Sobre el diagnóstico de Krugman y la medicina disponible
Krugman anda por aquí repartiendo doctrina. Dicen (él no lo afirma es expresamente) que es un neo-keynessiano, que es el vocablo para agrupar a quienes defienden una intervención, generalmente prudente, del Estado para controlar los desmanes del mercado.
El mercado es un monstruo que, como Saturno, acaba comiéndose a sus hijos, y por eso, hay que sujetarlo poniéndole bozal o bocado en momentos de bonanza.Pero, como a veces pierde impulso, también hay que darle golpes de aguijón para que su abulia no conduzca su feudo a la penuria.
Este premio Nobel dicharachero al que nos hemos referido antes, no da muchas opciones de recuperación inmediata a la economía española, a la que ve atada de pies y manos. El culpable principal de la falta de soluciones prácticas es la pertenencia a la Unión Europea, que nos crea una dependencia que está impidiendo a nuestros ecónomos aplicar la medicina más recomendable para tratar de curar la crisis: devaluar la moneda.
Ya nos lanzó el mismo mensaje hace unos meses: hay que aumentar la productividad como sea y estar dispuesto a trabajar más por menos dinero. Es decir, si no puedes devaluar, haz que el dinero valga menos. Krugman opina que es preferible tener a toda la población registrada como activa trabajando que subsidiar a los parados, porque, por pequeño que sea su rendimiento, es mejor que sostenerlos en su casa recibiendo el auxilio social a costa de los que trabajan.
En fin, entre unas cosas y otras, este economista laureado nos da un repaso con cuatro ideas de manual. Reconoce no saber mucho de nuestra situación concreta, pero, por lo que ha estudiado así en un plis plas, le parece que estamos a la cola de los países europeos en cuanto a opciones para salir de esta crisis, por nuestra debilidad estructural.
En consecuencia, no está dando precisamente consuelo a los que siguen predicando -si bien ya con la boca muy pequeña- que estamos mejor situados que otros para salvarnos en esta situación.
No hace falta ser un sabio en predicciones para vaticinar que estamos al borde de un cambio de Gobierno, especialmente en el área económica. La credibilidad del actual equipo del Presidente Rodríguez Zapatero es próxima a cero en los sectores clave: su otrora superministro económico (Solves) se duerme en los Consejos, y el otro ministro que estudió también economía (Sebastián) no acierta con la llave de la caja de las ideas felices.
El cambio no habrá de venir por una moción de censura, sino de motu proprio, por la necesidad de poner carne nueva en el asador de la crisis. Además, el partido opositor que dirige con las manos puestas, ahora en la cabeza ahora en el trasero, Mariano Rajoy, está atareado dilucidando el alcance de la operación Gürtel (cinturón en alemán) y de los Spionsgeschäfte (negocios de espías, en alemán, también que está de moda, modisch z. Z.).
En el 2010, España será presidente de la Unión Europea durante un período de 6 meses. ¿Habremos dado ejemplo de aumento de la productividad o nos preocupará todavía el "abaratar el despido"?. ¿Seguirán las administraciones públicas dando ejemplo de morosidad e improvisación? ¿Nos dedicaremos a poner parches a las aceras y carreteras? ¿Nos preocupará mejorar el transporte ferroviario? ¿Séguiremos alimentando de desilusión una de las peores universidades del mundo occidental? ...Werden sie wagen?
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