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Al Socaire de El blog de Angel Arias

Sobre ornitología para estudiantes de español

Los españoles  disfrutamos mucho con los pájaros y, por ello, hemos venido apreciándolos como aperitivo para acompañar unos vinos y raro será el hogar en poblachón patrio en el que no se cuelgue a la ventana, al calentar del dia, una jaula dorada con un fringílido cantarín.

Este cariño hacia los animalillos, ha servido también para introducirlos en el lenguaje coloquial. Decimos, así, de alguien que tiene la cabeza a pájaros, si pretende imposibles; lo que es distinto, desde luego, de andarse por las ramas, que significa dar un rodeo al tema sin atreverse a abordarlo de pleno, bien por miedo, ignorancia o respeto.

Hay pájaros de mal agüero, que son quienes advierten de lo que va a venir, pronosticando que será malo o peor, por lo que tienen todas las de acertar. También se puede expresar admiración al tiempo que envidia con un ¡vaya pájaro!, que es casi seguro que, buscando una expresión de similar significado, conducirá a calificar como pájaro de cuenta a quien nos haya hecho una faena (no torera), o esté a punto de hacerla. 

Como el lenguaje es proclive a ambivalencias, se puede expresar bastante admiración indicando de alguien que está hecho un buen pájaro, pero, cambiando de sexo, una buena pájara puede tener parecido con una mala pécora, que es un insulto de los que carecen de sentido literal, pero levantan mucho encono. 

Cuando un niño cae, al fin, vencido por el sueño, después de haber dado la tabarra, se dice que se quedó como un pajarito, e incluso que se quedó frito (seguramente en referencia a lo que comentábamos al principio de este artículo). Por extensión, se aplica también a los adultos, aunque se prefiere en estos casos hablar de que se quedó como un tronco o roque

Si uno no ve la salida a una situación comprometida, es evidente que se sentirá como pájaro enjaulado, que no hay que relacionar con la expresión el pájaro voló, que se emplea sobre todo en las películas policiales, y que sirve para indicar que la película aún no ha terminado.

En fin, hay quien come menos que un gorrión, quienes se comportan como un par de tórtolos o pichoncitos, y quien tiene cabeza de chorlito. Incluso (aunque cayó en desuso) se asociaba con cuervos en el argot tabernario a los profesionales que vestían de sotana.

Pero hace tiempo que la mayoría cumple al pie de la letra eso de que cada mochuelo, a su olivo y no sale de casa más que en caso estrictamente necesario (comprar pan, periódico o tabaco).

Respecto a la minoría que completa el cómputo -pájaro más o menos- de la población humana de nuestro jaulario, puede valer que Dios los cría y ellos se juntan, equivalente a eso que los que piensan en inglés expresan poniendo en evidencia que los pájaros de un mismo plumaje, se agrupan ("birds of the same feather, flock together"). Aunque hay que ser muy pardillo para que tenga chicha esa advertencia.

1 comentario

Luis de Lope -

En la espera de que no me digas aquello de que “cada mochuelo a su olivo”, voy a “tener huevos”, con mucho respeto, por supuesto, para trasladarte que, tratándose de pájaros, no me gustaría decir de mis “rapaces”, que no “aves de rapiña”, aquello de “cría cuervos y te sacarán los ojos”, y preferiría que me salieran “mirlos blancos” en todo lo que hicieran. Y como “más vale pájaro en mano que ciento volando”, me conformaría con que fuesen buenos y bondadosos. Y si no lo son, pues no voy a “cargar con el mochuelo” a nadie y asumiré mi responsabilidad.
Por otra parte, para “matar dos pájaros de un tiro”, espero que te sigas “sintiendo como pez en el agua” (¿valen los darwinianos?) en esta red de redes.