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Al Socaire de El blog de Angel Arias

Sobre el aborto a los 16, ¿y la pederastia a los 70?

Para algunos ciudadanos respetables, el aborto provocado de un embrión humano viable es un acto abominable, porque ese conjunto de células es un ser humano desde el comienzo de la gestación.

En las sociedades que tienen preocupación por sancionar o amparar determinados comportamientos, se protege a las gestantes y a los que las ayudan a suspender el embarazo -ejecutado el acto según la lex artis-, en algunos casos determinados.

En esos supuestos, no es considerado delito matar al embrión humano, porque su crecimiento natural, en lugar de inmensa alegría, causaría insoportable preocupación o insuperable enojo a la que lo concibió en su seno.

El gobierno del Reino de España, que andaba sembrado de controversias, ha levantado una polémica impresionante porque una ministra ya muy calificada ha expresado su apoyo total a que las niñas de 16 años puedan pedir sin dar explicación  a sus papás o tutores la píldora del día después -una abortiva-.

Igualmente, quedarían autorizadas a decidir autónomamente si quieren suspender voluntariamente su embarazo, en las mismas condiciones que las gestantes adultas (ley de plazos).

Las razones que se han expresado desde el púlpito de los ministerios caminan por los terrenos de las analogías perversas. Por ejemplo, se ha dicho que "esa misma chica también puede ponerse tetas sin consultar a nadie". La boutade aún pudo mejorarse: "Si una niña es mayor para quedarse embarazada, también podrá abortar"

Aunque la controversia no se ha planteado en otros terrenos, puede muy bien trascender, porque no faltaran casos en los que aplicar la misma metodología.

Para otros ciudadanos que hay que entender igualmente respetables (aunque no necesariamente coincidentes con los anteriores), la pederastia debe ser juzgada con tolerancia porque hay menores que están ya desarrollados como adultos y ha de estimarse que consienten y disfrutan con el sexo.

En ambos casos, lo que se introduce como elemento clave para juzgar la admisibilidad de una conducta es la edad.

Una edad que, para que el sujeto sea considerado con plena responsabilidad penal, se había decidido establecer, con avances históricos sucesivos, en los 18 años.

Pero fijar un límite temporal para valorar el reproche legal que merece un sujeto es, por supuesto, una artimaña, un convenio, una falacia. Hay niños disparando -y por lo tanto, muriendo- en las guerras, niñas haciendo la calle, niños falleciendo de hambre o de enfermedades que se sabe cómo curar... 

Nos parece imprescindible recuperar el punto de partida por el que las sociedades establecen sus valoraciones. El aborto y la pederastia, como el asesinato, la apropiación indebida, el aceptar sobornos, el viajar privado con dinero público, el construir chalets a la orilla del mar o no pagar impuestos estando legalmente obligado, son indeseables.

Que algunas sociedades humanas toleran todos o algunos de ellos, no los hace mejores; la propia cultura de donde provenimos, los ignoró o toleró en su momento.

Deberíamos recuperar el sentido de lo que deseamos proteger como más valioso de nuestra sociedad. Algunos querríamos una sociedad en la que la correcta información, el respeto a los demás, el conocimiento transparente y los principios de la ética universal, inundaran todos los actos de nuestra aldea.

Este deseo tan legítimo como el que más incluye que las niñas (y niños) de 16 años se dediquen preferentemente a instruirse, a informarse, siendo el sexo un accidente en sus vidas, no un objetivo al que no debieran sustraerse.

Ahora hay intereses en que los niños califiquen el sexo como lo mejor que pueda sucederles en su niñez; el deseo sexual, un apetito que hay que saciar sin contención alguna.

Sospechamos que parecidos razonamientos y oscuros intereses podrían abogar por autorizar la pederastia a partir de un cierto momento de la vida de los mayores. Si los niños lo consienten libremente, por supuesto.

2 comentarios

guillermo díaz -

Hola Angel. Comparto tus apreciaciones. El problema es que los valores de los jóvenes, arropados por esos políticos que dicen ser progresistas, no van a llevarles a algo bueno cuando sean adultos.

Y lo que es mas importante, en España nos estamos olvidando de que los artículos 154 y 155 del Código Civil, están vigentes, y que los padres algo tendríamos que decir en todo esto.

isabel arias fernnadez -

Echaba de menos un pronunciamiento tuyo a este respecto.De acuerdo contigo en que nuestros jovenes menores, deben emplear el tiempo en otros menesteres mas productivos que no reproductivos!.Besos.