Sobre la contaminación social
El término "contaminación social" es empleado por la Asociación Mesa de la Ría de Huelva en un folleto que es, a la vez, denuncia y presentación de actuaciones, en contra de los intereses que, en su explicada opinión, se mueven en torno a las actividades industriales de la ensenada del Tito y del Odiel, y que han provocado el profundo deterioro de ese paisaje y graves enfermedades a parte del paisanaje.
El subtítulo del cuadernillo es, por sí mismo, una invitación a la reflexión: "Quienes nos representan, en realidad, nos reemplazan".
Lejos de ser una obviedad, o reflejar una consecuencia de la representación misma, la frase suscita perfectamente la idea de que el representado es desplazado -permanentemente, es decir, su opinión deja ya de contar- por el representante, que se arroga la facultad de suplantación de la personalidad del que ha delegado en él, porque confió en que defendería sus intereses.
Esa usurpación viciosa deja inerme al representado, que se ve desprovisto del cauce legal para expresar su criterio desde entonces.
La zona de la ría de Huelva es uno de los parajes españoles que más han sufrido por la contaminación industrial. Impulsada como Polo de Desarrollo en el año 1964, se instalaron en ella industrias químicas que, al abrigo de la permisiva legislación de entonces, produjeron, junto con el deseado empleo, la destrucción del entorno.
En la actualidad subsisten 5 fábricas en el área, pertenecientes a Endesa, Atlantic Copper, Nilefos (por compra a Rhodia), Foret y Fertiberia.
Aunque el problema de los fosfoyesos (1) ha alcanzado la mayor difusión, el vertido de 130 t de Cesio-137, radioactivo, procedente de la factoría de Acerinox (Cádiz), en las balsas de ese derivado, propiedad de Fertiberia, también fue recogido en la prensa en 1998 y, recientemente, (2009), volvió a adquirir protagonismo por la sentencia del TS que declaró ilegal la gestión del residuo realizada por el CSNE.
La historia de permisividades, desencuentros, traiciones y voluntad de forzar la recuperación de la ría, es contada en el folleto al que hacemos referencia, y que se puede recoger en la exhibición relativa al Principio Potosí que se realiza en el Museo Reina Sofía. (2)
La Mesa de la Ría, al ilustrar la "contaminación social" de la ría de Huelva, expone orgullosamente que es,"con el paso del tiempo", en la actualidad, "una asociación ciudadana, libre de formaciones políticas e independiente económicamente." La historia de las dilaciones y engaños de los políticos de todos los signos es glosada, también, en el denso documento.
Un ejemplo brillante, por tanto, de recuperación por las bravas, por la vía de los hechos, de la representación otorgada por los que se encontraron mal representados.
(2) La exhibición de ideas desde lo retro-kitsch a la denuncia social en torno al concepto sui géneris Principio de Potosí tiene poco que ver con lo que se espera de un Museo de Arte Contemporáneo. Pero esa es otra historia.
(1) Los fosfoyesos se producen como residuo del tratamiento con ácido sulfúrico de los fosfatos (que proceden, en este caso, de Marruecos, Togo y Senegal). Los residuos se apilan por Fertiberia en 1.200 Ha de la zona, en balsas que albergan unos 120 millones de toneladas. El último día de 1998, como consecuencia de un temporal, uno de los muros de contenció rompió, vertiéndose las aguas ácidas a la ría.
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