¿Por culpa de los griegos?
Grecia necesita una nueva inyección de dinero de la Unión Europea, lo que significa que, al menos para guardar las formas, sus compañeros de viaje en el euro le exigirán que presente correcciones a sus anteriores planes de ajuste económico.
Traducir a lenguaje sencillo este panorama no ofrece problema alguno: basta compararlo con lo que está sucediendo a millones de familias en España. Los ingresos no existen o son insuficientes y como la vida sigue, hay que pedir dinero a los padres, eliminar todos los gastos superfluos, aceptar cualquier trabajo (aunque sea una chapuza) y, además de apretarse el cinturón, poner en la cazuela los ingredientes más baratos.
Si alguno de nuestros lectores se encuentra o ha encontrado en esta situación, sabrá que -por mucho cariño que nos tengan- los padres no dejarán de darnos consejos: tienes que enviar tu currículum a todas las direcciones que conozcas, aunque creas que no va a merecer la pena; date de baja en el gimnasio y nada de ir al bar a jugar la partida los viernes; ya te dije que era mejor un colegio público para los niños; tu mujer (o tu marido) gasta mucho en tonterías; llama a este amigo mío de toda la vida a ver qué puede ofrecerte; etc.
En la interesante película "Inside men" (algo así como "Uno de los nuestros" en versión empresarial) un joven ejecutivo en línea emergente que se cree el rey del mambo es despedido de su empresa y tiene que morder el polvo del desempleo, afrontar la reducción drástica de gastos y admitir la ayuda del odiado cuñado para subsistir. También conoce de falsas promesas, mentiras, tensiones, angustias e ilusiones fallidas.
Esta parte de la trama es muy convincente. Donde el asunto flojea es en la intención de enderezar la cuestión para que el mensaje final sea optimista. Porque después de muchos sinsabores, la salvación proviene de uno de los propietarios de la antigua empresa, que se encuentra de pronto con un dinero procedente de la venta de su paquete minoritario en ello y que invierte en la misma línea de negocio (¡construcción de barcos!), recontratando para el "nuevo" proyecto a parte de su antiguo equipo.
No resulta fácil encontrar soluciones fuera del ámbito económico. Podemos decir al afectado -sea un ciudadano atrapado por la pérdida de empleo o un Estado al que le agobia la refinanciación de su deuda- que tiene que reducir drásticamente sus gastos y que tiene que procurar sacar más dinero de trabajos extras, sean los que sean (aumentar impuestos, mejorar su recaudación, eliminar funcionarios, etc.), pero no sabemos cómo aconsejarle para crear nuevas tareas efectivas.
¿O es que no nos lo hemos planteado?
Técnica, acude a salvarnos.
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