Sobre incapaces e inimputables
Conocimos a un letrado de provincias que solía referirse a un compañero de profesión dedicado a la política como "inimputable", para resaltar que lo consideraba un imbécil.
Suponemos que, de seguir aplicando los conceptos jurídicos para calificar a las gentes que mangonean la res publica, estará echando ahora mano a las diferentes categorías de incapacidad que prevee el derecho.
Incapaces e incapacitados -en el sentido común del término- podrían verse, desde luego, algunos. Lo que nos resulta chocante es la convivencia, aparentemente pacífica, entre las personas diligentes, responsables y serias, y aquellos que adoptan maneras de inimputables mentales y torpes para la labor que se les ha encomendado.
Como si la demostración de la propia incapacidad fuera una defensa para no ser molestado, incluso (o especialmente) cuando se anda por las alturas.
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