Sobre el estado actual y la perspectiva inmediata de la energía nuclear
En un acto multitudinario, el 16 de marzo de 2011 se presentó, en el salón de Actos de la Universidad Pontificia de Comillas en Madrid, el libro "Energía nuclear: estado actual y perspectiva inmediata".
No era exactamente el contenido del volumen, que fue regalado a los asistentes, ni siquiera posiblemente la anunciada conferencia del catedrático de Física Nuclear en la Universidad de Sevilla, Manuel Lozano Leyva, que debería tener como objetivo servir de marco general para adornar el acto, lo que atrajo tanto público.
La situación en la central de Fukushima, con incógnitas respecto al control de un proceso desequilibrado por las fuerzas de la naturaleza, fue, con certeza, el desencadenante principal del interés, inusitado para este tipo de actividades académicas, como destacó el Rector, aclarando que, como era obvio -con una frase desafortunada-, "no corresponde a una decisión oportunista, pues no hemos encargado el terremoto para presentar el libro".
La conferencia de Manuel Lozano fue didáctica. Hizo un repaso sobre los pros y contras de los distintos tipos de energía conocidos para producir electricidad. Desde el principio expuso su percepción del momento: "Estamos en un momento que va a marcar un antes y un después de la Historia Universal".
Pero, coyunturas aparte, Lozano mantuvo las líneas centrales que había previsto para su conferencia, que dejaban claro porqué precisamos de la nuclear para mantener nuestro nivel de desarrollo.
Porque "aunque debiera estar desacoplado el bienestar social con el consumo de energía", la realidad es que si todos los países convergieran hacia un índice de desarrollo humano (IDH) de 0,9 y se limitaran a un consumo de energía primaria de 3 tep/persona-año, las necesidades de energía futura mundial -¿en un horizonte de 20 años?- serían el doble de las actuales.
Con un argumentario sólido, no exento de humor, con pocas fisuras para la polémica temperamental, Lozano realizó un repaso rápido, muy ilustrativo, sobre los pros y contras de cada sistema de generación de energía primaria para la producción de electricidad.
"Veo algunos políticos por aquí", expresó Lozano, insinuando que era importante desligar el debate técnico del emocional, después de haber aconsejado la "desideologización" de la cuestión: "Quien más renovables instaló en España, fue franco; las centrales nucleares se erigieron con un gobierno socialista; Endesa, con sus 13 Mw de energía fotovoltaica insalada tiene la misma capacidad de producción que la duquesa de Alba".
Su conclusión fue clara: "Necesitamos más energía, menos combustión; más renovables y más nuclear".
Fukushima "ha de ser una lección", en muchos aspectos, sin embargo. El catedrático de Física Nuclear esbozó algunas vías de actuación inmediata, a modo de ejemplo: "conceder más margen a la seguridad activa, mantener las bombas diesel en funcionamiento durante un cierto período, sin desconectarlas bruscamente del sistema, elevarlas a una altura determinada que las proteja de inundaciones, salvaguardar la refrigeración, mejorar la respuesta de materiales y sistemas sometidos a condiciones extremas".
"Y, por supuesto, reforzar la idea de "la necesidad de información fiable, para contrarrestar alarmas injustificadas: los japoneses lo están haciendo bien".
Mucho que hacer, pero nunca abandonar: "Conocemos la materia a un nivel de intensdidad que sobrecogería a los no expertos. (...) La Humanidad jamás va a renunciar a una conquista tan intelectual y prometedora como el núcleo atómico".
Una cerrada salva de aplausos premió la conferencia, que el ponente pronunció de pie -"porque como profesor estoy acostumbrado a dar así las clases, y por respeto a los que están ahí, detrás, también de pie, al no tener sitio sentados"-.
No hubo coloquio. No se mencionó, pero esperaba a parte de la audiencia un partido de fútbol importante. La razón oficial fue que "habría preguntas para varios debates".
Sería muy aconsejable que la conferencia de Lozano se publicara como separata al libro, del que queremos hacer una mención muy especial al artículo del desaparecido Juan Antonio Rubio, del Ciemat, referencia que fue, hasta el último día de su vida, en estos temas de los que se habla tanto sin saber, y pocos, muy pocos, saben mucho sin conseguir apenas que se les escuche.
1 comentario
Rafael -
Entiendo está siendo desafortunada, también, la actitud alarmista de determinados presbotes de la Unión Europea.