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Al Socaire de El blog de Angel Arias

Ante la Semana Verde europea, negros auspicios

Bajo el enigmático lema de "Gastar menos, vivir mejor", la Comisión Europea conmemorará, del 25 al 27 de mayo, la Semana verde, por el uso eficiente de los recursos.

Con unos días de antelación, la Representación de la Comisión en España, -es decir, con el impulso unipersonal de Javier Ruiz-Tomás, el responsable de dar el calo por la DG de Medio Ambiente en estas tierras-, celebró una Jornada dedicada al tema, en la que se tuvo el acierto de aunar intervenciones de las Administraciones públicas, las industrias y consumidores y las organizaciones no gubernamentales.

A nosotros, que estuvimos, como solemos hacer siempre que podemos, camuflados entre el público, nos correspondió abrir cajas de Pandora. 

No tiene sentido, a estas alturas de la película, reiterar argumentos. Bastará decir que las Aministraciones cumplen bien, como resultado de su ya gran experiencia y la seguridad de tener su puesto de trabajo garantizado, el papel de generadores continuos de legislación y normativa; los funcionarios, por el contagio con los políticos, tratan de infundir optimismo al personal, confeccionando sin parar programas de actuación (primeras ediciones y múltiples revisiones) a los que bastaría echar el primer vistazo crítico para reconocer que son incumplibles (desde las perspectivas económica, técnica y sancionadora, cuanto menos).

Debemos reconocer, sin embargo, que esta andanada bajo la línea de flotación no encaja con el discurso de Soledad Blanco, Directora de la DG de Medio Ambiente de la Unión Europea, que estuvo magnífica, seria y constructiva en su intervención en la mesa. Salvamos también a nuestra colega Maj-Britt Larka, Subdierrectora de Calidad del Aire y Medio Ambiente Industrial del MARM, que, en esta ocasión, se limitó a repasarsnos los aspectos más importantes de la Ley de Economía Sostenible, que tanta tinta y palabras ha hecho ya correr y recoger.

Las empresas grandes se encuentran más o menos cómodas en su función de controlar a los funcionarios para que no les hagan daño con las medidas que se pretenda implantar y vender la nueva moto filosófica de la Responsabilidad Social Corporativa y su vocación neoinstrumental de artífices de nuestro mejor Desarrollo Sostenible. Las empresas pequeñas no suelen estar en el panel, aunque en este caso se podrían identificar con la intervención de Belén Ramos, representante de la OCU.

Y, en fin, las ONGs, cuya representación física en los foros suele ser encarnada por jóvenes tan ilusionados como ilusos en la defensa de ideas que están en el corazón de cualquiera que tenga dos dedos de frente -valga la doble imagen orgánica-, y que lanzan al auditorio previsiones catastrofistas si no se siguen lo que llaman líneas de actuación inevitables y que consisten (más o menos) en cambiar de paradigma, ayudando a los que están al otro lado del sistema a que se aúpen al sitio de privilegio al que, según dicen, ellos están dispuestos a renunciar.

No quisiéramos ridiculizar mensajes en los que nos va la vida -y nunca mejor dicho- pero la audición de los lemas y postulados de estos tres sectores en una misma sesión -haciendo abstracción de los mensajes personales, y pidiendo disculpa ante el evidente esfuerzo realizado por todos los panelistas de ser claros en la defensa de sus posturas- permite sacar de inmediato una conclusión, que resumimos de esta forma:

"Amigos, tengo una buena y una mala noticia. Primero la mala: Esto no tiene solución. Y ahora, la buena: esto no os debiera preocupar, porque hace tiempo que ya lo sabíais".

 

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