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Al Socaire de El blog de Angel Arias

Sobre las oportunidades en la crisis

Se oye decir en varios foros de gentes más o menos animosas, que la crisis es también momento de oportunidades. ¿Para quién? ¿En qué sectores? ¿Por qué?.

Las respuestas a tales interrogantes darían para escribir un libro, pero nos vamos a contentar con trazar algunas pinceladas -en un cuadro que siempre contendrá dosis de subjetividad, obviamente-.

En las crisis económicas, por la parte del capital, los afectados de forma negativa más intensamente son aquellos que han invertido en los sectores que han sufrido una mayor reducción de actividad, se han visto abocados a su reconversión intensa o, incluso aquellos que, aún viendo que su sector mantiene la pujanza, ven restringida su solvencia o capacidad de endeudamiento debido a que las entidades de crédito han recrudecido las exigencias para prestarles el dinero que les es imprescindible para seguir creciendo.

Las empresas que corren más riesgo son, en principio, aquellas que tienen actividad en los sectores que no son de consumo o producción básicos o a corto, y que, además, estaban destinados al gran público. La producción de elementos tecnológicos avanzados, cuando su consumidor preferente era el ciudadano con un poder adquisitivo bajo o medio, caerá más rápidamente que la de productos de gran calidad y altas prestaciones, ya que los compradores con mayor poder adquisitivo se mantienen mejor ante la crisis.

Por la parte del trabajo, quienes se verán más afectados son los trabajadores con cualificaciones altas (pero no muy altas), que, empleados en empresas tecnológicamente activas, han debido reducir su volumen de negocio, y prescindirán, por tanto, de los operarios sin cualificación que estuvieran empleados en las cadenas de producción que hayan tenido que abandonar, como de sus titulados superiores y medios o de sus especialistas más costosos pero comparativamente menos rentables.

Naturalmente, los empleados públicos con plaza de funcionario son los menos afectados por las crisis y no van a disminuir su consumo, salvo que deban ayudar económicamente a familiares y afectos desplazados por aquella.

Aquellos inversionistas que tengan liquidez podrán comprar maquinaria, terrenos, edificaciones de los que se vean obligados a desprenderse de ellos, y lo podrán hacer a buen precio. Se pondrán comprar con aire de ganga, empresas o actividades mercantiles a aquellos que se hayan ido a la ruina o tengan que soltar lastre.

¿Quienes tienen ese dinero?. Desde luego, aquellos que hayan tenido la suerte o la perspicacia de vender sus negocios o activos inmediatamente antes de la crisis, y, también, los que provengan de mercados nada o menos afectados. Pero, también, las pequeñas empresas con movilidad y perspicacia para detectar los huecos que las caídas de otros dejen en sitios esenciales o con fuerte potencial de crecimiento de sustitución del tejido empresarial perdido.

Nos ha dado mucho que pensar una frase de Waren Buffett: El mercado está lleno de oportunidades. Nos sentimos como mosquitos en una playa de nudistas" (literalmente, en su Berkshire Letter: "Tony and I feel like two hungry mosquitoes in a nudist camp. Juicy targets are everywhere.")

Los que se han quedado en pelota, con seguridad, son quienes han creído ciegamente en el mercado hasta ahora y confiado en la gestión de control que estaban haciendo los reguladores y tienen todas sus medios atrapados en el fango de la crisis.

Algunos tactismos son, por su parte, significativos. Las empesas constructoras, por ejemplo, se acercan rápidamente al sol de las administraciones públicas y, en general, las medianas y pequeñas corren a agruparse al cobijo de las mayores, por aquello de que, si bien los libros se cansan de decir que los que mejor aguantan los vientos fuertes son los arbolitos más livianos, en caso de vendavales empresariales, los árboles económicos más gordos son los que van a contar con más ayudas y recursos, por la cuenta que les tiene a los políticos, que siempre han temido más a un grupo organizado de un par de decenas de protestantes que a varios millones de parados desorientados . 

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