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Al Socaire de El blog de Angel Arias

Sobre las huelgas de jueces, pilotos y amas de casa

Ls niños queríamos ser jueces o pilotos. Las niñas, esposas de jueces o pilotos. No había huelgas, todavía. Nos levantábamos cuando entraba el maestro. También jugábamos a médicos y enfermeras. Los domingos, veíamos películas de vaqueros, y aprovechábamos los aproximadamente 20 cortes de la proyección para hablar con el vecino o repasar la lección de historia sagrada.

Ya adultos, algunas de esas niñas se han hecho jueces, pero la mayoría de las que han conseguido trabajo son administrativas, empleadas de supermercado, y, también, unas pocas, licenciadas en historia, biólogas o abogados. Sin embargo, la inmensa mayoría de aquellas niñas han sido eficientes amas de casa, y ahora siguen cuidando de los niños, esta vez, sus nietosm y haciendo las labores de la casa.

Aquellos niños están, en su mayoría, jubilados o prejubilados. Hablan mal del pasado, pero mucho peor del futuro. Ya se sabe, que eso va con el avance de la edad.

¿Qué tiene que ver esto con la posible huelga de jueces, o el excesivo celo que han demostrado en época de vacaciones de los demás, pilotos y controladores? ¿Qué tiene esto que ver con la regulación del derecho a huelga de los guardias civiles, de la policía, de los militares, en general? ¿Qué tiene que ver, en fin, con el desánimo de los maestros y profesores, con la aspereza de la vida política, con la crisis?

Tal vez no tenga nada que ver, pero nos parece que hay que recuperar la actitud de las amas de casa. No se plantean ponerse en huelga, jamás. Porque tienen absolutamente claro, metido en lo más hondo de su corazón, que su servicio a los demás, a los que quieren, es imprescindible. Ni siquiera se lo plantean como un trabajo, aunque es de los más duros que se conocen: sin horarios, sin vacaciones, sin remuneración.

Cuando estamos esperando, sin que nadie nos de información clara, que salga nuestro vuelo que debería habernos conducido a las vacaciones o a un reunión de trabajo, y nos enteramos al fin de que los pilotos están en huelga de celo porque reclaman -no ya más salarios, que ya ganan bastante- sino cuestiones que afectan al servicio; cuando nos dicen que los jueces de España se van a colocar en huelga porque están molestos de las injerencias del Gobierno en su trabajo y piden más medios informáticos y más funcionarios; cuando sabemos que se va a aprobar una modificación a la Ley de Defensa por la que se incorporarán nuevos derechos, incluído el de revisar la obediencia debida; ...

Nos acordamos de las amas de casa. Sin reglamentos, sin horarios, sin derecho a la huelga, sin dinero para hacer lo que los apetecería hacer.

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