Sobre la obra social de las Cajas de Ahorros
Si las Cajas de Ahorros han de funcionar como cualquier otra entidad financiera, razona José Manuel Pérez, Peridis, en una interesante reflexión (EP 1 de agosto 2010) sobre las consecuencias del ajuste de estos "entes atípicos", se va a ir al traste la obra social que vienen realizando desde su creación.
Peridis es arquitecto y humorista y, como firma el artículo refrendándolo con ambas identidades profesionales, no sabría el lector si atribuirlo, en un primer impulso, a la primera o a la segunda de sus brillantes ejecutorias.
Pero corresponde, claramente, a la faceta de fino humorista. Así hay que entenderlo cuando escribe: "Las Cajas ... dedicabann hasta ahora, por término medio, un 25% de los beneficios a la obra social (...) Total, en dólares, al cambio actual, 3.000 millones. Lo mismo que la Fundación de Bill y Melinda Gates".
Queda así perfilada, para Peridis, la preocupación "porque si todo ese proceso de saneamiento lleva a la desaparición de esa gigantesca obra filantrópica, ¿quién asumiría sus funciones?"
No debemos preocuparnos, en realidad. Se pueden realizar análisis diferenciados entre las Cajas españolas, desde luego. Sus resultados económicos siempre nos darán una pista, pero no tanto de su eficiencia gestora -no seamos rídículos, a estas alturas de la película- sino de los tipos de ayudas que se han creído obligadas a conceder para sostener determinados sectores de sus economías regionales, a específicas empresas y, por supuesto, a concretos particulares.
Quienes nos atrevemos a mirar las cifras de Balances y Cuentas de Resultados más allá de la apariencia que dan los números del dinero, podemos sacar conclusiones acerca de algunos entresijos de esa "labor social de las Cajas" y los caminos por donde han discurrido.
Por supuesto, con el dinero de todos... los cuentacorrientistas, de los depositarios atraídos por la idea ingenua de "lo nuestro", a los que se ha remunerado, más que con réditos a sus ahorros, con palmadas en la espalda, regalitos por Navidad y buenas palabras en su dialecto local.
Y si alguien quiere saber lo que debe hacer una Caja de Ahorros para sobrevivir en el mundo financiero, puede echarse una mirada por la historia de la Sparkasse que, traducido a nuestro idioma, quiere decir, exactamente, Caja de Ahorros.
Pero esa es otra historia.
1 comentario
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