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Al Socaire de El blog de Angel Arias

Sobre el fomento de la cultura empresarial, entre el MIT y la RAE

El MIT Enterprise Forum está dispuesto a "ayudar a que se incremente la actividad empresarial en España, de forma diferencial y con mucho impacto", según anunció el ingeniero Pablo Fernández de la Torre, presidente de N2S y responsable del proyecto, ante un auditorio de un par de centenares de empresarios, consultores y otras gentes relacionadas con la crisis -sufridores más bien, nos pareció-, que prácticamente llenaban el salón de actos de la Fundación Rafael del Pino.

La presentación de la ambiciosa propuesta contó también con la presencia del secretario general de Innovación, Juan Tomás Hernani, que cerró el acto sin mucha convicción, quizá desorientado, como prácticamente todos los asistentes, respecto a la forma de conseguir el fin, tan concretamente expuesto, con unos mimbres bastante deslabazados (¿aún?).

Sirva de refrendo a la sensación de que se esperaba más de la reunión el que superPablo tuvo que acercarse al micrófono para anunciar que "eso era todo", pues el público permanecía en sus asientos, después de la intervención de clausura.

Hernani es genuino hombre de ciencias y no parece amigo de florituras. Afirmó que "el Ministerio cree con vehemencia" -que son muchas ganas- "que es necesaria una política de innovación" y recurrió al Diccionario de la Real Academia, para poner algo de sal a un discurso recio, repasando en voz alta los conceptos de innovación, emprendedor y emprender. Incluso aventuró la necesidad de que se incorpore el palabro emprendizaje, en alguna próxima edición, y levantó risas al recordar que una aplicación de la acción de "emprender" que recoge la RAE es en la frase "la emprendió a golpes".

La intervención de cierre del subSecretario de Estado reflejó su propio distanciamento respecto a la disparidad de ideas y criterios -en general, elementales- que habían sido esbozados por la decena de panelistas invitados.

Tanto Richard Kivel -quien estuvo más afortunado en captar el ambiente, a pesar de expresarse solo en inglés, para subrayar las cuatro ideas centrales que se trataba de transmitir, aglutinándolas-, como el dinámico Pablo F. de la Torre, maestro de las ceremonias con vocación de showman, se esforzaron durante las dos horas que duró el acto, en poner tintes animosos a la presentación del proyecto, que, como una representación teatral con flojo guión y muchos adrezzos, aburría mas a medida que pasaba el tiempo.

No fuimos capaces de entender cuál será el beneficio para el MIT Forum, ni para las Fundaciones Everis y Rafael del Pino, que organizaban el acto...y, lo que es más grave, tampoco para los emprendedores.

El proyecto para cuyo impulso se solicitó la colaboración desinteresada de los presentes, necesita -en nuestra modesta y bienintencionada opinión- un par de vueltas más, antes de que pueda ser servido como uno de los platos fuertes de un menú inspirador que alimente el riego creativo de los cerebros que se sientan capaces de impulsar el estado de nuestra economía.

Porque no faltará comida, ya que, repitiendo nuevamente al subSecretario Hernani, el Gobierno está incluso "dispuesto a poner el mantel y las lentejas".

En el espectáculo, a la americana, los muchos (demasiados) speakers invitados lanzaron varios flashes de su visión personal, iluminando la negritud como si fueran integrantes de una Santa Compaña: 

1) "Hace falta generar ideas para emprender y fijarse en las 12 áreas en dondee el planeta invierte más en i+d, porque allí es donde hay mayor probabilidad de generar riqueza, y distribuir el conocimiento entre los emprendedores españoles" (Fernando Alfaro)

2) "El pequeño tamaño de Europa, la diversidad de idiomas y el que no nos pongamos de acuerdo es el problema. Los que invertimos mucho en venture capital hemos dejado de invertir en Europa" (Mayte Ballester)

3) "España es un paquete de Petry estupendo para probar hipótesis, deliciosa para hacer experimentos; hay que conquistar promero el mercado nacional, y ya nos quitaremos la boina después" (Luis Martí Cabiedes),

etc.,

En fin, un cúmulo de buenas voluntades. Hace falta más, bastante más, que buenas voluntades para orientar efizcamente a estos cuatro millones de autónomos que luchan por mantenerse en pie, en medio de una lucha de gigantes multinacionales y bancarios ávidos de hacer dinero rápido.

Porque ni siquiera hacen falta más ideas en España. Tampoco es que sobren, pero se necesita seleccionar a las mejores; hay que ayudar a quienes deseen jugar a ser emprendedores, para que acierten con las más efectivas, no solamente para ellos (que por supuesto), sino para la colectividad (y en eso cuentan, sobre todo, los que manejan más información de a dónde queremos ir).

Hace falta, por tanto, generar un nuevo espíritu de colaboración entre las Administraciones, los centros educativos y de investigación y las grandes empresas. Hay que fomentar la interactividad sectorial y no apoyar la competencia desleal y el copieteo de proyectos. Hay que difundir correcta información de los mercados y de las oportunidades.

Hayqués.

Quizá el más urgente de los hayqués sería el de prestar máxima atención y control a cómo se emplean los grandes desembolsos, públicos y privados en innovación, para que los mejores proyectos sean liderados por gente preparada, dinámica, y para que, puesto que todos los elefantes nacen pequeños, no se encuentren con el escollo de la falta de capital, que aparecerá justamente en el momento en que el éxito les obligue a tomar la decisión de cambiar de escala para el negocio, o lamentar haber muerto en el empeño. 

Los ángeles inversores, especialmente, los que provienen de ahorros locales, también necesitan orientación leal para que sus dineros no se volatilicen, ni desaparezcan en los paraísos de la inoperancia y el canivalismo.

Se nos ocurre que, ahora que las Cajas de Ahorro están destinadas a desaparecer, aglutinar a pequeños inversionistas para que su dinero sirva para impulsar fondos de capital que ayuden a plasmar proyectos de emprendedores próximos geográficamente pero con miras globales, puede ser una mejor forma de reunir a cientos de empresarios y profesionales, en lugar de forzarles a escuchar lo que ya saben.

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