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Al Socaire de El blog de Angel Arias

Sobre los disfraces de Carnaval en crisis

Hay que actualizar los disfraces de este Carnaval, eligiendo algunos que nos permitan ridiculizar lo que más nos asusta, lo que desearíamos enviar lejos de nosotros. Por eso, y como la crisis ocupa el lugar central de las preocupaciones de la mayoría, proponemos algunos disfraces, indicando también la forma de ponerlos en práctica (una de las posibles), para estimular la imaginación del lector.

1. Crisis galopante. Se confeccionará una cabeza de caballo de cartón, que se incrustará en un palo de madera; servirá de montura. Para disfrazarse de crisis, bastará ponerse una careta de cualquier banquero conocido.

2. Parado en apuros. Cójase un reloj de pared y quítesele la batería, colgándolo al cuello. Vístase con uno de los trajes viejos de su padre, al que habrá hecho unos cortes dejando ver alguna de sus parte íntimas (esto lo dejamos a su arbitrio y responsabilidad). Lleve un puro en la boca.

3. Tonto del culo. Deberá realizar una circunferencia del tamaño de su rostro. Píntelo de rosa carne, y trace una línea como diámetro; haga después, los agujeros para los ojos. Si no le salió un culo perfecto, no se desanime; pruebe otra vez. Para el disfraz de tonto no hará falta que se ponga nada, en general.

4. Bono basura. Sabemos que algunos podrán caer en la tentación de enfundarse en una bolsa de plástico de las que usan algunos ayuntamientos para recoger los desperdicios y cubrirse con una careta del actual presidente del Congreso de Diputados español, José Bono, pero nuestra propuesta es mucho más elegante y apolítica. Recójanse unos cuantos miles de bonos como los que entregan los diarios (para poder comprar luego enciclopedias multiuso o ipod de la antepenúltima generación) y mézclelos con fotocopias a color de acciones de las empresas cotizadas en Bolsa. Préndales fuego a todos a mitad de la fiesta y haga sus necesidades en el salón. Será inolvidable.

5. Pelota picada. No se nos ocurre nada, de momento, pero suena muy sugerente.

6. Suspensión de pagos. Deberá utilizar unos tirantes y explicar que tambíén se llaman suspensores. Cuélese en la fiesta sin pagar la entrada.

7. Mentira piadosa. Coja el rosario de su abuela y un librito de aquellos que se usaban cuando la primera comunión. Digale a su pareja que la engaña con otra persona, pero que nadie hace el amor como ella. Dígale a su jefe que es, de lejos, el más inteligente de cuantas personas ha conocido, aunque lamenta ganarle siempre al pádel. Dígale al propietario del bar de la esquina que le pagará todos los guisquis a final de mes, cuando cobre los atrasos. Dígale...

8. Vergüenza ajena.  Tendrá que decirle a su mejor amigo/amiga que le acompañe. Pídale que se disfrace de Caperucita. Ud. irá de verguenza ajena: la de él/ella.

Ya se nos irán ocurriendo más cosas. Usted vaya ahorrando en uvas y leche.

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