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Al Socaire de El blog de Angel Arias

Ingeniería para Abogados y Economistas: Problemas del mercado

La consideración de las variables tecnológicas en el análisis de la evolución de un mercado hace especialmente difícil la predicción del comportamiento de los agentes económicos. En realidad, lo hace de previsión, hasta ahora (2012), imposible.

Se pueden enumerar, a título simplemente enunciativo, algunos de los parámetros tecnológicos más visibles cuya influencia sobre los mercados no es cuantificable, aunque se deba reconocer que se trata de elementos cualificadores muy importantes:

a) tecnologías que permitan la reducción de la mano de obra (automatización, robotización, telemática, informática), o exijan una cualificación específica (ingeniería, diseño, programación);

b) tecnologías que incorporen nuevos materiales (vitrocerámicos, de alta resistencia, grafeno, etc.), o reduzcan drásticamente el tamaño de los productos intermedios o finales (microelectrónica, nanotecnología), o influyan sobre su duración y rendimiento;

c) tecnologías que supongan una importante disminución en el uso de recursos laterales (mejoras de gestión del agua, energía, protección ambiental, comunicaciones).

Pocos de los empleados en una empresa son conscientes de esta presión continua de la tecnología sobre la viabilidad de los proyectos que conforman el objeto social de aquella. Pocas son también las empresas que tienen servicios de investigación y desarrollo que estén atentos a la evolución tecnológica que les pueda afectar y aún menos, las que están en situación de generar el cambio por sí mismas.

En consecuencia, se produce -en estas últimas décadas en las que las modificaciones tecnológicas se están produciendo de forma continua y acelerada (tal vez, incluso, con innovaciones de frecuencia exponencial)- una permanente destrucción de expectativas de viabilidad, reduciendo el margen de supervivencia de las empresas existentes, y especialmente las que están lastradas por estos tres factores perniciosos: alta presencia de mano de obra en el output, fuerte endeudamiento en maquinaria devenida obsoleta y la necesidad de distribución del producto acabado por vías convencionales (transporte físico).

La cuestión del tamaño del mercado es sustancial. En el campo de la energía, por ejemplo, existe una corriente de influencia social que apoya la generación de la energía precisa individualmente mediante métodos de producción distribuída (placas solares, bombas de calor, aerogeneradores, sondas geotérmicas, quemadores, etc., instalados y gestionados personalmente.

Esa corriente con raíces "ecologistas" anticapitalistas se contrapone a la que ha dominado el mercado de producción eléctrica en las cuatro o cinco últimas décadas, en la que se primaban las instalaciones cada vez más grandes, tanto por economia de escala como, ya al final del período, por la dificultad de encontrar nuevos emplazamientos que no contaran con resistencia popular (efecto Nimby y Banana, ya tratados).

Para obviar el problema del acceso tecnológico, en los análisis económico-jurídicos, suele admitirse la hipótesis de que los mercados son "perfectamente contestables" (1), es decir que todos los participantes -los que están ya en el sector como los que se plantean el acceso al mismo- disponen de la tecnología y, si un nuevo agente quiere penetrar en el mercado, lo puede hacer sin que los que están en él opongan barreras de acceso.

Ese planteamiento es, en realidad, un placebo intelectual: si la tecnología es realmente novedosa, la única opción de los que están dominando el mercado para no verse desplazados por el recién llegado ("the successful newcomer"), es adquirirlo antes de que crezca, englobándolo en su estructura, bien para destruirlo, o para incorporar su línea tecnológica a la propia.

(continuará)

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(1) El palabro es horrible. La "contestabilidad" es, en realidad, competitividad perfecta -del término inglés contest, concurso-, que combina accesibilidad sin barreras y tratamiento indiscriminado de los que actúan en un mercado dado. Solo se da en la mente de los teóricos de la competencia y conduce a resultados que solo se pueden encontrar en sus libros de economía creativa.

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