Sobre el lifting de los políticos
El territorio se nos ha poblado de caras de personajes sonrientes de las que algunas nos recuerdan vagamente a gentes a las que hemos visto otras veces, solo que ahora lucen bastante más jóvenes.
Son los políticos. Por estas fechas en las que reclaman nuestro voto, se acercan a la calle, abandonando tal vez las tareas para las que están acostumbrados (criticarse sin piedad cuando las cámaras de TV les enfocan en las foros en los que dicen representarnos y realizar pactos de conveniencia en los salones y restaurantes en los que se representan a sí mismos).
Hélos ahí, pues. Sin arrugas ni canas, con los dientes cuidadosamente alineados, entrevistos para reforzar sonrisa de oreja a oreja; sus caretos se acompañan de una frase presuntamente ingeniosa, se supone que pegadiza, en una operación de márketing por la que habrán pagado una pasta, que ya reclamarán oportunamente de nuestros bolsillos.
"Somos de los tuyos"; "Tenemos soluciones"; "Por una ciudad más cómoda"; "Ya es hora de cambiar"; "Estamos bien y vamos para mejor"; y otros eslóganes similares pudieran ser los mensajes con los que nos recrean los oídos estos seres incólumes al paso del tiempo.
Nosotros envejecemos, somos conscientes de nuestra fealdad y nuestros achaques, nos faltan las ideas para solucionar incluso lo que más nos afecta y a lo que dedicamos noche tras noche, estamos desanimados porque nos abruma una sensación de soledad e impotencia de la que no conseguimos librarnos, pero ellos se nos muestran rejuvenecidos, atentos, ingeniosos, rotundos.
Por fortuna, esa exhibición insultante de bienestar, de fuerza, durará apenas por un par de semanas.
Después, ellos volverán a sus desconocidos trabajos y nosotros...tendremos que buscarnos la vida como bien podamos.
(P.S. Por supuesto que no todos los políticos responden a este retrato, cuyos tintes caricaturescos no habrán pasado desapercibidos al lector inteligente; la cuestión más grave es que no sabemos cuántos son los que no cumplen con este estereotipo populachero y, por momentos, ni siquiera sabemos dónde están).
2 comentarios
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PILAR NÚÑEZ -