Sobre el cansancio catalán respecto al modelo regional español
Como parte del "despliegue catalán" en Madrid -fueron sus palabras- el Conseller de la Generalitat Josep Huguet i Biosca, ha disertado sobre la crisis y la posición del Gobierno catalán dentro del Foro España Innova.
Huguet es ingeniero industrial, con una formación complementaria como historiador, y anda metido de forma visible en la política regional catalana, como militante de Esquerra Republicana, desde que Pasqual Maragall lo llamó para formar parte del primer gobierno de la "Estación federal".
No es hombre que diga tonterías. Muy al contrario, sus argumentos, además de ser formulados con seriedad y contundencia formal, vienen avalados por sus propios logros como artífice del diseño estratégico de la región catalana en un tema sustancial como es la innovación y la colaboración entre la Universidad y la Empresa.
Su credibilidad y peso político justificaron, sin duda, la presencia de un selecto auditorio, entre los que se encontraban el Secretario de Estado Carlos Martínez, el rector de la UNED, Jimeno, y otros personajes -algunos ya canosos y algo desdentados- del mundo de la Universidad y de la empresa.
Huguet es partidario de la "alianza de democracias", como fórmula global para salir de las crisis, apuntando que no se puede pretender el cambio hacia una sociedad del conocimiento si las reglas de juego no son comunes para todos. La globalización también se halla en crisis.
España habría fracasado -dentro de un panorama en el que no dejó de reconocer que se habían alcanzado logros importantes- en, al menos, tres aspectos: a) una política de inmigración equivocada, que propició el retraso de la innovación en ciertos sectores, que se apoyaron en una mano de obra barata; b) el exceso de peso concedido al sector inmobiliario; c) favorecimiento de algunos territorios en detrimento de otros, acostumbrando a los primeros a vivir de subvenciones y privilegios, a costa de forzar el déficit fiscal en Catalunya y Valencia.
No rehuyó tampoco indicar que en "España había un problema estructural", ético, qúe precisaría intervención de "carácter policial", pues "no se puede entender que el 25% de los billetes de 500 euros" estén en circulación en este país.
Esta anormal circunstancia pondría en evidencia la persistencia de una gran bolsa de economía sumergida, inatacada hasta ahora, y que se confirma con la constatación de que el paro estructural aparente -que en otros países, en época de pleno empleo, apenas supera el nivel técnico del 2%- aquí debe situarse en el 9%. Por eso también se explica que un paro como el actual, del 20%, no haya provocado ya gravísimas conmociones sociales.
Respecto a la configuración del Estado de las autonomías, afirmó que "en la capital del Reino se nota un cierto movimiento de vuelta atrás", ignorando que el modelo federalista alemán -ahora copiado por Italia- ha sido más eficiente que el francés, al que pretendemos seguir.
Las consecuencias más graves del esquema regionalista español se traducirían en que se está desincentivando el esfuerzo fiscal. Huguet defiende un modelo federalista en el que se combine una percepción de ingresos por autonomía proporcional al esfuerzo fiscal, con un nivelamiento per cápita de los servicios asistenciales y sociales.
Estas condiciones, dijo el conseller, no se cumplen en España, en donde se trabajan con prejuicios políticos que perjudican a Catalunya. "Hay que hablar del modelo, no del dinero"; a diferencia de la época Pujol, "preocupa ahora el fuero, no el huevo", y no la idea del peixe al cobre.
Los mensajes fueron variados, e intensos, por los que resumimos aquí, de forma esquemática, otras ideas, algunas incorporadas durante el coloquio posterior:
-No es partidario del modelo de empresa único para todos los aeropuertos españoles. Cada aeropuerto, como idea básica, debe ser una empresa y funcionar como tal, de acuerdo con el mercado.
-Defendió como modelo el Plan de innovación catalán, que, siguiendo el esquema de la OCD -implantado, por ejemplo, por Dinamarca- selecciona de los 120 retos globales de aquel organismo, aquellos que permitan focalizar las sinergias.
-El modelo cuadrícula es más eficiente que el radial. Se congratuló de la voluntad expresada por Zapatero-Sarkocy (repetida en estos últimos años, por otros gobiernos, sin eficacia) por la que se va a potenciar el "eje mediterráneo" en las infraestructuras. Una conexión de los puertos de este mar, desde Algeciras, será la opción para ofrecer alternativas a los barcos que se ven obligados a descargar en puertos holandeses o belgas.
-Catalunya ha perdido posiciones respecto a las regiones que tienen fueros especiales. Nadie se opone a los modelos insolidarios forales del Pais Vasco o Navarra, y se habla de la "insolidaridad catalana": es una grave injusticia.
-Hay que reabrir el debate nuclear, porque necesitamos esta forma de energía como medida transitoria. Aunque ER es contraria oficialmente a la energía nuclear de fisión, es imprescindible contar con ella, hasta que se consiga éxito en la energía de fusión o se consolide la práctica de las energías solar o eólica. Como precisamos nucleares, la cuestión es si prolongar la vida de las existentes o erigir otras (Huguet dejó claro que "no en Catalunya; allí ya tenemos cubierta la cuota". Tampoco tiene sentido, apostilló, " decir no a lo nuclear por supuesta falta de seguridad y soportar a 100 km, en Francia, esas instalaciones".
En fin, una conferencia muy interesante, y un éxito más del Foro España Innova.
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