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Al Socaire de El blog de Angel Arias

Sobre la energía nuclear y algunas otras incomodidades

Los detractores de la energía nuclear (por fisión) tienen razón: la conservación sin peligros durante unos cuantos miles de años de los residuos de alta radioactividad no está plenamente garantizada y, aunque la seguridad de funcionamiento de las centrales ha alcanzado niveles que no se encuentran en ninguna otra actividad humana, existe una remota posibilidad -cualificable con cálculo de probabilidades, aunque con la salvedad de los escasísimos datos disponibles- de que algo se tuerza -pero tiene que torcerse mucho y con muchas simultaneidades-, fundamentalmente debido a fallos humanosl, y tenga consecuencias que, en caso extremo, podrían ser muy graves para las poblaciones limítrofes a las centrales.

Los partidarios de la energía nuclear tienen razón: no es posible mantener -y no digamos si se mantiene el ritmo de crecimiento- nuestros niveles de consumo energético primario atendiendo solo a las llamadas energías alternativas, que únicamente podrán cubrir un porcentaje menor de las necesidades; ni, por tanto, se puede eliminar la contribución de la energía nuclear al mix energético; y  es cierto que la energía nuclear es un procedimiento limpio en cuanto a la producción de gas con efecto invernadero; además, y aunque el argumento suena a cínico, de qué nos valdría suprimir de nuestro esta forma de energía, totalmente factible, desarrollada y razonablemente económica, cuando países más avanzados que nosotros, incluso a nuestro lado, la están utilizando desde hace años sin problemas; sin ollvidar que nosotros mismos tenemos una experiencia amplia de su uso, lutilizamos desde hace años esta energía sin mayores problemas y, para más inri, hay países del tercermundo que están instalando centrales con baremos de seguridad y conocimientos de explotación que podríamos cuestionar.

¿Qué puede hacer el ciudadano?. ¿Echar la moneda al aire? ¿Fiarse más de lo que le diga aquella persona que ponga más énfasis en el argumento o esté más cercana a su filosofía vital, en general? ¿Es quizá la energía nuclear de fisión, utilizada con fines pacíficos, intrínsecamente mala? ¿Tiene una relación directa, y por tanto, la hace aún más peligrosa, la energía nuclear usada en reactores controlados, y la fabricación de misiles nucleares de largo alcance? . A escala local, ¿a quién dará más credibilidad: a la Ministra de Medio Ambiente española, a los ex-presidentes de Gobierno González y Aznar, a los directivos actuales de Green Peace, a los antiguos, a los directivos de las centrales de carbón, a los de las empresas fabricantes de placas solalres, al vecino del quinto, a...?

Son demasiadas las preguntas que, en este como en otros temas, se lanzan al hombre/mujer de la calle. Otras veces se han resuelto temas más delicados sin consultarlos, empezando por la instalación de centrales nucleares cuando los conocimientos de sus alcances y peligros eran francamente menores. Resuelvan, ya, señores, pero no calienten la cabeza de los demás con sus hamletianas elucubraciones: si tenemos alternativas más baratas y seguras, realizables a corto y que permitan cubrir por completo nuestras necesidades, expongamos el plan, y cuantifiquemos hitos y costes. Y si no las hay, callemos, no para siempre, pero al menos hasta que tengamos otra solución factible.

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