Entre cobrar por la bolsa o reciclar por la cara
La mayoría de los centros comerciales han pasado a cobrar en los últimos meses, entre 2 y 3 céntimos de euro (es decir, entre 4 y 5 Ptas.) por cada una de las bolsas de plástico publicitarias que endosan a sus clientes que entran al establecimiento sin otro sistema de agrupar la compra, cargando así ésta con un suplemento inesperado, que dicen obligatorio en virtud de la nueva Ley de Residuos, y en aras de la defensa del medio ambiente.
A la puerta de esos mismos establecimientos pueden verse, al caer la tarde, al cierre del negocio, una o varias pilas de cartones, cajas de madera o de plástico -incluso con desperdicios- que son recogidas -no nos atrevemos a decir si a partes iguales- por recolectores piratas o por los camiones de la recogida de basura domiciliaria que pagamos entre todos.
Este comentario viene sugerido en el marco de las interesantes discusiones mantenidas en el X Congreso Anavam (Salón de Actos de la CEOE, Diego de León, 50, Madrid). Los distintos ponentes expresaron sus expectativas acerca de la publicación del Reglamento que cconcrete y facilite la aplicación de la Ley de Residuos 22/2011.
La representante de los Municipios, Myriam Sánchez, directora del Parque Tecnológico de Valdemingómez, había sido específicamente crítica al poner de manifiesto que "la Ley (transcripción adaptada de la Directiva comunitaria) no se ocupa para nada de la eficiencia del sector público de residuos", lanzando una pregunta muy pertinente: "¿hay alguna forma para complir con los porcentajes de reciclado que resulte más económica", a la que, desde luego, dejó entrever que sí, que existía.
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