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Al Socaire de El blog de Angel Arias

Sobre los donantes

Lo decimos en otro lugar amigo: Hoy, día 5 de junio, es el día del donante. Todos los días del año, son días de los receptores.

Puesto que la donación de órganos de un cadáver ha sido analizada en otro Comentario, nos vamos a detener aquí en las donaciones entre seres vivos, en la pretensión de establecer una cierta sistemática, desde la perspectiva del donante.

Las donaciones que se pretendan realizar con objetivo económico están, en la legislación española, prohibidas. El donante es, para nuestro legislador, un ser altruista. Lo que no impide que se compensen las molestias causadas en algunos casos, y, muy particularmente, en el de donaciones de óvulos o semen con destino a la inseminación artificial, que es uno de los grandes negocios clínicos del momento.

Tenemos así, un primer grupo de donantes que serían aquellos que reciben dinero por la donación. El legislador no puede ignorar que existe un comercio de óvulos y semen procedente de donantes jóvenes, preferiblemente universitarios. Hasta 1.000 euros se pagan por unos cuantos óvulos (normalmente 300) y unos 80 euros por un cm3 de esperma (generalmente, 30 euros) . Algunos estudiantes cuentan con este complemento para reforzar sus ingresos (Se les anima con eslogan del tipo: "Eres rico. Dona lo que te sobra").

La donación de sangre es una de las más populares, y se ha convertido para algunas personas concienciadas, en una operación regular cada tres o cuatro meses (a la que, por lo demás, acaban siendo adictos forzosos, pues el organismo reacciona produciendo más). Son, sin embargo, muchas más las personas que cruzan en dirección contraria la calle para no toparse ante uno de los vehículos de extracción.

Seguro que si fueran ellas las receptoras no tendrían idénticos reparos. Es necesaria una concienciación superior, pero también una eliminación de temores y traumas subyacentes desde las épocas infantiles, que nos hacen distanciarnos de lo que signifique dolor, muerte y sacrificio corporal, aunque sea mínimo.

Los donantes de médula, postura de esplendidez menos publicitada, figuran en un grupo aún más especial. Cuando una persona acepta ser donante de médula, se expone -gratamente, sin duda- a ser llamado en cualquier momento para recibir la punción que habrá, posiblemente, de salvar la vida de un desconocido, regenerando sus defensas.

Los donantes de riñón son, en esta escala, los más espléndidos con el prójimo. De tarde en tarde, se publica la oferta de alguien que, víctima de problemas económicos, ofrece uno. En muchos países, está prohibido este comercio. En España, la donación de un riñón se presenta, en casos específicos, entre personas de la misma familia: padres para sus hijos, hermanos, esposos. Una prueba de amor muy especial.

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