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Al Socaire de El blog de Angel Arias

Hacia un nuevo modelo económico, pero ¿cuál? (2)

(Este Comentario es continuación del anterior, que debería leerse antes, para su más perfecta comprensión).

2. En la parte inmediatamente colindante descendiendo desde la pirámide de poderes económicos, se encuentra un grupo de empresas, también multinacionales, que operan en sectores que pudiéramos llamar de transformación con mayores valores añadidos (mayores valores desde la perspectiva del beneficio para ellas).

Su funcionamiento se asemeja bastante a un sistema oligopolístico, en el que se hubieran pactado normas de no agresión, respetando ramas de producción completas entre sí.

Quizá lo más curioso de este grupo es que operan bajo condiciones de disponibilidad de los conocimientos tecnológicos avanzados que garantizan la persistencia de su dominio de la situación.

En sus consejos de administración, se sientan representantes de otros holdings empresariales, junto a supuestos consejeros independientes, que deberán garantizar que fluye hacia ellos la información relevante para seguir tomando decisiones estratégicas que preserven su funcionamiento, y, naturalmente, lo mejoren.

Debido a las grandes posibilidades de recursos financieros que generan sus actividades, aprovecharán especialmente los períodos de crisis para hacerse con aquellas empresas más pequeñas de sus sectores (las ahora llamadas start-ups), que pudieran significar algún riesgo potencial, si se las dejara crecer libremente.

La composición del accionariado de esas multinacionales no excluye la participación de capitales públicos, aunque cabría preguntarse qué intereses defienden en realidad. Se pueden encontrar ejemplos de estas multinacionales en los sectores de la producción de energía y electricidad, en el sector del automóvil y de los aparatos electrónicos y electrodomésticos, aparellaje quirúrgico, en composites, muebles, en los media, minerometalurgias especiales, aparatos militares y productos bélicos y de comunicaciones, etc.

Un efecto importante sobre el mercado del trabajo local que produce la búsqueda permanente de beneficio, es que los gobiernos pueden verse presionados -desde los sindicatos, fundamentalmente- cuando se amenaza con tomar decisiones de cierre de alguno de los talleres de producción, pues sus grandes factorías son generadoras de importantes demandas de fuerza de trabajo (en general, no muy cualificada, ya que los núcleos de investigación avanzada se centralizan en los países de máximo desarrollo, dominantes del contexto geopolítico).

Llueven así, hacia ellas, medidas de apoyo, subvenciones, ayudas y creación de protecciones ad hoc, que pretenden salvaguardar -quién sabe por cuánto tiempo- la permanencia de esos macrocentros productivos en las áreas afectadas. La distorsión que provocan en el mercado de la competencia y en el mercado no precisa mayores comentarios.

Tampoco puede menospreciarse, en absoluto, el efecto de arrastre que tienen estos grupos sobre las economías locales, pues generan una importante capacidad de contratación y subcontratación a su alrededor, produciendo el efecto de alineación sobre la economía regional, que queda convertida en dependiente de sus encargos, resultando prácticamente de reconversión imposible, por la especialización a que se han visto abocadas, cuando desaparecen los pedidos de las empresas de cabecera, obligándolas a su cierre inmediato. 

(seguirá)

1 comentario

Antonio Fumero -

Efectivamente, mientras sigamos dejando la definición de una distópica Sociedad del Conocimiento en manos de una "casta" de profesionales formados en un entorno post-industrial nunca superaremos las disfunciones tradicionales de nuestra mal entendida sociedad de la información.

En ese escenario apocalíptico, los intereses del capital siempre serán capaces de ocultar las deficiencias de una ciudadanía que no es consciente de su dimensión característica, la política.