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Al Socaire de El blog de Angel Arias

Sobre los límites de los poderes públicos en las campañas institucionales

La Ley 29/2005, de 29 de diciembre, de Publicidad y Comunicación institucional, establece el régimen jurídico de las campañas promovidas por todos los órganos de la Administración del Estado español.

A tales efectos, distingue entre las campañas institucionales de publicidad y las de comunicación. Ambas son actividades que tienen por base, como no podía ser de otro modo, la difusión de mensajes u objetivos dedicados a una comunidad, pagados con dinero público. La primera utiliza un soporte estrictamente publicitario, a diferencia de las campañas de comunicación, que combinan otros soprtes.

Los límites de tales campañas incluyen la prohibición de dedicar los dineros públicos a alardear de los logros de gestión de los responsables de la Administración, o a criticar la actuación de otros poderes públicos; tampoco se pueden incluir mensajes discriminatorios o incitar a la violencia.

Enrique Arnaldo, -asesor del ex-presidente balear y ex-ministro de Medio Ambiente en uno de los anteriores gobiernos del PP, Jaume Matas-, recibió, en su día, el encargo de realizar un informe sobre el tema que da título a este comentario, según obra en los autos en los que figura encausado el segundo. Profesor de derecho constitucional, ex vocal del Poder judicial, abogado y articulista habitual en El Imparcial, no debió haber tenido problema alguno en confeccionar un brillante trabajo con un tema tan apasionante y sobre el que, como se ha podido ver en estas ligeras pinceladas previas, reina, al parecer, alguna confusión.

Con imaginación, a falta de que se de publicidad al trabajo realizado, podría intuirse algo sobre los objetivos del mismo, de otros artículos de divulgación del insigne jurista. El 18 de junio de 2009, en un artículo intitulado "Nada es lo que parece",el profesor Arnaldo se preguntaba por el color de la piel de Michael Jackson (q.e.p.d.) y escribía, como colofón:

"Nada es lo que parece. Ni el Parlamento manda. Ni el Tribunal Constitucional garantiza la supremacía de la Constitución. Ni el Gobierno garantiza el interés general de los españoles. Ni siquiera el racismo es lo que parece. Todo es según el color con el que se mira. Pero el fondo del pozo, al que tanta miseria y vacuidad nos lleva está tintado de negro. La insoportable levedad de los seres extraterrestres que nos dirigen nos conduce a la huída o a dar las teclas de “borrar” y “papelera”.

Palabras de cuya demoledora conclusión se puede dudar, pero definitorias de quien no tiene problemas en confesar sin ambajes sus filias políticas e institucionales. El juez Castro, encargado por el momento del "caso Jaume Matas" -ya que corre el riesgo de ser recusado por enemistad manifiesta y por predisposición a culpabilizar antes de haberse realizado el juicio en el que deberá dirimirise la responsabilidad del encausado-, ha redactado un auto de prisión eludible con fianza de 3 millones de euros a finales de marzo de 2010, dinero que el ex presidente pudo reunir en su particular Semana de Pasión.

En el proceso, según la instrucción, deberá decidirse si el presunto delincuente Matas cometió delitos de corrupción, falsedad en documentos públicos, infringiendo de paso una decena más de figuras penales,

Nuevamente el profesor Arnaldo parece estar en situación de dar respuesta a lo que está pasando, a pesar de la confusión que el caso está causando entre los analistas políticos y el ciudadano confiado en que quienes administran lo público son gentes de fiar. El 5 de noviembre de 2009, bajo el ilustrativo título de !¿Cuándo se jodió España?", en el mismo periódico, respondía de esta manera, entre otras atractivas sugerencias, a la pregunta que él mismo se hacía: "Se empezó a joder cuando la clase política se transformó en casta profesionalizada, perpetuada en el machito inexpugnable cual muralla china."

Duro trabajo ser juez en estos tiempos convulsos. Por eso, como orientación para las oposiciones a judicatura, no dudamos en que alguien esté preparando un informe sobre "Los límites de los autos judiciales en los procesos penales contra cargos públicos". El profesor Arnaldo seguro que ya tiene el bosquejo para tan ímprobo trabajo, que, a no dudar, no tardaremos en ver publicado en El imparcial.

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