Sobre lo difícil que es ser buen Gobierno y estar bien en la Oposición
Las diferencias entre ser y estar en el idioma español son habitual quebradero de cabeza para angloparlantes y un motivo -de los pocos de que podemos disfrutar- para cachondearnos de los errores que cometen los extranjeros hablando nuestra lengua.
Ser Gobierno y estar en el Gobierno son dos cosas muy distintas. Cuando faltan las ideas, se está, simplemente en el Gobierno. Cuando se toman medidas de buena gestión, se es Gobierno.
Salvando las distancias, con la Oposición sucede algo similar. Solo que cambiando las tornas en el empleo de los verbos. Si se es buena Oposición, es decir, si se considera el período de Gobierno del otro como una legislatura pasajera que nos devolverá la mayoría para gobernar, se sabrá estar en la Oposición.
Si, por el contrario, se carece de ideas, y lo que se prefiere es armar barullo, impedir que el otro gobierne, criticando cuanto haga, sencillamente porque sí, se será Oposición.
Tenemos un problema en España que va camino de petrificarse: el Gobierno no sabe ser y la Oposición no sabe estar. Prefieren estar y ser, respectivamente.
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