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Al Socaire de El blog de Angel Arias

De la teoría de bloques a los bloques de teorías

El fútbol, al concentrar el interés de mucha gente, es útil para difundir teorías que pueden aplicarse a la vida normal, la de ganarse el cocido. Ya ese genial filósofo de lo cotidiano que fue (no nos consta que siga ejerciendo) Jesulín de Ubrique: "La vida es como un toro"; es decir -salvando las distancias, y haciendo abstracción del objeto y del sujeto- como un partido de pelota.

Los analistas han descubierto que las razones por las que el Real Madrid que ahora entrenan José Mourinho y Florentino Pérez (el uno con la pizarra y el otro con la chequera) se encuentran en la utilización de la teoría de bloques. Una teoría cuya originalidad los perversos de la película no atribuyen a Mou, sino a un tal Víctor Frade, profesor de estrategias en la Universidad de Oporto.

La teoría de bloques (fundamental mantener el plural) significa que, en lugar de correr todos los jugadores tras el balón, como hacíamos en la escuela, creyéndonos Di Stéfano, Pelé, Ronaldo o Messi (según tiempos), hay que mantener un sentido global de equipo, y cada uno debe tener claro que es responable de una zona del campo.

No somos los españoles muy dados a entender eso de los bloques, salvo que admitamos que cada uno nos sentimos un bloque de nosotros mismos. Como, ocupados por largar nuestra opinión, -creyéndonos los reyes del Mambo o los protagonistas de la película (homenaje particular a ese magnífico anuncio que nos aconseja apagar el móvil)- no atendemos generalmente a las razones de los demás, somos muy descuidados en aplicar la teoría de bloques.

Nos faltan miles de Mourinhos en nuestra vida. Gentes con autoridad que nos convenzan, nos obliguen, nos sujeten a defender bien nuestra parcela, a hacernos fuertes en ella.

Es difícil la tarea. Entretanto, allá van los esforzados por la pelota. Hoy, puede ser la central de Fukushima y las elucubraciones sobre la seguridad global; ayer, la gripe aviar, el aceite de colza, el anisakis o la Biblia en verso; mañana, cualquier asunto que les llame la atención, sobre todo si da cancha mediática. Preguntados por su opinión, no dirán que no saben, sino que se meterán, gozosos, en tierras ignotas, camisas de once varas.

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