Sobre Italia y la forma de entender la política de los italianos
Italia viene consolidando, al menos desde hace cuarenta años, una simpática fama de país ingobernable, con gobiernos que –salvo en el caso del hoy nuevamente candidato Silvio Berlusconi- no han conseguido acabar su legislatura. El tópico del carácter indómito de los italianos se une a su calificación como elegantes, ingeniosos, tramposos y divertidos; las mujeres italianas son, además, hermosas y apasionadas.
El domingo, día 14 de abril de 2008, esos inquietos europeos deberán elegir entre Walter Veltroni, lider de una coalición de circunstancias llamada Partido Democrata (PD) y ex alcalde de Roma y el viejo conocido Silvio Berlusconi, hoy reaparecido como cabeza de lista del Pueblo de la Libertad (PDL) en el que ha refundido las formaciones políticas de Forza Italia y Alianza Nacional, entre otros, para ofrecer un contrapunto de tamaño equivalente a su opositor.
Se enfrentan así un centro izquierda y un centro derecha depurados que, para los demás partidos, aparecen con programas tan maquillados ideológicamente que serían capaces de pactar una gran coalición si no obtuvieran de forma independiente la mayoría para gobernar: la “Veltrusconi”, una alianza que ya intentaron en enero de 2008, para "salvar el pais", cuano Prodi tuvo que dimitir.
Las fuerzas están muy igualadas y el complicado procedimiento para elegir a los diputados y senadores en las dos Cámaras, con poderes equivalentes, favorece el futuro desgobierno, de confirmarse las previsiones, salvo que ambos partidos pacten, ya que la Camara de Diputados da mayor peso a los votos generales y el Senado a los votos regionalistas, y cada partido controlaría una de ellas.
Otro elemento significativo de las elecciones italianas es la descomposición de la izquierda ideológica tradicional -el comunismo y el socialismo-, y Veltroni ha llegado a decir que “la lucha de clases pertenece al pasado”. Consecuente con ello, el PD ha agrupado tanto a empresarios como a representantes sindicales, convirtiéndose en un partido de centroizquierda, al estilo del PSOE español.
Poque Italia se mira hoy en España y envidia casi todo: su desarrollo económico, el control de la economía sumergida ,las prestaciones sociales,su red de infraestructuras, su estabilidad democrática. Qué cosas. Habrá que confiar que la UDC (democristiana) de Casini y La Izqueirda de Bertinotti, aporten algo de ideario a los dos partidos mayoritarios.
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