tuto Quiroga), pero con buenas conexiones internacionales. Hoy está ásperamente dividida en regiones pobres y ricas, la más dura e insuperable división que pueda establecerse en un país.

Las dos regiones bolivianas tienen poca viabilidad por sí mismas, pues los terratenientes criollos del sur necesitan la mano de obra indígena, y los indios de las zonas áridas carecen de formación técnica y cultural para sobrevivir en un mundo global. Es una simplificación, desde luego, pero quiere reflejar que se necesitan. 

El presidente Evo Morales posiblemente pierda el referedum revocatorio de hoy, 9 de agosto de 2008,  y sería culpable de haber llevado el país a un precipicio. La culpa no la tienen los ejes de su política ( indigenismo, nacionalización de las fuentes productivas más importantes y entrega de tierras a los campesinos, fundamentalmente), sino la falta de voluntad y experiencia política para propiciar enlaces políticos con la oposición, que representa los intereses económicos que impulsaban a Bolivia. Las ideas pueden ser hermosas, pero no alimentan los estómagos.

Flandes, que es la región rica de Bélgica, resolverá sus diferencias en el Parlamento, y posiblemente, después de un par de tirones de pelos entre políticos, volverá al redil, considerando las importantes ventajas de mantenerse unida a Valonia y a Bruselas. No está previsto, además, en la Unión Europea el reconocimiento de estados segregados de otros que sean miembros. Y no es cosa de exponerse al frío de la soledad, cuando los vientos soplan en contrario.

En Bolivia se habla hoy mucho de guerra civil. Ojalá no sea así, pero estamos hablando de dos mundos diferentes, dos maneras de analizar la viabilidad de los proyectos económico-políticos. Con palabras, aunque sean malsonantes, o matándose. Qué pena, qué lejos parece el proyecto bien intencionado de Bolívar, Sucre y aquellos otros rebeldes que creían construir un mundo en el que todos fueran tratados como iguales.

Sobre el G-8 y el papel internacional de España

De vez en cuando (una vez al año, que no hace daño) se reúnen los líderes de los ocho países más ricos de la Tierra para conocerse algo mejor, echar unas risas, comer algo y plantar un árbol.

Podían hablar de muchas cosas, pero tampoco es cosa de amargarse la comida. Para empezar, la categoría que los une no es precisamente una categoría moral. Que esos ocho países, que comprenden apenas el 10% de la población del planeta, sean los más ricos, es más bien para echarse a llorar. El 90% de la población restante y, en particular, ese 30-40% que pasa mucha hambre y vive en la miseria, tiene razones suficientes para reclamar atención en esa reunión de pastores.

La situación actual del mundo es demasiado complicada en este momento para que esos ocho líderes sonrientes -quizá deberíamos salvar a Angela Merkel, pulpo en ese garage- se compliquen la vida llevando a su agenda los conflictos y tensiones que preocupan más a los que no están representados allí.

No queremos olvidar que existe un llamado G5 - formado por Brasil, China, India, México y África del Sur -, que son invitados a recoger, de vez en cuando, las migajas de la mesa y ser testigos de la incapacidad para ponerse de acuerdo en temas que afectan también a las "potencias emergentes".

Tampoco habrá de dejarse de lado la preocupación económico-intelectual que defiende que España ya debería pertenecer al G-8, al haber superado a Canadá en la generación de pib (al menos, antes de la crisis).

Lejos de la tentación de incorporarnos a grupo tan selecto como bastante abyecto, se nos ocurre que España podría capitanear -desde luego, desde la humildad- la reunión de todos los países menos ricos. Ese grupo sea, ni más ni menos, que el conjunto complementario del G-8. Y desde la autoridad que proporciona representar al 90% de la población mundial, habría que marcarles las pautas a esos otros líderes desorientados, ofuscados con mirarse los ombligos de su supuesta opulencia y bienestar.

Porque, o somos todos iguales y merecemos el mismo respeto y consideración, o no lo somos. Si los que buscan salir de la miseria arriesgándose a morir en una patera o cruzando un río vallado, no son iguales al que vive en un rancho texano, en un palacete francés, o caza zorros en las praderas inglesas, hora es de saberlo.

No hace falta apelar a la religión, ni a principios. Bastará empujar a los más pobres hacia abajo, para que se hundan, y seguir dándoles armas para que se maten entre ellos, y ayudarles a fabricar unos cuantos misiles nucleares de alcance limitado para que diriman cuál es la religión verdadera y la capacidad de convicción de sus visionarios.

Pero si osamos mantener la delicada hipóstesis de que todos los seres humanos somos iguales, si creemos en la humanidad como conjunto, si persistimos en alardear de tener principios morales indiscutibles, hay mucho que tratar en las reuniones de los G-8. Además de comer bien, hacer unas risas, y plantar un árbol.

En las reuniones de los países que no son G-8, y que España podría propiciar, habrá materias para estar reunidos todos los días del año. Y, si son fieles a la encomienda, a los que hablen allí, que les lleven unos bocadillos y unas botellas de agua, porque no les apetecerá suspender la discusión para ir al restaurante. Tendrán poco apetito.

Sobre las opciones de Barak Obama de ser Presidente de USA

Después de una larga campaña preelectoral, los demócratas norteamericanos parecen haber designado a su candidato: Barak Obama. El calentamiento de motores permitió a la mitad del país más desconcertante del mundo elegir entre unas cuantas opciones, que parecían haber sido preparadas con el mismo espíritu del que selecciona los sujetos para una rueda de reconocimiento policial amañada.

Las primarias americanas tienen mucho de teatro, pero sobre todo de observación del candidato, permitiendo que los votantes se identifiquen con él o con ella, analicen sus fortalezas y se acostumbren a convivir con sus posibles debilidades. Incluso para quienes no van a votarlos, es una forma peculiar de estudiar a quien puede ser el futuro Presidente del Gran Pais Americano.

Barak Obama tiene el encanto del que ha roto los moldes, jugando con habilidad en el juego para el que no estaba previsto, ni por asomo, que ganara. Su candidatura era la del que se alinea con el resto de tipos para el reconocimiento, pero cuyo perfil es manifiestamente diferente al sospechoso. Obama es negro, converso, vocaliza regular, es casi desconocido como político y su mentor es un declarado revanchista antiblanco.

Pero este fenómeno mediático ha ido aupándose en el fervor popular, y ha batido ni más ni menos que a Hillary Clinton, la esposa de uno de los ex-presidentes más carismáticos de USA, senadora experimentada, bien conectada con el capital, popular ella misma por haber llegado al corazón de esa mezcla indefinible de negocio multinacional y religión pastichera cuyas cabezas visibles son el Tío Sam, Bill Gates, la Coca Cola y McDonalds.

Obama ha reflejado en esta campaña una excelente capacidad para conectar con la juventud norteamericana, muy preocupada ahora por la guerra de Irak y el terrorismo islámico, ideológicamente no comprometida con el capital, y necesitada de nuevas ilusiones, otros discursos, otras caras.

Podemos cerrar los ojos y pensar en un mundo en el que Barak Obama sea Presidente de los Estados Unidos de América. Aunque mejor los mantenemos muy abiertos para estar atentos a la forma en que deberá sortear todas las dificultades que se le colocarán en el camino, ahora que se sabe que ha ganado unas primarias, sin hacer ninguna trampa, pero sin estar destinado más que a hacer de comparsa en esta historia. Ojo, pues.

 

Sobre el modelo suigeneris de transición a la democracia en Guinea Ecuatorial

El Presidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang, ha conseguido creerse la imposible unanimidad de los 700.000 habitantes de esa antigua colonia española, en la escenificación de su reelección. La oposición solo tendrá un diputado, de las cien plazas que tiene el Congreso. Enhorabuena.

¿Enhorabuena? ¿A quién?. El descubrimiento hace ya años de importantes yacimientos de gas natural y petróleo en la costa guineana, de la que están dando la adecuada cuenta empresas españolas comandadas por Repsol, permite indicar que la continuidad del régimen de Obiang dará la adecuada tranquilidad a esas explotaciones. Ese ha venido siendo el objetivo de los gobiernos españoles en relación con Guinea Ecuatorial, gobierne quien gobierne, según fuentes que analizaron la historia.

Las denuncias de irregularidad manifiesta en ese proceso, por parte de la Federación internacional de periodistas y del llamado Gobierno en el exilio de Guinea Ecuatorial (acogido en España), entre otras muchas, no deberán, por otra parte, inmutar a Obiang. La Unión Europea, y el gobierno español con ella, sabrán disculpar las posibles -seguras, más bien- incorrecciones de unas elecciones cuya convocatoria había sido bienvenida.

No hay porqué extrañarse de la doble cara del presidente Obiang. Fue capaz de recibir al entonces Presidente español Felipe González con elevadas promesas de cooperación, petición de ayuda en el proceso de democratización del país, y anuncios de liberación de rivales políticos encarcelados.

El ex Presidente Adolfo Suárez, lleno de buena voluntad, se había ido in illo tempore para allá con su carpeta de recomendaciones. Pero, cuando la representación española se dió la vuelta, fue tachada de non grata.

Con el paso del tiempo, el gobierno de otro Presidente, Rodríguez Zapatero, ha vuelto a poner la mano sobre el hombro de Obiang, pero esta vez, con la experiencia pasada, parece haber entendido que con los dictadores hay que conformarse con las palabras y promesas, mirar para otro lado, y aprovecharse de la estabilidad que crean con sus entramados de corrupción y represalia a todo lo que huela a oposición. Repsol-YPF lo agradece, por ahora, y se esfuerza en apoyar la formación de un núcleo de futuros colaboradores locales, con becas de estudios e inversión en escuelas.

Y para lo demás, habrá que dar tiempo al tiempo. Obiang tiene cáncer, Moto se muere en la cárcel y Micó, con solo un diputado, poco podrá hacer. A Marruecos y a Francia, por cierto, habrá de gustarles que llegue un tiempo de revuelta para la antigua colonia, en su sui géneris transición a la democracia, nadando en bolsas de petróleo muy apetitosas. Si hay que apoyar la guerra contra Gabón por la isla de Mbañé, se va, caramba.

 

Sobre la piratería somalí y la condescendencia internacional

Un pesquero español -el Playa de Bakio- que faenaba en aguas internacionales en el Oceano Indico ha sido apresado por piratas somalíes, con la intención de pedir un rescate a los armadores.

No es la primera vez que, en aquella zona, y como si nos hubiéramos vuelto a los tiempos de los bucaneros, los señores de la guerra procedentes de Somalia, toman rehenes de los países prósperos, para sacarles unos dineros. Tripulando una lancha rápida dotada de lanzagranadas y otros adelantos, grupos de ex-combatientes, guerrilleros en excedencia y delincuentes sin escrúpulos, se lanzan a la caza de barcos atuneros y yates de recreo.

Algunas voces se han quejado de que España no hubiera intervenido militarmente, enviando a la zona una fragata y sometiendo a un duro correctivo a estos piratas. El ejemplo de Francia, que mandó a sus geos para liberar el yate Ponant a principios de abril, se toma como referencia de actuación.

No se puede contar con el gobierno de Somalia, uno de los países más pobres de la Tierra, que bastante tiene con agarrarse a los sillones. Pero tampoco se puede convertir la zona, para combatir a delincuentes, en un campo de escaramuzas ni será posible que cada país se encague de proteger de forma permanente a sus barcos en la zona  de forma individualizada. Es caro, es desproporcionado, es inútil.

Nos parece que la vigilancia de la zona tendría que encomendarse a una o varias fragatas de la OTAN, lo que supondría una actuación permanente, coaligada y con  claro efecto disuasorio, gozando además del necesario apoyo internacional. Contra estos piratas de nuevo cuño, más que actuaciones aisladas, con desembolsos importantes y éxito problemático, procede una medida conjunta.

Un organismo internacional como la OTAN, que ya tiene presencia en el golfo Pérsico, parece la entidad más adecuada para poner orden. La decisión debiera ser adoptada lo antes posible, pero nos tememos que la situación creada contra el barco español habrá de resolverse practicando el arte de negociar y consiguiendo una rebaja de los ladrones, para que sean liberados los rehenes.

Después, y una vez localizados los piratas, y con la colaboración somalí, cabrían otras medidas más contundentes.

Sobre Albania, Kosovo y la Gran Albania

Estaba cantado, pero parece haber cogido a algunos de sorpresa. La ficción del estado kosovar, en la pretensión de una imposible convivencia entre serbios y albanos, ha estallado cuando Kosovo ha declarado la independencia unilateral.

Nada importa, a los efectos prácticos prácticos, que esta situación se produzca al margen de las Naciones Unidas y, en concreto, de la resolución 1.244 que pretendió poner fin a la situación de guerra en los Balcanes, allá por 1999.

Kosovo tiene solamente 2,3 millones de habitantes y es una de las regiones más pobres de Europa. Sus habitantes están convencidos, en general, que sus riquezas naturales figuran entre las más atractivas del planeta. Pasa a menudo. Incapaz de mantenerse por sí mismo, sumergido en la corrupción y en la lucha mafiosa por el control de los beneficios de esas materias primas subexplotadas o en vías de agotamiento, mira hacia los países más prósperos europeos, esperando su ayuda.

El gobierno español, en período electoral, ha adoptado una posición conservadora (en el sentido de poco arriesgada) al respecto de ese movimiento independentista, que ha gozado del beneplácito de algunos de los países más fuertes, entre ellos, Estados Unidos: ha manifestado que no aceptará, de momento, el nuevo Estado, constituído en torno a Fatmir Sejdiu.

España se pronuncia así, una vez más en la Historia reciente, en contra de la decisión de algunos de los países europeos más influyentes, unidos en torno al Plan Ahtisaari. Los dirigentes españoles anteponen, nuevamente, y para bien o para mal, sus objetivos internos cortoplacistas -poner límite en este caso a la alegría de los separatistas catalanes y vascos por el modelo kosovar, en pleno período electoral- con una estrategia internacional de alineamiento con los grandes bloques.

Para Alsocaire, la reconstitución de una Gran Albania es una posibilidad abierta de inmediato. Al menos, y a no ser que la Unión Europea mantenga el nuevo estado con aportaciones sustanciosas, el riesgo/ventaja se ha puesto sobre el tapete político.

No faltarán esfuerzos internos para tratar de restaurar lazos económicos que se apoyarán en la comunidad de lengua, etnias y culturas entre Tirana y Kosovo. Les separa, en la actualidad, también el extremismo religioso, que entre los musulmanes kosovares tiene connotaciones islamistas muy radicales.

La herida de los Balcanes, que nunca estuvo cerrada, vuelve a supurar. Bosnia-Herzegovina , otro protectorado internacional nacido de una ficción en la que los países más prósperos han querido alejar el peligro de la guerra con ayudas cuantiosas para mantener en calma las ambiciones de los clanes económico-políticos, tiene ahora un espejo en el que mirarse, una guía a seguir, en la esperanza de que la Unión Europea se convierta en el colchón amortiguador de las tensiones locales.

Sobre los que no se enteran

Algunas gentes parecen haberse perdido mucho de lo que ha pasado a su alrededor. Cuando se les pregunta por su opinión al respecto de un suceso que deberían haber conocido, por su proximidad al "lugar de los autos", contestan, encogiéndose de hombres. “No se nada" o "Nunca vi nada anormal”.

Son muchos. Unas veces, los temas son triviales, anodinos, carecen de consecuencias especiales. Pueden ser los que escabullen el bulto al menor conato de una discusión, jamás actuarán de testigos de un accidente que hayan podido presenciar en la calle, nunca emitirán una opinión si se les pregunta al paso para un programa radiofónico. Puede que lo que sí hagan es tirar la piedra si están seguros de que nadie les ve.

Desde luego, no se habrían imaginado jamás que los que eran "una pareja anormal" -sus vecinos del piso de arriba- terminaran acuchillándose, y "no oyeron nada porque tenían puesta la televisión muy alta." Se escandalizarán, eso sí, de que la gente, hoy en día, sea tan poco solidaria -pero no van a aportar jamás un euro a ninguna ONG, "porque a saber quién se quedará con el dinero".

Existe la sospecha de que no se enteran porque no quieren enterarse. No desean problemas, claro. Comprensible: mientras no les afecte a ellos, quieren vivir tranquilos.

Pero la mala noticia para ellos es que algunas historias les afectan, y la indiferencia de la mayoría puede afectarnos a todos. Es el caso de la indiferencia de los millones de honrados y cumplidores alemanes que se convirtieron en cómplices de Hitler porque no se enteraron de lo que pasaba con los judíos cuando el Holocausto, a los que creyeron tal vez "que los mandaban a otro sitio” o que "algo habría hecho". 

También hay millones de ciudadanos que no se enteraron de las dictaduras chilena, argentina, guatemalteca, etc. y de sus crímenes contra los disidentes. "No nos dimos cuenta; estábamos a lo nuestro, porque somos gente de orden".

Algunos jueces españoles están persiguiendo actualmente a los presuntos culpables de asesinatos en masa de disidentes y genocidios que otros no quieren investigar.

Puede que algunos españoles crean que con lo lenta y atareada que es/está la justicia en España, habría cosas más urgentes y directas que resolver. Pero, aunque hay que reconocer que ese esfuerzo y dedicación de medios propios para desentrañar tropelías cometidas con otros, no va a tener más que una repercusión negativa sobre nuestra directa economía (nos costará dinero), tal actitud nos enorgullece.

Es una llamada de atención severísima para destruir las excusas de los que no se enteran, no quieren enterarse, porque creen que no iba con ellos.

Sobre lo que nos importa el resultado de las elecciones en Estados Unidos a los demás

El interés con el que seguimos la evolución de los avances y retrocesos de los candidatos a Presidente de los Estados Unidos, y el diferente énfasis que, según las tendencias ideológicas, están teniendo en los media españoles las vicisitudes, nos da pie para pensar que, en efecto, nos importa -y mucho- el resultado de las elecciones en USA.

¿Tanto? ¿De veras creemos que sería mayor la sintonía, pongamos por caso, entre Rodríguez Zapatero y Obama o Hillary o entre, -siempre en hipótesis-, Rajoy y McCain o Romney?.

No deja de ser una ingenuidad. En primer lugar, porque el papel individual de España para esa inmensidad de culturas homogéneas que son los Estados Unidos, es próximo a la nulidad. Aunque, eventualmente, y dado el desconocimiento de geografía mundial que poseen los norteamericanos, un presidente norteamericano pueda presentar a uno o dos "colegas" europeos para defender lo impresentable, la verdad es que los españoles no dejamos de representar aspectos folclóricos de Europa para el ciudadano medio de allá.

Resulta, sin embargo, que, dentro de los equilibrios deseables entre dos bloques económicos de la entidad de Europa y Estados Unidos, es interesante que en la Unión Europea se mantenga una cierta diversidad ideológica entre los dirigentes, y Zapatero sirve, dentro de su moderado izquierdismo, como elemento de suave contraste a las tendencias reaccionarias de Merkel y Sarkozy. Es posible también que la apuesta por Hillary de Zapatero le reportase algunos créditos traducibles en sonrisas y apretones de manos rentabilizables. Más oscuro y problemático sería el rédito si la victoria fuera de Obama o de los republicanos.

Por el lado de Rajoy, la estrategia ante los Estados Unidos aparece mucho más difusa. Se conocen las buenas relaciones (a salvo de la aún difícil expresividad en inglés de Aznar) entre el ex-presidente y Bush, pero no parece trasladable a terceros. En el campo del PP, pues, la apuesta deberá ser que gane McCain, como mal menor y, si la campaña española se endereza, que Rajoy, investido presidente, luzca su buen inglés ante el nuevo presidente republicado de los Estados Unidos.

Sobre los kikuyu y las etnias en general

La mayor parte de nosotros oímos hablar por primera vez de los kikuyu, deleítándonos con los desvelos de la baronesa Karen Blixen para sacar adelante su plantación de café, en esa película romántica inolvidable que es Memorias de Africa. Hoy, son sobre todo conocidos por ser la tribu keniata a la que pertenece el presidente Mwai Kibaki, y cuya resistencia a ceder el poder, monopolizado por este grupo étnico desde 1963, está protagonizando una dura revuelta en la antigua colonia británica, con aspecto de guerra civil entre los seguidores del líder lúo Raila Odinga y los kikuyu.

Aprovechándose por ser una etnia más numeroso y con más capacidad económica, los kikuyu practicaron un nepotismo tribal que, enmascarado en una armonía ficticia, había marginado a las demás tribus, y más especialmiento a los lúos, que habitaban las zonas más pobres (Kibera es el asentamiento chabolista mayor del mundo).

La globalidad y la difusión de información está proporcionando al hombre occidental un panorama muy completo de los diferentes estadios de la evolución humana hacia la democracia. En las antiguas colonias africanas, en donde los europeos "más civilizados" -como contrapunto irónico a lo que hicieron en sus territorios conquistados a los aborígenes americanos por españoles y portugueses- esquilmaron las riquezas autóctonas y abandonaron luego a los territorios antes sojuzgados en manos de líderes locales poco preparados (una mayor parte, suboficiales de los ejércitos de ocupación), la democracia se resiste.

Kenia, era, hasta ahora, ejemplo de país libre en Africa. Los hechos actuales vienen a demostrar que los odios están vivos, dispuestos a aflorar en cualquier momento, y, también, que los que tienen el poder no están dispuestos a cederlo, por muy democráticas que parezcan las elecciones en que lo han perdido.

Sobre los asesores del Gobierno y Felipe González

El ex-Presidente español Felipe González ha sido elegido como Presidente de la Comisión de sabios que habrá de aconsejar sobre el futuro de la Unión Europea, allá en el horizonte de 2030. El asunto le va como anillo al dedo, puesto que se encontraba retirado de la primera línea política y, como ha afirmado el líder del PP, Mariano Rajoy, es una persona de ideas (obviamente -desde su óptica- "no todas aprovechables").

González, en una entrevista que concedió a la Cuatro (Iñaki Gabilondo), ya ha anunciado que tiene algunas ideas al respecto: reforzar las instituciones, dar mayor credibilidad y coherencia interna al proyecto europeo, atender al reto de la globalización y fijar los límites geográficos respecto a Europa. Y otras cosas que, a medida que avancen los trabajos, se les ocurrirán a los integrantes de un grupo que se integrará, por lo que parece, de ex-presidentes, ex-ministros y otras gentes valiosas, arrinconadas por el devenir de la política de sus respectivos países.

Con ligera antelación temporal, el gobierno de Rodríguez Zapatero había anunciado el resultado de buscar en el exterior a algunos sabios para que le ayudasen a confeccionar y perfeccionar el programa del PSOE. No se conocen antecedentes -salvo en algunos países subdesarrollados- del hecho, sin duda, llamativo, de que se acuda a expertos internacionales para arrojar luz sobre la solución a los problemas propios.

Pero, hay que aceptarlo, cuando los que toman las decisiones no confían en la calidad de lo que tienen a la mano, es lógico que hagan una inmersión en otros mercados. Aunque se pierda sustancia con la traducción simultánea y el cambio de perspectiva. A nosotros, que valoramos alto el percal de lo propio, las dos noticias que comentamos aquí nos parecen caras de la misma moneda: seguimos dando más mérito a lo que luce fuera, y no valoramos lo propio hasta que un foráneo nos lo restriega en las narices.

Sobre el orden internacional que pretende AlQaeda

Los terroristas de AlQaeda atentan contra todo lo que se mueve, con tal de que tenga alguna justificación para su peculiar guerra santa. Le valen los amigos de Norteamérica, los pueblos cristianos, las gentes que trabajan en una oficina o los que se van al curro en metro o en autobús.

Le valen los que compran mercancías de supervivencia en cualquier mercado del Magreb, los que ayudan a los refugiados de las infinitas guerras mundiales, o los organismos que velan (teóricamente) por la paz mundial. También sirven periodistas comprometidos, amas de casa cumplidoras, funcionarios probos, gentes que pasaban por ahí, por los sitios en donde los más fanáticos hayan decidido traspasar el umbral de lo visible.

Los terroristas de AlQaeda han conseguido captar a algunos descerebrados a los que convencen que su Dios les premiará con un cielo plagado de placeres terrrenales si se inmolan matando a infieles, es decir, gentes que no siguen los dictados del Corán, interpretados por dogmáticos de barba desaliñada y con almorranas persistentes.

La historia se repite con nuevos protagonistas, siglos después, a destiempo, confirmando que a la humanidad le cuesta mucho avanzar, sobre todo si se hace con un paso adelante y dos pasos hacia atrás. El orden internacional que pretende AlQaeda es de naturaleza desconocida. Tal vez pretenden que todos abracemos la teoría supuestamente atribuída a Mahoma (que los islamistas sensatos y, de momento, mayoritarios, definen como pacifista), veneramos a Alá, y nos entreguemos al disfrute del siglo VII redivivo.

La sura 96, comunicada por el arcángel Rafael al visionario, indica: “¡Predica en el nombre de tu Señor, el que te ha creado! El creó al hombre de un coágulo. ¡Predica en su nombre! Tu Señor es el Ser Dadivoso que te enseñó a escribir y que enseñó al hombre lo que no sabía.” ¿Qué es lo que saben los terroristas de AlQaeda, y qué nos quieren comunicar con sus atentados?

Sobre la jaima de Gadafi

Gadafi es un exótico dirigente libio que tiene mucho dinero. Anda ahora paseándose por Europa con su jaima a cuestas, porque se siente más cómodo (y protegido de eventuales atentados) en su tienda de lujo, rodeado de su guardia pretoriana, que en las suites de los hoteles de categoría especial, en los que le dejan instalar su particular carnaval.

Muanmar el Gadafi, en su visita a España, a donde llegará el sábado, 15 de noviembre de 2007, se instalará en los jardines del palacio de El Pardo. Viene de Francia, en donde se hospedó -territorialmente hablando- en la zona verde del Hotel Marigny, lugar de residencia oficial de los invitados del Estado francés. Después se irá a conocer Anadalucía, ya en visita privada.
Bush tiene también para él varias jaimas. Cuando era considerado un terrorista internacional, el presidente Reagan. de los Estados Unidos de América, bombardeó la que utilizaba entonces, matando a su hija.
Pero más tarde, con los ahorros del petróleo libio, Gadafi pagó nueve millones de euros por cada una de las víctimas del atentado de Lockerbie.
La amistad del Gobierno español con Gadafi es antigua. Ya en el gobierno de Aznar, que visitó Libia en el 2003, España se alineó con los países que perdonaron al coronel terrorista sus anteriores desvaríos. El dinero todo lo cura.

Sobre la falsa Constitución europea

El Tratado de Lisboa que se firmó el 13 de diciembre de 2007, y que aún debe ser ratificado por los Estados, es un intento melifluo de reorganizar los pertrechos de la Unión Europea. Podría pensarse que es lo que queda de la Constitución europea, que en un alarde de oportunismo inocente, hemos apoyado la mayoría de los españoles por referendum.

Pero la realidad es que se trata de un nuevo documento, distinto, que viene a sumarse, sin anularlos ni enmendarlos, a los otros dieciocho compañeros que le han precedido, en la misma señal de la fe europeísta.

Una fe que ha sufrido múltiples zancadillas, pero que se ahce necesaria como comer, para reafirmar la autoridad de Europa como contrapunto a los Estados Unidos de América y como punto de referencia intelectual para nuevos asociacionismos emergentes, en Asia como en Latinoamérica.

Sobre la ayuda europea al desarrollo de Africa

La situación del continente africano es alarmante. No se trata de pasar revista a los desmanes históricos que los países europeos han concentrado en ese continente tan próximo, tan pobre en recursos agroalimentarios y tan rico en minerales y piedras preciosas, y que careció y carece de una identidad ideológica, como la que, a trancas y barrancas, se fue configurando en Europa, gracias a la tensión entre el Papado y el Imperio.

Africa está sufriendo en primera línea las consecuencias de la desertización -seguramente agravada por el cambio climático provocado por la piromanía de la Humanidad tecnológicamente más desarrollada. Los países de la llamada Africa subsahariana, en los que confluyen caciquismos postcoloniales, rivalidades étnicas, desorden administrativo, falta de planificación, escasez de recursos, etc., han descubierto el camino hacia Europa, en el medio que está al alcance de los pobres: el cayuco.

Mueren muchos en la travesía, pero mueren también los que se quedan. Ya nadie duda que los que se embarcan y embarcaron en los frágiles barquezuelos son los más jóvenes, los más fuertes. Si sobreviven en el camino, si logran introducirse en la economía europea -por abajo, obviamente, para hacer lo que sea- habrán triunfado.

Es sustancial que la Unión Europea ayude a los países subsaharianos para encontrar la vía hacia la autosuficiencia. Hay que retener a los lugareños en sus países, porque a los que llegan a Europa en cayucos, aunque sobrevivian y aunque no se les deporte les espera la marginación, el desarraigo, la explotación.

La ayuda ha de ser organizada, coherente y seria. En, al menos, cuatro vías: formación académica a los más capaces, en su caso, en las Universidades europeas (de allí han de surgir los líderes políticos y empresariales); apoyo económico, una vez seleccionadas con las autoridades locales, las vías de la industrialización y desarrollo más adecuadas a las características de cada país; auxilio administrativo, revisando las leyes, creando en su caso una estructura legislativa y constitucional avanzada y pactada, buscando la seguridad úrídica; actuaciones sociales, pretendiendo la creación de una estructura socioeconómica autosostenible, favoreciendo la creación de un entramado empresarial, que habrá de potenciar la pequeña y mediana empresa.

Sobre las opciones de Hillary Clinton para ser presidente en los Estados Unidos

Parece que el mundo consolida su propensión a elegir familias que dirijan los destinos de los Estados. Los Kirchner en Argentina han protagonizado una historia bellísima para el folletín, como si se hubiera recuperado la herida dejada por Isabel Perón. Una presidente elegida democráticamente sucede a su esposo en la dirección de los destinos de la Patria moderna.

Ya hemos señalado en estos cuadernos otros ejemplos de la propensión de la democracia a elegir familiares para que la gpbiernen. Los Bush en Estados Unidos son un estupendo/estúpido ejempleo; los Kennedy lo hubieran sido, de no haber mediado ejecutoras manos asesinas de oscuras instrucciones. 

El pueblo norteamericano tendría una oportunidad de desagraviar a uno de los mejores presidentes que tuvo en su historia reciente, eligiendo a su esposa agraviada por una historieta de ridículas traiciones sentimentales, como Presidente. Dicen que mejoraría, incluso, la capacidad de su marido.

Pero la Sra. Clinton no debería ganar, porque el país más poderoso de la Tierra necesita convencer a los demás, y a sí mismo, que tiene muchos repuestos, muchas opciones, para elegir presidentes, además de  hurgar en tres o cuatro familias. Debe hacerlo, además, desde el partido que es la esperanza de la modernidad para ese país.

La Sra. Clinton no va a ganar las primarias, por tanto. Y, como los demócratas tienen todas las  opciones de contar con un presdiente de su partido en las próximas elecciones, Barack Obama ganará a Rudolph Giuliani. Y en el mundo tendremos un aire fresco de nuevas ideas, compromisos y actitudes y, además, teñidas del color que se va a llevar por una temporada.

Sobre la derrota del presidente Chavez en el referendum de la perpetuación

Los partidarios del "No" a la reforma Constitucional del presidente Hugo Chavez de la República Bolivariana de Venezuela, están de enhorabuena. Pero no deben confiarse.

En primer lugar, ha sido una sorpresa que el recuento de votos se haya hecho de forma tan rápida, y que, realizada con tal rapidez, se haya comunicado públicamente, y asumido por el estrambótico aprendiz de dictador, que había sido derrotado en la consulta.

La mayor parte de los comentaristas internacionales y todos sus detractores, daban por supuesto que ganaría, tanto si el "Sí" resultaba la opción más votada, como, dada su pretendida capacidad para trastocar los resultados desfavorables, si el voto mayoritario derivase hacia el "No". La exigüa victoria ha servido para que el presidente Chavez lave su cara en relación con la pretendida manipulación de los resultados, y ha servido para poner de manifiesto que la oposición a la reforma cuenta con algunos detractores dentro de los que le apoyan como Presidente.

La lectura del resultado ha de ser realizada, pues, en clave del propio Chavez. No puede descartarse la manipulación del resultado, dándole el aspecto que beneficiaría, ladinamente, al histriónico Jefe de Estado. La consulta le ha servido para enfervecer a parte del país en relación con la animadversión hacia España, su Jefe de Estado y las inversiones españolas en Venezuela, a las que ha calificado, por activa y pasiva, de prescindibles para el desarrollo del país.

Los consejeros de Chavez debieron indicarle que la forma más airosa de tranquilizar los ánimos, apareciendo como relativo perdedor, -pero conservando intacta la capacidad de introducir las reformas pretendidas por otras vías, como ha recordado al anunciar el resultado- y haciendo aparecer un nuevo escenario, que su labia y su casi omnímodo poder sabrán rentabilizar y reconducir. Así confía, al menos.

La oportunidad de la oposición, aún fuertemente dividida en cuanto al programa alternativo que pueden ofrecer al país, es preparar un referéndum revocatorio, en el que se pueda convencer a los votantes del "No" de que deben botar a Chavez porque sabrán dar a las clases más favorecidas del país una esperanza de mejora. Cuestión muy difícil, dado el populismo del Presidente y la indudable fuerza y credibilidad (ayudado por el alto precio del petróleo) que algunas de sus medidas han significado para los más pobres de la desgraciada Venezuela, hoy convertida, a los ojos occidentales, en la República Bananera de Venezuela.

Sobre la división de Bolivia entre los ricos y los pobres

Aún existen opciones de que la lucha de clases se reproduzca con virulencia en alguno de los países más pobres de la Tierra. No resulta en absoluto tranquilizador para quienes apoyaríamos la vía de encontrar un tránsito pacífico, conducido con rigor económico y firmeza política, desde un panorama en el que existieran desigualdades injustificables en beneficio de algunos pocos a otro en el que las desigualdades estuvieran justificadas por la inmensa mayoría.

El presidente de Bolivia, Evo Morales, llevado por una combinación de devoción indigenista con rencor anticapitalista, se ha metido en rumbo duro por mares de tinte proceloso que podría llevar a corto plazo a Boliivia a uno de estos dos indeseables destinos:

a) la ruptura del país -que, como es sabido, ha perdido su salida al mar pero mantiene su Armada-, al estilo "isla dominicana" (tomando ejemplo de lo que sucedió entre la República Dominicana y Haití), separando con barreras infranqueables las regiones más ricas (Santa Cruz, Cochabamba, Tarija, Chuquisaca, Beni, Pando) de las muy pobres (La Paz, Oruro, Potosí). Esta división coincidiría, además, con la separación étnica, ya que las provincias paupérrimas están pobladas mayoritariamente por lo que se llama con algo de eufemismo"población indígena";  

b) la guerra civil al estilo "revuelta incontrolada" -modelos varios, y algunos muy modernos, desde la guerra civil española hasta las de Chad-Darfur, Congo Belga, Serbia-Kosovo, Irak, Corea, etc.-  en el que el Gobierno se vea arrastrado por las turbas enfebrecidas por sus promesas a defender a los más pobres (de etnias indias aymará y quechúa, básicamente), frente a los intereses de los más ricos (de piel blanca y árboles genealógicos apenas mestizados, que controlan la producción minera, agraria y gasística).

El asunto tiene mala pinta. En Sucre y en Santa Cruz se cuenta que los gobiernos locales han reclutado civiles para patrullar las calles; la cárcel de Sucre está abierta de par en par. Los discursos políticos se han llenado de odio; la población se arma.

El modelo de Constitución que ha propuesto Morales -redactado, por supuesto, por un equipo de profesores y políticos que ven en ello una oportunidad estupenda para hacer su Historia- tiene perlas de difícil digestión en un mundo capitalista.

a) El condicionando del derecho a la propiedad privada "siempre que cumpla una función social" (art. 56).

b) El mandato a los pueblos indígenas (¿y naciones?) a "ejercer sus funciones jurisdiccionales y de competencia" (...) aplicando "sus principios, valores culturales, normas y procedimientos propios".

c) El propósito de convertir a todas las lenguas indígenas, junto al español/castellano en lenguas oficiales (art. 5)... una complicación aún mayor que la creada en la Unión Europea, pues se enumeran 36 lenguas diferentes...

Bolivia, ténte. Paz en tu tierra, y buena voluntad para todos. El mundo no se cambia en unos meses, Morales. Prometer un "subsidio universal" de 25 dólares al mes por el hecho de ser boliviano no es una "Renta Dignidad", es un despropósito económico, una perversión política, un desafuero ideológico.

El modelo de nueva Constitución es una mecha encendida lanzada en un polvorín en el que se guardaba la estabilidad de esa tierra boliviana. Un país, desde luego, que se puede coincidir en que estaba mal gestionado, desestructurado e incapaz de resolver el dilema de ser a la vez rico y pobre en ciertos recursos, pero que trataba de mirar serenamente hacia su futuro.

Hay que gestionar mejor los recursos, estructurar el país y tranquilizar los ánimos. Una guerra civil solo produciría más atraso.

Morales no ha anunciado que tiene misiles de cabeza nuclear o un plan para desarrollar energía atómica. Aunque no se descarta que el equipo de Bush esté buscando en sus archivos históricos metodología sobre la forma de reconducir las crisis en los patios de los vecinos, cuando se desvían de la senda que marcan los manuales. Uy, uy, uy.

Sobre los elementos de cohesión en la Unión Europea

Los esfuerzos del presidente de Francia, Mr. Sarkozy de liderar la Unión Europea son evidentes. El hueco disponible, también. El Presidente de la institución, Sr. Durào Barroso carece de carisma. Frau Merkel, ya tiene bastante con encontrar puntos de posible activación para la crisis económica alemana. Mr. Brown, desde la insularidad ideológica del Reino Unido y la histórica pretensión de individualidad de las islas, aún está verde para ocupar el puesto de capitán de ningún barco político, y , además, tendrá que sacudirse las plumas del fracasado amiguismo americano de su predecesor, Mr. Blair.

Y el mundo necesita de un contrapunto sólido al imperialismo americano, llevado por el presidentee Bush a cotas de insolencia que ya se habían olvidado. Los norteamericanos ya no aprueban en un 70% la invasión de Irak, y la debilidad de su moneda, que está, sin duda, favoreciendo la reactivación económica del inmenso país, les está conduciendo a una autarquía peligrosa para muchas multinacionales, que tienen que pagar mucho más caro las importaciones desde Europa.

¿Qué es lo que une a la Unión Europea?. Aunque los avances en el mercado común y en la libre circulación de mercancías y personas han traído una sensación de mayor unidad, las idiosincracias de ese mosaico que ha creado su historia a base de luchar unos contra otras, prevalecen por encima de todo. Hay demasiadas lenguas, falta una ideología común, pesan las confesionalidades religiosas, predominan las defensas de las barreras proteccionistas sobre sectores clave de la economía. En política exterior, los desencuentros recientes han sido clamorosos.

Hace falta un análisis sereno de los elementos que pueden cohesionar a la Unión Europea y, en nuestra opinión, un aparente paso hacia atrás puede actuar de reactivador. La Europa de las regiones, con la profundización en las diferencias, es un modelo en el que se debería concentrar el análisis. Será más sólida una Europa con 260 regiones, en la que los nacionalismos más recientes queden desdibujados,

Sobre el Banco del Sur, el Banco Mundial y el desarrollo

A Robert B. Zoellick, presidente del Banco Mundial desde marzo de 2007, le gustaría disponer de 28.000 millones de euros en los próximos tres años para prestárselo con carencia y a bajo interés a los países pobres. La Asociación Internacional para el Desarrollo (IDA) es el vehículo previsto por la organización multilateral para canalizar las ayudas. Pero al BM le están creciendo los enanos.

Por una parte, los países europeos están deseando un mayor protagonismo en su estrategia de apoyo a los países en desarrollo, y el Banco Mundial come mucho espacio, a pesar de haber reducido su aportación al funcionamiento del Banco. Además, después del deterioro de imagen por la actuación empañada de connotaciones contrarias a la ética del anterior presidente, Paul D. Wolfowitz, hubieran deseado para el Banco un primer mandatario europeo.

Con todo, el disgusto mayor para el BM le ha venido desde los vecinos del sur de América, y patrocinado por el Presidente de Venezuela (República Bolivariana de), Chaves, que ha convencido a seis de sus homólogos en la zona (incluído Lula de Silva, Presidente del apetitoso Brasil) para crear el Banco del Sur. Aunque son muchas las incógnitas que rodean a esa fundación, que corre el riesgo de asemejarse a un club de caridad fundado por los pobres, es evidente  la distorsión política que provocan en el panorama económico del desarrollo.

La Corporación Andina de Fomento (CAF), que estaba herida de muerte, debido, justamente a la actitud contaria de Chavez y a la deuda acumulada por Ecuador, será el primer cadáver del camino. Pero el Banco MUndial tiene en esta situación un tumor, seguramente benigno pero molesto, a su propósito de centralizar, con el guión de Estados Unidos, las ayudas al desarrollo de los países "buenos", o, por lo menos, "apetecibles".

Sobre la situación en Birmania

El paso del tiempo (son ya tres semanas) sobre la dura represión sobre los que piden libertad en Birmania, desde dentro de la dictadura, y la alta muralla de incomunicación levantada desde Birmania (no Myanmar, por favor) por el gobierno de los generales, no debe impedir el alzamiento de otra muralla mucho más alta, desde el mundo democrático.

No para aislar a los birmanos en la indiferencia, qué va. Para proclamar desde allí a los miles de "rebeldes" birmanos, y a los millones de birmanos silenciosos que no se atreven a apoyar la pacífica reivindicación que iniciaron los monjes budistas, (¿cómo iban a hacerlo? ¿a qué coste?) que estamos con ellos, que somos ellos. Es decir, que estamos en contra de las distaduras, de quienes ahogan en sangre (o en rosas, a los efectos) la manifestación de la discrepancia, la crítica; que estamos del lado de quienes apoyan las libertades.

¿De qué modo se lo demostraremos desde las "sociedades civilizadas"?. El secretario general de las Naciones Unidas, Ban-Ki-moon emplea palabras grandilocuentes, después de haber visto la falta de espacio político, adornado con menosprecios, en el que los generales birmanos en el poder  han situao al enviado especial a la zona. Está bien "instar al gobierno birmano que secunda a Than Shwe a iniciar un proceso de reconciliación nacional", y que éste "deba acelerarse y ser lo más rápido posible".

Creemos que el apoyo al Premio Nobel de la Paz Aung Sam Suu Kyi a a los birmanos exiliados por la represión (en Mae Sot y en otros lugares de Thailandia y del mundo) debe seguir otros cauces. El aislamiento y repulsa internacional más expeditivos. La inmediata paralización de los viajes turísticos. La presión sobre China e India para que no colabroen económciamente con el genral Than Shwe, serían mucho más efectivos. Y, desde luego, una declaración de sólida defensa de unas elecciones libres, democráticas, vigilados por observadores imparciales.

Porque mientras Birmania (no Myanmar) siga siendo solo (o vuelva a ser, pasado el boom de la protesta budista) un delicioso país turístico con el que adornamos nuestros álbumes occidentales, ajenos al sufrimiento y pobreza de sus habitantes en un país en el que sus dirigentes se han enriquecido hasta límites insospechables, se nos debería seguir cayendo la cara de vergüenza.

Turistas en Birmania, contadnos, a través de vuestros móviles, lo que está pasando allí. Trasladad a los birmanos nuestra solidaridad. Blogueros del mundo, unámonos contra la represión en Birmania.