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Al Socaire de El blog de Angel Arias

Sobre tormentas y aerogeneradores: rayos, dudas y certezas

Sobre tormentas y aerogeneradores: rayos, dudas y certezas

(Este comentario es continuación del inmediatamente anterior, con el que forma una unidad).

Que los aerogeneradores, situados en general en las crestas de las cadenas montañosas, a las que añaden su envergadura de 100 metros o más, y con componentes metálicos, actúan de pararayos en caso de tormentas eléctricas, es casi una afirmación de las atribuídas a Perogrullo.

La cuestión se desplaza, por lo tanto, a analizar qué tipo de protección tienen los molinos ante esta eventualidad, su grado de eficacia, y qué consecuencias puede tener el que, a pesar de las medidas adoptadas, un rayo cause la ignición del generador.

La preocupación de los fabricantes de aerogeneradores por conseguir la mayor protección posible ante las descargas eléctricas existe, desde luego, aunque está rodeada de misterios. En España, la norma que se ocupa de fijar las características y grados de los sistemas de protección es la UNE 21 185, que tiene su complementaria en la UNE 21 186.

Gamesa ha publicado haber resuelto recientemente el problema derivado de la obligación de dotar a los grandes generadores de una señal lumínica en el extremo de las palas -además de en el centro del rotor-, como seguridad ante el riesgo de colisión de los aparatos aéreos con ellos. El dispositivo de alimentación no emplea cables eléctricos a lo largo de la pala y el módulo de la baliza de la pala posee un sistema protector conseguido con el enjaulado de todos los elementos a los que el rayo puede dañar, facilitando la reparabilidad.

La Norma alemana -DIN EN 62305 (VDE 0185-305)- previó para los aerogeneradores en tierra que se instalaran en el período 2006 a 2010 unas condiciones de protección correspondientes a la clase II (protección hasta 150 kiloamperios) y para los de plataformas off-shore, el cumplimiento de las características más exigentes de la clase I (protección contra descargas de hasta 200 kiloamperios).

La norma española aparece, en comparación, mucho menos restrictiva. Los constructores se refieren al cumplimiento de la normativa IEC 62305 y anteriores. Por ejemplo, la empresa Gamesa indica en su publicidad que el generador G87-2.0 MW utiliza el sistema “protección total contra rayos”, según la IEC 62305, y aclara que "este sistema conduce el rayo desde ambas caras de la punta de la pala hasta la raíz y desde ahí, a través de la nacelle (plataforma o cabina dentro del aerogenerador) y de la estructura de la torre, hasta el sistema de puesta a tierra de las cimentaciones. De esta forma, se protege la pala y se evita que los elementos eléctricos sensibles resulten dañados."

Parece existir, en todo caso, un notable desorden en la protección frente a las tormentas de estas instalaciones que, en muchos casos en España, se han situado al lado de las poblaciones. Cabe preguntarse seriamente qué tipo de norma han seguido, si es que han seguido alguna, las instalaciones más antiguas, y cómo se confeccionan las prescripciones técnicas de los parques, en un mundo bastante anárquico como es el conseguido con el traspaso de las competencias ambientales a las autonomías y pliegos de condiciones "redactados" por los Ayuntamientos.

Teniendo en cuenta, además, que los parques eólicos se encuentran situados sobre suelos de elevada resistividad, los sistemas de puesta a tierra de las instalaciones éolicas tienen difícil conseguir valores bajos de impedancia con la puesta a tierra. El aislamiento de cada turbina se construye colocando un anillo alrededor de la torre, a profundidades variables entre 0,5 y 1,5 metros, y situando electrodos verticales en combinación. Se requieren 2 watios de resistencia a tierra en España (10 en el Reino Unido).

Creemos que es imprescindible exigir una clarificación de este importante aspecto: qué grado de protección tienen, en verdad, las instalaciones de aerogeneradores frente a las tormentas eléctricas, y que riesgos se corren por las poblaciones y propiedades próximas, en caso de que un rayo incida sobre un aerogenerador.

Que, por cierto, y a falta de estadísticas más precisas, tiene una nada despreciable probabilidad de incidencia (en el marco del proyecto Venus, permitió que en Alemania se monitorizaran 405 aerogeneradores entre 1992 y 2005, se  detectaron 497 incidencias de daños provocados por rayos, y 147 fueron impactos directos).

2 comentarios

Ramon -

Los problemas de los aerogeneradores no provienen precisamente de los rayos.

J.A.S. -

Era hora que alguien pusiera en claro lo que hay detrás de una defensa a ultranza de los molinillos, sin explicar también los riesgos inherentes a una tecnología que aún necesita desarrollo.