Sobre la piratería somalí y la condescendencia internacional
Un pesquero español -el Playa de Bakio- que faenaba en aguas internacionales en el Oceano Indico ha sido apresado por piratas somalíes, con la intención de pedir un rescate a los armadores.
No es la primera vez que, en aquella zona, y como si nos hubiéramos vuelto a los tiempos de los bucaneros, los señores de la guerra procedentes de Somalia, toman rehenes de los países prósperos, para sacarles unos dineros. Tripulando una lancha rápida dotada de lanzagranadas y otros adelantos, grupos de ex-combatientes, guerrilleros en excedencia y delincuentes sin escrúpulos, se lanzan a la caza de barcos atuneros y yates de recreo.
Algunas voces se han quejado de que España no hubiera intervenido militarmente, enviando a la zona una fragata y sometiendo a un duro correctivo a estos piratas. El ejemplo de Francia, que mandó a sus geos para liberar el yate Ponant a principios de abril, se toma como referencia de actuación.
No se puede contar con el gobierno de Somalia, uno de los países más pobres de la Tierra, que bastante tiene con agarrarse a los sillones. Pero tampoco se puede convertir la zona, para combatir a delincuentes, en un campo de escaramuzas ni será posible que cada país se encague de proteger de forma permanente a sus barcos en la zona de forma individualizada. Es caro, es desproporcionado, es inútil.
Nos parece que la vigilancia de la zona tendría que encomendarse a una o varias fragatas de la OTAN, lo que supondría una actuación permanente, coaligada y con claro efecto disuasorio, gozando además del necesario apoyo internacional. Contra estos piratas de nuevo cuño, más que actuaciones aisladas, con desembolsos importantes y éxito problemático, procede una medida conjunta.
Un organismo internacional como la OTAN, que ya tiene presencia en el golfo Pérsico, parece la entidad más adecuada para poner orden. La decisión debiera ser adoptada lo antes posible, pero nos tememos que la situación creada contra el barco español habrá de resolverse practicando el arte de negociar y consiguiendo una rebaja de los ladrones, para que sean liberados los rehenes.
Después, y una vez localizados los piratas, y con la colaboración somalí, cabrían otras medidas más contundentes.
1 comentario
Guillermo Díaz -
En cuanto a la actuación inmediata que precisaría hoy este secuestro, echo el falta una actuación contundente como la que ha tenido el Presidente francés, y no tan timorata como la del gobierno español... ¿tendrá algo que ver timorato con Moratinos?