Sobre el orden internacional que pretende AlQaeda
Los terroristas de AlQaeda atentan contra todo lo que se mueve, con tal de que tenga alguna justificación para su peculiar guerra santa. Le valen los amigos de Norteamérica, los pueblos cristianos, las gentes que trabajan en una oficina o los que se van al curro en metro o en autobús.
Le valen los que compran mercancías de supervivencia en cualquier mercado del Magreb, los que ayudan a los refugiados de las infinitas guerras mundiales, o los organismos que velan (teóricamente) por la paz mundial. También sirven periodistas comprometidos, amas de casa cumplidoras, funcionarios probos, gentes que pasaban por ahí, por los sitios en donde los más fanáticos hayan decidido traspasar el umbral de lo visible.
Los terroristas de AlQaeda han conseguido captar a algunos descerebrados a los que convencen que su Dios les premiará con un cielo plagado de placeres terrrenales si se inmolan matando a infieles, es decir, gentes que no siguen los dictados del Corán, interpretados por dogmáticos de barba desaliñada y con almorranas persistentes.
La historia se repite con nuevos protagonistas, siglos después, a destiempo, confirmando que a la humanidad le cuesta mucho avanzar, sobre todo si se hace con un paso adelante y dos pasos hacia atrás. El orden internacional que pretende AlQaeda es de naturaleza desconocida. Tal vez pretenden que todos abracemos la teoría supuestamente atribuída a Mahoma (que los islamistas sensatos y, de momento, mayoritarios, definen como pacifista), veneramos a Alá, y nos entreguemos al disfrute del siglo VII redivivo.
La sura 96, comunicada por el arcángel Rafael al visionario, indica: “¡Predica en el nombre de tu Señor, el que te ha creado! El creó al hombre de un coágulo. ¡Predica en su nombre! Tu Señor es el Ser Dadivoso que te enseñó a escribir y que enseñó al hombre lo que no sabía.” ¿Qué es lo que saben los terroristas de AlQaeda, y qué nos quieren comunicar con sus atentados?
0 comentarios