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Al Socaire de El blog de Angel Arias

Energía

Fracking: Del ruina montium a la ignorancia ilustrada

Cuando habían terminado su exposición los dos conferenciantes invitados por el Colegio de Geólogos para hablar de “El fracking y la explotación de los recursos naturales” (6 de junio 2013), la joven que estaba a mi lado formuló una pregunta muy pertinente: Vds. nos han hablado de las ventajas, ¿tiene el fracking alguna desventaja, en su opinión?

Ambos ponentes habían estado brillantes. Juan García Portero, geólogo, responsable de exploración de SHESA (Sociedad de Hidrocarburos de Euskadi) nos había contado la forma en que se realiza la perforación (de 3 a 5 km), y el cuidado exquisito que se observaría en caso de que se tuviera que atravesar un acuífero, para evitar toda contaminación, sellando completamente la entubación. Había concretado las necesidades de agua por etapa de fracturación a 1.000/3.000 m3, esto es, para las 10 etapas que supondría la explotación de un pozo entero, un máximo de 30.000 m3 de fluído (las necesidades aproximadas de abastecimiento para una población de 1.000 personas). Y se recupera el 70-80%.

Había dado Portero muchos datos: la perforación de 20 a 30 pozos implicaría ocupar unas 2,5 Ha de terreno, pero solo en la fase previa, no en la de explotación, en la que solo se verían sobre el terreno las cabezas de los pozos, que ocupan unos pocos metros. No se emplean más de 10 a 12 aditivos (menos del 1% del volumen de fluído, 0,5-2 l/Kl): son bactericidas, reductores de fricción, inhibidores de corrosión, antioxidantes, …que serán sustituídos por geles y espumas de Co2, N2 y sustancias gelificantes en el futuro.

Sostiene Portero que la sismicidad inducida es imperceptible: de 1 a 3 en la escala de Richter, y a un máximo de 4 km. El único incidente monitorizado fue el de Blackpool, en 2011, con dos seísmos de 2,3 y 1,5 Richter, debidos a la inyección en una falla activa. Y, en fin, que la emisión de metano solo se produciría inmediatamente después de la fracturación (minutos, máximo unas pocas horas).

La intervención de Juan Carlos Muñoz-Conde, ingeniero de Caminos, portavoz de Shale-Gas España y anterior DG de Unión Fenosa Gas, abordó un enfoque, según el mismo indicó al principio de la misma, más energético. Concretamente, trató de responder a la cuestión de “qué puede aportar el shale gas (gas de esquisto) a nivel global.

En este sentido, su ponencia era una ampliación de la visión que García Portero acababa de expresar, como colofón a su ponencia. “En el 2035, el 24% de la producción de gas mundial provendrá del gas de esquisto (hoy es el 12%), y si no se dispusiera de gas natural abundante, la dependencia del carbón y del petróleo sería mayor. Se trata de una oportunidad y no de una amenaza”.

Estados Unidos es el modelo. El gas no convencional ha generado 600.000 puestos de trabajo, y en el 2035 pretende superar los 1,5 millones de empleos. La producción alcanza allí actualmente los 360 BCM (1 BCM= 10exp9 m3), y ha tenido efectos sobre el precio del gas, que Muñoz-Conde dice haber visto a 14 $/mbtu (millones de unidades térmicas británicas) y que llegó a bajar a 2,5 hace algunos meses, según el Henry Hub (1).

El efecto sobre el mercado del gas mundial ha sido también notorio, ya que Estados Unidos ha dejado de ser importador, por lo que países que lo tenían como cliente, ofrecen ahora sus excedentes en el mercado internacional. El Presidente de la Comisión Europea, Barroso, ha expresado que los precios de gas que ha tenido que pagar Europa en 2012 fueron cuatro veces superiores a los de Estados Unidos.

España es, en realidad, un país muy poco explorado. Los sondeos realizados hasta ahora han tenido escaso éxito, pero Muñoz-Conde defiende que hay que aumentar la exploración de sondeos, para confirmar las previsiones de que en nuestro subsuelo se encuentran 2.000 BCM (equivalentes a 55 años de consumo), lo que nos permitiría reducir nuestra dependencia (España consume al año unos 37,5 BCM).

La cuestión esencial, para Muñoz-Conde, es mejorar la comunicación, “porque desde las empresas hemos llegado mal a la sociedad”, al orientar sus peticiones de licencia de exploración directamente hacia el Gobierno, en tanto que “los grupos anti-industrias” (que precisó como “grupos ecologistas que no quieren el desarrollo basado en el carbón”) han dirigido s atención hacia los ciudadanos en general, consiguiendo crear un ambiente contrario “Internet se ha llenado de mitos, falsedades y mensajes malinterpretados”.

El caldo de cultivo para la contestación surgente de entre la gente insatisfecha, desencantada, lo encuentra Muñoz-Conde en “el momento de anarquía social”, que calificó de lógico, y se aprovechó del silencio de los prescriptores, que designó como “técnicos, ingenieros y geólogos”, sobre todo, a los que se descuidó. Alabó, en este sentido, la “publicación, muy seria, del Colegio de Ingenieros de Minas”, apoyando esta técnica, y expresó su deseo de que “la posición de los geólogos sea menos tibia”.


Retomo ahora la pregunta que la asistente a la Jornada formuló, una vez que los ponentes terminaron sus exposiciones: ¿Tiene la tecnología de la fractura hidráulica problemas, o todo son ventajas?

La respuesta que obtuvo la curiosa pertinente fue, más o menos: “No especialmente. Se trata de una industria que quizá no conocemos suficientemente en España, pero muy probada en otros países. Los problemas que pueden presentarse son conocidos, y ninguno es especialmente preocupante”.

Es cierto que el concepto de fractura hidráulica de material geológico es conocido desde los romanos de la época clásica. En las Médulas perdura el testimonio de su técnica para demoler grandes masas de tierra compactada utilizando la presión del agua, para recoger el oro de aquellos depósitos auríferos. Pero si el concepto es el mismo, las magnitudes y el objetivo son completamente distintos.

En el caso de la extracción de petróleo, la perforación -a profundidades, en efecto, generalmente superiores a 3.000 m- se hace con una cadena de perforación rotatoria, sostenida por una torre y dirigida por un banco giratorio, retirándose los detritus de perforación por un fango a presión relativamente reducida. Una vez alcanzada la bolsa del yacimiento, el gas y el petróleo crudo, que están a muy alta presión, tienden a brotar con violencia, desde el momento en que se perfora la roca que ha estado sellando su ascenso durante miles de años; al cabo de un tiempo, las presiones se igualan y, si se quiere seguir explotándolo, hay que impulsarlo a presión, hasta que la rentabilidad del procedimiento se anula, momento en el que el pozo se abandona

La presión de trabajo en el fracking está en el rango de 350 y 700 atmósferas (e incluso más), y tiene por objeto romper la roca, creando caminos al gas, lo que obliga a organizar un complejo sistema de compresión y control. Las torretas de los pozos de perforación se parecen a una cabina de jumbo, por el número de aparatos de medida, recepción de señales y dispositivos de accionamiento y control y, desde luego, son mucho más complejas que las normales de perforación petrolífera.

España no está, ni mucho menos, en fase de iniciar la explotación del gas de esquisto, sino de iniciar la exploración, ya que se desconoce si tenemos realmente gas en cantidad y condiciones de rentabilidad. Las dimensiones de nuestros posibles yacimientos (las indicaciones geológicas son positivas) son reducidas, casi ridículas en relación con las de Estados Unidos o Canadá, e incluso centro Europa. El yacimiento de shale gas en Nueva York se extiende por aprox. 200.000 km2, casi la mitad de España!

Una cuestión nada despreciable es la de valorar la oportunidad y rentabilidad de la exploración inmediata de gas de esquisto. La coyuntura puede variar rápidamente y estamos en una situación de claro excedente de producción energética en relación con el consumo. Entiendo que si las empresas están dispuestas a realizar los desembolsos necesarios, asumiéndolos en su totalidad, poco se puede objetar, salvo, eso sí, la exigencia de compensaciones por la ocupación de los terrenos, el cumplimiento de la legislación y la obligatoriedad de devolver el paisaje a su estado anterior a los trabajos.

Pero no puede olvidarse que, si las operaciones tienen éxito, habrá que generar una red de tuberías hasta los puntos de consumo, que son las centrales de ciclo combinado, hoy, como se sabe, infrautilizadas; de las empresas propietarias es de donde intuyo proviene este interés moderno por el gas de esquisto, opción energética conocida desde los tiempos de Maricastaña y a la que ahora se concede tanta atención mediática y ecologética.

Desde luego, las presiones ecologistas -en su mayoría, procedentes de la ignorancia ilustrada por internet, y en parte, supongo, ignorante de que los intereses antifracking provienen de países productores de petróleo y gas convencional, tras de las que se esconden poderosos caciques económicos)- no deberían conseguir que los costes de exploración -y, posteriormente, los de explotación- se vieran desmesuradamente incrementados con la petición de medidas de control ambiental extemporáneas (estudios de microsismicidad improcedentes, medidas de seguridad y tasación de riesgos estrambóticas, tasas de ocupación de terrenos excesivas, etc.).

Hay en internet ejemplos alarmistas para ignorantes, como el del grifo de agua con tanto contenido en metano que se le puede hacer arder con una cerilla , o análisis elucubrantes de los efectos de la fracturación, que se provoca a la profundidad de 3 o 5 km, y que remiten a explosiones destructivas en superficie con cargas muy superiores (hablamos de microfisuras, no de demolición). Hay que separar las tonterías de las verdades, con argumentos que tengan credibilidad, seriedad y solvencia: tanto los defensores del fracking como los detractores deberían, ante todo, probar que no hablan de oídas o de leídas, que saben, por haberlo vivido, de lo que opinan. Reto difícil de cumplir para los técnicos españoles, salvo contadísimas excepciones.

Otro tema que no me parece menor es el de la capacitación técnica para realizar estas perforaciones profundas (seguidas de perforaciones horizontales, una vez alcanzada la cota vertical) y la disponibilidad de la maquinaria precisa en nuestro territorio. Son muy pocas las compañías capaces, y funcionan en régimen de oligopolio; así como en Estados Unidos o en Canadá se dispone de cientos de empresas capaces de hacer estas perforaciones, en Europa no disponemos de esa oferta, y los contratos de perforación se encarecerán.

 

(1) El índice de Henry (Henry Hub) es el precio del sistema gasístico de Erath, Louisiana, propiedad de la Sabine Pipe Line LLC, filial de la Chevron Corporation.
(2) Empleo la palabra en un doble sentido: como respuesta (que es el admitido por la RAE) y con el significado anglocultureta derivado de to contest, protestar.

La identidad de Kaya y la ornitología

En el discurso de recepción de Eloy Alvarez Pelegry en la Real Academia de Ingeniería (1), leído el 27 de marzo de 2012 el nuevo académico hizo un repaso a la situación de las diferentes fuentes de energía primaria, para desembocar -no como consecuencia directa del análisis, que el autor estructuró de forma enunciativa y no deductiva- en algunas"reflexiones pertinentes" (según su propia dicción), en relación con el binomio economía y energía, y que recopiló bajo el epígrafe "Sobre una economía baja en carbono".

Alvarez Pelegry se apoyó, en esta parte de su exposición, en la identidad de Yoichi Kaya que considera que las emisiones de CO2 equivalente de un país dependen de cuatro factores, por lo menos: la intensidad de las emisiones por cada tipo de energía, la relación entre energía y PIB, la relación entre el PIB y el número de habitantes y, en fin, el número de habitantes.

La conclusión de Eloy es que "si queremos ir hacia una economía baja en CO2, los sectores residencial y servicios deben tener un enfoque especial dada su intensidad en emisiones, superior a los sectores sobre los que habitualmente se incide".

Ese énfasis, sin embargo, está bien justíficado en cifras absolutas, pues, como también dejó reflejado el conferenciante, utilizando cifras del IDAE de 2011, los sectoreos de industria y transporte españoles acaparan -de forma muy consistente desde, al menos, 1990- el 70% de la demanda de la energía final.

¿Cuál sería mi posición? Olvidarse de cuestiones sectoriales, relaciones forzadas entre variables sobre las que no se puede actuar, y atender, de una vez, a la concienciación individual de que, o se cambia de hábitos, o nos retornaremos a formar parte de la energía del cosmos, dejando de ser materia.

La ecuación de Kaya recoge, en realidad, el principio de homogeneidad dimensional aplicado a las emisiones de gas invernadero. Es posible descomponer en tantos factores como se desee un valor dado, sin otro requisito que conservar la homogeneidad: si, por ejemplo, quisiéramos introducir la relación entre el número de aerogeneradores y el de cigüeñas y águilas culebreras muertas entre las aspas de los aerogeneradores instalados en el área de análisis, solo deberiamos compensar este factor -relativamente exótico- con otros dos: el PIB por número de aerogeneradores  y el número de aves desgraciadamente fallecidas por culpa de esos artefactos técnicos relativo al de habitantes humanos.

Es muy posible que el bienestar de los pájaros no resulte directamente beneficiado por el número de personas que se dediquen a la ornitología -más bien, sospecho que al contrario, aunque es imposible sacar alguna conclusión sin que se haga un estudio de campo al respecto- (2).

Pero lo que ya parece menos discutible es que los pájaros permanecerán ajenos a los desvelos de los ornitólogos por entender mejor su comportamiento, guiados por el impulso natural de comer y cantar para aparearse en primavera, aguantando el resto de las estaciones como pueden, pues, aunque no siembren ni mantengan graneros, son alimentados por el Espíritu que vela por ellos (-al menos, hasta hace un par de años, esto no era cuestionado-).

Traducido al campo energético: de poco sirven los trabajos de quienes analizamos los resultados negativos del consumo sobre la naturaleza si quienes los generan actúan como si se encontraran en un espacio de recursos ilimitados.

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(1) El título del discurso fue: "Energía, tecnología e ingeniería"

(2) Tomo prestado aquí un pensamiento del que no recuerdo el autor. Revisaré mi hemeroteca y si encuentro la cita, la incorporaré.

 

El observatorio de la insostenibilidad

El observatorio de la insostenibilidad

Pérez Arriaga reconoció haberlo dicho ya en 2005: La ausencia de una política energética reguladora en España es insostenible; el déficit tarifario sigue creciendo desde el año 2000, y contribuye a dar una señal errónea al consumo; la integración de la CNE en un organismo regulador de amplio espectro genera nuevas incertidumbres; los objetivos de algunos informes no oficiales (citó el de Green Peace, Energía 3.0) presentan objetivos más ambiciosos que los gubernamentales...

La situación del sector energético fue descrita como víctima de un "caos regulatorio" y la falta de una política de Estado y el desprecio hacia las indicaciones de las Comisiones reguladoras hizo al ponente añorar (Pérez Arriaga es, en este momento, Presidente de la Comisión Reguladora del sector energético de Irlanda) "tener un gobierno irlandés".

El momento resultaba muy apropiado, aunque los destinatarios del mensaje no eran los asistentes a la presentación del Quinto Informe del Observatorio de Energía y Sostenibilidad que la La Cátedra BP de Energía y Sostenibilidad de la U.P. Comillas presentó el 9 de marzo de 2012.

Tengo el Informe en mis manos -nos fue entregado al final del acto- y las cifras son concluyentes: "El sector energético español consumió en 2010 un total de 5,98 EJ (EJ=1018 J, léase: exajulios) de energía primaria, emitió 260 Mt de CO2 (un 92,5% del total español) y generó un valor añadido de 21.855 millones de €, correspondienete a un 2% del PIB".

"El nivel de dependencia energética de España respecto al exterior sigue siendo muy alto, superior al 82,5%, muy por encima de la media europea (...)"

"Los precios finales de la energía (...) en general, han subido, y en España los de la electricidad crecieron más que los europeos (...)"

"La cifra original de valor añadido se reduce en un 57% cuando se descuentan los costes externos debidos a la contaminación por CO2, SO2, NOx y partículas".

"La conclusión de este año 2011 es que desde las instituciones políticas y regulatorias españolas no se ha contribuído apenas a conseguir un modelo energético más sostenible, salvo algunos avances menors en eficiencia energética y biocombustibles".

Los responsables de la política energética española se leerán, por supuesto, el Informe (como hicieron los anteriores, sin duda). Se trata, únicamente, de que, además de tomar consciencia de los indicadores, se adopten decisiones que permitan, de manera valiente y definitiva, enderezar un camino que solo conduce a una conclusión: estamos observando fielmente la insostenibilidad de nuestro modelo (en lo social, en lo económico, en lo técnico, en lo jurídico) y no conseguimos hacer otra cosa que llevarnos las manos a la cabeza.

Movimientos para controlar algunos núcleos de confusión en la fusión nuclear (y 3)

(Termino con este Comentario la reseña de la Conferencia de Carlos Alejaldre en la Fundación Ramón Areces, pronunciada el 7 de febrero de 2012)

El objetivo de la Conferencia de Alejaldre no era tanto presentar el ITER y los avances en su construcción, sino animar a las empresas españolas a aprovechar las oportunidades de negocio que se se generan con el proyecto. "España no lo sabe, pero tiene una gran participación en el proyecto", había anunciado al principio de su intervención.

No debe deducirse, sin embargo, que las empresas españolas no estén beneficiándose del ITER, ya que, de entre las europeas, -y junto a las de Italia y Francia-, son las que han conseguido el mayor número de contratos hasta ahora, hasta el punto de que un parlamentario alemán formuló una protesta en la Cámara europea, preguntándose cómo podía ser que un país más atrasado que Alemania estuviera obteniendo más partido de las inversiones en un protecto de tan alta tecnología.

Carlos Alejaldre respondió indirectamente a esta aparente incongruencia tecnológica, explicando que "el programa español es un gran desconocido", invitando a visitar la web del CIEMAT, donde se divulga, entre otros, la línea de investigación con el Stellarator TJ-II, que dirige Joaquín Sánchez Sanz. Alejaldre elogió con humor el trabajo de este equipo expresando que "tiene un rendimiento científico excepcional, sobre todo, desde que me he ido yo".

Las tecnologías clave que deben ser aportadas o utilizadas al proyecto ITER son muy variadas. Alejaldre las enumeró de forma rápida, remitiéndose a la posterior publicación de la conferencia en la web de la Fundación Areces. He aquí algunas: construcción de bobinas superconductoras (de Nb-Sn y Nb-Ti) y solenoides, ejecución de soldaduras en grandes estructuras de acero (TG, NG+IG, MG, EP, etc.), tecnologías de alto vacío o con alto flujo de calor, recubrimientos aislantes, fuentes de alimentación para el chorro de neutrones y componentes para alto voltaje (aprox. 1 MV), líneas transformadores de alta potencia, alta frecuencia, y fuentes de alimentación eléctrica (para 5-8 GHz y 120-180 GV), técnicas de manipulación remota (el interior del reactor quedará inaccesible), criobombas de vacío, bombas mecánicas, módulos de apantallamiento,... 

No parecen al alcance, desde luego, de cualquier empresa. Las dimensiones de los elementos son gigantescas, aunque existen diferentes fórmulas de contratación, siendo la más atractiva, en principio, la del "partenariado productivo", en el que se colaboraría junto a otras empresas, incluso para la fabricación de elementos cuya entrega corresponde a otro país. La oficina europea, ubicada en Barcelona, y que funciona bajo el emblema F4E (Fusion For Energy), dará la información pertinente a los interesados en explorar las diferentes opciones.

¿He escrito ya que el coloquio, estupendamente dirigido por Xavier Pujol, fue muy interesante?. Un ejemplo acerca de cómo conceder la posibilidad de expresarse al público y de cómo, cuando se crean los elementos para la participación, quienes han demostrado ya su vinculación al tema asistiendo a la conferencia, se sienten cómodos para plantear sus dudas, sus elementos de contraversia y sus objeciones.

 

Movimientos para controlar algunos núcleos de confusión en la fusión nuclear (2)

(Este Comentario es continuación del anterior, con el mismo título, y hace exclusivamente referencia a la Conferencia pronunciada por Carlos Alejaldre en la Fundación Ramón Areces el 7 de febrero de 2012 y a las notas, con mis comentarios personales, recogidas entonces)

El proyecto ITER cuenta en la actualidad con siete miembros: China, Unión Europea, Japón, India, Corea, Rusia y Estados Unidos, con un equipo de 299 profesionales y un staff de apoyo de otras 171 personas, procedentes de 26 nacionalidades, que se entienden "en algo parecido al inglés".

Las instalaciones se ubican en Cadarache (Francia), en un área de 60 Ha; solo la obra civil costará del orden de 12.000 Mill. €. La construcción tiene un carácter gigantesco: el complejo se elevará a 40 m sobre el suelo, con excavaciones hasta 20 m en el subsuelo. Como, por su peso, las bobinas superconductoras no podrán ser transportados por carretera -si bien se ha construído una carretera especial desde Marsella-, se está levantando un edificio in situ solo para la fabricación de estos elementos.

La participación de Europa, en tanto que anfitrión, es del 45%, aunque, como el 90% del valor de construcción del ITER se cumple con contribuciones en especie, y están referidas a una unidad de cuenta fictia (el iter unit account, iua), es difícil calcular el coste real. La contribución europea, estimada inicialmente en 2.700 Mill €, se  valora actualmente en 6.600 Mill. €. En todo caso, el personal propio del proyecto no tiene control más que sobre la contratación del 10%.

Los países participantes en el proyecto se han repartido, de acuerdo con este esquema de colaboración, diferentes partes del reactor. Cada país ha creado su propia agencia de suministro doméstico. Por ejemplo, Japón deberá entregar las bobinas y el digestor; se han fabricado hasta ahora 80 t (15.000 km) de cable superconductor, correspondiente a 4 bobinas toroidales.

En esencia, el Carlos Alejaldre no ve problemas tecnológicos que impidan el éxito del ITER, ya que "todas las tecnologías provienen de la indstria y el reactor adapta las capacidades ya existentes. Desde el punto de vista de la física -que siempre nos puede sorprender- los resultados validan lo que hay detrás; incluso se puede esperar un resultado positivo (a mejor)".

Como responsable justamente de la calidad, Alejaldre se refirió con firmeza a la exclusión de los riesgos de incendio derivados del complejo cableado. "Están cubiertos todos, tanto internos como externos", y la demo de funcionamiento real evaluada por el CSN, que abarca los peores casos posibles, ha venido a probar que "el impacto mayor que puede provocar (el mal funcionamiento) es similar, e incluso menor, al de la exposición a la radioactividad natural".

En cuanto al suministro de tritio (obtenido a partir de litio, por bombardeo neútrónico), la central de Cadarache se abastecerá "inicialmente del mercado, a coste ciertamente muy elevado", trayéndolo de Canadá, donde se produce con reactores tipo Candu (CANadá Deuterio Uranio), que usan uranio natural como combustible. No se prevén dificultades de abastecimiento, existiendo reservas potenciales de litio, incluso para 1.000 centrales nucleares de fusión en funcionamiento, para 1 millón de años.

Respecto a los residuos, Alejaldre califica la cuestión como "extrínseca", ya que existen materiales que deberán mejorar su resistencia y todos los elementos dell reactor con contaminación  radioactiva podrán ser reciclados en un máximo de 100 años.

 

(continuará)

 

Movimientos para controlar algunos núcleos de confusión en la fusión nuclear

Fusión y fisión nuclear son dos fenómenos basados en la aplicación de la misma fórmula, que tuvo la genialidad de plasmar Albert Einstein de una manera tan sencilla que todo el mundo retiene: E=mc2. Pero ahí terminan las similitudes.

Los reactores de fusión son quemadores nucleares, en los que se introduce un combustible (isótopos de hidrógeno, deuterio y tritio) que nunca podría reaccionar por sí solo, en pequeñas cantidades, y poco a poco.

El 7 de febrero de 2012, dentro del ciclo "Ciencia para Directivos", que se inauguraba por la Fundación Ramón Areces de Madrid, Carlos Alejaldre explicó la situación actual del proyecto ITER (International Termonuclear Experimental Reactor). Antes, Raimundo Pérez Hernández, Director de la Fundación, nos había presentado el objetivo del ciclo: "exponer los logros de la vanguardia científica para que se aprovechen los empresarios".

Federico Mayor Zaragoza, en sus palabras iniciales al acto, como Presidente del Comité Científico de la Fundación, había animado a presentes y a ausentes a "saber atrevernos", dando un giro al Sapere aute ("atrévete a saber") que él recordaba haber leído en el frontispicio de la Universidad de Oxford, en 1966, cuando llegó a esa ciudad para perfeccionar sus conocimientos de bioquímica. 

La conferencia de Alejaldre fue muy interesante. En tanto que Director General Adjunto responsable de Seguridad y Calidad del reactor (Safety, Quality and Security), tiene una visión completa del proyecto ITER y, en tanto que experto en tecnologías de fusión-hizo su tesis sobre los reactores inerciales de fusión, proporciona respuestas a muchas dudas y delimita con rotundidad las fronteras de otras que aún no podemos resolver.

Para quienes no estén al tanto de los riesgos económicos -que no de los técnicos- del proyecto ITER, será conveniente indicar aquí que existen dos líneas de trabajo principales en relación con el procedimiento base para conseguir la fusión nuclear.

En la fusión nuclear por confinamiento inercial (FCI), la primera fase de la operación ("confinamiento") implica crear un medio denso, bombardeando, hasta hacerlas implosionar, esferas de deuterio-tritio con haces de láser; ese medio explosiona, finalmente, por efecto de la propia reacción de fusión nuclear (segunda fase).

En la fusión nuclear por confinamiento magnético (FCM), las partículas del plasma, cargadas eléctricamente, son sometidas a un campo magnético muy elevado en un espacio reducido, en donde se produce la reacción. Este es el método aplicado en el ITER.

Ambos procedimientos son competidores entre sí y aquí se abre una grave incógnita que, en el coloquio -moderado por Xavier Pujol- quedó reflejado con crudeza. Algunos de los países que colaboran en el proyecto ITER están utilizando los conocimientos que se obtienen del mismo, -y que se están compartiendo por convenio, sin restricciones-, para avanzar en el perfeccionamiento de las tecnologías, tanto de confinamiento magnético, como para acelerar los conocimientos para la explotación industrial de la metodología de confinamiento inercial.

El procedimiento inercial no precisa, según sus defensores, de inversiones tan altas para su puesta en práctica con resultados inmediatos. Científicos de Estados Unidos, por ejemplo, han anunciado encontrarse en disposición de poner en funcionamiento este método en solo cinco años.

La tecnología inercial ha alcanzado un rápido desarrollo por sus aplicaciones al "sector de defensa" (v. la rama de Livermore, dentro de la Universidad de California, ya con 60 años de investigación en bombas termonucleares). China, por su parte, está desarrollando su proyecto autónomo y ha dejado claro que no participa en el ITER por motivos altruistas, sino por la necesidad de obtener energía para su desarrollo, siendo la fusión uno de los medios.

No preocupa -o al menos, dice no preocuparle- esta situación a Alejaldre, quien presentó el calendario actual del ITER, que proyecta en un plazo más largo la obtención de resultados que permitirían su aplicación industrial: En 2020, se estará en situación de fabricar el primer plasma (con cierto retraso, debido a que el accidente de Fukushima afectó a alguno de los proveedores); en 2027 se entrará en la fase de producción de Deuterio-tritio.

Sobre la base de que el experimento ITER resulte un éxito, el primer reactor de fisión no experimental estará en funcionamiento hacia el 2035/2040, probablemente en China, demandando unos diez años su construcción a partir de la confirmación de resultados. El impacto para atajar el riesgo de cambio climático será, por tanto, "prácticamente nulo", pues antes de 2050 no se podrá contar con el número de instalaciones suficientes. 

(continuará)

Por favor, que alguien saque la cabra del redil eléctrico

En el libro de Abrasha Rotemberg "Chistes judíos que me contó mi padre", se cuenta el relato de la cabra y la liberación que sintió la devota familia cuando fue autorizada por el rabino a prescindir de ella. (1)

Antonio Carbajal, ingeniero industrial que, después de un largo periplo profesional, ha recalado en Garrigues Medio Ambiente, me trajo a la memoria el cuento,  con su crítica intervención, el 3 de febrero de 2012, como ponente en la interesante Jornada sobre "La hoja de ruta 2050 de la energía de la Unión Europea", del así llamado Grupo de Reflexión sobre Energía y Desarrollo Sostenible (GREDS), que es una de las creaciones de la cátedra BP, cuyo animador es el incansable Juan Ignacio Pérez Arriaga.

Por supuesto, el ponente principal del acto fue el propio Pérez Arriaga, quien presentó, y brillantemente, como es norma de la casa, el estado actual de las intenciones comunitarias respecto a lo que nos prepara en el plato de la energía. Utilizó, en una parte de su presentación, transparencias de Helen Doroghue (DG Energy) procedentes de una charla a la que había asistido en Bruselas "hace un par de semanas".

Antes de repasar los diferentes escenarios de evolución del mix energético para alcanzar los sustanciales niveles de descarbonización que la Comisión pretende que asuma, en solitario, la Unión Europea, Pérez Arriaga se preguntaba: ¿Es relevante lo que haga la Unión? Con un 12 a 13% de la contribución total a la producción de CO2, que bajará al 8 % en 2025 y la asunción de que, por ejemplo, reducir de un 20 a un 30% la emisión de CO2 equivalente en 2020 equivaldría a un ahorro de emisiones de 0,4 Gt (equivalente a las emisiones de China en dos semanas), la dimensión del esfuerzo europeo queda perfectamente encuadrado, en lo cuantitativo.

Pero en lo cualitativo, Pérez Arriaga está convencido de que merece la pena, y presentó dos razones: 1) el nivel de vida medio europeo es superior al de las poblaciones de India o China, por ejemplo, y nos corresponde "marcar el camino" y 2) las decisiones en la Unión Europea se toman a nivel alejado de las discusiones e intereses políticos que condicionan los Parlamentos Estatales, y, por ello, son más objetivas y sensibles hacia preocupaciones globales.

Carbajal había preparado su intervención en un sentido diferente: "No todo el mundo tiene clara la relación entre energía y empleo", anunció, para abrir boca, mientras presentaba un triángulo cuyos vértices eran sostenibilidad, seguridad de suministro y eficiencia (que relacionó directamente con el empleo). Y, después de aportar a la memoria algunos titulares recientes sobre la magnitud de la crisis, afirmó "no creerse los estudios voluntaristas" que hablan del empleo respetuoso con el ambiente, citando, por ejemplo, los que hablan de 1,4 millones creados en 2005 y de la previsión de que otros 2 millones aparecerían si se redujera en un 30% la producción de CO2.

Se dijeron muchas más cosas en la Jornada, pero traslado aquí esta idea: La preocupación por el cambio climático está condicionando, en una época de crisis, medidas aceleradas que nos costarán más dinero y generarán más desempleo, por la consecuente pérdida de competitividad de nuestras empresas. Que alguien saque la cabra cuanto antes. Si es cierto lo que dicen del calentamiento global, es evidente para los que conocemos la Historia que no se va a conseguir un acuerdo mundial para contener las emisiones.

Por eso, puestos a decidir, prefiero estar entre los que se morirán con el estómago lleno que no con los del estómago vacío por haber fracasado en conseguir un objetivo imposible.

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(1) No pretendo con esta escueta referencia destruir el efecto del magnífico relato, al que he encontrado muchas aplicaciones en la vida, sino evitar el desvío de la atención del lector respecto al mensaje central de este Comentario.

El cuento habla de un jefe de familia que le pidió consejo a su rabino acerca de cómo actuar. Vivía apretadamente con su mujer, cuatro hijos y su suegra en solo dos habitaciones y todos se le quejaban amargamente. El rabino le aconsejó que comprara una cabra y la introdujera en la vivienda. Al cabo de un par de semanas, el hombre se cruzó con el rabino, que se interesó por cómo le iban las cosas: "Horrible -contestó el desgraciado-. La cabra no nos deja vivir y lo ha complicado todo: se bebe la leche de mi suegra, cocea a los niños, se ha comido el mejor vestido de mi mujer. La situación es insoportable.". "Perfecto -le replicó el sabio líder espiritual- Vende la cabra". Y, desde entonces, cuenta el narrador, reinó la felicidad en aquella casa.

Lo que nos enseña Fukushima a los partidarios de la energía nuclear

Ni el coste de producción o las altas inversiones, ni la complejidad técnica del proceso, ni la dificultad de formar buenos profesionales, ni lo que suponga de dependencia tecnológica exterior, ni la necesidad de importar el combustible...

Si antes del accidente de los reactores nucleares de Fukushima la cuestión de la seguridad de las centrales productoras de energía eléctrica a partir de la fisión del uranio no parecía ser el elemento más preocupante -al menos para el sector energético, en donde se concentran muchos de los mejores técnicos de la especialidad-, ahora es el centro de los debates públicos.

Luis Enrique Herranz, responsable de la unidad de energía nuclear del CIEMAT pronunció el 2 de febrero de 2012, en el Instituto de Ingeniería de España -con el apoyo de la cátedra que ocupa Yolanda Moratilla en el ICAI- una conferencia sobre "Luces, sombras y oportunidades" a raiz del análisis del desarrollo del accidente de Fukushima. Es la primera de un ciclo de tres ponencias en las que se glosarán sucesivamente, "los hechos, las consecuencias y los impactos sobre el área", según explicaba Jesús Fornieles, de la Sociedad Nuclear Española.

Herranz fue didáctico al explicar cómo funcionan los reactores nucleares y, en particular, los de agua en ebullición, DWR, -tipo Fukushima- y se detuvo -es un decir, porque se trató de un paseo al galope- en analizar los medios de contención de la radiación presentes en los edificios de los reactores afectados y su entrada en funcionamiento sucesivo, en caso de accidente, tanto en lo que estaba previsto como en el suceso real.

Puso énfasis Herranz en las características especialísimas por las que se produjo ese accidente, que en varios parámetros superó las condiciones que se habían adoptado como de máxima intensidad para definir la seguridad de diseño. El accidente combinó terremoto y tsunami y afectó a 5 reactores, perdiéndose la capacidad de refrigeración tanto de los que estaban en operación como del material que se encontraba en las piscinas de combustible y se produjo "la explosión del hidrógeno", generando gran cantidad de energía en poco tiempo.

En concreto, el descomunal tsunami generó 7 olas, de las que seguramente una o dos superaron los 14 o 15 m (La revisión de principios de los 2000 había incrementado la protección de los diques para soportar olas de hasta 5,7 m) y la penetración del mar inundó 561 km2 (prácticamente la superficie de Madrid); la suma de ambas catástrofes naturales, terremoto y tsunami, afectó a 500.000 edificios residenciales, dejando a 4 millones de hogares sin electricidad.

No pretendo detallar lo expuesto por el conferenciante, que estuvo suficientemente claro a pesar de la complejidad del tema abordado (se dirigía, dado el lugar, fundamentalmente a ingenieros, físicos y químicos).  Se van conociendo, indicó, multitud de datos que permiten realizar teóricamente un análisis cada vez más preciso de lo que pasó en el trascurso del accidente y, por tanto, especular con creciente rigor sobre lo que falló y, en consecuencia, tomar decisiones acerca de cómo evitar en lo sucesivo la aparición de los problemas que no fueron resueltos en el caso.

El contraste de esos datos con las simulaciones teóricas -que se está llevando a cabo en varios centros- evidencia, en ciertos casos, que las medidas de campo no han sido del todo fiables y obligan a ajustar los modelos con hipótesis que podrían parecer artificiosas.

Herranz habló, en lo que fue la parte más atractiva -y, lamentablemente, la más corta- de su charla, del "análisis forense" (término propio de una serie policíaca, pero es la traducción literal de los términos ingleses) de los bancos de datos, con el "experimento real" de Fukushima, ... y no integral o simulado, como los únicos cinco que se habían realizado hasta ahora, en Francia, con la participación del Ciemat, para evaluar situaciones críticas en estas centrales.

Las cuestiones que permanecen abiertas son muchas: ¿Hubo fugas y en qué exacta cuantía? ¿Qué fenómenos se produjeron en las piscinas de relajación? ¿Son fiables los datos de que se dispone, hay ocultaciones o tergiversaciones? ¿Se puede confirmar que hubo fuga de hidrógeno de la unidad 3 a la 4, ya que parece improbable, y por tanto, se ha de descartar, la generación de hidrógeno en la piscina de esa última unidad?.¿Podemos incorporar a los reactores más elementos que mejoren la seguridad activa, o es preferible trabajar en la optimización de la seguridad pasiva?

Solo son algunas de las cuestiones que el conferenciante, uno de los mejores especialistas del sector en España, dejó en el aire. Se refirió también a la necesidad de controlar la presión emocional que es fácil imaginar se produce sobre quienes se ven confrontados a un accidente real y tienen que tomar decisiones en décimas de segundo, sabiendo que afectarán, tal vez, a decenas de miles de personas. La revisión de los protocolos de actuación, el entrenamiento de las poblaciones y de los profesionales y la definición de un centro desde el que se puedan adoptar las medidas de emergencia capitales, aparecen entre las consideraciones deducibles del accidente de Fukushima.

En el cóctel posterior a la conferencia tuve ocasión de comentar con algunos colegas acerca de lo que nos enseña Fukushima. Advertí en algunos sombras de preocupación respecto a los riesgos, no de la energía nuclear, sino derivados del insuficiente control que podrá alcanzarse de las variables perturbadoras del funcionamiento estándar: fuerzas de la naturaleza que cada vez se expresan más violentamente, ataques terroristas, accidentes de muy baja probabilidad ajenos a la energía nuclear y cuyos efectos no son considerados en el diseño de resistencia de los reactores,..

También hemos comentado de un curioso efecto: quienes más hablan de la energía nuclear, incluso desde las empresas eléctricas o las entidades con relación con la energía nuclear, no son, generalmente, los que más saben, los que están más cerca de la tecnología; se habla mucho de oídas, se exageran u ocultan cuestiones, en relación con el interlocutor y no con la verdad.

La humanidad no va a renunciar a la energía nuclear, porque es la forma más general, activa y eficiente de generar energía. No queda otra opción que proseguir en la senda de mejorar la seguridad de su funcionamiento, haciéndola un camino cada vez más ancho, disminuyendo el riesgo aún más, incluso muy por debajo de probabilidades que en otros sectores se considerarían sucesos imposibles.

Debemos saber que lo probable, por pequeño que sea su campo de existencia, en un escenario de eternidad, acabará sucediendo. Solo que no tenemos una eternidad por delante; así que lo que tenemos que hacer es concentrarnos en poner todos los medios para que no vuelva a ocurrir otro accidente como Fukushima, si la naturaleza se comporta exactamente de la misma manera.

Sobre la curva de generación de empleo en el sector de energías renovables

Se ha convertido en un lugar común, repetido hasta la saciedad en los foros tecnológicos como económicos en los que concurren empresarios, representantes de la Administración y valedores del ambiente, que las energías alternativas -eólica, solar fotovoltaica y térmica, biomasa, etc.- generan empleo.

Nosotros no defendemos lo contrario, pero si pedimos claridad en la valoración de esta delicada premisa. Porque todas las empresas que trabajan en un sector tecnológico ven su evolución sometida a una curva inexorable: la curva de madurez del negocio, que, en tasa de generación de empleo, se traduce en una "curva de la bañera" peculiar, que se acaba vaciando con el paso del tiempo.

Al principio, un sector emergente atractivo genera, por efecto llamada, una sorprendente tasa de actividad: se crean muchas empresas de pequeño tamaño, que solicitan profesionales de todos los niveles formativos (o los educan ellas mismas con las cuatro reglas de la tecnología), con lo que se produce la sensación de que la tecnología entra en efervescencia (euforia del nasciturus); en poco tiempo, la mayor parte de las empresas mueren (fracasan) o son absorbidas por otras que alcanzaron una potencia superior (generalmente, en el caso español y de países intermedios, extranjeras, con sede en países más avanzados técnicamente y más solventes en lo económico), con lo que la tasa de creación de empleo se estabiliza durante un cierto tiempo -mientras se absorbe el mercado local y se establecen algunos vínculos hacia la exportación-; es el período de calma del maduro.

Lamentablemente, por agotamiento el mercado propio, la situación no puede mantenerse. Es el momento del declinar del héroe, equivalente a la crisis biológica del padre, o a la muerte del galán enardecido por la actividad sexual incontrolada, bastante común en las especies animales.

La supervivencia de las empresas más eficaces les obliga a buscar mercado en la exportación, que supone, sistemáticamente, la obligación de ceder la tecnología a los países receptores emergentes, que crean con rapidez su entramado local, subsistiendo solo un núcleo de alta tecnología y eventual apoyo puntual en el país del origen tecnológico.

Solo cuando el país de origen consigue crear un entramado de oferta tecnológica muy amplio, y su Administración pública y empresas de mayor calado son capaces de generar tratados comerciales de reciprocidad en otras áreas con el país de recepción, la evolución del sector puede soportar la pérdida de actividad natural.

Ha pasado en el sector fotovoltaico, se prevé en el eólico, se vaticina en el de biocombustibles. Estamos obstinados en comparar la situación española con la alemana o francesa, por ejemplo. Tampoco es lo mismo contar con acuerdos comerciales con un país-continente como China, Brasil o la India (siendo el ofertante de tecnología Estados Unidos y su valedor Obama o Clinton), que pensar en las opciones de las empresas españolas en un país latinoamericano concreto, con gobiernos inestables, dificultades financieras y eternamente obsesionados, parece, en recuperar parte del oro que, según la enseñanza oficial allá, les robaron los conquistadores españoles y quieren encontrar en nuestras aguerridas empresas multinacionales, ilusionados en dejar de perder una y otra vez la camisa.

Sobre la conexión entre los mercados energéticos y los financieros (y 3)

(Finalizamos con este Comentario la reseña informal de la conferencia del catedrático Julio Segura, pronunciada el 20 de junio de 2011 en la sede de la CNE; esta entrada forma parte indisociable de las otras dos, publicadas el pasado día 21 de los corrientes en este mismo blog).

Como ya hemos expresado, Segura se preguntó, recogiendo inquietudes, según dijo, que se le habían manifestado desde el sector, si, era necesario el requisito de incremento de capital vinculado a la existencia de riesgo sistémico en los mercados energéticos. Esa misma cuestión fue formulada desde la sala, en el coloquio, y la respuesta del conferenciante reflejó claramente su posición.

La pregunta fue, más o menos, expresada así: El tema de la trasparencia se acepta por el sector. Queda pendiente la discusión sobre los requisitos de capital y la valoración de la existencia de riesgo sistémico en los mercados energéticos. ¿Qué opina sobre las obligaciones de registro de capital en esos mercados?

Segura se disculpó, en principio, "porque no se elaborar mucho más el argumento (expresado en la conferencia) salvo casos concretos. Pero una compañía eléctrica que vende derivados está asumiendo riesgos relevantes, como consecuencia de la volatilidad de los precios, por lo que, automáticamente, deben exigírsele ciertos compromisos de capital para cubrirlos.

El conferenciante separó el tema, de las obligaciones que impone Basilea respecto a las entidades bancarias. "Hay que estudiarlo, pero si existe riesgo de caída de precios, habrá que cubrirlo adecuadamente".

Un empleado del bufete de Solchaga Asociados expresó sus dudas sobre la necesidad de Cámaras de Contrapartida, aventurando que sería tal vez preferible repartir el riesgo entre todos los operadores, pues en el caso de crisis sistémicas, la propia crisis podría llevarse por delante la Cámara.

Segura no dió su brazo a torcer. "El riesgo de un colapso sistémico es muy remoto a escala mundial. Las Cámaras de Compensación funcionan, por supuesto, siempre que no haya una crisis tan grande que no se lleve todo por delante. Lo que hay que hacer es evitar llegar a esa situación, distribuyendo riesgos."

 Previamente, el catedrático se había metido en un berenjenal, que, dado que el texto de la conferencia fue leído, hay que admitir que lo fue a sabiendas. La cuestión era tan delicada que motivó otra de las preguntas del coloquio.

Se refería Segura a que el precio fijado por los centros comercializadores de último recurso (subasta CESUR) están influidos fuertemente por la subasta anterior. "En los tres días anteriores a la subasta, el precio sube un 90% respecto al promedio, volviendo a caer después de la subasta. Es imprescindible la trasparencia de las operaciones OTC frente al regulador".

La pregunta surgió en este caso por parte de un funcionario del Ministerio de Industria, y dado lo delicado tema, que vendría a demostrar que "tenemos necesidad de incrementar la supervisión, en interés de los consumidores", se pedía que se indicara "cómo se relaciona -el asunto de clarificar la manera de hacer las subastas- con el memorandum de intercambio de información, y cuál debería ser el esquema de regulación".

Segura salió del pantanal a brazadas. "La actividad de OTC casi se duplica en días previos y luego baja, lo que debería ser objeto de análisis preciso. Si eso sucede en una OPA, desde la CNMV tengo obligación de investigar. Puede no haber nada, pero es preciso investigar qué pasa. La información que tengo respecto a lo que sucede en las subastas CESUR es lo que dice la EMI (Consultora de Mercados), y no tengo ninguna razón para suponer que eso implica algún tipo de estrategia para modificar el mercado. En la CNMV saltan 70.000 alarmas al año y solo se hacen 15 expedientes. Solo actuaría en caso de intento de manipulación de un mercado financiero".

En conexión con ello, manifestó que en el protocolo firmado entre la CNE y la CNMV, figura precisamente el interés de conocer cómo funcionan los mercados OTC y los subyacentes. Para trasladar esa información, cuando se tenga, a otros supervisores se necesita, sin embargo, una normativa que ampare esa actuación, lo que estaría resuelto con la Ley de Economía Sostenible.

Hacia la generación distribuída, ¿caiga quien caiga?

El Club Español de la Energía organizó el 22 de junio de 2011 una jornada sobre Generación distribuída de pequeña potencia, en la que los asistentes tuvimos ocasión de conocer las opiniones (y, el caso de la Comisión europea, sus decisiones) de diversos agentes sobre este tema.

También pudimos expresar nuestra propia opinión en un momento del coloquio, y que adelantamos ahora: es imprescindible calcular los efectos económicos de una estrategia de generación formada por un número indeterminado de usuarios que dispongan de instalaciones destinadas a su autoconsumo, pero que, por su naturaleza, resultarán insuficientes para garantizarles un suministro al ciento por ciento fiable y, en consecuencia, no evita la obligación a las empresas eléctricas de mantener un nivel de producción mínimo, pero, en principio muy difícil de estimar.

El problema, además, se encuentra en la necesidad de estimar el coste total para el conjunto del país de una tal filosofía, que obvia la solución al problema central de nuestra economía: conseguir competitividad para nuestras empresas (no las eléctricas, sino todas) y rebajar los costes de producción de energía primaria, pero también los costes de la dependencia exterior derivados de la importación de fuel para el sector transporte, que se mantiene fuera del marco, a pesar de los esfuerzos que quieran dedicarse, aún poco efectivos, al coche eléctrico.

Javier García Breva -Presidente de la Fundación de Energías Renovables- realizó, bajo la forma de Conclusiones, unas muy atractivas consideraciones, con las que estamos de acuerdo casi en su totalidad y que, por ello, utilizamos como guión para nuestro Comentario:

1. La nueva Directiva con medidas para ahorro energético que se aprobó el 22 de junio por la Comisión (y que está pendiente, conforme al procedimiento de codecisión, de su aprobación final por el Consejo y el Parlamento), es bienvenida "porque es la única manera de que en España nos decidamos a hacer las cosas". La Directiva de impulso a renovables, sin embargo, ya contiene las bases para la generación distribuída en sectores urbanos y de transporte (DIR 1009/28 CE), y no se ha traspuesto; tampoco la 2010/31 CE de mejora de eficiencia en edificios. Mal vamos, cuando esta Directiva es indicativa, si no somos capaces de trasponer las obligatorias en plazo. La E4 incluso la sobrepasa, pero como es igualmente indicativa, no ha tenido los efectos deseables.

2. Tenemos necesidad imperiosa de modificar los ratios básicos: elevadas dependencia e intensidad energéticas, altas emisiones de CO2, que siguen creciendo. Las importaciones energéticas suponen un 70% del déficit comercial español, con sus 35.000 Mill. euros/año.

3. La generación distribuída constituye una opoortunidad para mejorar el modelo a otro más democrático, en las ciudades, teniendo en cuenta que 3.500 millones de personas viven en ciudades de menos de medio millón de habitantes.

4. Tenemos excesiva incertidumbre regulatoria, con una gran indefinición en los modelos energéticos, lo que perjudica al país de forma brutal, ahuyentando la inversión (en renavables, en 2010 la inversión ha disminuido en España un 53%, mientras se duplicó en Alemania y aumentó un 38% en el mundo). Las normas españolas son, en realidad, barreras administrativas. El PER, sin ir más lejos, impone cupos, limitaciones y, además, el regulador podrá cambiar el escenario cuando y como desee.

5. La competitividad de las energías renovables está vinculada a los objetivos. El incremento en la generación de renovables es el instrumento para que se reduzcan las emisiones de CO2 y se mejore la aportación al PIB, reduciendo importaciones.

6. Existe un grave conflicto competencial entre las Comunidades Autónomas, que precisa cambios estructurales.

7. Es imprescindible una estrategia a largo plazo (10 a 30 años). Vivimos de la planificación -actualizada, eso sí, año a año- datada en 2002. Los diferentes Libros Blancos redactados no han servido para casi nada. Las administraciones públicas tienen que dar ejemplo al consumidor final.

8. Falta ambición y coherencia en los objetivos. En geotermia, teníamos como objetivo anterior llegar a 3.000 Mw en alta generación y 50.000 Mw de uso térmico: actualmente los objetivos han quedado reducidos a 150 Mw. En eólica marina, existe la impresión de que se está perdiendo una "oportunidad inmensa"; en Europa se desea alcanzar los 40.000 Mw, y en España lo hemos limitado ahora a 700 Mw. Estos cambios de objetivos son señales negativas a los mercados.

9. Se ha dado muy poca importancia a las redes transeuropeas. No se cumple el objetivo de llegar al 10% de capacidad de interconexión propuesto hace 10 años, cuando teníamos el 3%. En el resto de países europeos, las interconexiones pueden ser incluso superiores al 20%.

10. La política industrial permanece en el olvido, con lo que las posibilidades de recuperación se han hecho más difíciles. Se debe unir la política energética con la industrial.

11. Es necesario implantar el concepto de corresponsabilidad en los costes en el sistema eléctrico, que hoy día en España solo son soportados por el consumidor. No se trata de implementar un nuevo impuesto, sino de aplicar equidad y equilibrio a la tarifa, generando estímulos a la eficiencia y al uso responsable, como sería conceder impactos fiscales positivos a los ahorradores de energía.

Excelente síntesis, no exactamente de las ponencias que se presentaron en la Jornada. Más bien han de interpretarse como la reflexión de una cabeza lúcida e informada sobre el panorama energético español, por lo que solo cabe felicitar a García Breva por el esfuerzo de síntesis.

Sería injusto, sin embargo, no referirse también a la excelente organización de la reunión y al trabajo de claridad en sus exposiciones que evidenciaron todos los ponentes, felicitación que concretamos, en representación en Concepción Cánovas del Castillo, presidenta del GT de Energías Renovables del CEE.

Sobre la conexión entre los mercados energéticos y los financieros (2)

(Proseguimos aquí el Comentario anterior, dedicado a glosar la conferencia de Julio Segura, Presidente de la CNMV y de la Comisión de Regulación Peninsular del Mercado Ibérico de la Electricidad -MIBEL-, entre otros muchos títulos y distinciones, propietario de uno de los currícula más brillantes de entre los economistas españoles).

De entre las muchas ideas que, como si dispusiera de una ametralladora mental, expuso Julio Segura, nos detendremos, en aras de la brevedad, en solo algunas:

a) por parte del G20, para la adecuada gestión del riesgo, se han señalado las siguientes líneas básicas, a seguir a partir de diciembre de 2012: liquidaciones centralizadas de todos los derivados en OTCs en cámaras de contrapartida central, para asegurar el buen fin de las transacciones; la comunicación a los tenedores de depósitos de todos los datos que permitan verificar la trazabiliad y a transparencia de las operaciones; renegociar, cuando sea posible, las operaciones OTC de forma que dejen de ser tales; e imponer nuevas obligaciones de capital paa mejorar la solvencia de quienes realizan las OTC.

b) por la parte de IOSCO (cuya vicepresidencia obstenta actualmente la CNMV), Segura seleccionó igualmente 4 directrices: inciiativas para reforzar la transparencia en los mercados, tanto de futuros como físicos; diseño de mejores prácticas de supervisión de los mercados, persiguiendo la homogeneización y la estandarización de los contratos de derivados; la realización de estudios, junto con la CNE, para evaluar los impactos de las agencias de información previstas; y la implantación de requisitos de capital a las empresas que operen derivados.

c) por parte de la UE se está trabajando en estos otros 4 ejes, en gran parte, coherentes con las anteriores preocupaciones: reforzar la transparencia de los mercados financieros y físicos (inminente revisión de la Directiva MEEF y reforzar los requisitos de transparencia para evitar abusos de mercado); implementar reglas comunes en el mercado de derivados, incluso para quienes los utilizan de foram estrictamente comercial; y mejorar el intercambio de información entre reguladores energéticos y financieros, incluso con disposiciones legales que pudieran establecer límites a la exposición.

(continuará)

Sobre la conexión entre los mercados energéticos y los financieros

Recordamos a Julio Segura, barbado, hábil conversador, entusiasta, sentado despreocupado en la baranda, despertando pasiones no solo intelectuales, en el Salón de Actos de la flamante Universidad de Económicas y Empresariales de Oviedo, hace 30 años. Defendía entonces, invitado por José Luis García Delgado -otro catedrático desde su tierna infancia, para envidia permanente de los que, por nuestra mala cabeza, no hemos podido salir de penenes-, el crucial papel de la empresa pública en España.

Cuando terminó de hablar, todos le freímos a preguntas. Sabía de todo, opinaba sobre todo.

Este Julio Segura de hoy (20 de junio de 2011) se ha afeitado la barba, ha envejecido manifiestamente (ay, como todos), se reconoce algo sordo -es emocionante verlo acercarse al lugar de quien le hace una pregunta desde el auditorio, con el argumento de poder oirlo mejor- y se atreve a decir que hay muchas cosas de las que no sabe "nada".

El auditorio formado por quienes acuden a oir sus palabras ha cambiado sustancialmente, respecto a aquel recuerdo. La sala es ahora de la CNE y el tema de la conferencia, aunque atractivo,  "La conexión entre los mercados energéticos y los financieros", fue tratado por el conferenciante con una terrible formalidad, hasta el punto que leyó, y lo hizo a uña de caballo, lo que tenía escrito.

Escuchándole, y seguro que atentamente, estaban algunos de los principales muñidores de las esencias económico-financieras del país, rimbombantes directivos de las empresas eléctricas, laureados compañeros de la muy ilustre Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, e insignes catedráticos, -eméritos y vigentes-. Lo que les unía en realidad a casi todos ellos, es el haberse convertido en provectos personajes, canos o calvos, silenciosos, pertrechados en su amplia cultura, sin dudas que exponer en público y bastantes respuestas que dar, si quisieran. 

Y, al menos hasta donde pudimos descubrir, no había ni asomo de aquellas sílfides -hoy seguras abuelas satisfechas en la genealogía de otros- que le solicitaban a gritos o in pectore un hijo suyo como si el joven cátedro fuera Raphael, Rod Steiger o Ringo Starr.

Volvamos, pues al presente. Julio Segura arrancó su reflexión, perfectamente, trabada, en torno al palabro financialización, cuyo paternidad europea atribuyó al presidente Sarkozy, en su discurso del 14 de junio, y lo definió como el proceso en el que los mercados tienden a dominar los asuntos financieros.

La crisis reciente habría demostrado la escasa o nula reglamentación, que habría permitido al sistema bancario crear una estructura opaca a los controladores. La razón de esa permisividad se encontraba en la falsa premisa de fondo de que las inversiones profesionales estaban necesitadas de menor regulación que los minoristas.

Había, también, indicó Segura, otras razones que se revelaron falsas: se creía que el excesivo desglose de las operaciones provocaría la pérdida de liquidez de los mercados, al descubrir las estrategias de los grandes grupos financieros; los datos que se solicitaban eran escasos, se proporcionaban con retraso y gozaban de acceso restringido.

La realidad demostró que sólo los mercados más transparentes siguieron funcionando con normalidad después de la crisis; los de renta fija privada no se han recuperado aún, por la falta de confianza respecto a la falta de transparencia de los agentes. Por el contrario, los mercados de renta variable privada y renta pública fija siguen funcionando bien.

Las nuevas líneas maestras de la situación, las agrupó el conferenciante en tres directrices, coincidentes en lo sustancial, emanadas, respectivamente, desde el G-20 (en septiembre de 2009), de las recomendaciones de IOSCO - la Organización Internacional de Comisiones de Valores (OICV), que Segura denominó en inglés, por las siglas de la International Organization of Securities Commissions- a partir de 2008,  y de la estrategia implementada por la Unión Europea (UE), todas ellas enfocadas hacia la consecución de una mayor transparencia de los mercados.

El punto de mayer polémica de las áreas en las que trabaja la UE, en palabras de Segura, es la categorización de las empresas eléctricas como empresas MEFF (1), a lo que se han opuesto los lobbies del sector, que pretenden que ofrecen los derivados a sus clientes, no como inversión sino como mayor protección contra el riesgo, y argumentan que imponer garantías adicionales pone en peligro el mercado único de la energía, aumentando los costes y creando mayores barreras a la entrada de terceros en el sector.

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(1) Para que los menos expertos no se pierdan con estas y otras siglas, que, por cierto, Julio Segura empleó como quien lava, farfullando incluso a veces los acrónimos, dejando seguramente in albis a parte de la audiencia, la novedad del esquema es la constitución de una cámara de contrapartida central para dar seguridad a las operaciones, como ya ocurre con MEFF Renta Variable (Mercado Oficial de Futuros y Opciones Financieros de renta variable en España, que inició su actividad en noviembre de 1989).

Las transacciones OTC ("over the counter", esto es, extrabursátiles) sobre cualquier activo dispondrán de esta seguridad, de la que carecían.

(continuará)

Sobre tormentas y aerogeneradores: rayos, dudas y certezas

Sobre tormentas y aerogeneradores: rayos, dudas y certezas

(Este comentario es continuación del inmediatamente anterior, con el que forma una unidad).

Que los aerogeneradores, situados en general en las crestas de las cadenas montañosas, a las que añaden su envergadura de 100 metros o más, y con componentes metálicos, actúan de pararayos en caso de tormentas eléctricas, es casi una afirmación de las atribuídas a Perogrullo.

La cuestión se desplaza, por lo tanto, a analizar qué tipo de protección tienen los molinos ante esta eventualidad, su grado de eficacia, y qué consecuencias puede tener el que, a pesar de las medidas adoptadas, un rayo cause la ignición del generador.

La preocupación de los fabricantes de aerogeneradores por conseguir la mayor protección posible ante las descargas eléctricas existe, desde luego, aunque está rodeada de misterios. En España, la norma que se ocupa de fijar las características y grados de los sistemas de protección es la UNE 21 185, que tiene su complementaria en la UNE 21 186.

Gamesa ha publicado haber resuelto recientemente el problema derivado de la obligación de dotar a los grandes generadores de una señal lumínica en el extremo de las palas -además de en el centro del rotor-, como seguridad ante el riesgo de colisión de los aparatos aéreos con ellos. El dispositivo de alimentación no emplea cables eléctricos a lo largo de la pala y el módulo de la baliza de la pala posee un sistema protector conseguido con el enjaulado de todos los elementos a los que el rayo puede dañar, facilitando la reparabilidad.

La Norma alemana -DIN EN 62305 (VDE 0185-305)- previó para los aerogeneradores en tierra que se instalaran en el período 2006 a 2010 unas condiciones de protección correspondientes a la clase II (protección hasta 150 kiloamperios) y para los de plataformas off-shore, el cumplimiento de las características más exigentes de la clase I (protección contra descargas de hasta 200 kiloamperios).

La norma española aparece, en comparación, mucho menos restrictiva. Los constructores se refieren al cumplimiento de la normativa IEC 62305 y anteriores. Por ejemplo, la empresa Gamesa indica en su publicidad que el generador G87-2.0 MW utiliza el sistema “protección total contra rayos”, según la IEC 62305, y aclara que "este sistema conduce el rayo desde ambas caras de la punta de la pala hasta la raíz y desde ahí, a través de la nacelle (plataforma o cabina dentro del aerogenerador) y de la estructura de la torre, hasta el sistema de puesta a tierra de las cimentaciones. De esta forma, se protege la pala y se evita que los elementos eléctricos sensibles resulten dañados."

Parece existir, en todo caso, un notable desorden en la protección frente a las tormentas de estas instalaciones que, en muchos casos en España, se han situado al lado de las poblaciones. Cabe preguntarse seriamente qué tipo de norma han seguido, si es que han seguido alguna, las instalaciones más antiguas, y cómo se confeccionan las prescripciones técnicas de los parques, en un mundo bastante anárquico como es el conseguido con el traspaso de las competencias ambientales a las autonomías y pliegos de condiciones "redactados" por los Ayuntamientos.

Teniendo en cuenta, además, que los parques eólicos se encuentran situados sobre suelos de elevada resistividad, los sistemas de puesta a tierra de las instalaciones éolicas tienen difícil conseguir valores bajos de impedancia con la puesta a tierra. El aislamiento de cada turbina se construye colocando un anillo alrededor de la torre, a profundidades variables entre 0,5 y 1,5 metros, y situando electrodos verticales en combinación. Se requieren 2 watios de resistencia a tierra en España (10 en el Reino Unido).

Creemos que es imprescindible exigir una clarificación de este importante aspecto: qué grado de protección tienen, en verdad, las instalaciones de aerogeneradores frente a las tormentas eléctricas, y que riesgos se corren por las poblaciones y propiedades próximas, en caso de que un rayo incida sobre un aerogenerador.

Que, por cierto, y a falta de estadísticas más precisas, tiene una nada despreciable probabilidad de incidencia (en el marco del proyecto Venus, permitió que en Alemania se monitorizaran 405 aerogeneradores entre 1992 y 2005, se  detectaron 497 incidencias de daños provocados por rayos, y 147 fueron impactos directos).

Sobre tormentas y aerogeneradores

Sobre tormentas y aerogeneradores

En el territorio español habrá instalados unos 40.000 aerogeneradores, ocupando la mayoría de las crestas orográficas en las que se han medido condiciones de viento favorables.

Los vientos, en metáfora que es muy utilizada por su inmediatez, soplan de forma favorable para las eólicas. Particularmente, en 2010 y el invierno pasado. La energía eólica proporcionó en marzo de 2011 el 21% de los kilovatios consumidos en España (es decir, cubrió la quinta parte del consumo eléctrico de ese día), superando a las demás fuentes de energía primaria. En marzo se produjeron por esta vía el equivalente a 4.700 Gigawatios/hora y durante 2010 generó el 16% de la electricidad consumida en España.  

Quedan pocas zonas favorables para la instalación de nuevos aerogeneradores en tierra, y las empresas de la energía, sus asesores e intermediarios buscan afanosamente emplazamientos, negociando con vecinos, alcaldes y consejeros de las Autonomías, porque, como es sabido, lo eólico ha permitido reducir la contaminación que provoca quemar carbón -sobre todo el nacional- y, como efecto colateral, ha generado algunos nuevos ricos y, por supuesto, empleos nacionales y extranjeros.

Pero lo que deseamos tratar hoy en este Comentario es el fundamento de un temor que se ha difundido por las poblaciones de Galicia y Asturias en las que se han instalado estos molinillos y que está provocando la negativa a autorizar nuevos emplazamientos, por lo que hemos podido constatar: los aerogeneradores atraen los rayos en caso de tormenta y son peligrosos, pues pueden "explotar" -asçi se expresan- si una descarga incide sobre ellos.

La cuestión retrotrae, en realidad, al peligro que representan los aerogeneradores para las poblaciones circundantes -humanas y animales- y, también, dada la ubicación, para las poblaciones forestales, si uno de ellos o varios, por desgraciado accidente, comienza a arder y el fuego se expande por el bosque. Los ejemplos, aunque escasos, no dejan de ser preocupantes, y obligan a establecer con claridad protocolos de actuación, tanto para las dotaciones de bomberos de la zona como para los habitantes que se encuentran en la cercanía de los parques eólicos.

Las poblaciones en las proximidades de los parques deben saber que, una vez que comienza a arder un molino solo cabe esperar a que lo haga completamente, pues las escalas disponibles no permiten acceder a alturas que, en general, superan los 60 metros y pueden llegar a los 180. En muchos casos, el rotor seguirá funcionando descontrolado, adquiriendo las aspas una velocidad de giro creciente, liberándose los restos de las palas que no hayan ardido -y otros elementos de la estructura- con una gran energía cinética, que puede lanzarlos hasta 2 kilómetros de distancia.

No pretendemos alimentar un alarmismo gratuito, sino llamar la atención sobre la necesidad de dar información seria y completa, sin entregarse a pasiones irracionales que, a la larga, arriesgan provocar rechazos igualmente temperamentales.

Una enumeración sucinta de los problemas vinculados a los aerogeneradores, tomada de diversas fuentes, sería la siguiente:

-Las construcciones eólicas tienen basamentos con importante obra civil y, por tanto, modifican sustancialmente las condiciones del terreno en donde se implantan, que ya no puede considerarse para "usos terciarios", alterando con ello los planes de ordenación del territorio que se hayan aprobado con anterioridad

-El diámetro de giro de los generadores es superior, en la mayoría de las instalaciones a los 120-130 m. Provocan un efecto visual desagradable y un ruido constante, perturbador para el entorno -es decir, tanto para seres humanos como para animales-. A los ruidos rítmicos de los aerogeneradores se une, por la noche, la intermitencia de las luces de posición obligatorias.

-Los aerogeneradores producen infrarojos, que causan disminución de facultades y dolores de cabeza, actuando también sobre el sistema inmunológico, como han empezado a poner en evidencia algunos estudios clínicos ( citamos, entre otras referencias, los análisis del Dr. Reinhard Lange).

-En días soleados, el contraste en luces y sombras sobre el material brillante y pulido del que están hechos los molinos, provoca daños similares al "efecto discoteca".

-En las zonas frías (Avila, por ejemplo), se ha informado de bloques de hielo que se desprendieron de las alas de los rotores y que volaron cientos de metros, cayendo en algún caso, sobre vehículos, a los que dañaron gravemente; si no ha habido daños personales -o mayores daños materiales-, ha sido por casualidad...o porque se han silenciado.

Estas razones son suficientes para entender que las propiedades agroforestales, las casas unifamiliares y colectivas, e incluso, la totalidad de las edificaciones de una población, situadas en las cercanías de los campos eólicos se hayan depreciado de forma muy significativa -se calcula que más de un 30%- arrastrando ese efecto sobre un área, en realidad, bastante más amplia ("Efecto absorción" de un perjuicio).

Pero la inquietud que hemos trasladado al título y a uno de los párrafos de este Comentario queda aún sin responder aquí, porque será motivo del siguiente análisis, del que nos ocuparemos mañana. ¿Atraen verdaderamente las descargas eléctricas los aerogeneradores? ¿Qué riesgo suponen en este campo específico?.

Advertimos al lector interesado que no tenemos toda la solución, pero sí una buena parte del planteamiento de la incomodidad.

(continuará) 

Sobre el despilfarro de energías

Aunque una cosa es oir la canción y otra entonarla bien, todos tarareamos más o menos el estribillo ese de que hay que ahorrar energía. Porque es cara, porque contamina, porque no hay bastante o porque hay formas de producirla que solo las queremos en países menos desarrollados.

Sea cual fuere nuestra opinión acerca de lo que debería hacerse a nivel global para solucionar el problema de la escasez o de la carestía de los inventos que, en esencia, nos iluminan las noches de insomnio cuando tenemos el cuerpo jota y nos permiten obviar el uso  del transporte público, vamos a dedicar este comentario a algunas de las energías que despilfarramos y cuyo productor es nuestro cuerpo.

Los dos despilfarros mayores se producen entre los que tienen más de sesenta años y los que tienen menos de treinta. Los primeros, porque el mercado del trabajo ha decidido que ya no le sirven, y los segundos, porque no tienen claro para lo qué sirven, ya que nadie se ha preocupado de indicárselo.

Son millones las horas perdidas cada día, con la que todos estos ciudadanos contribuyen al calentamiento global, sin que conste beneficio alguno para nadie.

Paseos sin rumbo por las calles, sentadas en los bancos de los jardines públicos contando musarañas, largas partidas de dominó o a las cartas en bares y centros de mayores y no tanto, esculturismo forzado,  sin otros objetivos que dejar pasar el tiempo, en tapias, muretes y bordillos de acera, torpes ejercicios manuales ante las tragaperras, inútil confección y entrega de currícula a cientos sin resultado por carecer de padrinos, ensuciamiento estúpido de paredes, estropicios de mobiliario urbano, ingestas de alcohol ayunas de fundamento e inhalaciones de humos con riesgos para la salud,  etc.

¿No podemos hacer nada para aprovechar toda esa energía humana, de seres inteligentes y capaces -en su inmensa mayoría, al menos, o así cabe suponerlo- de realizar algo productivo, sea lo que sea, útil para mejorar el bienestar de la sociedad, que, además, les ayude a ellos a sentirse mejor, supongan menos coste a las arcas públicas y, si no tienen otros ingresos, les proporcionen algunos?

Si no sabemos qué hacer con el tiempo de que disponemos, que es nuestra herramienta, no merece la pena preocuparse por resolver otros problemas. La energía se nos va en fuegos de artificio.

Sobre el estado actual y la perspectiva inmediata de la energía nuclear

En un acto multitudinario, el 16 de marzo de 2011 se presentó, en el salón de Actos de la Universidad Pontificia de Comillas en Madrid, el libro "Energía nuclear: estado actual y perspectiva inmediata".

No era exactamente el contenido del volumen, que fue regalado a los asistentes, ni siquiera posiblemente la anunciada conferencia del catedrático de Física Nuclear en la Universidad de Sevilla, Manuel Lozano Leyva, que debería tener como objetivo servir de marco general para adornar el acto, lo que atrajo tanto público.

La situación en la central de Fukushima, con incógnitas respecto al control de un proceso desequilibrado por las fuerzas de la naturaleza, fue, con certeza, el desencadenante principal del interés, inusitado para este tipo de actividades académicas, como destacó el Rector, aclarando que, como era obvio -con una frase desafortunada-, "no corresponde a una decisión oportunista, pues no hemos encargado el terremoto para presentar el libro".

La conferencia de Manuel Lozano fue didáctica. Hizo un repaso sobre los pros y contras de los distintos tipos de energía conocidos para producir electricidad.  Desde el principio expuso su percepción del momento: "Estamos en un momento que va a marcar un antes y un después de la Historia Universal".

Pero, coyunturas aparte, Lozano mantuvo las líneas centrales que había previsto para su conferencia, que dejaban claro porqué precisamos de la nuclear para mantener nuestro nivel de desarrollo.

Porque "aunque debiera estar desacoplado el bienestar social con el consumo de energía", la realidad es que si todos los países convergieran hacia un índice de desarrollo humano (IDH) de 0,9 y se limitaran a un consumo de energía primaria de 3 tep/persona-año,  las necesidades de energía futura mundial -¿en un horizonte de 20 años?- serían el doble de las actuales.

Con un argumentario sólido, no exento de humor, con pocas fisuras para la polémica temperamental, Lozano realizó un repaso rápido, muy ilustrativo, sobre los pros y contras de cada sistema de generación de energía primaria para la producción de electricidad.

"Veo algunos políticos por aquí", expresó Lozano, insinuando que era importante desligar el debate técnico del emocional, después de haber aconsejado la "desideologización" de la cuestión: "Quien más renovables instaló en España, fue franco; las centrales nucleares se erigieron con un gobierno socialista; Endesa, con sus 13 Mw de energía fotovoltaica insalada tiene la misma capacidad de producción que la duquesa de Alba".

Su conclusión fue clara: "Necesitamos más energía, menos combustión; más renovables y más nuclear".

Fukushima "ha de ser una lección", en muchos aspectos, sin embargo. El catedrático de Física Nuclear esbozó algunas vías de actuación inmediata, a modo de ejemplo: "conceder más margen a la seguridad activa, mantener las bombas diesel en funcionamiento durante un cierto período, sin desconectarlas bruscamente del sistema, elevarlas a una altura determinada que las proteja de inundaciones, salvaguardar la refrigeración, mejorar la respuesta de materiales y sistemas sometidos a condiciones extremas".

"Y, por supuesto, reforzar la idea de "la necesidad de información fiable, para contrarrestar alarmas injustificadas: los japoneses lo están haciendo bien".

Mucho que hacer, pero nunca abandonar: "Conocemos la materia a un nivel de intensdidad que sobrecogería a los no expertos. (...) La Humanidad jamás va a renunciar a una conquista tan intelectual y prometedora como el núcleo atómico".

Una cerrada salva de aplausos premió la conferencia, que el ponente pronunció de pie -"porque como profesor estoy acostumbrado a dar así las clases, y por respeto a los que están ahí, detrás, también de pie, al no tener sitio sentados"-.

No hubo coloquio. No se mencionó, pero esperaba a parte de la audiencia un partido de fútbol importante. La razón oficial fue que "habría preguntas para varios debates".

Sería muy aconsejable que la conferencia de Lozano se publicara como separata al libro, del que queremos hacer una mención muy especial al artículo del desaparecido Juan Antonio Rubio, del Ciemat, referencia que fue, hasta el último día de su vida, en estos temas de los que se habla tanto sin saber, y pocos, muy pocos, saben mucho sin conseguir apenas que se les escuche.

Cabe Fukushima

(La preposición "cabe" está en desuso -significa "junto a"-, pero se la encuentra todavía en la poesía y en algunas frases con la que se pretende llamar la atención. Ese Comentario pretende ser un poema; tiene la intención de manifestar solidaridad, respeto y, al mismo tiempo, distancia; obviamente, los destinatarios de un mensaje tan contradictorio son diferentes).

A las 16h de la tarde (más o menos, no vamos a molestarnos en mirar la programación para concretar la hora) del día 16 de marzo de 2011, Madrid y Lyon, dos ciudades europeas, se paralizarán durante un par de horas. Motivo: un partido de fútbol, un juego.

El mismo día, a la misma hora, a 10.000 km de distancia, cientos de miles de personas estarán ocupadas en otra misión, de excepcional trascendencia para ellas. Motivo: recibir la última información sobre el control alcanzado de la situación en cuatro reactores nucleares de la central de Fukushima, afectados por una de las mayores catástrofes naturales conocidas en la historia de la Humanidad.  

De esos cientos de miles, hay 50 personas que tienen un protagonismo especial, porque del resultado de su trabajo dependerá la tranquilidad de los demás: son las encargadas de mantener los parámetros del núcleo de los reactores bajo control, garantizando, en lo posible, la refrigeración de la vasija que lo contiene.

Su tarea está considerada, naturalmente, como de alto riesgo. Se juegan la vida, una muerte prematura, enfermedades degenerativas que no perdonan, duelen. Han sido comparados, por algún imaginativo, con "mineros". Solo son comparables consigo mismo.

Hemos tenido oportunidad de leer y escuchar en estos días muchas opiniones sobre los acontecimientos de Japón, la mayoría, emitidos por gentes que no saben, pero quieren opinar. Lo hacen desde posiciones preconcebidas, argumentan desde una infinita distancia con el suceso, se ponen parches en el ojo propio, intacto, no por simpatía ni por prevención, sino porque tienen miedo y no saben cómo controlarlo.

A unos se les ocurre que se hubiera evitado el accidente de haber elevado 20 m la base de las centrales, porque así el tsunami no habría afectado las instalaciones; otros expresan que nunca debieran haberse instalado centrales nucleares junto al mar, en zona sísmica; aquél dice que el Apocalipsis ha llegado; otros, aprovechan para defender el negocio de las eólicas y de la fotovoltaica; acullá se oye, con un deje a desvergüenza, que jamás nos habría pasado a nosotros, porque la casualidad nos ha puesto, hasta ahora, lejos de los desmanes de la madre naturaleza.

Cabe Fukushima, cabe los expertos japoneses, cabe los que guardan silencio y atienden, con paciencia -y, sí, claro, con miedo, desolación, sueño, rabia- a que los que saben, concluyan.

Habrá tiempo para pensar en cómo protegerse mejor de los terremotos y de los tsunamis, y seguir avanzando en la única dirección que, para la humanidad en marcha, pero en calma, tiene sentido: sabiendo y controlando más las fuerzas de la naturaleza, hasta acabar dominándolas.

Algo que no se consigue, desde luego, por mucho que el Madrid y el Lyon proporcionen a los que quieran divertirse, un buen espectáculo de pelota.

(Por cierto: ¿Ya no preocupa lo que está haciendo Gadafi en Libia? Puestos a revisar, tenemos que revisar muchos protocolos...)

Sobre comportamientos orientales y occidentales

La desgraciada situación generada en Japón por el descomunal terremoto, el consecuente tsunami y la derivada descompensación de los sistemas de control en varias centrales nucleares, que ha terminado provocando (¿se sabe seguro?) la fusión parcial del núcleo de dos de ellas y el escape (¿posible?) de partículas radioactivas con riesgo de nocividad para la población ha puesto de manifiesto, también, la diferencia entre dos formas de entender la vida.

Hay que sacar también enseñanzas de las actitudes. Un mensaje corto de un espontáneo comunicante desde el desastre, traducía en estos términos lo que estaba pasando: "Los occidentales se están marchando masivamente de Tokio; los japoneses parecen más tranquilos".

En efecto, desde nuestro confuso paradigma (permíta el lector que usemos una palabra que hemos denostado), nos apresuramos a sacar a la calle la parafernalia de la demagogia politiquera y ponemos en primera línea de opinión a los que manejan sentimientos y no conocimientos.

Tenemos que decirlo: Sí que es necesario un debate, pero a escala mundial. El motivo del debate sería lo que desea alcanzar la Humanidad, y el planteamiento a discutir tendría dos opciones:

Si, con todas las consecuencias, y asumiendo controladamente los riesgos, con la agresividad de un conocimiento científico observador, creativo y ordenado, deseamos dilucidar hasta el fin, hasta donde se llegue, qué está pasando, porqué, y cómo se produce. Y, por supuesto, distribuyendo entretanto equitativamente los bienes producidos entre todos, premiando solo la capacidad y el esfuerzo.

O si, por el contrario, preferiríamos decir/creer que vivimos conforme a natura, con buenismo aparente compatible con el engaño a los que menos tienen por los que más controlan, diciendo hoy fá y mañana no-fá, sin importar argumentos, tomando a rechifla al que sabe, si conviene al poder imperante, y, obviamente, trasladando los riesgos a quienes no pueden defenderse, no saben, no se enteran.

Nos parece ejemplar el comportamiento de la población japonesa. Hoy, queremos ser japoneses. Por solidaridad, y por estilo. Y, sobre todo, creemos fundamental lanzar un consejo, para quien quiera tomarlo: los que sepan de verdad, que colaboren, se ofrezcan, rindan; los que no sepan y quieran hacerlo así, que recen; y los que no sepan ni quieran rezar, que se callen, que no aturdan, que no jodan.

Con Japón

No ha sido el hombre, esta vez. No fueron aviones conducidos por fanáticos para destruir símbolos del progreso cristiano, sin preocuparse de quienes ocupaban ni edificios ni eronaves. No fueron tribus dominantes exterminando a congéneres peor alimentados y armados.

No fueron exaltados que pretenden convencer de que estarían mejor si se les dejara aislados en su cortedad intelectual, asesinando inocentes -todos los demás somos inocentes-.

Esta vez, el culpable no tiene otro nombre que la precariedad del material en donde nos han puesto la evolución y la genética. Un planeta que se enfría, formado por placas inmensas de material rocoso que se superponen y chocan al contraerse, y una masa de agua gigantesca para la dimensión del ser humano, agitada por esos movimientos de la corteza sólida y sujeta al influjo de los astros.

Los sobrecogedores sucesos de Japón han desatado algunas líneas de reflexión y muchas opiniones. Hemos llegado, a base de observación, estudio e hipótesis, a explicar bastante bien el comportamiento de este soporte físico.

Es cierto también que lo hemos contaminado, calentado, explotado hasta casi su extenuación y poblado con una densidad que no hubiéramos imaginado, no ya los antepasados cavernarios, ni siquiera nosotros mismos. Nos ha sido imposible, hasta ahora, ponernos de acuerdo sobre otro objetivo que no sea el aprovechar al máximo lo que tenemos a disposición.

Desgraciadamente, no controlamos todos los efectos de la naturaleza y, aunque podemos detectar con antelación casi todos los que tendrían resultados catastróficos, y hemos procurado protegernos contra ellos (más donde viven los más ricos), no podemos reaccionar a tiempo contra los que son muy graves y se producen muy cerca.

Casi siempre lo que echamos en falta es el tiempo. Nos falta tiempo. Diez minutos no han sido suficientes para salvar esos miles de vidas que hn sucumbido ante una ola gigantesca que se llevó todo por delante.

Y, además, no podemos preverlo todo, ni protegernos, por tanto, cuando los accidentes se presentan a su máximo nivel de ocurrencia, con las mayores capacidades destructivas.

Algunas de las casi 50 centrales atómicas de Japón se han visto gravemente afectadas por el terremoto de grado 9. Parece que en dos de ellas se ha iniciado la fusión del núcleo del reactor.

Los técnicos japoneses, auxiliados por especialistas de todo el mundo nuclear, y reforzados con las oraciones y plegarias de los creyentes más variopintos, se esfuerzan en controlar la situación.

Lo conseguirán, a pesar de los gritos de yatelodecíayo, la algarabía, de quienes creen hacer un favor pidiendo que renunciemos a lo que ha pasado a formar parte de nuestra esencia: vivir lo mejor posible. Y la energía nuclear es imprescindible para ello. A pesar de los que chillan y a pesar de los riesgos que supone el que la Naturaleza y el azar nos lo seguirán poniendo muy difícil.

Tenemos confianza en que vencerán, venceremos. Vencer o morir, esa es la máxima. No hay medias tintas.

Estamos con Japón, con los japoneses, junto a su dolor, y con confianza en la fuerza de la inteligencia y el saber hacer contra la de la naturaleza. Os admiramos, compañeros.