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Al Socaire de El blog de Angel Arias

Sobre los vaqueiros

Los vaqueiros de alzada eran unos tipos de etnia incierta que vivían en algunas comarcas asturianas de cuidar unas cuantas vacas, aprovechando los pastos de las brañas de los altos en los meses cálidos, y bajando hacia zonas más protegidas -cercanas a la costa- así que llevaba el frío. Por eso, recuerda Jovellanos en una de sus cartas a Pouz, eran llamados de alzada, porque levantaban su campamento para buscar mejores pastos.

Eran, por ello, trashumantes, poco integrados y, en fin, no muy apreciados por las gentes de bien.

Fieles al principio de la defensa de los intereses propios y de sus fieles, autoridades civiles y eclesiásticas pusieron trabas a estos individuos extraños, cuyo  origen unos dice se remonta a hace cerca de quinientos años, otros que a los tiempos de la Reconquista que empezó Don Pelayo y otros que ni se sabe.

Pero los vaqueiros existen todavía. Desde hace 50 años, se celebra en la braña de Aristébano un Festival Vaqueiro para evocarlos, en el que se nombra a varios Vaqueiros de Honor, para hacer publicidad turística. Hay hasta una boda vaqueira, que ahora resulta simulada, porque ya casi nadie de entre los xaldos quiere casarse, prefiriendo vivir arrejuntaos y de forma más discreta.

Por supuesto, nadie osaría definirse como vaqueiro de verdad. Sus brañas andan, por ahí, perdidas, abandonadas en su mayoría, visitadas ocasionalmente como elemento turístico para llamar la atención de los adictos al folclore. Como tantas otras cosas que se han perdido, pero que forman parte de nuestros orígenes y esencias, nos acordamos de ellas cuando ya han desaparecido. Y entonces las reinventamos cultamente.

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