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Al Socaire de El blog de Angel Arias

Sobre los territorios afectivos

Pocas ocasiones brinda en la actualidad nuestra sociedad para las reuniones familiares. Entiéndase por éstas las que convocan a diferentes clanes, a personas que no han convivido en la niñez. A advenedizos. Es decir, aquellas en las que se mezclan familias políticas, elementos colaterales, allegados, primos, consuegros, cuñados.

Las bodas y los funerales son los momentos adecuados para contrastar los efectos del eventual impacto emocional que sufren personas que, procedentes de diferentes vivencias, tienen que compartir, por convencionalismo social, unos momentos de sus vidas, reflejando en ellos la máxima emotividad aparente.

Tomemos el ejemplo alegre por excelencia. Las bodas. Conscientes del descalabro posible, para evitar profundos choques emocionales,en los banquetes nupciales, lo habitual es que la familia de cada contrayente se alinee con los suyos. Se evitan así silencios dolorosos, conversaciones vacías, preguntas incómodas. Pasa el día la boda, y, salvo escasas excepciones, las dos familias segurirán sin conocerse.

El efecto es que, con el paso de los años, se puede producir la sorpresa de encontrarse con desconocidos primos del novio o de la novia, o descubrir, pasadas décadas, que el hermano de tu consuegra es el simpatiquillo que te saludaba en la cafetería de la Facultad.

El verdadero banco de pruebas emocional en lo que respecta a los territorios afectivos es la reunión de Navidad en la que se congregan los hermanos, sus cónyuges, y tal vez, los hijos aún no emancipados. O, en la mejor de las combinaciones posibles, los consuegros y los hijos de ambos.

Excelente ocasión para ver la delimitación que se opera sobre las zonas de afectividad y sus efectos colaterales. Trátese de entrar en el terreno afectivo de la familia política, dénse consejos al yerno o a la nuera sobre cómo actuar, aconséjese acerca de la carrera que deben seguir los hijos de los primos o júzguese el carácter hiponcondríaco del hermano de su cuñada.

Los zarpazos para defender el terreno acotado de intrusos pueden ser mayúsculos. ¿Qué se creerá éste/ésta, flotará en el ambiente, a poco que, guiado por la ingenuidad y la buena voluntad, el adosado pretenda entrar en la zona de protección familiar. Si se quiere iniciar una discusión con la pareja,aventúrese una opinión acerca de su herman@, de los motivos del padre o la madre para hacer cualquier trivialidad, de las razones por las que el sobrino ha fracasado.

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