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Al Socaire de El blog de Angel Arias

Tiempos de compromiso, ya no de colaboración (y 4)

La ausencia de Luis del Olmo (PP) en el debate nos hurtó a los asistentes de la posibilidad de aclarar razones de las actuaciones desde el Gobierno regional, lo que, en cuanto ya tue ocasión de conocer por anteriores encuentros en los que sí participó Aguado, hubiera servido, no solo para completar el argumentario, sino para defenderse de las críticas que los partidos de la oposición estaban expresando.

Adopté, por tanto, a sabiendas, una posición polemista respecto a los intervinientes que sí estaban presentes en la mesa.

Lo hice, ante todo, expresando que todas las propuestas parecían razonables, pero que cabría ordenar las posturas, especialmente en un tema tan esencial como el medio ambiente, en tres categorías: aquellas que debían ser consideradas troncales, es decir, ajenas al debate político, consensuadas de acuerdo con las necesidades, prioridades y disponibilidad de recursos; las ideológicas, que correspondían a las esencias propias de cada partido (como referencia lógica, las que implicaran la preferencia de un modelo liberal respecto al modelo de gestión pública); y las técnicas, que ímplicarían la elección de las mejores tecnologías disponibles para llevar a cabo, en cada tema prioritario, y con el menor coste, lo que se hubiera decidido como más conveniente para la sociedad.

Propuse, como provocación, expresar opines iones respecto a las debilidades y fortalezas de la gestión pública o privada de los servicios ambientales.

Para Gabriel López (UPyD) la integración de la libertad empresarial con el control de lo público sin excesos por parte de ninguna ideología le parece clave. En la Comunidad de Madrid el sesgo se ha derivado hacia la gestión privada como preferente, y, aunque existen puntos de acuerdo, trascienden rifirrafes publicos que entorpecen el debate. Muchas de las propuestas que realiza UPyD han sido incorporadas, como si fueran propias, por el PP. El actual Consejo de Medio Ambiente está abierto al debate.

No hubo plena coincidencia de Raquel López (IU-LV) en este respecto. La ideología tiene mucho que ver, expresó, y defiende la "gestión pública de los servicios públicos" como irrenunciable, como garantía de calidad, tanto del servicio como del empleo. "Todos los servicios deben constar con una plantilla adecuada", en número y con la formación técnica adecuada. Los servicios han de ser cubiertos por la vía de impuestos, y que pague más quien más tiene. Como ejemplo de gestión orientada erróneamente, citó que la Comunidad ha renunciado al impuesto de sucesiones, por lo que se han dejado de recaudar 2.000 Mill de euros.

Una posición intermedia -quizá-, me pareció la adoptada por Miguel Aguado (PSOE), que admitió que "el 80% de las decisiones no tienen color político", pero negó a los funcionarios técnicos "visión de transversalidad", que es lo que deben aportar los políticos. También corresponde a los políticos conseguir y ejercer la capacidad de influencia para que se realicen las propuestas. En Madrid, por ejemplo, la rehabilitación apenas afecta al 4% de las vivirendas, en tanto que en el Gran Berlín llega al 40%.

"Los profesionales no proponen grandes cosas", polemizó Aguado, dado el público presente, para matizar: "Los colegios profesionales son una opción inexplorada", de aportación de ideas.

Me dí cuenta entonces que nos iba a faltar tiempo, que el intercambio de opiniones era muy interesante y que la disposición en la mesa era muy positiva. Raquel López presentó una relación de alternativas de generación de empleo verde en la Comunidad que incluía la energías limpias, el tratamiento de los bosques, etc., que después se ampliaría con mejoras en el tratamiento de residuos, viviendas rurales con obligatoriedad de la actividad, mejoraa de la productividad agrícola, ahorro energético, gestión de agua, etc.

Gabriel López achacó a la falta de planificación la ausencia de una clarificación del canon ideológico, pero lo vió como problema no solo de los políticos, sino de la sociedad. Miguel Aguado destacó que faltan interlocutores, que cambian los responsables con demasiada frecuencia y que es importante que quien goboerna se crea lo que está haciendo. También es necesario que se traslade a la sociedad la realidad de los debates, la existencia de acuerdos. En el último pleno, a las 8 y media de la tarde se debatió el Plan de reforestación, y hubo acuerdo, pero no se recogió en la prensa, que se había marchado a las 5.

Fue una lástima tener que levantar la sesíón, después de haber consumido incluso el tiempo de descanso previsto antes de la siguiente. Pero la promesa de seguir con estos encuentros, y la seguridad de que a los siguientes no faltará el representante del Partido Popular, nos garantiza que está abierto el camino del compromiso.

Que, no hace falta poner de manifiesto, implica pasar de la atenta colaboración que, en la metáfora culinaria, presta la gallina en los huevos con jamón, al irrefutable compromiso del cerdo.

 

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