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Al Socaire de El blog de Angel Arias

Sobre los riesgos de la lectura transversal

Hay que admirar a los ejecutivos que quieren estar al tanto de todo.

No rehúyen, sino que buscan, cualquier fuente que les proporcione información. No importa que no guarde relación con su trabajo actual, sus intereses o aficiones.

Internet es su gran aliado. Gracias a ella, reciben un par de centenares de correos electrónicos al día -descontado el correo basura-, se pasean por varios periódicos digitales, acopian tres resúmenes de noticias (alguna de ellas en inglés), hacen puntualizaciones a un par de informes con su marcador de cambios (¿será esta la versión final?), asisten a una reunión por videoconferencia -interrumpida por las llamadas a los dos móviles y al fijo, y aderezada con la lectura de ciertos eseemeeses-.

Pero internet no basta, porque hay que complementar lo digital con lo manual. Es imprescindible mantener un ojo sobre las notas que les han preparado sus colaboradores y colegas, y no se puede evitar ojear alguna revista mientras se chatea un rato, que siempre se podrá compaginar con sorber algo de café y mordisquear un sangüís. Tampoco hay que olvidar echarle la visual cada equis tiempo a las cotizaciones del parqué bursátil y al estado de la rodilla de Ronaldinho, o reservar para las vacaciones de invierno.

Para mantener tal grado de interés por las cosas de este mundo hay que estar especializado en la lectura transversal.

La lectura transversal es un método deductivo-imaginativo por el que, en unos segundos, con solamente leer el título del artículo o del asunto del correo, y teniendo más o menos identificado al autor, se sacan consecuencias definitivas sobre el contenido.

Si los que redactamos largos artículos y pormenorizadas explicaciones fueramos, de verdad, conscientes de la importancia y difusión de la lectura transversal y de que, no importa lo que uno escriba y quiera comunicar, la mayor parte de los receptores interpretarán lo que les de la gana, porque no tienen tiempo (o creen no tenerlo) para leer con calma lo que hemos escrito, ahorraríamos esfuerzo y desengaños.

Por ejemplo, en lectura transversal, este Comentario podría resumirse así: La lectura transversal ahorra tiempo al lector.

Que es justamente lo contrario de lo que queríamos decir: ahorra tiempo al escritor. C.q.d. (que, inicialmente, significaba la abreviatura de !como quería demostrarse"; ahora, a saber cómo se interpretará, en lectura transversal...)

2 comentarios

Angel Arias -

Alberto, gracias por tu Comentario. Lo he leído varias veces, en lectura transversal, longitudinal e inversa. Sigo sin entenderlo. El mérito es tuyo y la incapacidad, toda mía. Enhorabuena.

Alberto -

De acuerdo en que hay riesgos, pero es un arte. En tu post, gracias a la palabra RIESGOS en el título, no es cierto que la conclusión sea la contraria a la que pretendes. Otra cosa es lo importante de un buen título. El tuyo es correctísimo
Gracias