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Al Socaire de El blog de Angel Arias

Sobre cuentistas y badulaques

Resulta que hay badulaques y badulaques y que lo que quiera decir con ello depende, no de Vd., sino de lo que esté haciendo con o para Vd. la persona a la que se dirija de esa manera.

Este galimatías necesita explicación. Si Vd. llama badulaque al Sr. Botín o a su inquilino, por ejemplo, se entenderá que ha descubierto que no cumple con sus compromisos económicos en los plazos adecuados.

Pero si Vd. llama badulaque a su cuñado, lo que está significando es que ha descubierto que es un necio que no le ha hecho caso a pesar de que le advirtió que era mejor no dejar el coche aparcado en la reguera, dado el riesgo de que se desatara una tormenta de verano. (Por cierto, si el coche es suyo o de su cuñado, la sensación puede ser muy diferente).

Nada tienen que ver los cuentistas con los badulaques, en principio. Los cuentistas se inventan historias, y aunque a algunos (poquísimos) les pagan un dinero por decirlas en las cafeterías, frente a un micrófono y mientras el personal se toma un combinado o un refresco que cuesta lo mismo, la mayoría de los cuentistas tienen que andar con mucho cuidado para no ser descubiertos como tales.

Cuando a un cuentista se le ve el plumero (lo que no tiene nada que ver, en este caso, con su condición o apetencia sexuales), lo más probable es que se caiga con todo el equipo, y su descrédito puede ser definitivo. No tanto porque el cuentista sea mentiroso, que a éste se le coge primero que a un cojo, porque las mentiras tienen las piernas pequeñas, sino porque el cuentista ha construído parte de su realidad sobre una ficción y, cuando se le pilla, es como si le quitaran una parte de su personalidad.

El cuentista es, pues, un profesional míresele por donde se le mire. Sus cuentos son verosímiles, aunque no son verdaderos. Lo normal es que, aunque se sospeche que no tienen causa real, sean admitidos, y el cuentista puede vivir en paz. La forma más segura de que no los descubran, es que se forjen a base de mentiras piadosas, de mentirijillas sin apenas valor, hasta probar que el terreno que pisan es suficientemente sólido.

Un cuentista excepcional, ponemos por caso, fue un médico de no recordamos qué lugar de Galicia, que tenía un gran éxito como ginecólogo y que fue promovido como jefe del departamento correspondiente, por lo que, para completar su expediente administrativo, se le pidió que presentara el original del título de medicina, que solo figuraba como fotocopia no compulsada. Desgraciadamente (para él, y, pudiera ser, para sus mentores y los esposos de sus pacientes) solo había cursado los dos primeros años de la prestigiosa carrera.

Quizá el punto de unión entre los badulaques y los cuentistas sea la propensión del badulaque a defenderse con cuentos chinos. Seguro que su cuñado, mientras la familia contempla el coche encallado en la arena a un par de kilómetros de distancia de la costa, encuentra alguna excusa. La mejor: "Si tan convencido estabas de que el sitio era malo, ¿por qué no lo cambiaste tú cuando te di las llaves para que metieras en el maletero tu pantalón con el billetero y el rolex?"

2 comentarios

Administrador -

Ya no suelo contestar a los comentarios que los amables y lectores introducen en este blog, pero como Mario Serra parece enfadado conmigo, le aclaro a él y a los demás que estén interesados, que yo escribo cuentos, que me agrada que me llamen cuentista (en el sentido de cuenta-cuentos), y que no tengo la culpa de que, en esa riqueza indudable del idioma español (a mí me gusta decir idioma español, porque lo hablan también en Cataluña, y en Asturias, y en Andalucía, por ejemplo, y así es como lo denominan más allá de nuestra querida España), cuentista tiene varias acepciones. Entre ellas, la RAE reconoce -y, en primer lugar- que, en lenguaje coloquial, cuentista es mentiroso.

Qué le voy a hacer, Mario.Gracias por leerme

MARIO SERRA CABALLERO -

Por lo que se deduce del artículo "sobre cuentistas y badulaques" el autor trata a los cuentistas con cierto cariño, pero eso no quita para que a medida que va avanzando el texto comienze a verse que la cosa acabará mal para el cuentista.

Lo que quiero expresar son varias cosas:
1º Que el idioma Español(aunque a mi me gusta mas castellano) es tan rico que tiene una palabra justa para cada cosa que queramos expresar.
2º Que los que nos dedicamos profesionalmente al la narración oral (cuentistas) no somos por fuerza metirosos.
3º Que trabajamos en bares pero también en Bibliotecas, Centros culturales, hospitales, cárceles...etc.
4º Que es una asociación de ideas peligrosa,(cuentista---alguien que de una u otra mnera falsea la realidad), pues nadie se refiere públicamente a al colectivo de banqueros como usureros, ni al de albañiles como chapuzas, ni a los psicólogos como sacaperras.
5ºQue los que nos dedicamos a este oficio transmitimos las historias de la narración oral, animamos a l@s pequeños a la lectura, ayudamos a las pequeñas editoriales a difundir títulos interesantes.
6º Que con nuestro trabajo, la animacion lectora contribuimos a la mejora de la sociedad porque pensar, leer y hablar pertenecen al mismo proceso mental. Siendo asi que el que no lee no piensa con claridad y no se expresa de manera adecuada.

Por último, dejen ya de tilizar cuentistas, payaso, como formas dulces de refeirse a mentirosos, falsos, atontados...etc. Busquen las palabras adecuadas y tengan valor.